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Colombia
Homenaje a la vida y memoria de Teófilo Acuña y Jorge Tafur, líderes campesinos asesinados en febrero del 2022
En la tarde del 22 de febrero se rindió homenaje a la memoria y legado de los líderes campesinos Teófilo Acuña y Jorge Tafur, asesinados hace dos años en el Sur del Cesar cuando acompañaban a unas comunidades campesinas en el marco de un conflicto de tierras. Organizado en el auditorio de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional la siguiente crónica cuenta las actividades y debates que se dieron en torno a las figuras de ambos líderes campesinos y la reforma agraria en Colombia.
Teófilo Acuña y Jorge Tafur fueron dos líderes campesinos que desarrollaron su trabajo organizativo en el Sur de Bolivar, Sur del Cesar y Santander. En su juventud, llegaron a conocer los procesos de recuperación de tierras que tuvieron lugar en Colombia en los años 70 y que lograron que miles de hectáreas pasaran al campesinado. Después de aquella etapa conocida como “desalambrar” se pasó a otra de retroceso y concentración de la tierra durante los años 90 y la primera década del SXXI en la que el paramilitarismo realizó su sangrienta contrarreforma. En Colombia, unos de los países latinoamericanos con mayor inequidad social y concentración de la tierra, en donde “hay vacas que disfrutan de más tierra que una familia campesina”, la cuestión agraria es uno de los factores que se encuentra en la raíz del conflicto interno y en su perpetuación hasta nuestros días.
Durante los últimos años de sus vidas recorrieron juntos la Región de los Dos Ríos, que comprende el Bajo Cauca y el Nordeste antioqueño, el Sur de Bolívar y el Sur de Cesar, inseparables como un Don Quijote y Sancho Panza que empeñaron su vida por el sueño de la reforma agraria, retomando la experiencia de desalambrar de los años 70 para recuperar la tierra para la vida y no para la guerra, para producir alimentos y garantizar la soberanía alimentaria.
No se quedaron en el discurso y fueron protagonistas de las luchas campesinas colombianas hasta que la noche del 22 de febrero de 2022 fueron asesinados en Puerto Oculto, municipio de San Martín, por unos sicarios cuando en aquellos momentos ambos líderes se encontraban acompañando a la comunidad local en una disputa de tierras. La conmoción de sus muertes se extendió y replicó por toda Colombia, como los efectos de un temblor, el mismo que la mañana después de su asesinato tuvo su epicentro en Santa Rosa del Sur, con una magnitud Mw 5.60, que sacudió la región del Sur de Bolivar, como si la tierra misma se estremeciese por la noticia de sus muertes.
El asesinato de los dos líderes permanece en la impunidad, alrededor de 1500 desde la firma de los acuerdos de paz de 2016 entre el Estado Colombiano y las FARC-EP, y el pasado día 22 de febrero se organizaron diferentes actividades en Colombia para reivindicar su legado y memoria, un homenaje que se extiende a los territorios en los que vivieron y trabajaron. En Bogotá, el escenario fue el auditorio de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional, donde se realizó un conversatorio sobre Reforma Agraria, Integral y Popular y que fue precedido de diferentes actos como la realización de un mural sobre Teófilo y Jorge, una mística y la exposición de una pequeña galería de fotografías de ambos líderes.
En el conversatorio participaron como ponentes principales Isaac Marín, del CNA, y Nadia Umaña, de la Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar (CISBCSC); a continuación, se realizó un debate respondiendo a preguntas e intervenciones de los asistentes en un diálogo fluido sobre el estado actual de la reforma agraria en Colombia y las diferentes disputas que se dan en relación a esta.
Para los movimientos del campo popular, como el CNA, la lucha por el territorio además de los componentes físicos incluye los culturales, socio-políticos y, especialmente, la construcción de la identidad de la clase campesina. La deuda del Estado colombiano con el campesinado permanece irresuelta y los terratenientes se han adaptado a las nuevas dinámicas de la economía global, provocando un retroceso: la agro-industria, los monocultivos y el encadenamiento productivo han ido agilizando la concentración de la tenencia tierra, incluyendo nuevos actores en esa disputa, con la extranjerización de la tierra (fenómeno que se extiende por toda Latinoamérica), todo ello acompañado de un nuevo lenguaje que pretende maquillar estas nuevas formas de despojo bajo denominaciones como bioeconomía, deforestación de la Amazonía, protección del rio Magdalena, …, que solo buscan refinar al máximo la explotación del suelo, subsuelo y aire y que tienen como efecto la descampesinización el campo con la salida de miles de familias campesinas como ha ocurrido en regiones como el Cauca, Chocó y la costa colombiana.
