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No se han dejado ni un solo tema del que burlarse porque 20 años dan para mucho. Lo mismo les han pedido a ETA que se apiade de los bacalas y sus discotecas, que han deseado lanzarle un cocktail molotov a los chivatos de balcón, que le han cantado a la gente de centro, a la del centro comercial. Amados y aclamados en cualquier festival que se precie, odiados por aquellos que no son capaces de pillar la sátira de sus letras, los Lendakaris Muertos encontraron la tecla de unas letras ácidas e irónicas, que lo mismo te sacan una carcajada que un “madre mía lo que acaban de decir”. Pero, sobre todo, que hacen disfrutar a los amantes del punk.
Como se suele decir, ya pintan canas. Responden y hablan tranquilos. Tan tranquilos que cuesta creer que sean los mismos que luego derrochan energía en el escenario y empalman canciones una tras otra hasta tocar repertorios tremendos de temazos sin dejarte respirar. Pero al hablar con ellos ves entre ellos ese mismo humor que desprenden sus canciones y la complicidad de aquellos que llevan compartiendo escenarios dos décadas. Acaban de sacar nuevo disco y vuelven a la carretera. “Mucho asco (casi) todo” (Qué Mala Patria, 2024) vuelve a repetir las mismas fórmulas que en discos anteriores porque, como dice su cantante Aitor, “un disco de los Lendakaris tiene que ser así” y, además, por qué iban a cambiar algo que funciona tan bien y nos gusta tanto.
En unos tiempos en los que se habla tanto de la censura y esa supuesta cultura de la cancelación. Lendakaris Muertos aguanta 20 años. ¿Cómo os lo habéis apañado?
Aitor Ibarretxe: ¿Cómo? Pues haciendo lo que nos gusta. Nuestra pasión es la música y meter caña.
Pero se dice mucho eso de “ahora no se puede decir nada” y vosotros decís lo que os da la gana.
Asier Aguirre: Bueno, sí que hemos tenido intentos de censura y cancelación. ¿Os acordáis cuando la Asociación de Víctimas del Terrorismo nos mandaba cartas semanales?
Potxeta Ardanza: Intentos, pero más que nada a la hora de tocar en sitios. Ayuntamientos que intentaban bloquear nuestros conciertos.
A.A: Una vez fuimos a tocar a Soria y habían empapelado las calles de Soria con carteles con letras nuestras sacadas un poco de contexto… aunque, bueno, algunas tampoco hace falta sacarlas mucho de contexto [ríen]. Y se montó. Pero era un rollo político. Gobernaba el PSOE y el PP quería presionarles. Nos dijeron que era mejor que fuéramos escoltados y ¡acabamos siendo escoltados por los policías municipales!
P.A: Sí, fue eso lo que nos pasó varias veces: sitios donde gobernaba el PSOE y los del PP aprovechaban para echarse encima de ellos llamándonos terroristas, que si apología de no sé qué y no sé que más…
Un disco de los Lendakaris tiene que ser así. Ya sabes lo que quieres y lo que te vas a encontrar
Y aún así aguantáis, sacáis otro disco después de 20 años, repitiendo la misma fórmula.
Aitor Ibarretxe: Claro. Un disco de los Lendakaris tiene que ser así. Ya sabes lo que quieres y lo que te vas a encontrar. Es como si te compras un disco de AC/DC o de los Ramones. En nuestro caso lo hacemos porque es nuestra seña de identidad y lo que nos gusta.
A.A: En la música dices lo que tú piensas, pero lo estás diciendo de una manera artística. No es que estés interpretando un papel, pero algo sí que se parece a interpretar. Igual por eso no se sufren tantas cancelaciones, aunque por supuesto que las hay.
¿Y por parte de la izquierda? ¿Os habéis visto señalados alguna vez?
A.I: Al principio, hace mucho ya. Tal vez algo por parte de la izquierda abertzale, pero tampoco fue mucho, no recuerdo casi nada.
P.A: En este caso no era de los partidos y los ayuntamientos, sino muchas veces por parte del público que no nos entendía. Gente que no entendía, por ejemplo, la letra de la canción Gora España o cuando Aitor se ponía la camiseta de la selección en directo.
Justo ayer una compañera de la redacción me contó que en Leganés os metieron un botellazo en la cabeza al tocar Gora España.
