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Precariedad laboral
Huelga indefinida de las limpiadoras de portales de Valladolid
Cuando Ana Isabel Rojo recibió un mensaje de su jefe en la empresa Soldelim 2016 para cerrar un acuerdo y poner fin a la huelga, este le dijo que solo se reuniría con las trabajadoras. “No me reúno con maridos, primos, hermanos, amigos, sindicalistas, etcétera. Yo voy solo”, le envió. Rojo contestó firme: “Nosotras vamos solas, pero todas somos sindicalistas”. Aquel encuentro, que parecía el inicio del final al conflicto laboral, al final no supuso tal. Ahora, todas las limpiadoras de portales, excepto el cristalero de la compañía, el único hombre de la plantilla, han retomado una huelga indefinida para reclamar que se les abone las cuantiosas cifras que se les adeudan.
“Al principio siempre iban con retraso. Nos pagaban la nómina el día 20 y las extras nos las dejaban a deber y nos llegaban dos o tres meses más tarde”
Tanto Rojo como las cinco compañeras que han decidido plantarse ante su empresa son limpiadoras de portales en Valladolid. Entre todas pueden hacer hasta 60 horas en una jornada. “Al principio siempre iban con retraso. Nos pagaban la nómina el día 20 y las extras nos las dejaban a deber y nos llegaban dos o tres meses más tarde”, inicia su discurso esta trabajadora. La sorpresa llegó este abril cuando un gestor de una comunidad de vecinos le comentó que la empresa, Soldelim 2016, estaba en apuros fiscales. Hacienda había escrito a la comunidad que el pago que debería ir a la compañía, se lo hicieran a ellos.
“El jefe me dijo que eran problemas que ya estaban solucionados, pero a partir de entonces no les volvimos a encontrar por la oficina, ni respondían los mensajes, ni las llamadas de teléfono”, comenta Rojo. Un extremo confirmado por El Salto, ya que la entidad tampoco ha respondido a los reiterados intentos de este medio por recabar su versión. Fue ahí cuando se empezó a encender la chispa de la huelga que vendría después, pues Rojo ya estaba afiliada a CNT junto con otra compañera.
Uno de los obstáculos contra los que han tenido que luchar es la deslocalización de sus puestos de trabajo, ya que ni entre ellas se conocían
Uno de los obstáculos contra los que han tenido que luchar es la deslocalización de sus puestos de trabajo, ya que ni entre ellas se conocían. A día de hoy, y debido al silencio impasible de la compañía, ni siquiera saben cuántas limpiadoras componen la plantilla. “Ahora ha aparecido otra compañera que lleva 20 años aquí, pero que nos conoció porque su marido nos vio por internet”, comenta al respecto.
Sin reacción hasta la huelga indefinida
Todos sus contratos son a tiempo parcial, indefinidos y fijas en el centro de trabajo. Es decir, pase la empresa de limpieza que pase por la comunidad de vecinos les debe subrogar. “Yo desde hace un año tengo algo más de suerte y hago 35 horas, y cobraba 1.038 euros. Otras compañeras están a 15 horas y cobran muchísimo menos”, denuncia esta limpiadora, consciente del sector hiperfeminizado al que pertenece su desempeño laboral.
Rojo y sus compañeras, las que se conocía, se empezaron a armar en CNT: “Primero creamos la sección sindical, y después convocamos una huelga para la tercera semana de cada mes”, explica. Así estuvieron junio, julio y agosto. En septiembre, si no había solución, irían a la huelga indefinida. Fue en ese momento cuando el jefe de Rojo, la delegada sindical en la entidad, escribió el mensaje instándola a reunirse, pero sin acompañantes. “Nos dijo que no nos aseguraba que nos pudiera pagar, y eso que a la que menos le debía le adeudaba la nómina de octubre del año pasado y una extra”, rememora esta limpiadora.
