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Venezuela
Venezuela: la Unión Europea sigue avivando el simulacro de Guaidó
Las elecciones son una oportunidad para toda la oposición de salir de la vía insurreccional y pro intervencionista a la que ha estado sometida por parte de cierto liderazgo opositor y probar nuevamente la vía electoral que ya le ha dado victorias aplastantes y que tiene un cronograma fijado: Legislativas 2020, Gobernaciones 2021 y, si se dieran las condiciones, referendo revocatorio en 2022.
Sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela
Cuando la Unión Europea rechazó, este 11 de septiembre, asistir como observadora a las elecciones parlamentarias venezolanas, después de la invitación del Gobierno y la petición del ex candidato y líder opositor Henrique Capriles, continúa impulsando de manera indirecta la vía armada o intervencionista que lidera Guaidó, aunque cada vez con menos posibilidades. Considera que aun no hay condiciones suficientes y piden el aplazamiento de las parlamentarias lo que resulta una petición cuando menos extraña si consideras antidemocrática la contraparte.
¿Cuál podría ser el cálculo de los gobiernos europeos con tantos connacionales viviendo en Venezuela una situación de alto riesgo?
Por su parte, el grupo de contacto que incluye a la Unión Europea y países latinoamericanos como Argentina y México se reunirá este jueves de manera telemática. La ministra de asuntos exteriores de España Arancha González Laya ha declarado que hay posibilidades que España apoye el proceso electoral. Una vez que el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell está participando en las negociaciones que han venido surtiendo efecto, cabe la posibilidad que varios países se sumen al llamado.
Y es que no quedan muchas opciones.
Una vez Elliott Abrams, representante de la Casa Blanca para asuntos sobre Venezuela, calificó de “realismo mágico” e “insensatez” las demandas intervencionistas de María Corina Machado, restó probabilidad al escenario de la intervención militar directa por parte de EE.UU. al menos por este año y dejó, sin quererlo, la vía electoral como único escenario efectivo políticamente. Mientras tanto, él mismo dirige el recrudecimiento del bloqueo que ha llegado a niveles cruciales debido a la falta de gasolina en el país y todo lo que ello implica en materia sanitaria y alimentaria.
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Venezuela: Nueva estrategia, ¿misma abstención?
Un referendo puede oxigenar a Maduro para sus últimos años de gobierno o renovar al Chavismo que, de perderlo, podrá en el lapso de un mes presentar una nueva propuesta presidencial frente a una oposición dividida.
El decreto de indulto del presidente Nicolás Maduro del 31 de agosto cambió la sensibilidad sobre el tema electoral a lo interno del país, y también en medios, gobiernos y organizaciones del mundo, lo que puede darle un impulso especial a los comicios del 6 de diciembre.
El lanzamiento del ex candidato Henrique Capriles abrió un escenario electoral ya no solo para quienes nunca estuvieron de acuerdo con una salida violenta, sino también para éstos. Es una oportunidad para toda la oposición de salir de la vía insurreccional y pro intervencionista a la que ha estado sometida por parte de cierto liderazgo opositor y probar nuevamente la vía electoral que ya le ha dado victorias aplastantes y que tiene un cronograma fijado: Legislativas 2020, Gobernaciones 2021 y si se dieran las condiciones, referendo revocatorio en 2022 como lo establece la Constitución y Maduro recordó hace semanas.
A estas alturas no se entiende por qué los gobiernos europeos quieren insistir en apoyar las aventuras del sector de Guaidó que ha demostrado continuos fracasos
Esta ruta requiere un observador de peso y el gobierno ha invitado a la Unión Europea y a la Organización de las Naciones Unidas a participar como observadores. La primera, que ha reconocido el interinato de Guaidó, se ha negado a asistir. A estas alturas no se entiende por qué los gobiernos europeos quieren insistir en apoyar las aventuras de este sector que ha demostrado continuos fracasos.
La vía Guaidó, por la que apostaron de manera automática, no da señales de vida. Viene de fracasar la operación Gedeón que intentó en mayo ingresar comandos militares al país y que fue reprochado por la prensa internacional. El 30 de abril de 2019 un movimiento militar trató de romper la cadena de mando militar y tampoco funcionó. El grupo de Lima, desde donde se discutían las posibilidades de intervenir militarmente o apoyar una invasión de EE.UU hoy está desactivado. El funcionariado estadounidense no está preocupado por Venezuela, salvo para infligir sanciones.