A.I: ¡Sí, a mí! Era una okupa en Leganés que se llamaba La Gotera. Nos llamaron para tocar un concierto para recaudar pasta para un tipo que estaba en la cárcel, creo que para abogados, y fuimos gratis. Empezamos a tocar y cuando tocamos Gora España un tipo me lanza una lata de cerveza sin abrir a bocajarro y me abre la cabeza. Y después del concierto también nos volvieron a dar, o bueno me dieron a mí.
P.A: Salimos escaldados, sobre todo por lo que dice él, que fuimos a tocar gratis con toda la buena intención y aquello fue rarísimo. Parecía que alguno nos tenía manía y aprovecharon para lanzarnos la lata. Recuerdo que yo me acabé desmayando porque hacía un calor de muerte. Era un antiguo mercado subterráneo y las salidas de respiración estaban tapadas para que no saliera el sonido. A Aitor le abrieron la cabeza, ¿pero seguimos tocando, no?
A.I: ¡Eso es! Seguimos y paramos justo en la última canción cuando tú te desmayaste.
P.A: Una mierda todo. Luego te llaman para que vayas a tocar gratis a algún sitio, les dices que no y te dicen que eres un chungo.
A.I: Sí, de hecho nuestros conciertos en las okupas se acabaron ese día.
A.A: Sí, ya sólo vamos si es un sitio conocido. También hay que decir que el tipo que le pegó con la lata también se acabó llevando lo suyo. Lo sacaron a la calle y se lió una buena.
A.I: Sí, a mí me volvieron a abrir la cabeza. Dos veces en una misma noche.
Habéis sacado un disco que se llama Mucho asco a (casi) todo. ¿Qué es ese casi? ¿Qué no le da asco a Lendakaris Muertos?
A.I: Muchas cosas, pero que no se pueden decir [ríe].
Eso no vale.
A.I: ¡La música! Pero bueno, al final lo que queremos decir que que no somos unos antitodo ni nada por el estilo. Quiere decir que en la vida hay cosas buenas y cosas no buenas, o cosas bonitas y cosas feas. No todo es malo ni mucho menos, aunque seamos punkis.
¿Y qué ha cambiado? ¿Qué no os daba asco hace 20 años y ahora sí que os da asco?
A.A: El tomate.
P.A: No, a mí el tomate me ha dado asco siempre.
A.I: Es buena pregunta, nos la tenías que haber mandado antes para que la pensáramos porque ahora no se me ocurre nada.
Antes todo era más inocente, ahora está todo más profesionalizado. Ahora lo noto como todo más corrupto
Bueno, ¿pues qué os hacía ilusión y ahora ya no tanto?
P.A: Cuando empiezas te ilusiona tocar en sitios grandes. Ahora te sigue gustando, pero ya no es tanta ilusión porque ya lo has hecho más veces. Y por el otro lado, es verdad que lo de antes también tenía su encanto, cuando íbamos tocando en peores condiciones, aunque no lo de La Gotera [ríen]. Pero tenía su encanto. Tocábamos en salas más pequeñas, vendíamos nosotros las camisetas que las llevábamos en una caja que pesaba mucho porque la gente nos pagaba en monedas. Antes todo era más inocente, ahora está todo más profesionalizado. Ahora lo noto como todo más corrupto.
A.A: Antes ibas a la aventura. Nunca sabías qué te ibas a encontrar. Ahora ya está todo muy profesionalizado. Pero tenía su encanto, y además nos ha dejado miles de anécdotas que contar. ¿Os acordáis de aquella vez que íbamos a Murcia y nos llamaron a mitad de camino para decirnos que si llevábamos equipo de sonido? [ríen]
P.A: ¡No, era Requena! No tenían equipo de sonido, acabamos tocando sobre unas mesas de colegio que hicieron de escenario, con los amplis y con unas bombillas que tenían por ahí.
A.I: ¡Y nos pagaron menos de lo que nos habían dicho! Nos timaron.
P.A: ¡También! Si nos habían dicho que nos iban a pagar 1.500 euros, nos acabaron pagando 1.000 o algo así. Un desastre, pero bueno, te dejan esas anécdotas que son divertidas y tienen su encanto, pero claro, tampoco vas a estar haciendo eso 20 años porque al final lo mandas todo a tomar por culo.