Las limpiadoras han ido a la huelga general dado el incumplimiento de todos y cada uno de los apartados a los que Soldelim 2016 se había comprometido
Se levantaron y se fueron. El siguiente lunes comenzó la huelga. “Justo antes de salir a los piquetes, me mandó un WhatsApp y me dijo que se comprometía a pagar la deuda y los plazos que había pensado para ello. Nosotras no acudimos a nuestros puestos de trabajo hasta que firmamos el acuerdo en el servicio de mediación laboral extrajudicial (SERLA) una semana después”, continúa Rojo. Por fin, Soldelim 2016 reconocía la deuda, la sección sindical de CNT y se comprometían a regularizar algunos anexos de los contratos, algo que afectaría positivamente a las trabajadoras en caso de subrogación.
Sin resultados positivos
Poco duró la ilusión. Desde el pasado 6 de noviembre, las limpiadoras han ido a la huelga general dado el incumplimiento de todos y cada uno de los apartados a los que Soldelim 2016 se había comprometido. “Un día le vi y me acerqué a hablar con él. Desde entonces, ni mensajes, ni llamadas, ni se le ha vuelto a ver… Algunos vecinos sí que me han contado cómo, algún día, los dos jefes han subido la verja de la oficina de madrugada para evitar que se les vea”, explicita la sindicalista.
Uno de los actores en este conflicto son las comunidades de vecinos, quienes tienen la potestad de rescindir sus contratos con Soldelim 2016: “Les pedíamos que les presionaran o que cambiaran de empresa, y lo empezaron a hacer más cuando amenazamos con la huelga general de septiembre. Esperamos que con este paro también se sumen más portales”, reivindica Rojo. Además, son las principales afectadas de la dejadez de la compañía que, según denuncian sus trabajadoras, llevaban meses fregando sin jabón ya que no se lo proporcionaban.
La importancia de protagonizar tu propia lucha
Esta pequeña huelga en una pequeña empresa de una pequeña ciudad no es fácil de ganar, ni tampoco de empezar. El empoderamientos de estas mujeres limpiadoras de portales no ha venido solo, sino del empuje constante que varias de ellas hicieron desde el principio. “Lo primero que hicimos fue quedar con varias de las trabajadoras a tomar un café, y decidieron afiliarse”, cuenta Víctor González, asesor de la sección sindical y también cenetista.
Él estuvo presente el 31 de agosto, el día de la firma del pacto de fin de huelga. “Se hizo un calendario muy flexible para la empresa mediante el que podía fraccionar el pago de lo adeudado y se reconocieron los derechos a la sección sindical”, recuerda el mismo González. Nada de eso cumplieron, por lo que la huelga general en Soldelim 2016 se ha visto aupada por las continuas campañas de difusión y apoyo que está realizando CNT a las trabajadoras.
Este sindicalista también dedica unas palabras al jefe de Ana por el mensaje que le envió: “Ahí se ve la perplejidad de un señor que no se hace a la idea de que todas sus trabajadoras son sindicalistas, porque el sindicato son ellas. Nosotros no somos una asesoría como Legálitas, sino que ellas son las protagonistas de su conflicto”.
Por el momento, la principal reivindicación a la compañía es que se siente a negociar, pague y regularice los contratos y que todo ello vaya encaminado hacia la subrogación con otras empresas. Ese es otro problema: “Muchas empresas, por no decir casi todas las del sector en Valladolid, no quiere coger a estas trabajadoras porque tendrían que asumir la deuda de Soldelim 2016, cuando en realidad apenas es dinero, porque el contrato sería portal a portal”, se explaya González.
Cada vez son más los portales que se suman a dejar a Soldelim 2016 a un lado e intentar buscar una empresa que trate con dignidad y respete los derechos laborales de sus trabajadoras
La ardua tarea a la que se enfrentan, con repetidas movilizaciones de por medio en las que la Policía ha grabado a los manifestantes, empieza a dar sus frutos. Después de invertir tiempo, mucho tiempo, tanto en dar a conocer el caso a la sociedad como en reunirse con los presidentes de las comunidades de vecinos y sus administradores, cada vez son más los portales que se suman a dejar a Soldelim 2016 a un lado e intentar buscar una empresa que trate con dignidad y respete los derechos laborales de sus trabajadoras.
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Me alegro mucho cuando veo un artículo de este tipo. Gente que lucha, que ejerce sus derechos y no calla. Me hace sentir que vivo en un país mejor.
¡Bravo por estas mujeres (¡y por el cristalero!)!
Ánimo y fuerza.