Ante esta panorama desértico para la derecha radical: ¿quiere la Unión Europea nuevos fracasos de esta índole?
El ente pide aplazar las parlamentarias lo que en primera instancia es inconstitucional puesto que la carta magna fija la fecha, 5 de enero, para la toma de posesión de la nueva Asamblea Nacional. Igual resulta bastante inusual que se le pida a un régimen que consideran antidemocrático que posponga elecciones ¿Alguien imaginaría a la oposición a Pinochet pedir la postergación del referendo que terminó sacándolo del poder?
Guaidó es un simulacro que apenas espera el resultado electoral de EE.UU para ver si consigue una palanca que lo saque del estancamiento. Hasta Trump tuvo que reconocer su debilidad, después de haberlo recibido con honores durante su discurso del estado de la unión de este 2020.
Ahora, con una salida electoral promovida desde sectores de la propia oposición, el autojuramentado es más peligroso como actor, porque solo puede sobrevivir políticamente en la medida que entorpezca y sabotee el proceso electoral. Ahora tiene dos enemigos. Su objetivo es derrotar a Maduro, pero si Capriles se posiciona entonces sencillamente muere como opción política, así que éste se convierte en su enemigo inmediato. Por lo tanto la oposición radical puede intentar un proceso de abstención activa para infartar las mesas electorales favorables a Capriles y tratar de extinguirlo electoralmente. Este hipotético saboteo, similar al que intentaron cuando las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente en 2017, significaría otorgarle la hegemonía política total al oficialismo.
Con una salida electoral promovida desde sectores de la propia oposición, el autojuramentado es más peligroso como actor, porque solo puede sobrevivir políticamente en la medida que entorpezca y sabotee el proceso electoral
Una vez descartada la vía de la intervención internacional, los sectores radicales buscan trasladar nuevamente el conflicto al seno de las calles venezolanas, un escenario que le ha sido esquivo incluso cuando tenían poder de convocatoria, algo que se les ha agotado y es un punto donde muestra tremendas debilidades. Así que de antemano se sabe que esta vía puede molestar a la ciudadanía pero no tendrá efectos políticos diferentes a compactar y solidificar al chavismo, como siempre ocurre.
Los medios del mundo que apostaron entusiasta e ingenuamente por Guaidó durante meses, ahora saben que viven su propio ¨realismo mágico¨, que la oposición está dividida y han comenzado a prestar atención a la vía electoral. Al final, ¿puede algún actor internacional apostar por una invasión militar cuando la iglesia, los empresarios y ahora importantes políticos de oposición plantean una salida electoral y pacífica?
Queda poco tiempo para saber si el mundo ‘civilizado’ quiere una salida civilizada o si más bien prefieren nuevamente una salida violenta como en Libia o Irak.
¿Qué pasa en la oposición?
Las dudas sobre la vía insurreccional fueron impulsadas por la iglesia venezolana.El 11 de agosto, la Conferencia Episcopal Venezolana, siempre de los sectores más conservadores e históricamente antichavistas, publicó un comunicado reclamando a la oposición que no tenga una propuesta efectiva y clara. Y dejaba, entre líneas, la opción de asistir a las elecciones: “la sola abstención hará crecer la fractura político-social en el país y la desesperanza ante el futuro”.
La declaración creó un sisma interno a la oposición. Primero porque el actor que lo enuncia jamás podría ser catalogado de colaboracionista al gobierno. No obstante, muchos opinadores e influencers han colocado a la jerarquía eclesiástica en el límite con lo que llaman “entreguismo”.
Una encuesta publicada en julio de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), un centro de estudios alineado con la oposición, devela que el 58,9% de los encuestados estarían dispuesto a ir a votar, frente a un 29,5% que dice no querer participar.
Esto implicaría que si una parte importante de los votantes de los partidos de oposición asistieran a la elección, la diversidad opositora podría conseguir un muy importante número de curules. Si lograran fórmulas unitarias podrían disputarle al PSUV la mayoría.
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El desprestigio de Guaidó da un balón de oxígeno a Maduro
En esta tercera y última parte de la investigación sobre el contrato firmado por Juan Guaidó con los mercenarios estadounidenses, el autor analiza las consecuencias políticas de esta revelación y las nuevas amenazas de EE UU.
Una maniobra política de este nivel implicaría el renacimiento de una nueva oposición que, aunque podría estar sujeta a la presiones del gobierno y la oposición radical, tendría la posibilidad de forjar un nuevo escenario político nacional.