A nosotros lo que nos sigue llevando adelante es que nuestra pasión es la música y nos gusta mucho tocar
A.I: Hombre, yo creo que a nosotros lo que nos sigue llevando adelante es que nuestra pasión es la música y nos gusta mucho tocar. Te sigue haciendo ilusión ir a tocar a festivales como el Resurrection Fest, que vamos este verano, que es un festival heavies pero que nos gusta mucho. Seguramente vayamos a América de gira de nuevo, eso también nos hace ilusión. O cuando viene la gente y te pide que saques canciones nuevas, que no se quedan sólo con los clásicos, sino que te piden que saques una canción nueva sobre algún tema o ves que están expectantes de lo próximo que vamos a sacar. Eso nos sigue gustando e ilusionando.
Oye, no me queda muy claro si el de la portada del disco es Pedro Sánchez.
A.I: Es P. Sánchez. Ahí lo dejo [ríe].
P. Sánchez. Vale. De hecho le dedicáis una canción en este nuevo disco al presidente, Sanchista y jujano, que no me queda claro si es una crítica a ese votante de izquierdas que va a votar a Pedro Sánchez pase lo que pase o si es un halago a la increíble resistencia que ha demostrado este señor.
A.I: Yo creo que la canción tiene múltiples interpretaciones. Tampoco creo que tiene que parecer o que parezca que le estamos dorando la píldora a Pedro Sánchez pero por otro lado, hostia, tiene su mérito que el tío siga sobreviviendo teniendo en contra a todos, incluso a sus propios compañeros de partido.
Pero sobre todo lo que dice la canción es la gracia que nos hace la actual coyuntura política, la que ha habido en las anteriores elecciones. Gente a la que yo conozco a la que le daba igual votar a la izquierda abertzale, empezando desde más a la izquierda, hasta votar el PSOE. Mucha gente que conozco que votaría desde Bildu a Podemos, Izquierda Unida, les daba igual en ese momento, lo único que se quería es que no gobernara la derecha. Me parece legítimo, pero también me parece muy curioso.
La izquierda siempre ha estado muy atomizada y en estas elecciones parece que dejó de haber diferencias entre ellos
Con las derechas, ya sabes. Antes todos los fachas y algunos no fachas votaban al PP. Ahora con Vox ha cambiado un poco la cosa y se reparten un poco esos votantes, pero sigue siendo igual. Pero el fenómeno en la izquierda ha sido muy curioso, porque la izquierda siempre ha estado muy atomizada y en estas elecciones parece que dejó de haber diferencias entre ellos. Y bueno, creo que está bien que haya surgido ese fenómeno, pero imagina tú que le vas a uno de Bildu hace diez años y le dices “dentro de 10 años vas a estar gobernando con el PSOE”, no se le creerían ni por asomo.
O a un votante. Imagina ir a un votante de la izquierda abertzale de hace 10 años y le dices que en unos años igual se ve pensando en votar al PSOE sólo porque unas encuestas dicen que la concentración de ese voto sea la opción con más probabilidades de evitar que gobierne la extrema derecha.
A.I: Eso es. Yo creo que cuando se está dentro en un momento histórico es más complicado ver ese momento y lo que está ocurriendo. Después, con el tiempo, es cuando te das cuenta y sí que lo ves.
A.A: Bueno, además eso es la política, ¿no? Así funciona.
La otra izquierda también pilla. En vuestro disco le habéis hecho una canción a Pablo Echenique. De hecho, Pablo Echenique y su perro. ¿De dónde sale esta canción?
A.I: Se me ocurrió porque es un homenaje a una intro del rapero sevillano Tote King. En su disco La cara oculta de Ghandi, que tiene una intro que le llama el Dj y le dice “Tote, ¿vamos a ensayar o qué?” y Tote dice: “Sí, que estoy más aburrido que el perro de Stephen Hawking”. Y claro, nuestro Stephen Hawking particular es Pablo Echenique [ríen] y metimos esa intro que hacen Iván y Potxeta donde le dice Iván de ir a ensayar y Potxeta dice que sí, que está más aburrido que el perro de Pablo Echenique [ríen]. Además que el mismo se toma a broma, entre comillas, su discapacidad. Y de hecho intentamos contactar con él para que participara en la canción. Hay una parte de la canción que no ha salido porque queríamos que él dijera una frase, pero no pudimos contactar con él. Creo que fue esa época en la que se estaban separando de Sumar y todo este lío y puede que estuviera hasta arriba o igual no le apetecía. No lo sé.