Después de la muerte de Teófilo y Jorge, con la llegada al gobierno del Pacto Histórico y de Gustavo Petro a la presidencia en agosto de 2022, se ha retomado desde el Gobierno la propuesta de la reforma agraria, sin embargo existen visiones encontradas entre las propuestas del Gobierno y la de los movimientos sociales del campo respecto a sus alcances y medios.
Por un lado, en este periodo se han producido avances como la aprobación de jurisdicción Agraria y Rural y el reconocimiento constitucional del campesinado como sujeto de derechos. No obstante, dicho reconocimiento del campesinado no ha sido una concesión sino el resultado de una lucha histórica, que va mas allá de su condición económica como trabajador agrario y tiene en cuenta su condición de sujeto político colectivo, con unas expresiones culturales y ambientales propias, tal y como señaló Nadia Umaña, quien añadió que Teo y Tafur hicieron parte de ese proceso de reconocimiento.
Por otro, en el conversatorio se repitieron las críticas habituales respecto a que la salida de la reforma agraria no debería consistir en comprar tierras ociosas, que no están en producción, a grandes ganaderos y terratenientes implicados en el despojo y acumulación por desposesión operados en contra de los colectivos excluidos del país durante todos estos años, terrenos que muchas veces están relacionados con la apropiación de baldíos, falsas tradiciones y ciénagas desecadas. De ahí, la idea expresada en el conversatorio de que no debe pagarse por lo que robaron y la oportunidad de realizar acciones de recuperación como ejercicio colectivo, muy relacionada con el origen de la propiedad privada de la tierra en el país, con el despojo y la acumulación por desposesión.
Los procesos de defensa y lucha por el territorio en Colombia, incluidas la recuperación de tierras en las que participaron Teófilo y Jorge, hacen parte de una historia de resistencia contra el modelo tradicional de tenencia de la tierra vigente hasta hoy en día, del que han sido protagonistas los indígenas, afrodescendientes y comunidades campesinas, ante un modelo económico explotador, depredador de la naturaleza y de la identidad de estas comunidades. La reforma agraria no debería limitarse a la compra sino hacer una redistribución de la tierra, de ahí que siga vigente la tradicional e histórica necesidad de impulsar la reforma del mismo modo que se hizo en otras épocas en las que primero fue el hecho y luego el derecho; así como asignar recursos y mecanismos que faciliten el desarrollo de las comunidades y cumplir con la deuda que el Estado tiene con el campesinado para que este pueda alcanzar al menos lo que en la ciudad se tiene (acceso al agua, educación y vivienda), todo ello conforme a unos planes de vida que permitan hacer un uso racional del territorio, también para las generaciones venideras. La reforma agraria no es una cuestión que afecte exclusivamente al campesinado colombiano, constituye una injusticia sin resolver que hace inviable social y ambientalmente el país, afectando incluso la alimentación y futuro del planeta.
Finalizado el conversatorio, en el exterior de la Facultad, junto a un mural de Teófilo y Jorge, aun sin terminar, Khaterine Acuña, leyó un poema dedicado a su padre, que cuenta como Teo nos enseñó a luchar por nuestras tierras y no perder la esperanza jamas: “nos mataron un líder, nos quitaron un papa pero de la historia jamás, nunca los borraran, por su ardua labor e inalcanzable lucha por la comunidad, en la memoria por siempre, para siempre, Teo y Tafur vivirán”. Khaterine describió la jornada como un ejercicio de memoria, por no dejarlos morir, por recordarlos, y señaló que en cada lucha es como si siguieran vivos. Por ello, la memoria de Teófilo y Jorge seguirá siendo parte de las construcciones y sueños, una apuesta de construcción de un país para la vida digna y de poder para el pueblo.