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Periodismo
Ines Tanovic: “Es muy complicado que el periodismo no convencional llegue a las clases populares”
Ines Tanovic, investigadora y periodista de Bosnia y Herzegovina, profundiza en las dificultades para romper el discurso de los grandes medios y argumenta la necesidad de acercarse a las clases populares y luchar contra la pérdida de solidaridad.
Las palabras de Ines Tanovic cuando habla de espacio público, periodismo y solidaridad evocan a la perfección los obstáculos y las frustraciones de las generaciones jóvenes, y también un espíritu luchador que ojalá fuera contagioso. Es de Sarajevo, Bosnia y Herzegovina. En el mes de marzo estuvo en Valencia con motivo del Trans-making, un acontecimiento que pretendía que investigadoras de todo el mundo compartieran experiencias de innovación en el arte, la cultura, la economía y el ámbito social. 20 personas de países diferentes se acercaron en este encuentro a temas sobre el espacio público, el arte y la cultura, y la relación entre ellos para la construcción de nuevas narrativas en el mundo contemporáneo.
Actualmente, Ines Tanovic desarrolla una investigación sobre la transformación de los sistemas de propiedad común. Lo hace en la asociación cultural feminista y antifascista CRVENA. Además, es periodista en una web con línea editorial de izquierdas, en la que participa porque no la censuran y porque puede hablar desde su perspectiva. Ha trabajado en grandes medios como el Jutarni List de Croacia, pero Ines prefiere la precariedad que le permite conservar sus principios que la explotación al servicio de los poderosos.
¿En qué consiste tu investigación sobre la transformación de los sistemas de propiedad social?
Mi investigación es sobre el espacio público y lo que entendemos por este concepto hoy en día. En nuestra organización consideramos el espacio público una clave común del mundo actual. Es uno de los últimos huecos libres para la expresión artística y cultural, y también uno de los lugares donde la gente puede juntarse. Estamos viendo que en Europa, y también en el resto del mundo, este espacio va reduciéndose cada vez más.
“Consideramos el espacio público como una clave común del mundo actual, espacios libres para la expresión artística y cultural donde la gente pueda juntarse”
Al perder el espacio público estamos perdiendo aquello común: el sentido de la solidaridad, de la cooperación y de la justicia social. Cuando hablamos de espacio público es muy importante observarlo en diferentes áreas, y mi investigación está situada en Casablanca (Marruecos) y en Sarajevo, que tienen contextos diferentes, pero siguen patrones parecidos. En Valencia, en barrios como El Cabanyal o Benimaclet también se puede ver este proceso.
¿Cómo crees que es más fácil influir en la opinión pública, a través del periodismo o a través del arte?
Desafortunadamente influye más el periodismo de los mass media porque estamos sometidas a ellos a diario. Su poder es muy fuerte. Nos enfrentamos a la distracción del propio periodismo porque recibimos muchos estímulos de los medios de comunicación, entre los que se incluyen noticias falsas y todos esos temas que forman parte del periodismo hoy en día.
Es difícil saber qué es verdad y qué no, cuál es la noticia real y cuál no. Y ése es el problema. La carencia de libertad en los medios es un asunto muy importante hoy en día en muchos países, porque aunque te enfrentes a los medios convencionales no tienes la posibilidad de dirigirte a la gran audiencia que normalmente se informa a través de ellos.
“Hay falta de libertad de información en muchos países porque aunque algunas iniciativas nos enfrentemos a los medios convencionales, no tenemos posibilidad de dirigirnos a una gran audiencia”
Resulta muy complicado tener impacto desde un medio pequeño como el nuestro. La página para la que escribo en mi país ofrece uno de los mejores puntos de vista periodísticos que puedes encontrar, pero no posee el alcance de los medios controlados por los poderosos. Y si no llega a tanta gente es difícil que tenga mucha capacidad transformadora. Es una batalla muy complicada y todavía estamos estudiando nuevas formas de llegar a todas aquellas personas a las que nos queremos dirigir.
¿Crees que el periodismo no convencional puede llegar a las clases populares?
Creo que precisamente eso es lo más complicado. Cuando escuchas hablar a Marine Le Pen o cualquier líder político de la extrema derecha, si le quitas a su discurso la xenofobia y el racismo y dejas la parte en la que hablan de asuntos sociales o económicos, es como si escucharemos hablar a cualquier político de izquierdas. La izquierda está perdiendo la batalla porque parece que la derecha está tratando mejor estos asuntos. Y lo mismo ocurre en el periodismo.
Por ejemplo, es muy difícil encontrar medios de izquierdas que sean capaces de llegar al escalón más bajo de la sociedad. Supongo que es una cuestión de trabajo de base y de cómo tratamos los asuntos sociales. Cuando trabajo en algún tema como periodista y digo para qué web trabajo, el 90% de la gente no la conoce y el 80% nos dice que necesitan que sus historias sean contadas a los grandes medios, a la televisión… Y así es como pierden los medios de izquierdas.