A.A: Es verdad que luego cuando publicamos la canción puso un tweet diciendo que le había hecho mucha ilusión.
Volviendo al tema de la censura y de las cancelaciones, y de aquellos que también se quejan mucho de ello, habéis hecho una canción que se llama Los Gualkamongas, que es una oda o los quejicas y llorones. Es la otra cara de ese mismo tema, sobre esa gente que se ve aprisionada por todo.
A.A: Sí, eso es. Es que a mí internet ya me cansa. Ves todo el día a gente quejándose de todo. Conozco a gente que ha ido a comisaría porque uno le ha llamado hijoputa en un comentario de Youtube. Van a comisaría con un pantallazo, que se deben descojonar de ellos.
El ambiente en las redes sociales es irrespirable. Vosotros os mantenéis fuera de todo eso, ¿no?
P.A: Yo sólo tengo Facebook. Mi hija dice que eso es de viejos [ríe].
A.A: En Facebook entré el otro día después de meses sin abrirlo y hay eco. Hay ya no hay nada más que gente intentando venderte cosas.
A.I: Tenemos redes sociales porque hay que estar. La gente está ahí. Pero no entramos al trapo, de eso pasamos.
Todos vuestros enemigos y enemigas se llaman Cayetano y Cayetana, pero también otro montón de nombres más. ¿Queréis decir que no sólo hay pijos en Madrid y también los tenéis en otros lados?
A.I: Sí, más que pijos, lo que queremos decir con esa canción es que hay gente con la que no te llevas bien y con la que no vas a tener afinidad en todos los lados y en todos los espectros políticos.
Otro disco. Otra canción en contra del fútbol. Esta vez le ha tocado al Osasuna. Yo no soy nada futbolero, pero lo vuestro es fijación.
A.I: Todos los grupos tienen canciones para sus equipos de fútbol, ¿no? Pues nosotros le hemos hecho una en nuestra línea.
P.A: ¡Ahora Aitor se ha vuelto futbolero! Porque su hijo juega al fútbol, o sea que ahora se traga partidos.
A.I: No había visto un partido de fútbol en mi vida hasta que vi uno suyo. Un día me viene y me dice ‘¡Aita! ¿Por qué no me habías dicho que el fútbol existía?’ [ríen]. Al final se ha apuntado a un equipo, no le iba a decir que no, y el tío ahí todo indignado porque no le había contado que existía el fútbol.
Pero bueno, al final un punk tiene que ir contra lo establecido, ser iconoclasta. Antes se iba en contra de la religión, contra la policía, etc. ¿Qué ha sustituido a la religión hoy en día? Pues el fútbol.
A.A: Además el fútbol es una de las cosas menos criticadas por la gente que lo debería criticar. Son empresas privadas, con sueldos millonarios y algunos deben pasta que a cualquier otra empresa le estarían chapando la persiana.
A.I: Luego está el tema de las camisetas. Antes la gente llevaba camisetas de Iron Maiden, incluso de eslóganes políticos. En Euskal Herria veías muchas camisetas de los presos. Ahora no ves ninguna de esas, porque tampoco se puede, pero ves a todo el mundo con camisetas de equipos de fútbol. Eso me pone…
P.A: La gente que se va de vacaciones a la playa y uno va con la camiseta de un equipo, otro del otro, que tengo la sensación de que lo hace para que se sepa de dónde son. ¿Y para qué? ¿Qué pasa? ¿Que eres mejor si eres de Bilbao que uno que es de Zamora?
A.A: Hombre, sí eres de Pamplona sí que eres mejor [ríen].
Como habéis dicho antes, lleváis 20 años haciendo vuestro estilo porque es vuestra fórmula y así son los Lendakaris Muertos, pero ¿qué le diríais a la gente para que vaya a veros en esta nueva gira?
A.I: Pues que vamos a rescatar viejos hits que no tocábamos hace mucho y haremos una mezcla entre lo nuevo y lo viejo. No haremos como los Iron Maiden que te tocan su último disco entero, aunque podríamos hacerlo porque para lo que duran…
P.A: Tú pon ahí que va a ver novedades y que vengan a los conciertos para descubrirlo.
En plan suspense y cazaclick para que vayan.
P.A: ¡Equilicuá! [ríen]