We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Tribuna
Carta abierta a José Soares de Pina, CEO de Altri: “Paren este proyecto que Galicia ni quiere ni necesita”
.jpg?v=63909948028)
Sr. Soares de Pina,
A estas alturas, usted ya será consciente de que su proyecto de producción masiva de celulosa y fibras textiles de eucalipto en A Ulloa no entusiasma a una parte muy importante de la sociedad civil gallega. Más bien, provoca rechazo. Desde que conocimos la verdadera dimensión del proyecto Gama —no puede negar que llevan años contando una parte por el todo—, es decir, cuando salió a exposición pública justo después de las elecciones al Parlamento de Galicia, son decenas de miles las personas que, desde múltiples ámbitos, se han manifestado enérgicamente en su contra. Gallegas y gallegos —y no solo— que, coincidirá con nosotros, están más que legitimados para opinar sobre el modelo de desarrollo que quieren para su país.
Con la reciente publicación de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) por parte de la Xunta, en principio favorable a sus intereses y, para nosotros, inconsistente y falta de rigor, usted se apresuró a manifestar que esta debe servir para tranquilizar a la ciudadanía. Le será fácil comprobar que esto no será así.
En primer lugar, porque ustedes insisten en seguir adelante con un proyecto al que ya se le ha denegado la licencia social, pero también porque esa ciudadanía sabe que una DIA no es solo un documento técnico —rebatible por otros técnicos—, sino que tiene una carga política considerable. Lo sabe usted, lo sabe Alberto Núñez Feijóo y también lo sabe Alfonso Rueda. Además, dicho documento no abarca todos los aspectos a tener en cuenta en un proyecto de estas dimensiones y ni mucho menos le otorga un certificado o título de sostenibilidad. Sirve, simplemente, para comprobar si un proyecto encaja en una determinada normativa ambiental, aunque en este caso hasta eso está en cuestión, dado que parece que en demasiadas ocasiones es la normativa ambiental la que se tiene que adaptar a su fábrica de celulosa y no al revés.
Los argumentos para apoyar lo que decimos no son pocos. Nos detendremos solo en tres, pero podrían ser treinta. El primero ya se lo comunicamos en su día. Es un dato objetivo, no opinable, que el proyecto Gama pretende situarse en un terreno localizado justo en el borde de la ZEC Serra do Careón, un espacio identificado por la Xunta de Galicia, tanto en 2008 como en 2012, para la ampliación de la Rede Natura gallega —la menor del Estado— debido a sus altos valores ecológicos, exactamente los mismos que en la zona “protegida”.
Usted sabe que incluso existe un procedimiento de infracción de la Comisión Europea contra España por deficiencias como esta. Claro, dirá que eso no es responsabilidad suya. Y es cierto. Pero resulta que hace apenas unas semanas la Sociedade Galega de Historia Natural denunció la sorprendente desaparición, como zona de amortiguamiento en la Estratexia Galega de Infraestrutura Verde, del área que ustedes pretenden ocupar en A Ulloa.
Una infraestructura verde vital no solo para abordar uno de los problemas ambientales más graves a los que nos enfrentamos, la fragmentación de hábitats, sino también para alcanzar los objetivos marcados por el Reglamento de Restauración de la Naturaleza: restaurar al menos el 20% de las zonas terrestres y marinas de la UE de aquí a 2030 y todos los ecosistemas que necesiten restauración para 2050. Señor Soares de Pina, si esto no es adaptar la normativa a su proyecto, díganos entonces a qué se debe tan misterioso acontecimiento.
Una segunda cuestión tiene que ver con el factor más limitante para su actividad, además del agua y los terrenos rurales a transformar en industriales: la materia prima. En este país tenemos sobrada experiencia de lo que supone la implantación, desde lo más oscuro del sistema, de una industria como la suya para la expansión, o invasión, del eucalipto. La actividad de Ence en Galicia ha cambiado radicalmente el paisaje y los hábitats gallegos en pocas décadas, hasta deteriorar gravemente la integridad ecológica del territorio. Un desastre.
Este asunto, absolutamente central, lo resuelven en la DIA apenas con un párrafo que apunta a que “se empleará eucalipto existente y/o excedentario que en la actualidad se comercializa fuera de Galicia por falta de mercado interior”. Galicia exporta, si a eso se le puede llamar exportación, mucho eucalipto, cierto, tanto a Ence-Navia como a otros lugares, entre ellos Portugal. Pero todo el eucalipto gallego tiene mercado y no es en absoluto creíble que otras empresas, entre ellas la suya, vayan a renunciar a él en su favor. A menos, claro, que el proyecto Gama lleve aparejada una especie de intervención de la economía que, como comprenderá, es una hipótesis absurda. Es mucho más creíble que ustedes provoquen un nuevo ciclo de plantación masiva o que haya que incrementar la importación de madera de países del Sur, como bien apuntaba Eduardo Corbelle en el informe del Consello da Cultura Galega.