“Creo que no es tanto una cuestión de cómo los medios de izquierdas tratan la información, sino de cómo trata la izquierda en general los asuntos sociales”
Por otro lado, también depende de si el gobierno es de izquierda o de derechas, porque tratan de manera muy diferente a los medios, especialmente a los independientes. Los proyectos independientes tienen muy complicado sobrevivir en el libre mercado, por eso las que trabajamos en este tipo de medios somos trabajadoras precarias. Ganamos un sueldo muy bajo o lo hacemos de manera voluntaria para poder cubrir ciertos temas desde nuestro punto de vista. En definitiva, creo que no es una cuestión de cómo los medios de izquierda tratan la información, sino de cómo trata la izquierda en general los asuntos sociales. Cuando la política de izquierda comience a tratarlos correctamente, los medios de izquierdas tendrán más poder para contarle a la gente lo que necesita saber.
Actualmente los y las periodistas se enfrentan a varios obstáculos para transmitir la información, entre ellos la inmediatez, que provoca rutinas de trabajo aceleradas e información superficial.
Desde mi experiencia puedo decir que he trabajado para un periódico conocido durante ocho o diez horas a toda velocidad, publicando continuamente. Yo, como mujer sin familia ni hijos, hacía más horas que el resto de mis compañeros, y tenía ese papel porque supuestamente no tenía obligaciones que atender. Contaba con treinta días de vacaciones que no me dieron y cuando me quejé me dijeron que ya me las darían más adelante. Me consideraban una persona con todo el tiempo del mundo libre para trabajar. En el mismo medio nos quitaron el 40% de nuestro sueldo el mes que hicimos huelga.
“Si no tratáramos el contenido en profundidad, estaríamos escribiendo artículos que nada tienen que ver con la realidad”
Si aceptas ser parte del engranaje tendrás que asumir que te tratarán así en el trabajo, y si eliges el otro bando deberás saber que también serás precaria, pero tendrás condiciones más humanas. En nuestra página web publicamos un artículo diario, preferimos la calidad en la cantidad. Queremos ser un medio en el que se pueda confiar. Me gusta este trabajo porque no siento presión a la hora de escribir, tengo tiempo para mirar el contenido desde diferentes perspectivas y puedo tratarlo en profundidad. En caso contrario estaríamos escribiendo artículos que no tienen nada que ver con la realidad. Nos pagan por artículo, así que a veces escribimos más y otros menos.
Cada vez parece más habitual la insensibilización ante las violencias y la alienación. ¿Qué papel tiene el periodismo en este conflicto?
Creo que vivimos en un mundo de espectáculos, pero cada espectáculo dura sólo un día. Es la noticia principal y al día siguiente nos fijamos en otro tema completamente distinto. Pero por supuesto pienso que la violencia no sólo la inculcan los medios, sino la sociedad en general. Viniendo de país que ha pasado una guerra, siempre me preguntaba cómo nos vería la gente desde fuera.
“Vivimos en un mundo de espectáculos, pero cada espectáculo dura sólo un día”
Veinte años más tarde, veo Siria como periodista y puedo imaginarlo. Nos veían del mismo modo que yo veo Siria ahora, intentando entender cuál es la verdad. Y no lo sé. Unos medios dicen unas cosas, otras dicen otras... Somos conscientes de que hay caos en Siria pero no sabemos qué está pasando realmente. Se proyectan imágenes violentas en la televisión y, cuántas más vemos, más se convierten en una cosa superflua. Como la foto de Aylan, el niño que apareció muerto en la playa; fue un gran boom por un día. Pero, ¿y el resto de niños que se encuentran en la misma situación que él? ¿Pensamos en ellos? No.
Por eso creo que es muy importante no responder a estos impulsos de los medios como la CNN o de las grandes agencias de noticias, porque tratan los problemas de manera superficial. Están los periodistas que realmente quieren publicar las historias de la gente y los que sólo quieren encontrar la noticia espectacular que abrirá el informativo. Nosotros consideramos importante profundizar en los temas que tratamos.
A pesar de estar informadas, si no actuamos nada cambia. ¿Cómo piensas que se puede transformar la conciencia política en acción social?
Creo que en general hemos perdido el sentido de la solidaridad. Es una enfermedad extendida que sufre la sociedad en todo el mundo. Necesitamos llegar a todos los grupos de la sociedad para que nuestros problemas estén presentes en la agenda de alguien; es muy importante que entendamos esto. Si no pensamos en las que viven en la calle, las sin trabajo, las que han perdido su casa por culpa de los bancos, las trabajadoras precarias, las jubiladas, y todos los grupos desfavorecidos de la sociedad... Si ellas mismas no son capaces de juntarse y entender los problemas de cada una, nunca podremos tratar estos problemas a gran escala.
