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Venezuela
Venezuela sigue la senda de la incertidumbre una semana después de las elecciones
Sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela
Una semana después de las presidenciales en Venezuela, ya hay un resultado oficial del Consejo Nacional Electoral (CNE), pero el mismo no ha sido respaldado con la publicación de las actas respectivas, ni con la auditoría posterior (ambas debían ocurrir como máximo a las 48 hs), como lo dictaminan las leyes. Es lo que esperan adversarios y aliados de Caracas en la región, especialmente los gobiernos de México, Colombia y Brasil.
El CNE justifica esta incapacidad debido a un hackeo del que es objeto su sistema y el Presidente Maduro ha pedido al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que decida la suerte del escrutinio.
La oposición no reconoce el resultado, lo que ya es común en el paisaje electoral venezolano, incluso cuando pierde por holgado margen. Pero a diferencia de las veces anteriores esta vez ha publicado las actas en su poder (impresas por el ente electoral), en las que, según sus cuentas, resulta vencedora.
Las presidenciales de 2024 en Venezuela se habían colocado como el espacio privilegiado para dirimir el conflicto histórico que sufre el país, pero ha culminado en un escenario que agrava la crisis política.
Elecciones como escenario de disputa
A diferencia de las presidenciales de 2018, todos los sectores, hasta los más radicales opositores, participaron de forma activa en la campaña electoral que, salvo algunas escaramuzas, transcurrió de la manera más regular y pacífica.
Todos los actores nacionales e internacionales (incluidos los observadores), acudieron y dieron el visto bueno a cada uno de los pasos protocolares previstos por el Consejo Nacional Electoral, como la auditorias previas.
Paralelamente a la campaña, a comienzos de julio, se reinició un proceso de diálogo entre Caracas y Washington, que debía ofrecer mayores condiciones al proceso comicial. Sin embargo, el esquema de sanciones de EE UU sobre Venezuela se mantuvo casi inalterado y tenía especial peso sobre el candidato y Presidente Nicolás Maduro y otras autoridades del Estado.
Las últimas elecciones en las que ambos bandos se enfrentaron, en unas presidenciales, fue en 2013 en las que Maduro superó a su adversario de entonces, Henrique Capriles, por apenas 1,5%. Luego, en las legislativas de 2015, la oposición le sacó al chavismo más de dos millones de votos y 16 puntos de ventaja. Todavía no se había sobrevenido la crisis económica severa, ni tampoco las sanciones.
Después de eso, la oposición había tomado los caminos de la abstención, el llamado a la invasión extranjera y la ejecución del, tristemente celebre, gobierno paralelo de Juan Guaidó en 2019.
Aunque ya no tenía una competencia firme, el chavismo seguía erosionándose. En las regionales de 2021, en relación a las regionales de 2017, el chavismo perdió 40% de los votos.
En este contexto, y después de varias aventuras derrotistas, la oposición se decidió a participar de forma unificada en torno a la candidatura de Edmundo González. El malestar era evidente sobre todo en las bases el chavismo y parecía muy lógico que González, apadrinado con María Corina Machado, tuvieran favoritismo, en tanto el gobierno se había quedado sin políticas sociales que enarbolar. De hecho, varios estudios de conocidas empresas encuestadoras los dieron como ganadores, mientras que otras lo hicieron con Maduro.
Así las cosas, no fue hasta el viernes que el CNE divulgó un segundo boletín, en el que Maduro ganó con 51% y el candidato opositor, Edmundo González, 43%. No hay explicación clara de cómo, si el sistema está hackeado y no pudo recibir las actas trasmitidas, entonces cómo sí puede haber hay un resultado consistente.
Este resultado es bastante similar al del primer boletín ofrecido la noche del domingo en el que se prendieron las alarmas por la denuncia del ciberataque y la falta de divulgación de las actas. Pero las dudas saltaron al paroxismo cuando, sin haber cerrado el protocolo y con un resultado reversible, el ente electoral proclamó a Maduro, en un evento oficial, como Presidente, por seis años más. Esto lució como un acto sospechosamente apresurado a solo doce horas de haber divulgado el primer resultado parcial que todavía era reversible.
