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València
Rechazada la querella por tortura contra Ramón, policía infiltrado en València

La causa judicial por torturas contra Ramon, policía infiltrado en los movimientos sociales de València, ha quedado definitivamente desestimada. El juzgado de instrucción número 21 de València ha rechazado el recurso presentado por Alerta Solidaria, que pretendía impugnar la inadmisión a trámite de la querella criminal.
Este es el quinto caso de infiltración judicializado por las víctimas, sin que, de momento, ninguna demanda haya prosperado hasta la fase del juicio oral. Tres de estos procesos han sido querellas —por los casos de Dani, María y Ramon—, a lo que hay que añadir una demanda por lo contencioso administrativo relacionada con el primer episodio de infiltración policial destapado por La Directa, el de Marc Hernàndez Pons, que está pendiente de resolución en el Tribunal Constitucional. También sigue viva en los tribunales la causa por las amenazas de Juancar, policía destapado por este medio.
Represión
Policía infiltrado Presentan una querella por tortura contra Ramón, policía infiltrado en València
En su escrito de rechazo al recurso presentado contra la inadmisión de la querella, la magistrada argumenta que los hechos denunciados no “encuentran acomodo en los tipos penales”. Con esta resolución, el tribunal rechaza que se hayan cometido los delitos denunciados de tortura y contra la integridad moral, lesiones y revelación de secretos en el proceso de infiltración de este agente en colectivos sociales.
La querella presentada incidía en que las conductas del agente del Cuerpo Nacional de Policía “vulneraron derechos fundamentales” y consistieron en la “instrumentalización” y “cosificación” de las dos afectadas a través de “el establecimiento de relaciones afectivas”, y en “el acceso a información reservada y privada de diferentes colectivos donde participan las dos querellantes”.
Los argumentos de la justicia
La jueza subraya que no correspondería al juzgado valenciano “atender los argumentos” de la demanda ni “entrar a valorar decisiones policiales, más o menos acertadas, si no fuera que las mismas contravinieron el orden jurídico penal”. En este caso, considera que a pesar de que la figura de agente infiltrado no está regulada en ninguna ley —solo está reglamentada la figura de agente encubierto, en la ley de enjuiciamiento criminal, para supuestos de terrorismo, crimen organizado y tráfico de estupefacientes— “no significa que la misma esté prohibida”.
Del mismo modo que la sentencia de inadmisión de la querella, el escrito de desestimación del recurso defiende que la función de los agentes infiltrados es la “captación, tratamiento y desarrollo de la información de interés para la orden y la seguridad pública”. En este sentido, recalca que no corresponde al juzgado “entrar a valorar si los colectivos donde se infiltró el querellado suponían, o no, un peligro para la seguridad pública”, pero insiste que los hechos denunciados sucedieron después de la publicación de la sentencia del proceso, cuando “ocurrieron actos violentos y desórdenes públicos, con cortes de carreteras y autopistas incluidos, en Cataluña”, en referencia al procés.
La abogada de las víctimas denuncia que no “ha habido ninguna investigación a pesar de haber indicios de comisión de delitos porque se trata de una intervención arbitraria y no justificada”
Según Maria Josep Martínez, abogada de las dos activistas querellantes y portavoz de Alerta Solidaria en el País Valenciano, el argumentario del juzgado es “contradictorio”. “Por un lado, dice que no se tiene que abrir ninguna investigación y, por la otra, intenta justificar la infiltración de una manera muy poco cuidadosa y por medio de su valoración personal, por ejemplo, cuando hace referencia al contexto político posterior a la sentencia del procés”. Martínez ha anunciado que han presentado un recurso de apelación en la Audiencia de València “señalando que no ha habido ninguna investigación de los hechos, a pesar de haber indicios de comisión de delitos porque se trata de una intervención arbitraria y no justificada”.
El policía, bajo la identidad falsa de Ramon Martínez Hernàndez, centro su misión de espionaje en el movimiento popular y antifascista de València y, más concretamente, del barrio de Benimaclet, a través de su infiltración en varias organizaciones sociales como Cuidem Benimaclet o el CSOA l'Horta. . A la vez, estableció vínculos con militantes de Acción Antifascista València, que le facilitaron participar y liderar movilizaciones y acciones.