Brasil
Feminismo y organización popular contra el desgobierno de Bolsonaro

La militarización y el desgobierno frente al virus deben ser interpretados como acciones deliberadas con objetivos eugenistas. En este sentido, el presidente Bolsonaro ha pronunciado innumerables veces que es natural que las personas mueran, por lo que no hay nada que hacer. Cada inacción, confusión o declaración absurda es milimétricamente calculada, y se apoya en una base leal y muy activa, que realiza plantones en la calle, porta símbolos de la extrema derecha y enarbola sin tapujos la supremacía blanca.

Fora Bolsonaro. Foto de Felipe Scapino
Fora Bolsonaro. Foto de Felipe Scapino
Organización feminista brasileña
25 jun 2020 10:10

Brasil es ya es el segundo país a escala global en casos confirmados de Covid-19, superando además la cifra de mil muertes diarias. Rebasamos la cifra de 50.000 personas fallecidas, y las proyecciones nos sitúan como el próximo epicentro de la pandemia. Todo ello en un contexto en el que el gobierno brasileño modifica las formas de contabilización y divulgación de datos, dificultando la coordinación nacional para el enfrentamiento de la pandemia.

Precisamente el movimiento de lucha por una salud pública, gratuita y universal ha sido muy fuerte en Brasil en los años 1980. Contribuyó notablemente al derrocamiento de la dictadura militar, así como a la instauración de un Sistema Único de Salud (SUS), cuyo reflejo es constitucional desde 1988. Hablamos del sistema de atención pública más grande del mundo, respondiendo ante el 80% de la población brasileña –el 67% de las personas negras– gracias a una fuerte capilaridad sustentada en los agentes comunitarios a lo largo y ancho del país. No obstante, el SUS ha mostrado históricamente sus carencias para asegurar el derecho a la salud de todos y todas, sufre un problema estructural de listas de espera, y sus recursos han sido progresivamente drenados a estructuras de la sanidad privada.

Si esta situación ya mostraba una evidente vulnerabilidad, dos acciones del gobierno Bolsonaro la agravaron. Por un lado, la suspensión del acuerdo con el Gobierno cubano, interrumpiendo así la actividad de 8.000 médicas y médicos. Por el otro, el impacto del techo de gasto presupuestario (la famosa Enmienda constitucional 95) ha retirado del SUS, hasta 2019, más de 20.000 millones de reales.

En este contexto se desarrolla la pandemia, siendo solo el 20% de las municipalidades las que cuentan con unidades de tratamiento intensivo. A su vez, las becas de médicos residentes se están retrasando, y es notable la ausencia de equipamientos de protección individual. El Congreso ha aprobado la liberación de recursos de emergencia para salud, pero solo un 27% del total ha sido gastado y/o contratado  escala federal, transfiriendo únicamente un 32% de dicha cantidad a estados y municipios. Todo ello, además, en el marco de un ejecutivo convulso, bajo creciente contestación social, pero que insiste en negar la realidad de la situación que atravesamos. Como muestra, un botón: desde el inicio de la pandemia se han sucedido tres ministros de salud, siendo el actual un militar sin experiencia alguna en el área.

Y es la militarización de los puestos de decisión la respuesta que se ofrece a los problemas que ellos mismos generan y agravan. En este sentido, la deforestación de la Amazonia en abril aumentó casi un 64% respecto a abril de 2019. El ministro del medio ambiente, Ricardo Salles, afirmó en una reunión pública que la pandemia es un excelente momento para “dejar pasar la manada”, flexibilizando normas y leyes ambientales. Asociaciones de empresas de diferentes sectores (agronegocio, frigoríficos, belleza, etc.) no dejaron pasar esta oportunidad y publicaron el día siguiente un anuncio en los principales periódicos apoyando al ministro con el título “En el medio ambiente, la burocracia también devasta”. Este proceso ha concluido otorgando poder a las fuerzas armadas sobre la deforestación ilegal en Amazonia. Este es por tanto el ejemplo de lo que hoy ocurre en Brasil: una salud pública muy vulnerable frente a una pandemia de enormes dimensiones, cuyo impacto el ejecutivo sigue negando; una ofensiva público-corporativa por desmantelar lo que aún resta de legalidad en defensa de los derechos colectivos; y la represión militar como respuesta al activismo de los movimientos y organizaciones sociales.

