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Portugal
El Partido Socialista exprime al máximo el voto útil y Costa gobernará libre de pies y manos
En el Altis Grand Hotel, el cuartel general escogido por el Partido Socialista para recibir los primeros sondeos de voto, los gritos de júbilo ya se oyeron desde las 20h. A esa hora se emitieron las primeras estimativas, y éstos daban una clara victoria a António Costa. Lo que se fue revelando a medida que la noche iba ofreciendo más datos fue aún más sorprendente: la posibilidad de una mayoría absoluta socialista en unas elecciones que, por primera vez desde 2005, pueden haber reducido el número de abstenciones.
Con el 99% de los votos contados, el Partido Socialista ha conseguido el 41,9% de los votos y 117 diputados, uno por encima de los 116 que necesita para poder gobernar en solitario. El principal partido de la oposición, el Partido Social Demócrata (PSD) de Rui Rio, va muy por detrás con el 27,8% y 71 diputados. El partido CHEGA, de extrema derecha, se convierte en la tercera fuerza parlamentaria, arrebatándosela al Bloco de Esquerda. CHEGA ocupará doce escaños.
El PSD parece haberse desinflado como por arte de magia en tan solo cinco días. Las últimas encuestas, publicadas el día 22, si bien no podían tener otro significado que un empate técnico entre ambas opciones, lo cierto es que ponían a Rio al frente de los socialistas por un estrecho margen. De hecho, aún el 25 de este mes Rui Rio llegó a aconsejar al Primer Ministro que “pierda con dignidad”, palabras de las que se debe de estar arrepintiendo esta noche.
Los que han mantenido las expectativas de todas las encuestas han sido el partido de el populista André Ventura, CHEGA, que en las pasadas elecciones había conseguido tan sólo un diputado, y los conservadores liberales de Iniciativa Liberal, que suben y se colocan incluso por encima del Bloco de Esquerda. Esto conformará un Parlamento con mayor peso de los conservadores, e incluso de los ultraconservadores, que el que salió de las últimas elecciones de 2019.
Viendo los resultados, no es exagerado afirmar que el puesto de Martins al frente del Bloco está en el aire
En toda jornada electoral existen ganadores y perdedores, pero también existen algunos que pierden más que otros. Es el caso de la líder del Bloco de Esquerda (BE) Catarina Martins, que, junto a Rui Rio, puede ser considerada la gran perdedora de la noche. El Bloco ha perdido casi dos tercios de sus representantes en el Parlamento, pasando de los 19 escaños que obtuvo en las elecciones de 2019 a quedarse esta vez con cinco representantes.
Esta derrota bloquista no sólo tiene una lectura a futuros, interpretada en la alta probabilidad de que el BE pierda la cómoda posición de ser el socio predilecto del Partido Socialista en el Parlamento. También tiene una lectura hacia el pasado, ya que muchos consideran que el país fue abocado a las elecciones anticipadas por la negativa del BE a aprobar los Presupuestos Generales presentados por sus socios de gobierno, esto es, por el Partido Socialista. Viendo los resultados, no es exagerado afirmar que el puesto de Martins al frente del BE está en el aire. La continuidad de Rio al frente del PSD tampoco está asegurada.
Habrá que esperar a los estudios demográficos de voto, pero todo apunta a que ha habido una fuga de votos hacia el PS desde los partidos más pequeños a la izquierda del hemiciclo. No sólo como castigo al Bloco de Esquerda y a la CDU por no permitir la aprobación de los Presupuestos para 2022. Parece probable que los electores de izquierda se decantaron por el voto útil, normalmente tan devastador para los partidos pequeños: ya por darle estabilidad al Gobierno de António Costa, ya por la amenaza muy real de un posible Gobierno conservador apoyado por la extrema derecha de André Ventura.
Quién va a gobernar Portugal los próximos cuatro años ya está claro, y será un Gobierno socialista. La mayoría absoluta no hará necesarios los apoyos de LIVRE o PAN, que ya se daban por descontados.