Residencias de mayores
Naces, creces, te reproduces, envejeces y sigues generando beneficios

Estamos ante una suerte de ‘fracking’ humano: igual que la industria petrolera, que exprime el subsuelo para aprovechar los hidrocarburos que no emergen solos a la superficie, extrayéndolos de cualquier manera sin importar el alto coste, el daño ambiental o los residuos; también el capitalismo extractivista emplea un ‘fracking’ similar sobre la última etapa de nuestras vidas: exprimir nuestra capacidad de producir beneficios hasta el último aliento.
Isaac Rosa
24 mar 2025 08:00

Desde la escuela primaria sabemos cuál es el ciclo vital de cualquier ser vivo: nace, crece, se reproduce y muere. Si de seres humanos hablamos, el ciclo es similar aunque un poco más sofisticado: naces, creces, estudias, trabajas, te reproduces, compras un piso, te jubilas, envejeces y mueres. Por ahí pasamos la mayoría. Pero donde tú ves un itinerario vital, el capitalismo extractivista ve oportunidades de negocio. Las pupilas como símbolos de dólar del Tío Gilito. El sonido de caja registradora: clin, clin. Cada etapa de tu vida es monetizable. Una fuente de ganancia que no puede desaprovecharse, que puede ser detectada, extraída, gestionada y transformada en capital. Del cerdo hasta los andares, dice el refrán, no se tira nada, todo es comestible. Lo mismo con nuestras vidas: desde que naces hasta que mueres, todo puede generar beneficios.

El trabajo era el modo clásico, la extracción fácil de plusvalía, pero no nos quedemos ahí. ¿Necesitas un techo para vivir? Clin, clin. ¿Has enfermado? Clin, clin. ¿Estudias, quieres un título, seguir formandote? Clin, clin. ¿Necesitas que te cuiden, tienes familiares que precisan atención? Clin, clin. Tanto tintineo de moneditas, tanto clin-clin de caja, acaba atrayendo a los campeones de la extracción de riqueza: los fondos de inversión, los grandes inversores internacionales, que desde la última gran crisis de 2007-2008 están a la que salta. Y durante los últimos quince años, España sustituyó su icónico toro de las carreteras por un gran cartel de “Se vende”.

Teclea en Google “los fondos de inversión desembarcan…”, y verás: están ganando terreno en todo tipo de sectores, desde la agricultura al turismo, del Ibex 35 a los medios de comunicación, la tecnología, las obras públicas, la distribución, pasando por supuesto por la vivienda, la sanidad o la educación.

Volvamos de nuevo al ciclo de la vida: naces, creces, etc. Naces, y puede que lo hagas en un hospital público pero donde funcione la tan extendida “colaboración público-privada”. Lo que se llama venir con un pan bajo el brazo, beneficios cosechables nada más llegar al mundo. Creces, y tal vez pases los primeros años de vida en una guardería, a la que los inversores todavía no han metido mano pero seguramente ya tienen echado el ojo, a la espera de que se universalice la siempre prometida educación gratuita de 0-3 años.

Después estudias y, según vas avanzando en tu vida académica, se multiplican las posibilidades de ganancia: colegios concertados y centros privados, pero también comedores escolares en centros públicos (históricamente ofrecidos por pequeñas empresas, y hoy cada vez más concedidos a grandes grupos empresariales), clases particulares, enseñanza de idiomas, que son calderilla comparado con la verdadera mina: la educación superior. Cada vez más universidades privadas, con fondos y grupos internacionales comprando las ya existentes o abriendo nuevos campus con todas las facilidades de los gobiernos autonómicos, además de posgrados, escuelas de negocios, formación profesional privada, y la joya de la corona hoy: las residencias universitarias, un negocio en alza que combina la falta de vivienda con la demanda de enseñanza superior.

Siguiendo tu ciclo vital, una vez empiezas a trabajar (que es la forma clásica de extracción de plusvalía, y no cesa), querrás tener una casa donde vivir. Ya sea en propiedad o en alquiler, el mercado inmobiliario (aka derecho a la vivienda) está cada vez más controlado por grandes inversores internacionales, que llegaron hace años con alfombra roja comprando vivienda pública a precio de ganga y haciéndose con las devaluadas carteras inmobiliarias de los bancos. Además de distorsionar el mercado de alquiler, han extendido su negocio a los pisos turísticos y a las “nuevas soluciones habitacionales”, lo mismo habitaciones que el gracioso coliving.