Fue cuando ingentes sectores populares, los mismos barrios que salieron en muchas ocasiones a defender al ex presidente y mentor Hugo Chávez, en esta ocasión se movilizaron para protestar por lo que rápidamente comenzaron a considerar un fraude electoral. En cambio, los bastiones opositores prefirieron paradójicamente, mantener la calma.
Había vuelto la violencia política a Venezuela, con protestas donde ocurrieron varias muertes de manifestantes (que algunas fuentes sitúan en siete y otras en veinte), de un guardia nacional asesinados, y más de mil apresados.
Ya se contemplaba que era muy difícil que el gobierno venezolano, con todo el poder institucional y militar acumulado y amenazado por sanciones desde Estados Unidos y Europa, cediera el mandato sin garantías.
Así las cosas, la demanda en sectores políticos (en el que se incluyen el resto de candidatos que participaron) y diplomáticos, es que se coteje cada una de las actas electorales. Especial peso están teniendo los aliados de Caracas (los gobiernos de Brasil, Colombia y México) que han bregado por el levantamiento de sanciones y que ahora tienen una postura común de exigir al gobierno venezolano las cuentas claras para reconocer el resultado. A la petición se ha sumado la expresidenta argentina Cristina Kirchner que ha tenido muchas cercanías con la revolución bolivariana.
Ya Estados Unidos reconoció a Edmundo González como el ganador, aunque aun no como Presidente. Todo revival con la “experiencia Guaidó” es un justificativo del gobierno de Maduro para comprobar que hay en marcha un golpe de Estado.
Aunque ya hay tranquilidad en las calles, el país está en vilo. Se esperan días y quizá años de mucha tensión. Se ha perdido una gran oportunidad para dirimir el conflicto y el país ha saltado hacia una senda desconocida e inédita.
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Este tal Ociel nos quiere adornar la estrategia de EEUU para con Venezuela, NO ahora sino de siempre. Todo pagado para que los "mercenarios" a sueldo hagan los destrozos que den "portadas" en medios ultras, para ¡Ganar algún inepto social!
Se queja el "poli"tólogo que que NO son todos los que están, que NO han podido participar; que se lo pregunten al gobierno yankee. . .¡Que retiró las embajadas de Venezuela!
De un "cinismo". . . ¡Pedir las actas y cuando les "convocan NO van!
La "mediocridad" NO debe de tener sitio en el Salto, para NO incurrir en "apología" del genocidio de los pueblos, venezuela, es de los venezolanos. . . ¡NO del Tío Sam otánico!
Buenos días Sr Ali
Me da a mi que o Ud está mal informado o esta desinformando y por tanto creando dudas que no deberian darse, y mas de una persona que se atribuye la condición de “analista político”.
Ud dice en su articulo del Salto, “Venezuela sigue la senda de la incertidumbre una semana después de las elecciones”, de que: “No hay explicación clara de cómo, si el sistema está hackeado y no pudo recibir las actas trasmitidas, entonces cómo sí puede haber hay un resultado consistente”.
Si conociera el sistema electoral venezolano lo comprendería, así es que me toca refrescar esos conocimientos, para que lo comprenda.
El sistema electoral venezolano no es solo electrónico, también es garantista en el formato papel. Ademas el hackeo se refiere a la transmision de datos por la red, no que las maquinas electorales hayan sido hackeadas y por tanto manipuladas. Le recuerdo que la información de las maquinas electorales está encriptada y su desencriptación conlleva la introducción de todas las claves secretas de todos los partidos políticos de la mesa donde está la maquina electoral, así es que el hackeo de una SOLA maquina electoral y su manipulación es imposible.
Por otro lado, tenemos las actas firmadas que salen de la maquina, de las cuales una de ellas se envian al CNE y el resto de copias se entregan a todos los partidos políticos que vigilan la maquina electoral.
Comprendiendo esto, se puede comprender que SOLO con el escrutinio de las actas en papel destinadas al CNE, ya se pueden dar datos fiables, aparte del de las maquinas cuando sean recogidas en todos los colegios electorales y que verificaran los mismos resultados que las actas en papel.
