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Derecho al agua
El mundo está al borde de guerras del agua generalizadas
De continuar la actual tendencia, regiones situadas alrededor de ríos primarios en Asia y el norte de África, como el Tigris y Éufrates, el Indo, el Nilo y el Ganges-Barahmaputra, sufrirán conflictos motivados por la escasez de agua.
Mi amigo Mark Oats, granjero en Australia, me mandó recientemente esta nota:
“Anoche miré con la App de la Oficina de Meteorología las cifras de precipitaciones mensuales, y las temperaturas.
La región alrededor de Byron Lismore ha tenido un 1,6% de lluvias medias en enero y está 2,6 grados más caliente que la media. 98,4% menos de lluvia de lo normal. Prácticamente nada, de ahí las crecientes presiones sobre la gente, las plantas, los animales y la comida.
Después, mirando más allá a todas las capitales y principales regiones… Todo está por debajo de las precipitaciones medias, excepto sólo un área —North Queensland— y eso se debe sólo a algunas lluvias torrenciales de finales de enero.
Melbourne, 9,7% de las precipitaciones normales. Adelaide, 0%. Perth, 43,1%. Hobart, 0,8%. Sydney, 47,7%. Brisbane, 17,9% de las precipitaciones normales.
Tras North Queensland, las siguientes mejores son Western Sydney y Wollongong con alrededor del 70% de las precipitaciones normales medias —todas ellas por encima del calor/temperaturas medias, en muchos casos alrededor de 2 grados—. Canberra está 6,3º por encima de la media en enero.
Hobart está 4,2º por encima de lo normal y menos del 1% de las precipitaciones normales.
Armidale, la región en la que estamos, está alrededor del 80% de las precipitaciones normales (70 mm. de 88 mm. de media), pero está en unos enormes 5,4º por encima de las temperaturas normales, promediando 32,2 en enero con 26,8 de media normal. Incluso el mínimo medio está 2º más alto de lo normal.
Aquí lo tienes: estadísticas y cifras para mostrar lo extremo que está todo el país ahora, y por qué están muriendo peces, murciélagos, pollos e insectos, los cultivadores de vegetales están sembrando las cosechas sin poder permitirse comprar agua, y los ganaderos están reduciendo las existencias, incapaces de alimentar al ganado.
Y ahora pasamos a febrero, el mes más caluroso del año y sin previsión real de lluvia en ningún sitio por debajo del trópico.
Dadas las realidades árticas y el inminente Evento de Océano Azul [cuando el Ártico pierda su hielo marítimo de verano, momento en el cual las pautas de clima y tiempo se desestabilizarán profundamente] posiblemente tan pronto como en 2022, realmente las cosas se van a amplificar.
Probablemente recordaremos enero de 2019 como algo moderado y “fácil” en comparación con el complicado calor y sequía que vienen”.
Las palabras de Mark deberían ser una llamada de atención, y un llamamiento a la acción. El sufrimiento de los granjeros australianos ilustra una realidad más amplia: a medida que las temperaturas planetarias siguen aumentando y los patrones de precipitación cambian debido a la alteración climática de origen humano, nuestra capacidad para cultivar cosechas y tener suficiente agua potable se complicará cada vez más, y la perspectiva sólo va a empeorar.
Se nos ha advertido
El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas advirtió del aumento de las sequías intensas y de las grandes restricciones de agua en grandes franjas del globo.Pero incluso organizaciones más conservadores han estado dando la alarma. “La inseguridad del agua podría multiplicar el riesgo de conflicto”, advierte uno de los informes del Banco Mundial sobre el tema. “Las subidas en el precio de la comida causadas por las sequías pueden exacerbar los conflictos latentes e impulsar la migración. Donde las precipitaciones impactan en el crecimiento económico, episodios de sequías e inundaciones han generado olas de migración y repuntes en la violencia dentro de países”.
Tensiones y conflictos potenciales podrían hacerse realidad en países de los cuales se espera que experimenten restricciones de agua sumadas a altas poblaciones y tensiones geopolíticas preexistentes
Mientras tanto, un estudio publicado en Global Environmental Change observaba cómo “asuntos hidro-políticos” —incluyendo tensiones y conflictos potenciales— podrían hacerse realidad en países de los cuales se espera que experimenten restricciones de agua sumadas a altas poblaciones y tensiones geopolíticas preexistentes.