Mientras vas cumpliendo años, seguramente tú y tu familia necesitaréis más de una vez asistencia médica, clin, clin: además de la ya mencionada “colaboración público-privada”, tal vez pases por alguna clínica privada, concertada o no, o pagues un seguro médico, desconfiado de una sanidad pública desatendida y falta de medios. España es ya el tercer país de Europa que más gasta en sanidad privada, y los fondos hace tiempo que olieron sangre.

Y por fin llegas a la última etapa de tu vida: envejecerás, y tal vez requieras unos cuidados que nuestro modelo social, familiar y laboral obliga a externalizar mayoritariamente. Mientras la asistencia domiciliaria es todavía un negocio atomizado y muy dependiente de la economía informal (mujeres cuidadoras, muchas de ellas migrantes), al que tímidamente van asomándose los inversores (ahí están los pioneros de Cuideo, una especie de Uber del cuidado a domicilio), distinto es el caso de las residencias de mayores, donde el capital internacional ya lleva tiempo ganando terreno.

Del cerdo hasta los andares, y de las trabajadoras y trabajadores hasta sus últimos andares, ya sean con bastón, taca-taca o silla de ruedas. Una vez exprimido el ciclo de vida, todavía hay que rebañar el fondo del bote, el clin-clin de la cuchara que suena como el de la caja registradora. Estamos ante una suerte de fracking humano: igual que la industria petrolera, que exprime el subsuelo para aprovechar los hidrocarburos que no emergen solos a la superficie, extrayéndolos de cualquier manera sin importar el alto coste, el daño ambiental o los residuos; también el capitalismo extractivista emplea un fracking similar sobre la última etapa de nuestras vidas: exprimir nuestra capacidad de producir beneficios hasta el último aliento.

Una sociedad cada vez más envejecida, con una de las esperanzas de vida más altas del mundo; una demanda creciente e inagotable de cuidados y servicios a los mayores; un modelo familiar-laboral que dificulta el cuidado en casa; y un sistema público falto de recursos, y que prefiere subvencionar el cuidado privado que asumirlo con medios propios. La combinación perfecta para que sigan fluyendo hacia manos privadas los recursos de las personas mayores: sus pensiones, su patrimonio (las “hipotecas inversas” tan de moda), los recursos de sus familias y los del Estado.

Normal que los fondos de inversión tengan en el punto de mira al negocio de las residencias de mayores, con cada vez más compras de centros y nuevas aperturas, favorecidos por las administraciones, que además les entregan la gestión de centros de titularidad pública. Tres de cada cuatro plazas en residencias de mayores son privadas. Un mercado que crece a un ritmo del 4% anual en los últimos diez años.

Como pasa en el resto de sectores mencionados, también aquí manda la búsqueda de rentabilidad máxima por encima de cualquier otra consideración. Por encima del cuidado de las personas, claro. Precariedad laboral, plantillas desbordadas, falta de recursos, instalaciones deficientes, incluso mala alimentación y penosidad para unos residentes que pagan grandes cantidades por un mal servicio. Y todo ante la indiferencia social más absoluta. Cada poco nos horroriza una noticia sobre ancianos atados a la cama, muertos que tardan en ser descubiertos, o comida en mal estado. Y no pasa nada. Ninguna sorpresa, visto el abandono criminal que sufrieron los mayores residentes durante la pandemia.

Un estudio de la universidad sevillana Pablo de Olavide demostró cómo la mortandad en edades avanzadas fue superior en aquellas comunidades autónomas con más porcentaje de residencias privadas, y en aquellos centros de mayor tamaño. Por el contrario, los centros con menos mortandad fueron las residencias públicas de pequeño tamaño.

Al ciclo vital solo le queda el último paso: naces, creces, te reproduces, envejeces… y mueres. Otro día hablamos de cómo los mismos fondos están comprando tanatorios, el proceso de concentración en el sector funerario, y la aplicación de la misma lógica extractiva sobre nuestra última hora. El más allá de los beneficios, una vuelta más de tuerca del fracking humano.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Dependencia
Dependencia Los cuidados necesitarán entre 300.000 y 600.000 trabajadores más en cinco años
Las empleadas de residencias y ayuda a domicilio reclaman mejoras en esas nuevas plazas. “Debemos tener un sistema de cuidados universal y público, debe ser un derecho y no un negocio”, piden desde el sindicato ELA.
Opinión
Opinión Carta al alcalde de Madrid tras sus risas por la lucha en las residencias
En mi vida he sentido la vergüenza y el asco ajenos que me ha producido su actuación y la de sus secuaces frente a unas personas que cargan con un dolor insoportable en el que su partido tiene gran responsabilidad.
Comunidad de Madrid
Exclusión sanitaria La Fiscalía admite una denuncia contra el alto cargo de Ayuso que firmó los protocolos de las residencias
Un familiar de una fallecida en la residencia Las Camelias de Móstoles denuncia a Carlos Mur, quien era director general de coordinación Sociosanitaria, tras la no derivación hospitalaria de su madre que enfermó de covid y tenía deterioro cognitivo.
Paco Caro
24/3/2025 22:23

Llegado el declive de los recursos del planeta (agravado por la crisis ecológica global), finalizada al era del crecimiento, los fondos de inversión se lanzan sobre las últimas migajas: los últimos rincones de naturaleza, y... nuestros cuerpos.

