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Urbanismo
Aprobada la primera supermanzana peatonal de València para “recuperar espacio público”
Árboles en lugar de coches aparcados, baldosas con un diseño unificado sustituyendo el asfalto y zonas de juego donde siempre ha habido tráfico. Así cambiará la intersección entre las calles de Calixto III y Palleter cuando la supermanzana de la Petxina de la ciudad de València sea una realidad. Se trata de un cruce amplio, de unos 1.900 metros cuadrados, con comercios locales en tres de sus esquinas y un colegio en la restante. Peluquerías, tiendas de artesanía y bares con terraza protegidos por una barrera de coches que inundan el paisaje.
El pasado 7 de abril fue aprobado el proyecto y presentado por la Vicealcaldesa y Regidora de desarrollo urbano del Ayuntamiento de València, Sandra Gómez, y por Elisa Valía, Regidora de Participación Ciudadana. “Se enmarca en la política de recuperar espacio público para la ciudadanía, que camina por las plazas y respira por los parques de una Valencia más amable y sostenible”, describía Gómez.
“Se enmarca en la política de recuperar espacio público para la ciudadanía, que camina por las plazas y respira por los parques de una Valencia más amable y sostenible”, describía Sandra Gómez
Esta será la primera supermanzana de València y contará con un presupuesto de 840.000 euros, que irán destinados, entre otras cosas, a implementar arbolado, mobiliario urbano y sustituir el asfalto por baldosas diseñadas por el creador valenciano Iban Ramón. La obra comenzará en otoño y tendrá un plazo de ejecución de 14 semanas.
🔶La ‘superilla’ de Palleter estrenarà la rajola gràfica dissenyada com a referència de les intervencions d'@urbanismevlc tàctic a la ciutat. Hui hem presentat este nou element identitari de #Petxina, obra del dissenyador gràfic @IbanRamon.
— Ajuntament València (@AjuntamentVLC) May 28, 2021
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La idea de las supermanzanas una idea importada del Ayuntamiento de Barcelona, el cual comenzó esta iniciativa en el año 2016 en el barrio de Poblenou y trasladó a Sant Antoni y Horta, que consiste en, según describe el propio consistorio, “un modelo de transformación de las calles de toda la ciudad, con el objetivo de recuperar para la ciudadanía una parte del espacio que actualmente ocupan los vehículos privados”.
Participación ciudadana
Elisa Valía asegura que se ha tenido en cuenta la voz de los residentes del barrio y que, mediante entrevistas en profundidad, “se han implicado asociaciones vecinales, representantes de los colegios de la zona, y otras entidades como comisiones falleras”.
Se han realizado 160 encuestas a los vecinos y vecinas de la zona implicada quienes, cuentan, recibieron un folleto en el que podían marcar distintas casillas en función de sus gustos o preferencias.
La aceptación de la medida, sin embargo, no es unánime. El gerente de una de las peluquerías que conforman las cuatro esquinas del cruce asegura estar “encantado” con la aprobación y considera que le beneficiará como vecino y como dueño de un negocio desde el que observa como en horas punta hay coches aparcados “hasta en quinta fila”. Pero, a escasos centímetros de distancia, separados únicamente por un tabique, el dueño de una pequeña tienda tiene la opinión opuesta. Cree que la reducción de plazas de aparcamiento hará el acceso al barrio mucho más complicado, tanto para él mismo como para la clientela, que augura, se verá reducida con esta medida.
El aparcamiento es la principal preocupación de los vecinos más críticos con el plan urbanístico ya que aseguran que los garajes privados son escasos y caros
El aparcamiento es la principal preocupación de los vecinos más críticos con el plan urbanístico ya que aseguran que los garajes privados son escasos y caros. Una vecina de la zona apunta a que un proyecto de este tipo debería ir acompañado de la creación de un parking público.
Al respecto, Sandra Gómez anunció la habilitación para residentes de 103 plazas del parking de Santa María Micaela que eran rotatorias y recordaba los 140 aparcamientos que se generaron debido a la obra del PAI de Palleter.
Colegios
Alrededor de la intersección sobre la que actuará este plan urbanístico, en un pequeño radio, hay tres centros educativos. El Colegio Jesús y María, el Centro de Enseñanza Concertada Escolapias y el CEIP Teodoro Llorente.
El padre de una niña de cinco años que sale de entrenar a fútbol en el Jesús y María lo tiene claro: “Me parece fenomenal por el riesgo que suponen los coches. No es necesario que pasen por aquí teniendo la Gran Vía tan cerca”. Otro padre coincide: “Cuantos más parques y menos coches, mejor para los niños”.
El dueño de uno de los bares de la zona espera con incertidumbre el comienzo de las obras y teme que estas puedan perjudicarle. “Creo que a corto plazo no va a ser bueno, pero al largo puede ser beneficioso. No sabemos qué pasará”.
Miramos el ejemplo de Barcelona
Barcelona, como precursora de esta medida, es un buen espejo en el que fijarse para ver los resultados que podría comportar en Valencia y, quizá, aliviar alguna de las incertidumbres que ha generado.
Según un estudio de la Agencia de Salud Pública (ASPB), la supermanzana de Sant Antoni en Barcelona ha supuesto un descenso del 25% en los niveles de dióxido de nitrógeno y del 17% en las partículas en suspensión PM10 en la zona
Según un estudio de la Agencia de Salud Pública (ASPB), la supermanzana de Sant Antoni ha supuesto un descenso del 25% en los niveles de dióxido de nitrógeno y del 17% en las partículas en suspensión PM10 en la zona. Por su parte, en la de l’Horta, los niveles de nitrógeno y partículas no han variado desde su implementación.
El Barcelona Supercomputing Center (BSC) en colaboración con investigadores del laboratorio inLab-FIB de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) arrojaron en su estudio que las supermanzanas están siendo insuficientes para cumplir con la media anual de 40 microgramos de dióxido de nitrógeno (NO2) que marca la UE y que sería necesaria una “disminución drástica del tráfico” para cumplir con los estándares europeos. Marc Guevara, investigador posdoctoral del departamento de Ciencias de la Tierra del BSC aseguraba, en referencia al estudio, que “no decimos que las medidas de restricción no sirven; decimos que sirven, pero es necesario ser más ambiciosos”.