Derecho al agua
Así queda el mapa de conflictos por el agua en todo el mundo
Nunca antes los seres humanos nos hemos peleado tanto por el agua dulce, un recurso natural vital para la vida, pero finito y cada vez más escaso. Así lo revela la última actualización de la Cronología de Conflictos del Agua del Instituto del Pacífico, una base de datos global sobre violencia relacionada con el agua. En 2024 hubo 420 enfrentamientos a nivel mundial, un 18% más respecto a 2023, una cifra récord. Las agresiones se han cuadruplicado en los últimos cinco años.
Esta cronología, creada en 1980, es la fuente informativa más completa del mundo sobre la violencia relacionada con el agua. Incluye casos en los que el agua y los sistemas hídricos son un detonante, víctima o arma de violencia. La actualización más reciente se publicó en noviembre, con todos los casos de 2024 y de los primeros meses de 2025.
El número total de eventos ha aumentado de manera muy pronunciada en los últimos quince años. En 2010 sólo se documentaron 21 conflictos. De 2011 a 2018, los totales anuales crecieron de forma constante, superando los 150 eventos. Entre 2019 y 2020 se produjo un leve descenso. Los eventos cayeron a 137 y 95, respectivamente, “posiblemente reflejando una ligera reducción de la violencia en partes de Oriente Medio y la desaceleración global causada por la Covid-19”, explica este instituto en su último informe.
“En casi todas las regiones del mundo se denuncian cada vez más casos de violencia por el agua”, Peter Gleick, coautor del informe Cronología de Conflictos del Agua
La tendencia, sin embargo, se revirtió en 2021 con 139 eventos registrados, seguido de “aumentos dramáticos” del 70% y el 50% en 2022 y 2023. El crecimiento continuó en 2024, con un aumento adicional de casi el 20% respecto al año anterior. “Estos picos recientes corresponden a la intensificación de conflictos en Israel-Palestina y Rusia-Ucrania, así como a disputas crecientes por el acceso insuficiente al agua en África, América Latina y el sur de Asia, además de tensiones por la escasez provocada por sequías en India, Irán y otras regiones”, resumen los autores del mapa. “En casi todas las regiones del mundo se denuncian cada vez más casos de violencia por el agua”, explica Peter Gleick, cofundador y miembro principal de esta organización, lo que “subraya la urgente necesidad de atención internacional”.
El agua y la escalada bélica
Los investigadores recopilan información de noticias, otras fuentes y relatos para confeccionar este mapa. Clasifican los datos en tres categorías: casos en los que el agua es un detonante de la violencia (152), aquellas situaciones en las que los sistemas de agua son usados como arma (24) y eventos en los que el agua es una víctima más de la violencia (276), por ejemplo, la destrucción de un tanque de agua por el lanzamiento de un misil.
Los ataques a sistemas hídricos en Gaza, Cisjordania, Siria, Líbano y Yemen aparecen como uno de los principales “focos de preocupación” del informe
En 2024, los conflictos intraestatales representaron el 63% de los eventos, superando ampliamente a los conflictos interestatales entre dos o más países (37%). La escalada bélica global es un factor clave de la espiral de violencia en torno al agua. La región con más incidentes violentos fue Oriente Medio, con 138 registrados. Esto incluyó 66 en el conflicto israelí-palestino, tanto en Gaza como en Cisjordania.
Los ataques a sistemas hídricos en Gaza, Cisjordania, Siria, Líbano y Yemen aparecen como uno de los principales “focos de preocupación” del informe. La cronología contabiliza varios ataques de colonos israelíes que destruyeron tuberías y tanques de agua y atacaron a agricultores palestinos. También la destrucción en Gaza de más de 30 pozos en las ciudades meridionales de Rafah y Khan Yunis.
“Estas no son guerras por el agua. Son guerras en las que el agua se utiliza como arma o es una víctima del conflicto”, aclara Gleick
La guerra en Ucrania también dejó ataques a los suministros de agua y saneamiento. La represa más grande de Ucrania -Del Dniéper- fue atacada por Rusia en el Día Mundial del Agua, causando graves daños y apagones. En otro episodio, misiles ucranianos impactaron en Bélgorod, Rusia, dañando infraestructura de electricidad, gas y agua.
Los investigadores contabilizaron 51 incidentes violentos en este conflicto. El más dañino: el ataque ruso a un depósito de petróleo que provocó el derrame de más de 3.000 toneladas en el río Nemyshlia, lo que generó un “desastre ecológico”. “Estas no son guerras por el agua. Son guerras en las que el agua se utiliza como arma o es una víctima del conflicto”, aclara Gleick.
La lucha por el agua en un mundo que se seca
La escasez de agua y la sequía están provocando un número creciente de conflictos violentos, según esta cronología. Crecen las disputas y peleas por el acceso y el riego, sobre todo en aquellas ciudades donde sólo una parte del agua es segura para beber.
En India, múltiples protestas por la escasez de agua dejaron varios heridos entre policías y civiles. En un campo de refugiados de Kenia, tres personas murieron en una pelea por agua potable. En Camerún, la escasez de este recurso enfrentó a agricultores y ganaderos con pescadores, con otro saldo trágico, muertos y heridos.
