Antimilitarismo
El antimilitarismo contra la Paz

¿Qué espacio le queda al militarismo si el Gobierno de España envía armas a un contendiente de un país en guerra en nombre de la Paz?
Pegatina movimiento pacifista finales década 1970
Pegatina del movimiento pacifista de finales de la década de 1970 (Archivo de la Asamblea Antimilitarista de Madrid)
Asamblea Antimilitarista de Madrid
22 abr 2022 07:50

A las antimilitaristas se nos revuelven las tripas cada vez que oímos “paz” en las declaraciones de Margarita Robles o de Pedro Sánchez, ministra de Defensa y presidente del gobierno español, respectivamente, o de Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, los tres del PSOE. Se nos revuelven cada vez que el Gobierno se pronuncia y une “Paz” y armamentismo. Se proclaman pacifistas en la misma frase en la que justifican que, por eso mismo, enviarán armas a Ucrania. Las lanzagranadas contracarro, munición y ametralladoras ligeras, además de otras armas, enviadas por España son, en palabras institucionales de Sánchez ayer, desde Kiev, la prueba de que “España se desvivirá por el restablecimiento de la paz”. Además de las millonarias aportaciones que los estados europeos han realizado por su cuenta, los 1.500 millones de euros que se han enviado a Ucrania solo en armamento provienen del llamado Fondo Europeo de Apoyo a la Paz. Pues ¡menos mal que no hay uno dedicado a apoyar las guerras!

Con las cuestiones atañentes a la paz se viene haciendo guerrilla de información desde las instituciones durante decenios. Dicen “Paz” y nos echamos a temblar

Ojalá nadie trabaje tan incansablemente por la paz “desde la otra trinchera”, porque, con pacifistas así, ¿qué espacio le queda al militarismo? En otras palabras, si tales personajes son "pacifistas” y nosotras estamos en las antípodas, ¿qué somos? La importancia de nombrar las realidades en política es obvia. Emplear un concepto u otro implica sacar o meter algo del foco, o incluso parodiarlo, o si no que se lo pregunten al PP con ese esperpento de la “violencia intrafamiliar”. Con las cuestiones atañentes a la paz se viene haciendo guerrilla de información desde las instituciones durante decenios. Dicen “Paz” y nos echamos a temblar.

El extraño caso de un oxímoron de solo tres letras

Lo decíamos en otro artículo: todas las guerras se lideran desde los respectivos ministerios de Defensa de los países que las comienzan. Indefectiblemente. Del mismo modo, todos los ejércitos cuando combaten, es decir, cuando hacen aquello para lo que existen, producen “crímenes contra la humanidad” y cualificadamente contra las mujeres del bando contrario. Todos y siempre.

Comentábamos en pleno confinamiento ejemplos de oxímoros. Casi todos eran sintagmas compuestos de sustantivo y adjetivo, alguno sumaba más palabras. En este caso, basta un solo sustantivo para construirlo, y de solo tres letras en nuestro idioma: paz. Sin más, un oxímoron en sí mismo según quien lo pronuncie o escriba, si lo dice con mayúsculas o minúsculas. Pensemos que el Premio Nobel de la Paz se le ha otorgado a “pacifistas” tan conspicuos como Jimmy Carter (2002), Al Gore (2007) o Barack Obama (2009). Recordemos los “25 años de Paz” con los que Franco celebró “el fin de la guerra”. No es necesario insistir demasiado en ello, ahora que el neofranquismo, o franquismo a secas, se ha quitado la careta e impide por todos los medios enterrar a los muertos de aquella guerra como los humanos debemos hacerlo. Difícil paz la de 1964. Veremos si en dos años no proponen celebrar el sexagésimo aniversario de esos funestos 25 tan poco pacíficos. Difícil paz para quienes conviven con el dolor de tener a familiares en cualquier cuneta. Del mismo modo hablamos de acuerdos de paz cuando en realidad queremos decir acuerdos de (fin de una) guerra. No es lo mismo. Pero ojalá que el militarismo fuese solo patrimonio de franquistas y derechistas. Ojalá. Sin entrar en las diferencias conceptuales y de tradición entre antimilitarismo y pacifismo, ambas son adscripciones que inquietan a un lado y a otro, imbuidos los extremos y los centros tantas veces de la misma épica. Por la parte de la derecha es obvio y hasta entendible; por la otra, desagrada a quienes piensan que hay guerras justas o añoran la de clases, o a quienes justifican el fin a costa de los medios.

La paz no es ausencia de guerra. Este enunciado negativo es una de las máximas del antimilitarismo, del pacifismo si se quiere. En Afganistán no hay paz, aunque terminó la guerra. En la frontera sur europea estamos en guerra (con un solo contendiente armado a las órdenes de Grande-Marlaska y miles de víctimas desnudas e indefensas), si bien todos los países que “mantienen” tales fronteras presuntamente estamos en Paz.

