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unidas frente al odio
Un kilo de información para conocer a la extrema derecha en España
“Un kilo literal” de información sobre la extrema derecha en España. Así presentaba Amelia Martínez-Lobo, de la Fundación Rosa Luxemburg, el libro ‘De los neocón a los neonazis’, coordinado por el periodista y colaborador de El Salto y la Marea Miquel Ramos y la abogada Nora Rodríguez, que tuvo su bautizo en un concurrido Ecoo redimensionado por exigencias de la pandemia.
Este dossier, que es una minuciosa cartografía de la ultraderecha española más allá de su actual brazo político, ejerció durante la tarde de ayer como un símbolo de unión entre El Salto y la Marea, medios que se han unido ofreciendo una oferta de suscripción conjunta a precio reducido premiada con este libro que no se encuentra a la venta en tiendas.
En el acto, que contó con la intervención de los dos coordinadores del libro, así como de Ter García, cofundadora de El Salto, y Antonio Maestre, subdirector de lamarea.com, se intentaron desmenuzar las claves sobre por qué es importante un periodismo antifascista, así como las posibles recetas para acabar con las fake news y vencer a la guerra cultural que ha establecido Vox.
“¿Qué tipo de democracia es esta en la que un militar que es demócrata tiene que salir encapuchado para denunciar una célula neonazi dentro del ejército?”
Así, Ramos, quien lleva más de una década denunciando la actuación de las agrupaciones neofascistas en España mucho antes de la llegada de Vox, rescató la soledad que sentía durante sus primeros años de trabajo en los que tuvo que escribir con pseudónimo “porque tenía miedo de la extrema derecha” y celebró que hoy pudiera contar con un espacio público para presentar un libro como este. Al tiempo, el periodista Antonio Maestre recordó que sobre su persona pesan cuatro querellas criminales por supuestos delitos de odio emitidas por figuras ultraderechistas.
En esta batalla por el relato, las intervenciones giraron en torno a la responsabilidad de los medios de comunicación por no aceptar ni difundir discursos que vayan en contra de los derechos humanos. Y también se analizó la posible manera de poner puertas a un discurso que ha calado entre un sector de las clases populares. “El relato de la extrema derecha cala hondo porque es muy simple y se transmite de forma directa. Nuestro mensaje es más difícil que llegue porque es más complejo”, exponía Ter García.
Además, Ramos relató los entresijos de algunas de las informaciones que ha producido durante todo este tiempo, admitiendo que algunas se basan en filtraciones de miembros de la policía sobre sus propios compañeros, para desarticular las ramas extendidas de la extrema derecha en este cuerpo. También ha recibido información sobre el cuerpo militar, para lo que contó con un testimonio de un miembro de este cuerpo que prefirió declarar ante la cámara encapuchado. “¿Qué tipo de democracia es esta en la que un militar que es demócrata tiene que salir encapuchado para denunciar una célula neonazi dentro del ejército?”, se preguntaba el periodista.
“No hay que endurecer los delitos de odio, lo que hay que hacer es empezar a aplicarlo”
Contra los delitos de odio
Del lado de la legislación y las posibles mejoras en nuestro código penal para castigar los delitos de odio, la abogada Nora Rodríguez recordó que tenemos uno de los códigos penales más duros en el entorno europeo. El problema, en palabras de esta abogada, es que las leyes no se cumplen y cuando la Fiscalía actúa de oficio la mayoría de veces la actuación queda en nada.
“No hay que endurecer los delitos de odio, lo que hay que hacer es empezar a aplicarlo”, sentenciaba Rodríguez mientras añadía que los dictámenes judiciales contra los grupos neonazis suelen ser absolutorios y que los ataques fascistas han crecido un 300%.
De hecho, en el tintero se quedó la posible solución a la situación judicial que se vive en España, en plena paralización de una “necesaria” renovación del poder judicial, de marcado carácter conservador. “Cuando me llega una querella tengo que confiar en que no caiga en un juzgado conservador. Hasta ahora he tenido suerte pero puedo ir a la cárcel si cae en el juzgado equivocado”, explicaba Maestre.
El acto finalizó con una ronda de intervenciones que en clave positiva cerraron concluyendo que la extrema derecha ha llegado al Congreso pero que la batalla desde las organizaciones sociales y medios de comunicación como El Salto o La Marea es más necesaria que nunca y debe ser reforzada de forma prioritaria.