El norte de Camerún -la región del Far North Region y las zonas alrededor del río Logone y del Lago Chad- ha sufrido en las últimas décadas una fuerte disminución de recursos hídricos. Se estima que el lago Chad se ha reducido hasta en un 95 % en los últimos 60 años.
La combinación de sequía, degradación de tierras agrícolas y la competencia por el agua ha forzado a comunidades agrícolas, pesqueras y ganaderas a reclamar acceso a ríos, estanques o zanjas para supervivencia. Unos buscan agua para sus cultivos y para los animales; mientras que otros excavan zanjas para retener el agua y pescar. El agua no alcanza para todos los usos.
La violencia también se esparce por los pozos ilegales que se abren para regar los cultivos, un histórico motivo de conflicto entre los agricultores mexicanos
Durante la extrema sequía en Irán -que aún persiste- , los agricultores se enfrentaron a las fuerzas de seguridad para exigir acceso al agua del río. En la otra punta del planeta, en México, la modificación de un paquete de leyes en materia hídrica generó mucha tensión entre productores agrícolas y dirigentes políticos. La violencia también se esparce por los pozos ilegales que se abren para regar los cultivos, un histórico motivo de conflicto entre los agricultores mexicanos.
En Perú, el calor y la sequía provocaron el año pasado una grave crisis en Piura, al norte del país, lo que llevó al gobierno a declarar el estado de emergencia en 34 distritos. Durante meses, los pobladores chocaron con las fuerzas de seguridad para poder acceder a los pocos canales con agua.
Lo del país andino es paradójico: a pesar de contar con grandes reservas de agua dulce, enfrenta serios problemas de acceso al agua por un crecimiento exponencial de su industria agrícola y regímenes de lluvias distintos a los del siglo XX. Se estima que, para 2030, el 58 % de los peruanos vivirá en zonas con escasez de agua, lo que posicionaría al país como uno de los más afectados en América Latina y el Caribe.
En Irak, miles de personas salieron a las calles por los cortes de agua como consecuencia de la sequía, también con enfrentamientos con la policía
La lista de conflictos por la escasez del agua es muy extensa. En Irak, miles de personas salieron a las calles por los cortes de agua como consecuencia de la sequía, también con enfrentamientos con la policía. Este año, en Johannesburgo, Sudáfrica, el ejército atacó con balas de goma a manifestantes durante una protesta por la falta de agua en los grifos de las viviendas. Una situación similar ocurrió en octubre en Antananarivo, Madagascar. Los ciudadanos salieron a protestar por los cortes en el suministro. La policía reprimió la concentración, dejando seis civiles heridos.
Europa, zona caliente en los próximos años
El 12% de los conflictos de la cronología de 2024 ocurrieron en Europa, la mayoría en los países del este. Si bien la cifra sigue siendo baja respecto a otra geografía, crece en la comparativa con otros años: 51 en 2024 contra los 32 casos de 2023.
La base de datos tiene un solo evento en España, la protesta de activistas medioambientales por el consumo de la industria turística en medio de la sequía en Barcelona. En el sur del continente aparece también la ocupación de la presa Ancipa en Troina, Sicilia, que realizó un grupo de vecinos para evitar el desvío de suministro en medio de una de las peores sequías de esa zona de Italia.
El reciente hallazgo de científicos del University College de Londres, en colaboración con Watershed Investigations y The Guardian, permite inferir que estos conflictos irán a más en los próximos años. Grandes extensiones de las reservas de agua de Europa se están agotando, según revelan los datos del período 2002-2024 obtenidos por satélites que rastrean los cambios en el campo gravitacional de la Tierra.
Los resultados muestran un desequilibrio: algunas pocas zonas del norte y el noroeste de Europa se han vuelto más húmedos, mientras que grandes franjas del sur y el sureste, incluidas partes del Reino Unido, España, Italia, Francia, Suiza, Alemania, Rumania y Ucrania, se han estado secando.
Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, la cantidad total de agua extraída de aguas superficiales en la UE entre 2000 y 2022 disminuyó, pero las extracciones de aguas subterráneas aumentaron un 6%, debido principalmente a la demanda agrícola. La investigación advierte que el aumento de la torrencialidad como consecuencia del cambio climático no va a evitar el agotamiento de las reservas. Las fuertes lluvias “se pierden” en escorrentía e inundaciones repentinas.
España es el territorio europeo con mayor sobreexplotación de sus aguas y de los más afectados por estrés hídrico de todo el continente
Coincide con el último análisis de WWF sobre el estrés hídrico que sufre Europa. “Las intensas lluvias provocadas por episodios excepcionales no van a resolver la sequía prolongada que atraviesa España y buena parte de Europa, acentuada por el cambio climático. El estrés hídrico afecta al 20% del territorio comunitario como resultado de una mala gestión del agua”, aclaran los expertos de esta organización internacional.
La escasez de agua -se alerta- no es un fenómeno natural, sino el resultado de una mala gestión del agua durante años. España destina el 80% de sus recursos hídricos al riego de cultivos industrializados. Es el territorio europeo con mayor sobreexplotación de sus aguas y de los más afectados por estrés hídrico de todo el continente.
Tribuna
Regar con un agua que no tenemos ni tendremos
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