No todas las antimilitaristas se han reclamado siempre pacifistas, aunque esa doble condición haya sido la opción, diría yo, mayoritaria entre el antimilitarismo español que nació con los estertores del franquismo y reclamó tal condición. No es cuestión de expedir carnés de nada, pero sí creo que es legítimo que quienes así nos nombramos y llevamos años transitando por esta complicada e incomprendida senda, opinemos y algo podamos decir sobre qué es pacifismo. Del mismo modo, considero que toda esta patulea militarista de señoras, señores y señoros del PSOE post-Suresnes dejan en mal lugar la tradición, en muchos casos abiertamente pacifista, que históricamente tuvo el socialismo español.

En Afganistán no hay paz, aunque terminó la guerra. En la frontera sur europea estamos en guerra, si bien todos los países que “mantienen” tales fronteras presuntamente estamos en Paz

Somos insultables

Así las cosas, ¿somos entonces pacifistas los antimilitaristas? Y si lo fuéramos, ¿esta gente que defiende que más armas contribuyen a la Paz, qué son? Javier Cercas nos saca de dudas en un artículo publicado este mismo mes titulado No pasarán. Acusa a quienes nos oponemos al envío de armamento de “pacifistas de chiquipark” y de matar a más gente que Rambo. Si lo dice Cercas, con sutileza virtuosa y trazo fino, nos queda una esperanza para seguir siendo, además de antimilitaristas, pacifistas, siquiera de esa manera tan graciosa. Estamos, señor Cercas, muy acostumbradas a que nos ridiculicen. Políticos, jueces y opinadores como usted lo hicieron sistemáticamente con los insumisos que contribuyeron a acabar con el Servicio Militar Obligatorio durante años. Lo hace Putin, con quienes se oponen a la guerra. Lo hace Zelenski con los varones que no quieren empuñar las armas. Lo hace el New York Times. Sin ningún coste; siempre sale gratis. Somos insultables: o matamos más que nadie o somos ni-nis. Y todo a la vez. Cierto es que cuando periódicamente escuchamos los mismos cuentos es que parte del mensaje que propugnamos ha emergido un poco y le escuece a alguien. Si no, ni se nos nombra, por si acaso. No conviene abrir grietas en la fidelidad militarista.

Digan “pacificación”, pues, cuando prostituyen cada día la palabra “paz”. Y déjennos en ella

Lejos de la sesuda geopolítica que practican los gobernantes y replican los palmeros, los poetas parecen seres más adecuados para ponderar el significado de las palabras y contarnos ese quid de las mismas que a veces se nos escapa. En “Oda a la pacificación” Mario Benedetti escu(l)pió unos versos que, uno por uno de los nueve, parecen escritos ayer, pensando en Ucrania:

No sé hasta dónde irán los pacificadores con su ruido metálico de paz

pero hay ciertos corredores de seguros que ya colocan pólizas contra la pacificación

y hay quienes reclaman la pena del garrote para los que no quieren ser pacificados

cuando los pacificadores apuntan por supuesto tiran a pacificar

y a veces hasta pacifican dos pájaros de un tiro

es claro que siempre hay algún necio que se niega a ser pacificado por la espalda

o algún estúpido que resiste la pacificación a fuego lento

en realidad somos un país tan peculiar

que quien pacifique a los pacificadores un buen pacificador será[1].

Digan “pacificación”, pues, cuando prostituyen cada día la palabra “paz”. Y déjennos en ella que, como bien sabemos, es distinto de decir que no nos dejen en guerra. Porque paz y guerra, simplemente, no se sitúan en el mismo nivel semántico.

El resumen de todo este texto lo expresó magistralmente Gloria Fuertes en una gloriería de tan solo dos versos:


El pacifismo se nos ha quedado antiguo.

Ahora somos antimilitaristas[2].


