Criminalización y castigo en cuarentena
Daniel Gallardo y los muros de España

Daniel Gallardo cumple ocho meses en prisión preventiva a la espera de su juicio. La Fiscalía pide para él seis años de cárcel por un supuesto ataque a un policía durante una concentración en Madrid en apoyo a los condenados por el Procés.

Dani Libertad
Concentración en Madrid para exigir la puesta en libertad de Daniel Gallardo.
17 jun 2020 05:52
Las cárceles se arrastran por la humedad del mundo,
van por la tenebrosa vía de los juzgados:
buscan a un hombre, buscan a un pueblo, lo persiguen,
lo absorben, se lo tragan.
(Miguel Hernández)

España tiene una larga historia de cárceles y centros penitenciarios. Miles de presas y presos sociales y políticos han pasado por sus muros. No todos sobrevivieron a ellos. Desde la antigüedad, el castigo formó parte de las sociedades estratificadas. Sin embargo, la idea de cárcel que hoy conocemos es un hecho relativamente moderno. En el siglo XVI, encontramos cárceles donde eran recluidos presos de la corona, gitanos y esclavos sometidos a trabajos forzados, como la cárcel de Almadén, que comunicaba directamente con las galerías de la mina. La “humanización” del siglo de las luces cambió también la concepción del sistema penitenciario. Así, comenzaron a construirse edificios destinados a albergar a pobres, mendigos, vagabundos y delincuentes; hombres y mujeres. El hacinamiento fue dando paso al modelo celular, donde predomina el aislamiento del preso. Es el caso de la Casa de Corrección San Fernando del Jarama, construida en 1776 en la actual San Fernando de Henares, al este de Madrid, un ejemplo de prisión moderna que contaba con enfermería, patio para el recreo y hasta capilla para la moral de los reclusos.

No muy lejos de la modélica y moderna prisión de San Fernando de Henares, dos siglos después, se construye la cárcel de Alcalá-Meco, como se conoce coloquialmente al Centro Penitenciario Madrid II, una prisión de alta seguridad construida según un modelo suizo que no llegó a implantarse en el país. Su arquitectura única se emplea para custodiar a internos penados y preventivos. Un millar de presos de diferentes nacionalidades conviven en el interior de sus muros. Durante la crisis sanitaria han sido ellos quienes les han pedido a los funcionarios que se cuiden para no ingresar el Covid-19 en un espacio donde las mascarillas de protección han tardado en llegar.

Daniel Gallardo Herczog tiene 22 años y habita entre sus muros desde el 17 de octubre de 2019. La tarde anterior fue detenido en las inmediaciones de la madrileña Puerta de Sol tras las cargas policiales al desconvocarse una manifestación de protesta y solidaridad con los presos políticos condenados días antes por el Tribunal Supremo a largas penas como consecuencia del referéndum de Catalunya del 1 de octubre de 2017, la conocida sentencia del Procés. Daniel niega haber cometido los delitos que la Fiscalía le imputa y por los que piden seis años de cárcel y una multa de varios miles de euros.

Cuando preguntamos al letrado Mario López quién es su defendido responde: “Daniel es hijo de la migración española en Alemania, de madre alemana y padre español. Pronto regresa a España, para criarse entre Andalucía y Madrid. Estudia Secundaria en la Comunidad de Madrid y Bachillerato en Andalucía, donde comienza Filología Hispánica en la Universidad de Cádiz. Pero abandona los estudios y solicita hacer un Módulo de FP en Auxiliar de Enfermería para finalmente emanciparse con 19 años y regresar a la Comunidad de Madrid, donde, como trabajador precario, encadena contratos laborales temporales con contratos mercantiles por cuenta propia como comercial para poder pagar sus facturas y un alquiler en Getafe, localidad en la que vive hasta ser detenido”. Datos, entre otros, en los que se basa la defensa para solicitar la libertad provisional que el Juzgado de Instrucción 22 de Madrid ha denegado tres veces alegando riesgo de fuga y anunciando la proximidad del juicio oral que, ocho meses después, sigue sin fecha. Ni siquiera con la pandemia le han dejado salir”, explica su abogado.