Dejamos para otro día el también misterioso informe de la Axencia Galega da Industria Forestal (Xera), donde ha habido tantas modificaciones y movimientos curiosos en los últimos tiempos y al que solo Altri ha tenido acceso, pero no sin recordarle que incluso en ese círculo existen importantes discrepancias, como las de la antigua directora de Innovación de la propia Xera. Pero es urgente recordarle nuevamente que la credibilidad de la Xunta de Galicia en este ámbito es más que cuestionable. El vigente Plan Forestal de Galicia, que data de 1992, preveía para la comunidad una superficie de 245.000 hectáreas de eucalipto para el año 2032, y hoy tenemos más de 419.000 hectáreas según el Inventario Forestal Continuo, lo que denota que ustedes se amparan en una administración que no es capaz de cumplir sus propias normas. La primera revisión del Plan Forestal de Galicia (2021-2040) se hizo, entre otras cosas, para poner el contador a cero y “legalizar” esos incumplimientos.
Y ya para terminar, una tercera cuestión, más social que ambiental. Más mundana. Más grave, quizá. Usted ya ha mostrado más de una vez su sorpresa por la fuerte oposición ciudadana generada en torno a su proyecto. Más allá de sus potenciales impactos, que son muchos, ¿cómo es posible que se sorprenda cuando desde su empresa se ha despreciado la oposición vecinal calificándola incluso de violenta? ¿Cómo es posible que se sorprenda cuando constantemente acusan a miles de personas de desinformar y manipular? ¿Cómo es posible que se sorprenda cuando usted tiene el privilegio de explicarse en la televisión pública, vetada a la ciudadanía que la paga, y publica propaganda de forma provocadora a toda página en los periódicos cada vez que la ciudadanía se moviliza? ¿Cómo es posible que se sorprenda cuando ustedes tienen desde hace años acceso privilegiado a numerosos informes y la ciudadanía apenas 30 días para alegar sobre miles de páginas de documentos? ¿Cómo es posible que se sorprenda cuando se han recogido 600.000 firmas contra su papelera y se desprecia un récord histórico de 27.000 alegaciones, hablando de copia-pega y resolviendo la mayoría en la DIA de forma extremadamente sucinta?
Señor Soares de Pina, le recordamos de nuevo sus propias palabras: “No hacemos inversiones donde no las quieren”. Creemos sinceramente que aún está a tiempo de retirar dignamente un proyecto que Galicia ni quiere ni necesita. Escuche a la gente. Escuche a la naturaleza.
Tribuna
Carta aberta a José Soares de Pina, CEO de Altri: “Paren este proxecto que Galicia nin quere nin necesita”
.jpg?v=63909948028)
Sr. Soares de Pina,
A estas alturas, vostede xa será consciente de que o seu proxecto de produción masiva de celulosa e fibras téxtiles de eucalipto na Ulloa non entusiasma a unha parte moi importante da sociedade civil galega. Mais ben arrepía. Dende que coñecemos a verdadeira dimensión do proxecto Gama —non pode negar que levan anos contando unha parte polo todo—, isto é, cando saíu a exposición pública recén rematadas as eleccións ao Parlamento de Galicia, cóntanse por decenas de milleiros as persoas que, dende múltiples ámbitos, se teñen manifestado enerxicamente na súa contra. Galegas e galegos —e non só— que, coincidirá connosco, están máis que lexitimados para opinar sobre o modelo de desenvolvemento que queren para o seu país.
Coa recente publicación da Declaración de Impacto Ambiental (DIA) por parte da Xunta, en principio favorábel aos seus intereses e, para nós, inconsistente e falta de rigor, vostede apresurouse a manifestar que esta debe servir para tranquilizar á cidadanía. Vaille ser ben doado comprobar que isto non será así.
En primeiro lugar, porque vostedes teiman en seguir adiante cun proxecto ao que xa lle foi denegada a licenza social, mais tamén porque esa cidadanía sabe que unha DIA non é só un documento técnico —rebatíbel por outros técnicos—, senón que ten unha carga política considerábel. Sábeo vostede, sábeo Alberto Núñez Feijoó e tamén o sabe Alfonso Rueda. Amais, o dito documento non abrangue todos os aspectos a ter en conta nun proxecto destas dimensións e nin moito menos lle outorga un certificado ou título de sustentabilidade. Serve, simplemente, para comprobar se un proxecto encaixa nunha certa normativa ambiental, malia que neste caso até iso está en cuestión, por canto semella que en demasiadas ocasións é a normativa ambiental a que se ten que adaptar á súa fábrica de celulosa e non ao revés.
Os argumentos para apoiar o que dicimos non son poucos. Ímonos deter só en tres, mais poderían ser trinta. O primeiro xa llo comunicamos no seu día. É un dato obxectivo, non opinábel, que o proxecto Gama pretende situarse nun terreo localizado no mesmo bordo da ZEC Serra do Careón, espazo identificado pola Xunta de Galicia, tanto en 2008 como en 2012, para a ampliación da rede Natura galega —a menor do Estado— por mor dos seus altos valores ecolóxicos, exactamente os mesmos que na zona “protexida”.