Sabiendo que el sistema electoral venezolano da un tiempo máximo de 30 días para que todo ese proceso se desarrolle con las máximas garantias, y que ademas no hay ningún país latinoamericano que antes de 10 días esté obligado a presentar los resultados electorales con cierta seguridad, es de una hipocresía que a Venezuela se le acuse de fraude, cuando tiene a mi juicio unos de los procedimientos electorales más seguros del mundo, pero claro eso se comprende cuando se conoce que Venezuela tiene las reservas de petroleo más grandes del mundo, y eso es un caramelito que los EEUU, no quiere dejar en manos de los venezolanos.
Perfecto. Era mi respuesta pero de una forma tan clara que ya no es necesaria . Efectivamente, no es propio de El Salto esta publicación que, además de no ir a la verdad completa, deja tantas dudas falsas. Una seudo-información cercana a las de los medios españoles más conocidos y manipuladores.
Es cierto que lo de no presentar las actas le quita algo de legitimidad o nos hace dudar, pero para eso está el TSJ venezolano que está pidiendo las actas de todos los partidos (que el opositor derechista Edmundo desconoce por cierto). Este artículo se posiciona, peligrosamente, en apoyo de una oposición ultraderechista y ultraliberal, sin hablar de la violencia callejera que ha llevado a cabo contra infraestructura publica (ni un solo ataque a la propiedad privada de los oligarcas). Además, no dice nada de quienes son los golpistas: Ellos dieron el golpe de estado corporativo en 2002, usan las guairmbas y han desconocido todas y cada una de las elecciones perdidas (las ganadas son democráticas para ellos).
Lo de Venezuela huele claramente mal. No es nuevo que la oposición (que es casi peor que el chavismo) denuncie fraude pero las actas...
Yo, sin embargo, agradezco que alguien de izquieras- si es que vale para algo ya este término- cuestione las elecciones venezolanas. Ya se sabe que el eterno enemigo y sus colaboradores dentro de Venezuela son expertos en fraude, en noticias falsas y en no aceptar nunca unas elecciones si no les convienen; pero a mi me hace desconfiar la postura de mandatarios latinoamericanos, siempre apoyando el régimen venezolano, que no lo dan por bueno el resultado y exigen saber más. Y me extraña también que con el deterioro de la vida en Venezuela- sin entrar en análisis de por qué y quienes lo propician- no haya una mayoría que no intente probar algo distinto. La verdad es que ya no me fio ni de mi padre.
Es una basura de artículo. Mejor información aquí: https://globalter.com/todo-lo-que-necesita-saber-sobre-las-elecciones-venezolanas-y-no-encontrara-en-los-medios/
Muchas gracias por el enlace. Necesitamos información amplia y veraz. El título mismo del artículo ya me chirrió.
Carajo!
Con las elecciones claramente manipuladas en los USA para dar el gobierno a George W. Bush, nadie se puso tan tiquismiquis.
¿Quien se atrevió a exigir al amigo americano el conteo de los votos y comprobación de las actas?
Ahhh, ya. Los mismos que ahora se lo exigen a Venezuela con muchas prisas.
Perdonen que me ria.
Desconociendo los resultados finales de las elecciones venezolanas, incluso teniendo muchas dudas sobre los resultados, no acabo de entender este artículo en El Salto.
Da la sensación de que es seguro el fraude electoral, de que en efecto la oposición ganó las elecciones (así se deduce cuando afirman que la oposición ha mostrado las actas en su poder que respaldan su tesis de que han ganado)
¿Por qué no se menciona que el gobierno venezolano y el CNE han asegurado que muchas de esas actas presentadas son falsas (no aparecen todas las firmas que se supone tienen que estar para ser legítimas)?
Hasta un diario de derechas (muy de derechas) como La Razón recoge esto.
No entiendo por qué El Salto no hace como recomiendan los presidentes de México, Brasil y Colombia, tener paciencia y no echar más leña al fuego.
Parece que los que conocen el sistema electoral venezolano no tienen ninguna duda de que finalmente se aclarará todo, parece que los resultados reales no se pueden manipular. Si lo del Ciberataque es cierto (y sabemos que se puede hacer), no tomemos partido por los que sabemos probados golpistas.
Tengamos paciencia y observemos.
Ojalá fuéramos tan exigentes con nuestros propios sistemas electorales.
Efectivamente, la propaganda derechista cala hasta en los medios progresistas, que no hará en la ciudadanía. Parece que se quiere repetir lo del corrupto Guaidó