La crisis sanitaria del Covid-19 ha endurecido las condiciones de la prisión. La restricción total del régimen de visitas y la entrada de paquetería ha afectado los ánimos de la población reclusa. “Dani ha estado muy solo. En todo el tiempo que ha durado la cuarentena no ha recibido ninguna carta ni tampoco hemos recibido ninguna suya. Quizás el correo iba mal, no sé”, revela su amiga Sara sin encontrar sentido a todo esto, preocupada de cómo la cárcel le pueda estar afectando. “Al principio fue internado en el módulo de los conflictivos. Su compañero de celda tenía problemas de dinero con otros presos y se vio en medio de eso. Pasó unos meses horribles. Cuando lo visitábamos estaba a la defensiva, y Dani siempre ha sido un chico muy bueno, de llevarse bien con todo el mundo, de lo mío es tuyo y buena vibra. Notamos que la cárcel lo estaba cambiando. Luego los funcionarios se dieron cuenta de que era un chico tranquilito y le cambiaron al módulo de respeto. Ahí, nos cuenta, los presos se cuidan unos a otros, juegan al baloncesto y hacen talleres. Además, él trabaja en la biblioteca. Aunque con esta situación no le hemos podido enviar más libros”.

En España, uno de los períodos más duros de esa costumbre del poder político de valerse de la prisión como elemento de tortura, criminalización del pensamiento crítico y represión política, fue el franquismo. Ya desde el alzamiento militar y el golpe de Estado contra la República, en las zonas controladas por los sublevados las cárceles se atestaron. Con la victoria de los “amantes de la muerte”, la dictadura retomó viejas prácticas como el trabajo esclavo. Los prisioneros políticos levantaron con sus manos verdaderos monumentos del fascismo como el famoso Valle de los Caídos, donde Franco estuvo enterrado con honores de Estado hasta hace apenas unos meses. Los relatos de algunas presas y presos políticos durante el franquismo son estremecedores. Miguel Hernández es encarcelado finalizada la guerra y muere tres años después en la cárcel de Alicante. El poeta del pueblo nos dejó algunos versos sobre la cárcel cuya lectura es de esas que se agarra en la garganta como aliento de animal herido.

Un hombre que ha soñado con las aguas del mar,
y destroza sus alas como un rayo amarrado,
y estremece las rejas, y se clava los dientes
en los dientes del trueno.


Algo ha llovido desde entonces; sin embargo, la causa contra Daniel Gallardo engorda la larga lista de presos políticos de España. Su caso ha trascendido gracias a la solidaridad. Le acompañan sus amigos y la red de apoyo del Movimiento Antirrepresivo de Madrid (MAR Madrid), que articula colectivos y asambleas de diferentes ámbitos que buscan una solución al problema político de la represión. “Cuando reprimen a alguien como Dani, que no está organizado, nos ponemos en contacto con él y con su entorno cercano, e iniciamos una campaña de apoyo, para difundir, convocar movilizaciones, recaudar fondos, etc.”, relata Marco, vocero de un Movimiento que lleva dos años tejiéndose. “No puede ser que cada vez que viene la represión tengamos que empezar de cero. Ahora hay una red de defensa conjunta, que está funcionando y tiene sus reivindicaciones. La represión es un problema político, solucionar cada caso en particular no es el fin, hay que responder por el colectivo, y hacer real la mítica consigna cuando nos tocan a uno respondemos todos. Se trata de pasar a la ofensiva por nuestros derechos y libertades, sistemáticamente violentadas por el Estado español. Porque cuando se intenta luchar por ellas nos reprimen a todos por igual, independientemente del ámbito, la ideología y los métodos que se utilicen”.

Después de la sentencia del Procés media Catalunya se levanta en solidaridad con los presos. Otras ciudades se suman a la causa, los lazos amarillos se multiplican, extendiendo un clima de solidaridad que incomoda a Gobierno y oposición. Aquella tarde de miércoles, cuando la manifestación en solidaridad con Catalunya se concentra en Sol, aparece un pequeño grupo de neonazis con banderas de Vox gritando consignas fascistas para irritar a los presentes. La propia seguridad de los manifestantes salvaguarda la concentración sin entrar en provocaciones. Sin embargo, el fuerte dispositivo policial, ordenado por la Delegación de Gobierno en Madrid, carga contra los manifestantes que espontáneamente deciden acercarse al Congreso. Comienzan las carreras y los grupos se disgregan. Decenas de vídeos que se pudieron grabar aquel día dejan un amplio testimonio gráfico del abuso de poder. A Daniel lo detienen cuando va a contener a unos policías que están golpeando a su amiga Elsa Vilki. “Pasa la noche en Moratalaz con los otros dos detenidos de aquella manifestación. Destacaremos que, no en la toma de declaración, donde la instructora policial está a cara descubierta, sino en los pasillos, hay policías encapuchados. Cuestión que no podemos probar pues no existen cámaras que den evidencia de semejante actuación policial pero que tiene el objetivo de amedrentar y está fuera de toda reglamentación”, apunta su abogado, quien actualmente está trabajando en el escrito de defensa.

