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Antimilitarismo
Sobreseídas y contentas
El pasado 28 de junio de 2022 un grupo de activistas de Desarma Madrid con participación de Alternativa Antimilitarista. Movimiento de Objeción de Conciencia de varias partes del estado español, Ecologistas en Acción, Plataforma por la Desobediencia Civil, BDS-Madrid, Yayoflautas Madrid, Mujeres de Negro contra la Guerra Madrid, Fridays for Future, Alternativas Noviolentas, CGT-Zona Sur, Extinction Rebellion, Caravana Abriendo Fronteras, La Enre, Ateneo Libertario de Carabanchel, y otras personas a título individual, realizamos una acción de protesta/performance/intervención artística en la Escuela de Guerra del Ejército, en Madrid. Tras ser identificadas y llevadas a comisaría, unos meses después nos encontramos con propuestas de sanción que ascendían a 16.400 euros (600 por cada activista que participó en la acción).
Ahora informamos de que, tras un proceso tedioso de alegaciones y declaraciones, todas las propuestas has sido desestimadas. Y como es de bien nacidas ser agradecidas, antes de nada queremos hacer constar nuestro eterno agradecimiento a las compañeras de Legal Sol, que nos han guiado en este laberinto que son los temas legales.
Al hilo de la noticia, nos gustaría recapitular y hacer alguna que otra reflexión.
La primera es recordar el contexto de la acción. Tuvo lugar durante cumbre de la OTAN que se celebró en Madrid esos días, una ciudad tomada literalmente por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (y no sólo Madrid, pues la paranoia militarista no tiene límites ni sabe de lindes municipales, pero esta es otra historia ‒o histeria‒). Con este panorama, un irreductible y “pequeño” grupo de 28 personas pudimos llegar a la puerta de la Escuela de Guerra del Ejército para protestar. Y alguien podría preguntarse, ¿Cómo unas instalaciones evidentemente militares eran tan accesibles en tal situación? Fácil, porque la paranoia militarista suele ser muy inconsistente, y su concepto de seguridad hace aguas por todos lados. Si tanto riesgo había, desde su lógica deberían haber blindado cualquier cosa que sonara a OTAN, ejército, etc., pero no (y ¡eh! que no les estamos dando ideas, solo señalamos su inconsistencia). Y por cierto, hablando de seguridad, ¿sabéis que cosa nos da mucha inseguridad? La crisis climática, pero no somos las únicas, que nuestra ministra de defensa, también, lo dijo claramente: “el cambio climático es una de las amenazas más acuciantes para la seguridad”. Spoiler: no le preocupa la desertificación del territorio español, el sufrimiento de las poblaciones más vulnerables o la falta de previsión para las olas de calor en los coles del estado español, que a bote pronto parecen puntos importantes para hablar de seguridad humana. No, le preocupa que esto se llene de personas subsaharianas. ¿Tendrá esto algo que ver con las políticas militares de la UE? No sé, no sé.
La paranoia militarista suele ser muy inconsistente, y su concepto de seguridad hace aguas por todos lado. Lo que nos da inseguridad, por ejemplo, es la crisis climática
Pero hablando de colegios, volvamos a lo que nos ocupa: la acción en la Escuela de Guerra. ¿Por qué allí? Ya lo explicamos ampliamente en una entrada de esta vuestra casa (para las personas despistadas, nos referimos a este blog, que podéis leer cómodamente en vuestro domicilio o donde queráis): En Madrid hay una Escuela de Guerra… y la visitó el comando Babi, pero como no os vamos a pedir tanta sesión de lectura, os lo resumimos: queríamos recibir a las autoridades otanistas denunciando una instalación militar y de paso reapropiarnos de un término tan bonito como es PAZ, que en boca de ministros de la guerra, militares y demás personajes del engranaje militar-industrial, resulta siniestro. Y de paso deshacer el oxímoron de usar las palabras “escuela” y “guerra” en la misma denominación. La escuela, ese espacio que debe ser de crecimiento, descubrimiento del mundo y de nosotras mismas, de adquirir conocimiento, de aprender a colaborar, a ser ciudadanas, amigas... se convierte en manos de militares en un centro de aprendizaje para la muerte y la destrucción.
A estas alturas, la lectora sagaz se estará preguntando el porqué de las multas ¿desobediencia, resistencia a la autoridad, terrorismo, crímenes de lesa humanidad? Pues no, deslucimiento de fachada. Porque resulta que una Escuela de Guerra (en un edificio bastante insulso, la verdad, aunque para gustos, los colores) luce mucho, pero nuestro arte alegre, colorido y naif desluce. El novio de la muerte debe estar a la altura de Pierrot Lunaire de Arnold Schoenberg, pero nuestras canciones infantiles, las de toda la vida, molestan (bueno, vale, un poco tuneada la letra eso sí lo reconocemos). Nos alegramos de que el sentido común se haya impuesto, aunque hemos de decir que en las notificaciones del sobreseimiento echamos en falta al menos una felicitación por el esfuerzo en decorar la Escuela de Guerra, que claramente quedó muy lucida. Efectivamente, para gustos… los colores.
En honor a la verdad, hay que señalar que las sanciones no vinieron por denuncia de ningún estamento militar sino por iniciativa propia de la Delegación del Gobierno, a la sazón presidida por Mercedes González, actual directora de la Guardia Civil que, como su propio nombre engaña, es un cuerpo militar. Esto sucede porque no hay políticas militaristas sin gobiernos militaristas y este gobierno, que se dice el más progresista de la historia, ha hecho méritos para ser el más militarista: un aumento del 26 % del presupuesto militar que en cifras reales, contando el gasto oculto, ascenderá a los 48.800 millones de euros. La aprobación por el Consejo de ministros de más de 9.000 millones de euros extra para gasto militar en lo que va de año, la acogida entusiasta de una cumbre de la OTAN y la no despreciable aportación a la militarización de Europa del socialista Josep Borrell. Sólo nos falta oír por boca de Margarita Robles que el ejército “está poniendo la vida en el centro” (de la diana).
Las sanciones no vinieron de ningún estamento militar sino por iniciativa propia de la Delegación del Gobierno más progresista de la Historia
Sobreseídas o no, con multas o sin ellas, es nuestra intención seguir luchando por la paz y denunciando las guerras y el militarismo. Ahora disculpad, que tenemos que ponernos a trabajar que hay una feria de armas en breve por Madrid que vamos a ver si conseguimos que se cierre definitivamente.
Ah, y contentas siempre.