En este sentido, en Brasil coronavirus y militarización van estrechamente unidos. Esta última es parte del cotidiano tanto de los centros rurales como urbanos. Precisamente en Rio de Janeiro se ha intensificado en estos meses los casos de disparos en las comunidades, estando la policía implicada en el 36% de los mismos. De este modo, el asesinato de jóvenes negros como João Pedro, Iago César y Víctor Gomes, entre tantos otros, es analizado únicamente como un “efecto colateral”. Este tipo de operaciones policiales, además,  interrumpen la distribución de canastas básicas y los servicios de salud en las comunidades periféricas.

Frente a ello, el aislamiento social es la única posibilidad de contener el avance del Covid-19. Pero en Brasil no es nada fácil practicarlo. Además de las habitaciones donde conviven muchas personas y la falta de acceso a agua, el hambre aprieta. El Congreso aprobó un auxilio de emergencia con el valor de 600 reales por 3 meses a trabajadores informales, desempleados y microempresas individuales. En un mismo domicilio se puede llegar a dos auxilios y las mujeres responsables solas por sus familias pueden llegar a 1.200,00. Las agricultoras y agricultores familiares y empresas de la economía solidaria fueran excluidos.

Demandaron el auxilio 107 millones de personas, pero solo 59 millones obtuvieron la aprobación. El acceso se vehiculiza a través del registro en el Catastro Único, creado durante el gobierno de Dilma Roussef para incluir a las personas solicitantes de asistencia social. No obstante, no cubre a los “nuevos pobres” fruto del golpe parlamentario y del bolsonarismo, que precisan de acceso a internet para registrarse por medio de una aplicación móvil o vía web. Toda esta gente sufre un profundo desamparo, ya que además se usan los registros de marzo –cuando la pandemia no había afectado tan profundamente–, negando una realidad en la que 10 millones de personas han salido del mercado de trabajo entre abril y mayo, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.

En definitiva, la militarización y el desgobierno frente al virus deben ser interpretados como acciones deliberadas con objetivos eugenistas. En este sentido, el presidente Bolsonaro ha pronunciado innumerables veces que es natural que las personas mueran, por lo que no hay nada que hacer. Cada inacción, confusión o declaración absurda es milimétricamente calculada, y se apoya en una base leal y muy activa, que realiza plantones en la calle, porta símbolos de la extrema derecha y enarbola sin tapujos la supremacía blanca.

Seguimos en resistencia

Nosotras las feministas no bajamos la guardia a la secuencia de ataques del bolsonarismo. Desde que fue elegido tras una campaña sórdida, llena de crímenes electorales, y solo con el 39% de los votos, no hemos cejado en el empeño de sacarlo de la presidencia. Movimientos y colectivos feministas realizamos acciones simbólicas y virtuales, que recuperan la trayectoria de luchas de las mujeres contra la violencia machista, la dictadura militar y las ofensivas conservadoras recientes, como el golpe parlamentario-jurídico-mediático contra Dilma Rousseff.

Actualmente hay un consenso entre toda la izquierda en torno a la consigna Fora Bolsonaro, que se extiende a las clases medias que realizan caceroladas en las ventanas. Fruto de este acuerdo ha sido la presentación de un nuevo pedido de impeachment al Congreso, que se suma a un proyecto de ley que define una propuesta de transición al vicepresidente. Fue en ese sentido que una coalición de organizaciones de la sociedad civil presentó una demanda de casación de la lista electoral al Tribuna Electoral.

Las movilizaciones, por su parte, retoman las calles por la democracia y contra el genocidio del pueblo negro. Son protagonizadas por las trabajadoras y trabajadores de servicios esenciales –como profesionales de salud y asistencia social–, de delivery, así como de  sectores diversos –jóvenes, hinchadas de futbol, etc. –  bajo agendas antifascistas y antirracistas. Las mujeres en lucha por democracia, sin duda alguna, también  se hacen presentes y expresan la resistencia a la violencia machista y al autoritarismo en todas sus formas, máxime al incrustado en el propio gobierno.

Pero son el Frente Brasil Popular y el Frente Pueblo sin Miedo –que reúnen movimientos del campo y de la ciudad, feministas, antirracistas, sindicales, estudiantiles y de jóvenes–, quienes organizan en las calles y redes sociales la resistencia contra Bolsonaro, bajo acciones de solidaridad y un programa alternativo. Impulsan de este modo una campaña en favor de una reforma fiscal que cobre impuestos a los beneficios empresariales, actualice los valores del impuesto territorial rural y regule el artículo de la Constitución que grava las grandes fortunas.

