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Agricultura
La cereza amarga
La cereza, este año, amarga particularmente a los agricultores y agricultoras. Por eso, y por la ambición sana de sus gentes que quieren quedarse y no emigrar, el domingo 10 de junio veíamos cómo 2.000 personas se convocaban desde la iniciativa abierta de unas pocas en el polideportivo de Cabezuela.
Extremadura: tierra de minerías y monocultivos, forzada a asumir un rol de proveedor económico de materias primas y energías. Por eso la cereza, este año, amarga particularmente a los agricultores y agricultoras. Por eso, y por la ambición sana de sus gentes que quieren quedarse y no emigrar, el domingo 10 de junio veíamos cómo 2.000 personas se convocaban desde la iniciativa abierta de unas pocas en el polideportivo de Cabezuela. Previamente había sido abortada por las autoridades una concentración que pretendía manifestar el descontento en la carretera cercana al complejo de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte.
Las razones del descontento hay que buscarlas en una campaña que, a pesar de estar en su primera fase, ya “amarga”. Los precios pagados al agricultor se han situado por debajo de 0,70 euros. Las lluvias han bajado las calidades de la cereza (se “ablanda”), lo que dificulta llevarla a mercados en buenas condiciones. Además, las frecuentes tormentas, algunas de granizo, han rajado muchas cerezas. Y las perspectivas son que las variedades que suceden a la fruta temprana enfrentarán los mismos problemas. Mucha cereza se ha dejado en el árbol, y más que se dejará.
Hubo quejas por retrasos en pagos y sensación de abandono por parte de las administraciones, como en el tema de seguros o en el favorecimiento del asentamiento de esa gran distribución
Vimos en la concentración mucha gente joven, vimos también mujeres con gran ímpetu subiendo a tomar la palabra. Escuchamos alegatos contra intermediarios y contra empresas de distribución, de las que “no queremos decir sus nombres”. Hubo quejas por retrasos en pagos y sensación de abandono por parte de las administraciones, como en el tema de seguros o en el favorecimiento del asentamiento de esa gran distribución. Recordemos que apenas siete empresas controlan en este país el 80% de lo que llena nuestra cesta de la compra, con el apoyo de gobiernos que ceden terrenos y construyen infraestructuras, además de, todo hay que decirlo, las personas consumidoras que con sus compras favorecen un oligopolio nefasto para el pequeño agricultor.
“Tenemos que estar juntos”. Un “juntos” que se extendía también a ganaderos, con precios de carne y de leche que imposibilitan la apertura de otros nichos productivos agroalimentarios en la región. Necesitamos alimentarnos tres veces al día, por lo que las profesiones de la agricultora o la ganadera tendrían que estar más valorada. ¿Qué ocurre entonces?
[...] relanzar un cooperativismo que ha sido el motor económico y social de muchos territorios extremeños, y que debería seguir siéndolo
Ya escribí en un artículo en agosto del año pasado sobre cómo Extremadura está viendo progresivamente las orejas a la globalización. Es cierto que este año particularmente se acumulan los males: las lluvias incesantes, la cereza temprana que ya no es tan temprana y por lo tanto ha de competir con otras frutas y otras zonas productoras, continua el refuerzo de la gran distribución que puede pagar en origen un euro y vender a tres o más, con posibilidad de devolver la fruta cuando no se venda. Llueve sobre mojado, literalmente, y además con granizo.
¿Soluciones? La campaña continuará siendo amarga. Lo saben y lo dijeron quienes subieron ayer a la tribuna, en su mayoría jóvenes agricultores. La clave está en el medio plazo y en atacar las tormentas de fondo que se vienen encima. Y en relanzar un cooperativismo que ha sido el motor económico y social de muchos territorios extremeños, y que debería seguir siéndolo. Un cooperativismo realmente “social”, como dijo una agricultora. Por ello se ha convocado a la conformación de grupos locales para trabajar éste y otros problemas.
¿De qué tormentas hablo entonces? Es cierto, la marca “Jerte” o “Picota”, por ejemplo, podrían ser el tirón para estas zonas. Pero no sólo debería girar alrededor de un producto. Es malo colocar toda la renta en un cesto productivo. Tendría que “funcionar” además todo el año, con otras ofertas de producción que cuiden la sierra y las gargantas. El gobierno extremeño puede hacer mucho más por fortalecer mercados locales.
Otras cosechas podrían resultarnos más dulces si nos organizamos para cambiar estos injustos e insostenibles sistemas agroalimentarios
El plan de agricultura ecológica, que debiera nutrirse con apoyos locales y de las propias cooperativas, es insuficiente, cuando podría representar un añadido a cualquier “marca”. Aparte de que vamos a enfrentar retos aún más acuciantes como consecuencia de las fluctuaciones del clima, la disponibilidad de aguas, la pérdida de fertilidad del suelo o las dificultades de adaptación de las nuevas variedades. Y tanto el territorio como las personas consumidoras van a estar pendiente de la “calidad” no entendida como “marca” o “calibre”, sino como contenidos nutricionales y libres de tóxicos.
Amarga será la campaña. Pero en realidad la cereza nunca será amarga como tal. Lo son los sistemas agroalimentarios en los que Extremadura ocupa una posición especializada y centrada en producir materias primas. Otras cosechas podrían resultarnos más dulces si nos organizamos para cambiar estos injustos e insostenibles sistemas agroalimentarios.
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Excelente artículo y cuestión fundamental, ya sea en la cereza o en otros productos agrícolas reducir o eliminar los intermediarios que especulan y encarecen los productos finales, perjudicando tanto al productor como al consumidor.
Las soluciones son sencillas si hay voluntad política, como la de las normas legales que ya existen territorios como Navarra o Andalucía o zonas como el Sur de Francia donde permiten vender de forma directa los productos en las explotaciones agropecuarias, fomentando el mercado de proximidad y los circuitos cortos de comercialización e, incluso, los envíos a domicilio, quedadas en puntos de encuentro o ventas online. Cuando el consumidor realiza una compra directa al agricultor, habitualmente puede beneficiarse de mejores precios y consumir cerezas de excelente calidad.
Por otro lado, es importante mejorar los mecanismos de recogida de precios en virtud de una mayor transparencia en el proceso de formación de los precios a lo largo de la cadena de valor e implantar un sistema de doble etiquetado como criterio al servicio de la información al consumidor, que propicie el conocimiento del valor real de los productos y la detección de distorsiones interesadas de precios.
Aclaratorio. Muchas gracias por expresar esa lamentable realidad de nuestro campo (otra más).