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Para mí, el confinamiento ha sido bastante llevadero, opinión que la mayoría de mis compañeros no comparten. Sí es verdad que he echado de menos salir y ver a mis seres queridos, pero sabía que si quería volver a verlos pronto tenía que permanecer en mi casa. Creo que todos hemos tenido que cargar con la angustia que generaba imaginarse que alguna persona que apreciamos cayera enferma. Además, tampoco tuve mucho tiempo libre debido a la cantidad de tareas que nos mandaban.
El tiempo que hemos pasado confinados los niños, niñas y adolescentes hemos tenido que continuar las clases a través de diversas plataformas de internet, y nos han asignado tareas online, que bajo mi punto de vista eran excesivas. Muchos de mis compañeros han visto en esta situación la oportunidad de sacar mejores notas fácilmente; otros, no entregaban todas las tareas a tiempo ni se esforzaban en hacerlas.
Personalmente, fui una de las que llevaron los deberes al día igual que en clase, por lo que no me parece justo el aprobado general. Aunque habíamos hablado con los profesores y les habíamos pedido que redujeran las tareas, la mayoría de ellos hicieron caso omiso a pesar de que deberían habernos escuchado porque era un tema que nos influía directamente a nosotros, tal y como dice la Convención sobre los Derechos del Niño. Según la CDN, los menores tenemos derecho a opinar y ser escuchados sobre las situaciones y decisiones que nos influyan directamente, como en los colegios e institutos, el cierre de los parques, los campamentos de verano, el criterio al decidir quién podía volver a salir, la suspensión de actividades extraescolares, la desescalada, etc., situaciones en las que ninguna institución preguntó qué nos parecía.
Creo que el adultocentrismo se debe a que vivimos en una sociedad consumista, y las personas que tienen dinero son las que trabajan
Desde mi punto de vista, la opinión de los niños y adolescentes siempre debería tenerse en cuenta. El problema llega cuando hay que decidir a qué niños o adolescentes se pregunta, cuando tu mayor preocupación es elegir la foto que subes a Instagram. Creo que a raíz de este problema pueden surgir otros como el adultocentrismo, que suscita a los niños a adoptar un estilo de vida establecido por los adultos, o la niñofobia, que es el sentimiento que albergan algunos adultos,consistente en que un menor molesta en algún lugar o situación. En general, la sociedad en la que vivimos actualmente está hecha a medida para los adultos, más que para los niños.
Creo que se debe a que vivimos en una sociedad consumista, y las personas que tienen dinero son las que trabajan. Como los trabajadores son en su gran mayoría los adultos, la sociedad depende mayoritariamente de su consumo, más que del consumo de los niños o adolescentes que es casi nulo. Tengo la suerte de vivir en una ciudad amiga de la Infancia, que además colabora con espacios como Cibercorresponsales y asociaciones juveniles, donde sí se han escuchado nuestras voces en plenos infantiles del Ayuntamiento, y las ideas de los niños y adolescentes sí se tuvieron en cuenta para algunas decisiones.
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Tras leer el artículo de Idalia y leer la mayoría de los comentarios,no pude evitar que viniese a la cabeza el concepto de “mansplaining”… pueden ser estos comentarios un ejemplo de lo que podríamos llamar “adultsplaining” dado el tono condescendiente y paternalista de alguno de ellos?Tal vez sea exagerado.O tal vez un ejemplo del adultocentrismo del que habla el propio artículo.
Gracias por dar espacio a la voz de los niños a pesar de la evidente dificultad que existe para escucharlos y tenerlos en cuenta,incluso cuando lo que se expresa se hace de forma tan cabal como en este artículo.
(Lo que Idalia expresa en suu artículo no dista mucho de reflexiones que más tarde expresaría la asociación española de pediatria)
https://www.elsaltodiario.com/educacion/problemas-salud-mental-nueva-pandemia-aulas
"Como los trabajadores son en su gran mayoría los adultos, la sociedad depende mayoritariamente de su consumo". Los anuncios publicitarios van al 70% dirigidos a niños y adolescentes, la generación consumista. Juguetes, artículos de tecnología, ropa, etc. No os hace falta tener dinero, ya lo tienen vuestros padres a quienes les tenéis comiendo de la mano por el chantaje emocional.
Totalmente de acuerdo. Mi hija de seis años dice que deberíamos abandonar los coches y viajar todos a lomos de unicornio. Me encanta.
Yo creo que si no fuera por las “dificultades técnicas”, las ideas de niñ@s y adolescentes se materializarían con más frecuencia.
Muy original el escrito, que es lo propio de la edad. Muy bien.
PERO volvamos a la realidad: desde que un bebé llora, empieza a ser escuchado y atendido en sus exigencias por los adultos. Dato empírico.
PERO los publicistas que hacen anuncios de automóviles suelen dirigir sus mensajes a los jóvenes de la casa, porque saben que son escuchados hasta para las adquisiciones familiares. Fijaos; es solo un ejemplo.
Pero sí es cierto que, en la población de un país, el grupo más numeroso es el de adultos (injusticias de la biología), y nuestras decisiones son tomadas en base a la mayoría (injusticias de la democracia).
Pero el artículo me ha gustado, porque la opinión de niños y adolescentes siempre es muy interesante.
Las personas que tienen dinero son las que explotan a las que trabajan... en fin, vaya despropósito de artículo.
Permíteme algunas reflexiones sobre tu interesante artículo.
Luego tú podrás tenerlas en cuenta o no.
Y esa es la primera cuestión.
Confundes poder hablar y que se te escuche con que se haga lo que tu digas. Reconoces que dijiste a tus profesores que eran tareas excesivas y luego dices que no se os escuchó o incluso que no se reconoció el derecho a opinar.
Sobre el consumo casi nulo de niñas y adolescentes deberías de matizar entre quién consume y quién paga o decide qué consume. ¿No comes? ¿No te vistes?¿No usas internet ni gastas luz? ...¿No dices que vivimos en una sociedad de consumo?
Si un adulto en un restaurante se pone a correr entre las mesas gritando. ¿Piensas que se podría decir que molesta?
La solución al adultocentrismo no es el niñacentrismo.
....Y ojalá solo tuviera dinero el que trabaja.