Los movimientos que integran estos frentes actualizan sus análisis y propuestas frente al actual contexto. El Movimiento de los Trabajadores sin Tierra (MST), por ejemplo,  presenta un plan de emergencia en base a su agenda por una  Reforma Agraria popular. Pretende así canjear las deudas corporativas con el Estado por la propiedad de las tierras donde se asientan las familias sin tierra, dando prioridad a las cercanas a centros urbanos, con el objetivo de ofrecer alimentos sanos en base a circuitos cortos. La Marcha Mundial de las Mujeres, por su parte, propone reorganizar la economía con el centro en la sustentabilidad de la vida, confrontar el poder de las corporaciones transnacionales y la combinación entre conservadurismo moral y neoliberalismo que organiza las acciones del gobierno y atraviesa la sociedad.

De manera complementaria, los movimientos sociales también están desarrollando acciones de solidaridad directa, con la distribución de canastas básicas, muchas de ellas con comida viva, alimentos in natura producidos de forma agroecológica por agricultoras familiares, de comunidades tradicionales de áreas de reforma agraria, comida preparada y jabón. Colectivos agroecológicos de mujeres también distribuyen plantas para infusiones y extractos que calman, mejoran la actividad respiratoria y cuidan de quien cuida. Con creatividad en la utilización de los aparatos de comunicación se mantiene la conexión entre las activistas que no tienen acceso a internet, cuentan con un acceso precario y a la señal de celular.  Los momentos de organizar y distribuir las canastas también son momentos de compartir como estamos, de afirmar la conexión y la resistencia.

En estos días la justicia ha desatado arrestos de aliados del presidente investigados por crímenes de corrupción, noticias falsas y asociación criminal. Puede que lleguen hasta  involucrar al presidente y a su familia, o quizá no sea sino una jugada de ajedrez para que este acelere las llamadas “reformas” de interés del mercado financiero y las corporaciones.

En todo caso, los movimientos sociales siguen confrontando al gobierno y su paradigma de muerte. Plantan las semillas de un después de Bolsonaro más allá de los cambios institucionales y de las elecciones. Son semillas que dan sentido y concreción a un paradigma de vida en cada territorio y en alianzas a lo largo del país, en la organización político, cultural y económica que se reinventa en estos momentos y que, desde la solidaridad, reinstaura la alegría y disuelve los miedos.

SOF Sempreviva Organização Feminista es una organización feminista brasileña que actúa en la formación feminista, construcción de movimiento, acompañamiento técnico-político de grupos de mujeres e investigación-acción. Es corresponsable por la coordinación de la Marcha Mundial de las Mujeres en Brasil y Américas.

Sobre o blog
El Blog de Pueblos - Es una apuesta por la solidaridad que ofrece una mirada crítica sobre las diferentes realidades sociales, políticas, económicas y culturales del mundo.Queremos visibilizar la diversidad de colectivos y movimientos sociales del Estado Español y de otras partes del mundo, así como sus luchas, sobre todo en aquellos lugares y momentos históricos donde la voz y la palabra son negadas. Este Blog, impulsado por la asociación Paz con Dignidad, es un instrumento de comunicación para fortalecer e impulsar nexos entre organizaciones del Norte y del Sur que trabajan en procesos de transformación social.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cuidados
Cuidados Lavar el cuerpo de una anciana
Ir contra el pudor impuesto es sin duda una acción feminista, como también lo es defender el derecho al mismo en distintos contextos o situaciones.
Sexualidad
Sexualidad El sexo, el deseo y el consentimiento.
En un momento de hipersexualización de todo lo que nos rodea y multiplicación de las relaciones sexuales a través de aplicaciones, el sexo sigue lleno de tabús y lugares incómodos.
Memoria histórica
¿Quien dijo miedo? Las mujeres de la red Ponzán
Una vez más, el protagonismo es para los hombres de la red. Hoy seguimos a todas aquellas mujeres, que haciendo lo mismo no aparecen en las crónicas.
#74010
11/11/2020 9:40

JAIR BOLSONARO ES LA VERSIÓN BANANERA DE DONALD TRUMP .