“Si los grupos precarios no son capaces de juntarse y defender sus derechos mutuamente, nunca podremos tratar estos problemas a gran escala”
Y desafortunadamente creo que no sucede por la falta de solidaridad y, en muchos casos, es también por la ausencia de trabajo de base. Los políticos siempre utilizan palabras como justicia social, equidad, solidaridad, etcétera; pero nadie trata los asuntos sociales de la forma correcta. Trabajando como activista me he dado cuenta de que debes ir más allá en la discusión y tener mucha paciencia con la gente, porque en este neocapitalismo todo el mundo es abandonado a su suerte. Estamos perdiendo el sentido de la comunidad porque nos imponen constantemente el de la individualidad. Y claro, podemos luchar por nuestra individualidad como personas, pero sin un pensar colectivo no quedará nada.
Yo, por ejemplo, no creo que fuera feliz o buena trabajadora si no me solidarizo con el resto de compañeras, con la gente precaria. Mi generación nunca tendrá una pensión en nuestra sociedad con un background socialista. Mi madre cobra una pensión porque era profesora, y considera que es algo completamente normal, pero treinta años más tarde ya no lo será. Como periodista he trabajado durante años sin contrato, estaba allí pero en la seguridad social nunca he existido. No creo que la situación vaya a cambiar en los próximos años. Desconozco cómo acabará todo esto pero lo único que veo es que los grupos precarios han de trabajar juntos y apoyarse mutuamente.
“La única manera que tenemos de tratar los asuntos sociales que nos interesan es extendiendo el sentido de la solidaridad y la colectividad”
¿También te dedicas a los documentales?
He participado en algunos, pero no soy directora. Ahora estoy trabajando en uno por primera vez como periodista, es sobre los resorts que existían en Yugoslavia para los antiguos trabajadores. Antes, cada compañía o sindicato tenía un resort vacacional al lado del mar gratuito para los trabajadores y para los miembros de los sindicatos de determinadas compañías cuando terminaba su trabajo. Hay unos doscientos que están completamente destruidos, pero todavía existen por toda la costa adriática.
Estoy localizándolos para reconstruir la historia de lo que significaba ser trabajador antes. No puedo imaginar que mi empresa (o cualquiera) me pague sesenta días de vacaciones gratis al lado de la playa. Es una cosa utópica, pero nuestros padres lo han vivido. Estoy intentando, desde la perspectiva de mi generación, volver a poner valor estas historias de cómo trabajaban y cuál era su función, y de qué manera es posible crear ese tipo de estructuras que son inimaginables en la situación actual.
“El proyecto ‘Sindicalisation’ estudia antecedentes y profundiza en las posibilidades de crear nuevas estructuras sindicales con bases diferentes”
Nuestra organización está acabando ya esta historia de este gran proyecto llamado “Sindicalisation” que profundiza en cómo sindicar la ciudad hoy en día. Estamos investigando diferentes aspectos sobre lo que eran antes los sindicatos y lo que son ahora y qué posibilidades tenemos de crear nuevas estructuras con diferentes bases. Es una investigación muy profunda de tres años y confiamos en que muy pronto esté acabado y podamos difundirlo
¿Tienes más proyectos a desarrollar en un futuro próximo?
El próximo mes traduciremos también el libro que publicamos hace poco sobre el frente antifascista de mujeres de la Segunda Guerra Mundial. Era una organización de la antigua Yugoslavia. En Bosnia y Herzegovina, uno de los países con mayor analfabetización de las mujeres, este frente antifascista enseñó a más de un millón de mujeres a leer y escribir. Durante años, cuando terminaban sus jornadas se iban a los pueblos cercanos a trabajar con las mujeres. Estamos recopilando toda la información posible en Yugoslavia sobre este colectivo y su trabajo y analizándolo desde nuestra posición actual.
“El momento de los partidos antifascistas fue uno de los más gloriosos de nuestra Historia y es importante que estén presentes de nuevo en nuestras conciencias”
Publicamos el libro el año pasado en Bosnia, Croacia y Serbia, pero en un mes tendremos la versión online en inglés. Creo que es importante recuperar estas historias sobre la Segunda Guerra Mundial y la colaboración antifascista, teniendo en cuenta el auge de la extrema derecha y de los partidos populistas. El momento de los partidos antifascistas fue uno del momentos más gloriosos de nuestra historia y es importante que estén presentes de nuevo en las conciencias de la gente. Y como feministas queremos remarcar el papel tan necesario que las mujeres tuvieron en este conflicto.
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Gracias Marta Navarro por el texto, Eva Máñez por la foto, gracias El Salto por publicar las ideas de Ines Tanovic, su interés de saltar fronteras, enlazando la realidad sin olvidar la historia para "recuperar el sentido de la solidaridad, haciendo frente (desde una convicción militante) a "estos impulsos de los medios como la CNN o de las grandes agencias de noticias"...