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Represión
Benimaclet mantiene el pulso a Metrovacesa
Desde un despacho, al otro lado del teléfono, lejos de las calles vivas del barrio y más lejos aún de la huerta que lo alimenta, se debió de descolgar un teléfono. La voz de una persona, probablemente un empresario, con un buen sueldo y golosas comisiones por especular con viviendas, habrá emitido la orden: “Hay que vallar esos terrenos”. Se desconoce el proceso, pero el resultado ha sido el mismo: la empresa Metrovacesa instaló numerosas vallas en el barrio de Benimaclet (València). Vecinos y vecinas del barrio se han organizado para tirarlas abajo y demostrar así su rechazo a la especulación urbanística, aunque algunas de estas vallas todavía permanecen en pie.
“Con la excusa de la obligación de mantener limpios y cerrados los solares, cosa que no han hecho en 30 años, han cortado el paso a espacios utilizados por las vecinas y vecinos, destruyendo conscientemente el trabajo hecho durante años”, reclamaban conjuntamente Cuidem Benimaclet y la Associació Veïnal de Benimaclet, el pasado jueves frente al Ajuntament de València, en el momento en el que se celebraba el último pleno antes de las vacaciones de verano.
“Queremos manifestar nuestro rechazo al vallado que la empresa ha puesto en los terrenos afectados por el futuro PAI (Plan de Actuación Integral) de Benimaclet”, añadían. Un plan que hasta el momento afectaría a cerca de 6.000 m2 de terrenos en los que Metrovacesa —cuyo principal accionista es el Banco Santander— pretende construir 1.345 viviendas, con edificios de entre 10 y 30 alturas.
“Es una propuesta insostenible medioambiental y socialmente”, aseguran desde ambos colectivos, en un barrio que supera los límites recomendados de contaminación ambiental y en el que mantener la edificabilidad que propone Metrovacesa “solo contribuiría a agravar la situación”. De hecho, el Ayuntamiento de València ya se pronunció a principios de este año rechazando oficialmente el proyecto de Metrovacesa S.A., quien inició una batalla judicial contra el consistorio y contra los ocupantes de los huertos particulares.
A valla puesta, valla tumbada
A finales de mayo llegaron las primeras vallas en los terrenos más próximos a la Avenida de Valladolid. Meses más tarde, a mediados de julio, la excavadora desbrozaba los terrenos más próximos al CSOA L'Horta, el Jardí Lluerna y el Racó de les Jaqueteres —espacios de uso común impulsados y mantenidos por el propio vecindario de Benimaclet—, sirviendo como preludio de más vallas. “Cuando llegaron las máquinas, algunas de nosotras estábamos en el CSOA l'Horta haciendo pancartas, así que empezamos a llamar a más compañeras y a organizarnos”, cuenta una vecina del barrio. “Hicimos una pequeña asamblea y decidimos hacer turnos para que siempre hubiera alguna de nosotras en los espacios que estaban en peligro”, explica.
En concreto, y tras décadas en desuso y abandono por parte de las empresas que han ido comprando y vendiendo estos terrenos, diversos colectivos de Benimaclet y vecinas del barrio han ido creando una serie de proyectos entre los que se incluyen huertos urbanos comunitarios, aparcamientos provisionales y espacios como el Jardí Lluerna y el Racó de les Jaqueteres. Este último, creado como una intervención de la Assemblea Feminista de Benimaclet entorno al pasado 8 de marzo: “Ocupamos este espacio desde las raíces, para sembrarlo de vida y esperanza, para que la ciudad feminista sea una realidad”, anunciaban desde la Assemblea el día de la primera intervención del espacio. “El Racó de les Jaqueteres pretende ser un espacio abierto al barrio y un grito claro contra los planes especuladores de empresas y partidos”, añadían.
Por su parte, desde Cuidem Benimaclet explican que se trata de unos terrenos sobre los que existe una tensión urbanística y con los que Metrovacesa intentaba obtener “un lucro muy grande”. “Al ver que el proyecto está paralizado, parece ser que decidieron que si no era para ellos no era para nadie, entonces lo vallaron”, subraya Mar Ruiz, activista de Cuidem Benimaclet. “Ante eso, el barrio se ha manifestado y las vallas no están durando mucho”, añade.
Represión de la lucha vecinal
Activistas y vecinas denunciaron, también el jueves frente al Ajuntament, las detenciones y procesos judiciales abiertos a nueve personas por las protestas contra las vallas. Una protesta que tuvo lugar el pasado 2 de junio “contra Metrovacesa y su estrategia de vallar Benimaclet” y que ha derivado en una denuncia penal en la que se acusa a nueve vecinas de delitos de daños y desorden público.
“La represión política y policial continúa, pero no nos pararéis y no podréis acusar y condenar a todo un barrio”, anunciaban dos vecinas del barrio en la rueda de prensa del pasado 22 de junio en la plaça de Benimaclet. “Continuaremos luchando por una desclasificación total de los terrenos, porque no hay vallas que paren la rabia ni excavadoras que nos hagan olvidar los años de degradación consciente ni la ilusión de un barrio continuamente asediado por los intereses privados”, añadían las vecinas.
Es por ello que exigen también a la Regidoria d'Urbanisme que frene las acciones de Metrovacesa, que devuelva los espacios vallados a su uso anterior, y “que se siente a negociar el futuro de los terrenos del PAI, ya que “su inacción está motivando a que Metrovacesa pueda continuar degradando el barrio”, afirman desde Cuidem Benimaclet y la Associació de Veins del barrio. Del mismo modo, los colectivos por la defensa del territorio alertan que organizarán nuevas movilizaciones para el mes de septiembre.