1
0
Sobre o blog
El Blog de Pueblos - Es una apuesta por la solidaridad que ofrece una mirada crítica sobre las diferentes realidades sociales, políticas, económicas y culturales del mundo.Queremos visibilizar la diversidad de colectivos y movimientos sociales del Estado Español y de otras partes del mundo, así como sus luchas, sobre todo en aquellos lugares y momentos históricos donde la voz y la palabra son negadas. Este Blog, impulsado por la asociación Paz con Dignidad, es un instrumento de comunicación para fortalecer e impulsar nexos entre organizaciones del Norte y del Sur que trabajan en procesos de transformación social.
Ver todas as entradas
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.
Genocidio
Genocidio Las acampadas por Gaza se expanden mientras Netanyahu espera noticias de La Haya
Desde que estudiantes de la Universidad de Columbia levantaran la primera acampada, iniciativas similares se están repitiendo llamando al fin del genocidio. En Gaza, Israel castiga a la población superviviente a una muerte silenciosa, denuncia MSF.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.
Tribuna
Tribuna Se trata de recuperar nuestra vida
Pese haberse demostrado que la productividad aumenta con la disminución de la jornada, seguimos teniendo la misma jornada laboral.
Genocidio
Fairouz Qasrawi “En Alemania, si eres pro-palestino, harán todo lo posible por intimidarte”
Aliada incondicional de Israel, Alemania es uno de los países donde más se están persiguiendo las protestas contra el genocidio en Gaza. La palestina Fairouz Qasrawi, aporta una panorámica de cómo se vive la represión y la censura en el país.
Banca
Beneficios caídos del cielo Los grandes bancos reciben 7.000 millones de dinero público mientras pagan mil de impuesto a la banca
Los altos tipos de interés que asegura el Banco de España a entidades financieras les generan siete veces más dinero que el impuesto que pagaron por sus beneficios extraordinarios en 2023.
1 de mayo
1 de mayo Un centenar de sindicalistas de CGT ocupan el edificio de la patronal catalana en Barcelona
“Ahora que la tecnología, la digitalización y los medios de producción han avanzado, es el momento de poner encima de la mesa la reducción de la jornada laboral sin recorte salarial en todos los centros de trabajo”, han reclamado.

Últimas

Poesía
Galiza Morre aos 92 anos a poeta, activista e revolucionaria Luz Fandiño
O falecemento foi anunciado publicamente pola súa amiga e alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín.
Obituario
Obituario | Luz Fandiño Ata sempre, comandanta!
Luz Fandiño era unha punky, inamovible nos seus ideais e no seu discurso. Unha muller que, a pesar de ter vivido as peores miserias, chegou ao final da súa vida coa súa enerxía adolescente e co seu espírito de loita intacto.
Cuidados
Cuidados Lavar el cuerpo de una anciana
Ir contra el pudor impuesto es sin duda una acción feminista, como también lo es defender el derecho al mismo en distintos contextos o situaciones.
Racismo
Opinión El caso de Silvia irá al Supremo
El TSJPV no tiene en cuenta la sospechosa desaparición de las grabaciones que en la vista oral inculpaban al ertzaina por maltrato a la mujer migrada y racializada que detuvieron en 2018
Más noticias
Crisis climática
Crisis climática ¿Cómo abordar transiciones ecosindicales?
Con aun mucho que recorrer en este camino, queremos compartir algunas de las reflexiones que extraemos de este proceso de construcción ecosindical.
Crisis climática
Informe 'The Carbon Coup' Foro CCUS: cuando la industria fósil cuela un gol a la UE enmascarado de captura de carbono
Un informe del Corporate Europe Observatory y ReCommon acusa al lobby de los combustibles fósiles de copar el Foro para la Captura, Uso y Almacenamiento de Carbono, un organismo clave en las políticas energéticas de la UE.
Cine
Cine El caso Asunta sigue haciendo caja
Diez años después, todo sigue igual. La industria del espectáculo sigue explotando el asesinato de una adolescente y los medios de comunicación nos venden ropa vieja como alta cocina, adobada con titulares llenos de adjetivos, misterios y morbo.
Lanaren Ekonomia
Lanaren Ekonomia Maiatzaren Lehena
Sindikalagenda eta gero, Jon Kortazar Billelabeitia historian doktorea eta EHUko irakasle eta ikertzailea elkarrizketatu dugu, Maiatzaren Lehenaren jatorria, bilakaera historikoa eta gaur egun munduan zein Euskal Herrian duen eragina aztertzeko.
Gobierno de coalición
Encuesta del CIS El amago de Sánchez refuerza al PSOE a costa del espacio a su izquierda
La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas refuerza al PSOE, que recupera la primera posición en intención de voto.

Recomendadas

Política
Política Redes clientelares, falta de autogoberno e consensos neoliberais: as claves do novo Goberno galego sen Feijóo
Políticas e analistas debullan a folla de ruta da primeira lexislatura galega da era post-Feijóo: reforzamento dos fíos de poder locais, falta de vocación autonómica, complexo de inferioridade e a axenda marcada polos grandes consensos neoliberais.
Genocidio
Genocidio Rebelión en las universidades y acampadas: ¿una primavera antisionista?
Los principales aliados de Israel, Estados Unidos y Alemania, están siendo testigo de un desborde en las protestas contra el genocidio.