[1] En Letras de emergencia (1973).
[2] El micropoema se titula “Medito”, y fue recogido póstumamente en el volumen Glorierías (para que os enteréis). Madrid: Ediciones Torremozas, 2001, p. 48.
Sobre o blog
Antimilitarimo y Noviolencia
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Frontex
Frontex Sin límites para Frontex
La experta en militarización de fronteras cuestiona el papel real de Frontex, una agencia internacional creada para apuntalar la Europa-fortaleza que da la espalda a los derechos humanos
Antimilitarismo
Opinión Lo que está pasando no es lo que está pasando
Contra la guerra, la apatía y el aturdimiento; desde el recuerdo insumiso y desde la búsqueda pemanente del camino justo entre la bruma.
Sobre o blog
Antimilitarimo y Noviolencia
Ver todas as entradas
Investigación
Migracións Mulleres á fronte dende o sur global
Nace unha iniciativa de investigación, intervención e acción participativa na Galiza para potenciar o diálogo e intercambio de saberes entre as voces subalternizadas das mulleres do sur global.
Ley de Memoria Histórica
Memoria democrática La ofensiva legislativa de PP y Vox contra la verdad, justicia y reparación
Las asociaciones memorialistas del estado hacen frente común en la Unión Europea y no descartan acudir a los tribunales para defender los derechos de las víctimas del franquismo.
Especulación urbanística
Turistificación Canarias dice basta: activistas organizan una movilización histórica en las islas frente a la turistificación
Precarización, pobreza, desigualdad y dificultad de acceso a la vivienda, así como la enorme contaminación de los espacios naturales causada por el modelo turístico, son algunas de las problemáticas por las que Canarias sale a la calle el próximo 20 de abril.
Cine
Cine RTLM, la radio del odio que alentó el genocidio en Ruanda
Cuando se cumple el 30º aniversario de la tragedia en Ruanda, llega a las pantallas ‘Hate Songs’, que se estrena el viernes 19 de abril, una metaficción que transcurre en los estudios de la emisora controlada por los hutus.
Laboral
Laboral CC OO, UGT y USO rechazan firmar el convenio de Decathlon al no incluir la cláusula de garantía salarial
Decathlon ha firmado el acuerdo con el sindicato mayoritario, SGICD, auspiciado por la propia empresa. El convenio para 2024-26 incluye un incremento salarial del 15%, que recupera la pérdida del 12% de los dos anteriores.
Italia
Italia El gobierno Meloni allana el camino a los antiabortistas
La Cámara de Diputados italiana ha aprobado por amplia mayoría una ley que permite a las organizaciones anti-elección entrar a los centros de asesoramiento público donde acuden mujeres que están pensando en interrumpir su embarazo.

Últimas

A Catapulta
A Catapulta A Catapulta recibe o presidente da AELG, Cesáreo Sánchez
O poeta e presidente da Asociación de Escritoras e Escritores en Lingua Galega conversa con Samuel L. París no episodio 12 do programa.
Violencia policial
Violencia institucional Iridia consigue reabrir judicialmente el caso de una muerte por pistola taser policial
Es uno de los 56 casos en los que ha litigado la entidad de derechos humanos en 2023 y en los que hay un total de 156 agentes o funcionarios encausados.
Genocidio
Rumbo a Gaza La Flotilla de la Libertad se prepara para zarpar hacia Gaza
Un carguero con 5.500 toneladas de ayuda humanitaria y tres barcos más cargados con cientos de personas, entre ellas observadores de los derechos humanos, personal médico, periodistas y políticos —incluida Ada Colau—, integrarán la Flotilla.
Personas sin hogar
Personas sin hogar “Una noche por todas sus noches” en protesta por las personas sin hogar en Granada
El cierre de un centro de acogida nocturno en el centro de la ciudad, que acogía a más de 50 personas, ha agravado la ya precaria situación de acogida de las personas sin hogar
Más noticias
Ciencia
Ciencia Ideología en la ciencia, y en su divulgación
La formación de una ciudadanía crítica también involucra aprender a identificar y cuestionar los componentes ideológicos enraizados en la práctica científica, y en la comunicación de la ciencia hacia los públicos no expertos.
EH Bildu
Elecciones vascas EH Bildu se abre a un pacto abertzale en campaña electoral que no convence al PNV
Los ofrecimientos de la izquierda abertzale han sido constantes estas dos semanas y, frente a ello, los jeltzales han mantenido una postura beligerante. En la práctica, ambos partidos se han entendido en distintas materias.
País Vasco
Los audios del PNV Las presiones de Unai Rementeria a un alcalde: “Le tienes que exigir que se pringue"
Hordago destapa nuevos audios sobre una operación del PNV para torcer el brazo de un funcionario de la administración local y un técnico de la Diputación Foral de Bizkaia y revestir de legalidad contrataciones públicas.
Opinión
Opinión ¿Qué Europa queremos hoy?
Los resultados de las próximas elecciones europeas pueden derivar en un importante punto de inflexión para la razón de ser de la Unión Europea.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.

Recomendadas

Cárceles
Carabanchel Tele Prisión, memoria audiovisual de una cárcel
Además de varias películas que se han acercado a la cárcel de Carabanchel, Tele Prisión fue un canal de televisión interno en el que participaron numerosos reclusos y algunos educadores de esa prisión madrileña. Emitió de 1985 a 1987.
Historia
Historia Rubén Buren: “La memoria debe ser aquello que nos construye y nos une como ciudadanía”
El historiador y polifacético Rubén Buren coordina el libro 'La Segunda República', una oportunidad para dar a conocer este periodo a un público no especializado.
Culturas
Xirou Xiao “Mi mirada artística es constructiva y, por tanto, tiene en la educación su aliada”
La compañía de performers Cangrejo Pro; la exposición ‘Zhōngguó. El País del Centro’ o la película de Arantxa Echevarría ‘Chinas’ son algunos de los proyectos en relación a la comunidad china en Madrid con la impronta de Xirou Xiao.