Vostede sabe que mesmo existe un procedemento de infracción da Comisión Europea cara a España por causa de deficiencias coma esta. Claro, dirá que iso non é responsabilidade súa. E é certo. Pero resulta que hai ben poucas semanas a Sociedade Galega de Historia Natural denunciou a sorpresiva desaparición como zona de amortecemento na Estratexia Galega de Infraestrutura Verde de Galicia da área que vostedes pretenden ocupar na Ulloa. Unha infraestrutura verde vital non só para abordar un dos problemas ambientais máis graves aos que nos enfrontamos, a fragmentación de hábitats, senón para acadar os obxectivos marcados polo Regulamento da Restauración da Natureza: restaurar cando menos o 20% das zonas terrestres e mariñas da UE de aquí a 2030 e todos os ecosistemas que necesitan restauración para 2050. Señor Soares de Pina, se isto non é adaptar a normativa ao seu proxecto, díganos daquela a que se debe tan misterioso acontecemento.
Unha segunda cuestión ten a ver co máis limitante para a súa actividade, alén da auga e os terreos rurais a mudar en industriais, a materia prima. Neste país temos sobrada experiencia do que supón a implantación, dende o máis escuro do sistema, dunha industria como a súa para a expansión, ou invasión, do eucalipto. A actividade de Ence en Galicia mudou radicalmente a paisaxe e os hábitats galegos en poucas décadas, até deturpar gravemente a integridade ecolóxica do territorio. Unha desfeita.
Este asunto, absolutamente central, resólvenno na DIA apenas cun parágrafo que apunta a que “se empregará eucalipto existente e/ou excedentario que na actualidade se comercializa fóra de Galicia por falta de mercado interior”. Galicia exporta, se a iso se lle pode chamar exportación, moito eucalipto, certo, tanto a Ence-Navia como a outros lugares, entre eles Portugal. Pero todo o eucalipto galego ten mercado e non é en absoluto críbel que outras empresas, entre elas a súa, vaian renunciar a el no seu favor. Agás, claro, que o proxecto Gama leve aparellado unha especie de intervención da economía que, como comprenderá, é unha hipótese absurda. É moito máis críbel que vostedes provoquen un novo ciclo de plantación masiva ou que haxa que incrementar a importación de madeira de países do Sur, como ben apuntaba Eduardo Corbelle no informe do Consello da Cultura Galega.
Deixamos o do tamén misterioso informe da Axencia Galega da Industria Forestal (Xera), onde tantas mudanzas e movementos curiosos houbo nos últimos tempos e ao que só Altri tivo acceso, para outro día, non sen lembrarlle que até nese círculo existen importantes discrepancias, como as da antiga directora de Innovación da propia Xera. Pero é perentorio lembrarlle novamente que a credibilidade da Xunta de Galicia neste eido é máis que cuestionábel. O vixente Plan Forestal de Galicia, que data de 1992, prevía para a Comunidade unha superficie de 245.000 hectáreas de eucalipto para o ano 2032 e hoxe temos máis de 419.000 hectáreas segundo o Inventario Forestal Continuo, o que denota que vostedes se amparan nunha administración que non é quen de cumprir as súas propias normas. A primeira revisión do Plan Forestal de Galicia (2021-2040) fíxose, entre outras cuestións, para poñer o contador a cero e “legalizar” eses incumprimentos.
E xa para rematar, unha terceira cuestión, máis social que ambiental. Máis mundana. Máis grave se cadra. Vostede xa amosou máis dunha vez a súa sorpresa pola forte oposición cidadá xerada arredor do seu proxecto. Alén dos seus potenciais impactos, que son moitos, como é posíbel que se sorprenda cando dende a súa empresa desprezouse a oposición veciñal cualificándoa mesmo de violenta? Como é posíbel que se sorprenda cando constantemente acusan a milleiros de persoas de desinformar e manipular? Como é posíbel que se sorprenda cando vostede ten o privilexio de explicarse na televisión pública, vetada á cidadanía que a paga, e publica propaganda de xeito provocador a toda páxina nos xornais cada vez que a cidadanía se mobiliza? Como é posíbel que se sorprenda cando vostedes teñen dende hai anos acceso privilexiado a numerosos informes e a cidadanía apenas 30 días para alegar a milleiros de páxinas de documentos? Como é posíbel que se sorprenda cando se levan recolleitas 600.000 sinaturas contra a súa celulosa e se despreza un récord histórico de 27.000 alegacións, falando de corta-pega e resolvendo a maioría na DIA de xeito extremadamente sucinto?
Señor Soares de Pina, lembrámoslle de novo as súas propias palabras: “Non facemos investimentos onde non os queren”. Cremos sinceramente que aínda está a tempo de retirar dignamente un proxecto que Galicia nin quere nin necesita. Escoite á xente. Escoite á natureza.