0
0
Cipriano Gómez
Cipriano Gómez
6/3/2025 12:39

Muy acertado el planteamiento central. No quedan espacios en nuestras vidas que no sean objeto de explotación económica, de la misma manera que no quedan espacios fuera del control de los dispositivos de dominación. Lo terrible es que, en el discurso oficial, todo lo elegimos libremente, todo forma parte de nuestro derecho a elegir. Elegimos educación privada, medicina privada, residencias privadas. En la fiesta de la libertad y del derecho a elegir, nos creemos lxs invitadxs, cuando en realidad somos las vacas a cuyas ubres se enchufa la maquinaria que nos exprime. Un artículo, en fin, acertado y muy necesario.

0
0
Galicia
Galicia A Xunta aprobou a celulosa de Altri argumentando que a súa cheminea de 75 metros sería “icónica”
O Informe de Patrimonio Cultural, favorable á multinacional, emitiuse con base en dúas encargas externas, contratadas e pagadas pola empresa ao ex presidente e ao actual tesoureiro de Icomos-España.
República Dominicana
República Dominicana El Gobierno de Abinader desafía a la ONU expulsando mujeres embarazadas y recién paridas desde los hospitales
La campaña contra las migrantes haitianas del Gobierno de República Dominicana ha llegado a las maternidades. Decenas de mujeres embarazadas o con sus bebés en brazos han sufrido esta política.
Reducción de jornada
Trabajo El Gobierno aprueba el proyecto de ley para reducir la jornada laboral a 37,5 horas
La norma pasará al Congreso donde no cuenta con los apoyos necesarios de todos los socios de Gobierno, por lo que la Ministra de Trabajo ha apelado a la responsabilidad del Partido Popular para que esta nueva jornada laboral salga adelante.
Israel
Israel Netanyahu acelera los planes de ocupación total de una Gaza diezmada por el hambre
El ejército israelí quiere movilizar a 30.000 reservistas para una nueva expansión de la ofensiva sobre Gaza. Las organizaciones dependientes de la ONU alertan de la hambruna y las enfermedades en un enclave en el que escasea el agua potable.

Últimas

Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Madres organizadas contra los arrancamientos piden una reunión con Infancia
Pamela L.C. ve a su bebé dos horas a la semana después de que se lo retiraran dos días después de su nacimiento. Ella y otras madres han decidido organizarse para pedir medidas que frenen los arrancamientos.
Madrid
Madrid Sareb amenaza con desahuciar el centro social La Animosa, en Hortaleza
Los colectivos que participan del centro social okupado, y que han dado vida a este espacio durante los últimos cuatro años, convocan a defender su permanencia aunque se ha retrasado la fecha de desalojo hasta el 26 de mayo.
Opinión
Opinión España ya roza el 2,5% en gasto militar
Según el autor, investigador del Centre Delàs, el gasto militar real del Estado español será de 40.457 millones de euros y representará respecto al PIB el 2,48%. A esto se sumarán las inversiones comprometidas en programas de armamento.
Comunidad de Madrid
Universidad pública El alumnado de la UNED denuncia el “modelo antipedagógico” tras la supresión de tutorías presenciales
El proceso de eliminación de clases se remonta a 2008, aunque ha sido este año, con el nombramiento Claudia Sevilla como directora de centros asociados de Madrid, cuando el gobierno de Ayuso “ha pisado el acelerador”.
Opinión
Opinión El rentismo es racismo
La posición de las personas migrantes y racializadas en el conflicto del alquiler nos coloca como sujetos esenciales e imprescindibles en la lucha por la vivienda.

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Alemania
Alemania Ines Schwerdtner: “Los conservadores tienen esta estrategia de normalizar la AfD, pero eso ha salido muy mal”
De profesión periodista, Ines Schwerdtner ha sido una de las responsables del ascenso de Die Linke, un partido que pasó de no aparecer en las encuestas a superar el 8% en las elecciones de febrero.