El estudio advertía de que estos factores se podrían combinar para aumentar la probabilidad de tensiones relacionadas con el agua, intensificándose potencialmente hasta el conflicto armado en cuencas fluviales transfronterizas de un 74,9% a un 95%. Esto significa que en algunos lugares el conflicto está prácticamente garantizado.
Estas áreas incluyen regiones situadas alrededor de ríos primarios en Asia y el norte de África. Entre los ríos mencionados están el Tigris y Éufrates, el Indo, el Nilo y el Ganges-Barahmaputra.
Consideremos el hecho de que 11 países comparten la cuenca del río Nilo: Egipto, Burundi, Kenia, Eritrea, Etiopía, Uganda, Ruanda, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania y la República Democrática del Congo. En total, más de 300 millones de personas ya viven en estos países, un número que las proyecciones duplican en las próximas décadas, mientras que la cantidad de agua disponible seguirá disminuyendo debido al cambio climático.
El estudio también advirtió de una probabilidad mu alta de estas “interacciones hidro-políticas” en partes del suroeste estadounidense y en el norte de México, en torno al río Colorado
Para aquellos en Estados Unidos que piensen que estos conflictos potenciales sólo ocurrirán en tierras lejanas, piensen de nuevo. El estudio también advirtió de una probabilidad mu alta de estas “interacciones hidro-políticas” en partes del suroeste estadounidense y en el norte de México, en torno al río Colorado.
India y Pakistán
Las tensiones potenciales son particularmente preocupantes en India y Pakistán, que ya son rivales cuando se trata de recursos hídricos. Por ahora, estos dos países tienen un acuerdo, aunque tenso, sobre el río Indo y el reparto de su agua, mediante el Tratado del Agua del Indo de 1960.Sin embargo, las reclamaciones hídricas han sido centrales en su disputa continua y ardiente sobre la región de Cachemira, un punto conflictivo allí durante más de 60 años.
El tratado anteriormente mencionado está ahora más en tensión que nunca, ya que Pakistán acusa a India de limitar su suministro de agua de violar el tratado colocando presas en varios ríos que fluyen desde Cachemira a Pakistán.
De hecho, un informe de 2018 del Fondo Monetario Internacional situó a Pakistán en tercera posición entre los países que se enfrentan a restricciones de agua severas. Esto se debe principalmente al rápido deshielo de los glaciares en el Himalaya, que son la fuente de mucha del agua del Indo.
Para dar una idea de lo rápido que están disminuyendo los recursos hídricos en ambos países, las estadísticas de la Cámara de Comercio e Industria de Islamabad (Pakistán) desde 2018 muestran que la disponibilidad de agua (per cápita en metros cúbicos por año) se redujo desde 5.260 en 1951 hasta 940 en 2015, y se proyecta que se reduzca hasta 860 sólo para 2025.
En India, la crisis no es mejor. Según el Ministerio de Estadística del país (2016) y el Ministerio Indio de Recursos Hídricos (2016), el agua disponible per cápita en metros cúbicos por año era 5.177 en 1951, y 1.474 en 2015, y se proyecta que se reduzca hasta 1.341 para 2025.
Ambos países son potencias nucleares. Dadas las graves proyecciones de disponibilidad de agua a medida que progrese el cambio climático, se están haciendo ahora posibles los escenarios de pesadilla de guerras del agua que podrían provocar conflictos nucleares.
El informe del Ejército de EE UU Evaluación de Amenazas Mundiales advirtió de que el cambio climático y otros tipos de degradación medioambiental amenazaban la estabilidad global
Como para recalcar todo esto, incluso el Ejército de EE UU advirtió recientemente que el cambio climático es una amenaza a escala mundial. El informe militar Evaluación de Amenazas Mundiales advirtió de que el cambio climático y otros tipos de degradación medioambiental amenazaban la estabilidad global porque “probablemente alimenten la competencia por los recursos, las dificultades económicas y el descontento social durante 2019 y más allá”.
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Hasta que las masas no lo sufran en sus propias carnes no seremos conscientes de la magnitud del problema,que no es otro que la propia supervivencia de esta especie a la que pertenecemos y que puede ser tan dañina. Y para entonces será tarde para muchos. El agua es vida. La educación también.
Y mientras en la península ibérica se habla de ordenamiento territorial...Dá como lastimita