La gobernadora de Táchira, Laidy Gómez, miembro del partido Acción Democrática de oposición ha decidido participar en las parlamentarias, por ejemplo. Es bastante factible que todos los representantes de elección popular que tienen los partidos de oposición terminen, directa o indirectamente, apoyando candidatos y partidos. Lo otro significaría no presentarse en 2021 y perder sus gobernaciones y alcaldías.
Jorge Roig, expresidente de la patronal (Fedecámaras), con mucha influencia en el gremio, dijo estar a la expectativa del camino trazado por Capriles a sabiendas que el de Guaidó se había “dinamitado” a sí mismo.
Con estos ejemplos anteriores queremos demostrar que la división opositora y el desconocimiento a la línea política de Washington que plantea mantener el interinato, aun fuera de las fechas constitucionales (el período de la anterior Asamblea Nacional que preside Guaidó culmina en diciembre), ha producido rechazo en muchos sectores de oposición.
Los militantes de los partidos de la oposición tienen un canal para expresarse y podrían cambiar el panorama político con solo asistir a las elecciones
Los dos últimos meses el Tribunal Supremo de Justicia ha intervenido casi una decena de partidos de oposición y también chavistas, nombrándole juntas directivas ad hoc con militantes de esos partidos que han entablado negociaciones con el gobierno. Esta decisión, con todo lo arbitrario que tiene, garantiza que las siglas conocidas de la política venezolana estén presentes en el tarjetón electoral. Los militantes de los partidos tienen un canal para expresarse y podrían cambiar el panorama político con solo asistir a las elecciones.
En fin, por primera vez desde 2015, se posiciona el escenario electoral por sobre el insurreccional en la oposición. Aunque hay que advertir que muchas sombras se le avecinan. La pandemia puede influir en la falta de participación, la presión de los halcones puede atemorizar a los candidatos opositores con sanciones (que ya le han aplicado a algunos), la división opositora puede terminar de borrarla del mapa.
Lo que puede concluirse independientemente del resultado electoral es que se abre una opción democrática y desecharla, como están haciendo los sectores radicales y los gobiernos europeos, va a producir un alto costo social, incluso para los europeos que habitan en el país y que no están exentos de la falta de gasolina, medicinas y alimentos.
Las sanciones del gobierno de EE.UU, que comenzaron siendo dirigidas a funcionarios del gobierno venezolano, han terminado de ahogar la maltrecha industria petrolera y bloquean deliberadamente el ingreso de gasolina al país, lo que será especialmente crudo las próximas semanas debido a que no hay combustible en los inventarios y la tensión vuelve a situarse sobre buques iraníes que vienen en camino.
Las próximas semanas, en plena pandemia, el país podría sufrir una severa crisis que puede afectar el área sanitaria y alimentaria de una manera insospechada.
¿Quién ganará las parlamentarias?
Resulta obvio que el resultado electoral variará de manera considerable dependiendo del nivel de participación y la unidad de la oposición. Si se repite el escenario de alta abstención de las presidenciales de 2018 entonces el partido de gobierno Partido Socialista Unido de venezuela (PSUV), quien cuenta con un núcleo duro de votos y una maquinaria electoral aceitada, tendrá la hegemonía política total del país y controlará el único poder que le había sido esquivo estos últimos años.
Pero si la participación electoral se incrementa en relación a los últimos comicios, podríamos estar en presencia de un mapa parlamentario que pueda frenar la escena política del dominio absoluto del PSUV pero también debilitando a los sectores radicales que propugnan salidas violentas y que han dominado al espectro opositor.
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Juan Guaidó, acusado de “incumplimiento de contrato” por los mercenarios a los que contrató
Con la habilitación del partido de Capriles, la invitación a los observadores, el nombramiento de un CNE con factores de oposición y la mención de la figura constitucional del referendo previsto en 2022, Maduro está arriesgando lo que no arriesgó en los procesos posteriores a 2015 cuando sufrió una gran derrota electoral.
La oposición, a pesar de esta división interna, podría aprovechar el evento electoral para reinventarse, deslastrarse de los radicales y comenzar nuevamente a hacer política proyectando un desenlace en torno a un evento electoral como el referendo y no ya a salidas inmediatistas y armadas.
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Maduro esta destrozando Venezuela y es un ejemplo de caricatura de la izquierda, flaco favor nos hace
Te deberias leer el articulo,no esta defendiendo a Maduro.Es una mierda cuando el gobierno es malo y la oposicion es peor,no hay futuro.Pasa un poco como en españa,salvando las distancias claro.