¿Será Daniel una cabeza de turco de la estrategia de represión del Estado contra la solidaridad para con el proceso catalán? Este joven de 22 años sin antecedentes ingresa precipitadamente en la cárcel cuando el Ministerio Fiscal solicita para él la más grave medida cautelar, prisión sin fianza. Una lección ejemplificante para que a ningún otro joven se le ocurra tomar las calles para decir lo que piensa. Una práctica antigua esa que utiliza el miedo para acabar con la solidaridad, la organización y el pensamiento crítico.

Incluso en tiempos de pandemia, la estrategia del miedo se prioriza frente al sentido del cuidado y la dignidad. Para la población reclusa han sido tiempos difíciles. “Además de que las medidas de protección sanitaria han sido mínimas y no se ha garantizado la salud de los presos”, nos cuenta Marco, “se han cancelado los encuentros vis a vis con familiares y las visitas a través del locutorio a pesar de que se dan con un cristal de 5 centímetros de grosor por medio. Sin embargo, los carceleros entran y salen sin ningún tipo de control sanitario con el riesgo de contagiar a los internos. Esta situación ha supuesto un empeoramiento de las condiciones de la población reclusa. Y ha afectado anímicamente. Se han cancelado actividades dentro de la cárcel, talleres, las comunicaciones intermodulares, y pasan mucho más tiempo encerrados en sus celdas”. Además, “desde diferentes organizaciones hemos exigido medidas básicas como la liberación de las personas mayores, enfermas, terceros grados y que no volvieran a las cárceles, mientras durase esto, los presos con permisos. Pero no se ha hecho nada”.

Los pueblos de España, en los últimos meses, han vivido una situación de confinamiento que no es comparable a lo que pueda sentir una persona privada de la libertad encerrada en un centro penitenciario, pero, según las situaciones y circunstancias, podría asemejarse. Quizás sea mucho pedir que la población acuarentenada en sus casas se solidarice con las alrededor de 60.000 presas y presos que habitan en las cárceles de España. Quizás conocer casos como el de Daniel y datos nada desdeñables como que la mayoría de presos que pueblan las cárceles son pobres, personas en situación vulnerable procedentes de sectores excluidos, puedan acercarnos a una comprensión de la realidad más ajustada. Quizás, la solución a nuestros problemas como sociedades esté más en la atención a las diferencias que en el castigo a “los condenados de la tierra”. De nuevo, con Miguel Hernández:

Limpiad el salivazo que lleva en la mejilla,
y desencadenad el corazón del mundo,
y detened las fauces de las voraces cárceles
donde el sol retrocede.


Hoy, después de las severas restricciones, las visitas vuelven a permitirse en los centros penitenciarios. Es necesario cita previa, por eso los amigos de Daniel no dejan de llamar al teléfono facilitado, sin embargo aún nadie descolgó la llamada.

Sobre o blog
Espacio de reflexión y análisis sobre el sistema penitenciario.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Catalunya
Violencia policial El juzgado rechaza amnistiar a cuatro policías que dispararon balas de goma en el 1-O y los procesará
El delito de lesiones por el que se investiga a los cuatro agentes no queda amparado por la amnistía de 2024. Uno de los investigados provocó presuntamente la pérdida de un ojo a Roger Español con balas de goma.
Referéndum del 1 de octubre
Represión El Tsunami de solidaridad que necesita el periodista Jesús Rodríguez
El redactor de La Directa lleva nueve meses en Suiza para escapar de las represalias de ser acusado de terrorismo por ejercer el periodismo.
#78113
26/12/2020 13:09

Gracias, Dani, por defender lo que todos deberíamos tener por derecho. Espero que la injustícia de de tu encarcelamiento se resuelva pronto.

0
0
#78112
26/12/2020 13:08

Gracias, Dani, por defender lo que todos deberíamos tener por derecho. Espero que la injustícia de de tu encarcelamiento se resuelva pronto.

0
0
#73613
6/11/2020 10:30

que se joda por idiota!!!!! cuanto tonto hay en el mundo!!!

0
0
#63533
18/6/2020 13:01

Juicio político. Juez y fiscalía corruptos de manual. A sus hijos les dirán que están salvando espanya, pero se la están cargando.

3
5
#63485
17/6/2020 22:35

Lo siento por el chaval, pero ir a defender a la casta catalana condenada por creerse que Catalunya era su cortijo y podía disponer del dinero público como si fuera suyo, tiene tela. Decir, como se hace en este artículo, que media Catalunya se levantó para defender a sus amos, pues hombre, es faltar a la verdad. Si queréis solidarizaros hacedlo con la clase trabajadora catalana NO con sus explotadores de lazos amarillos, despacho en la Conselleria y sillón en los consejos de administración.
Si Miguel Hernández levantara la cabeza se moriría de vergüenza ajena.

9
17
Sobre o blog
Espacio de reflexión y análisis sobre el sistema penitenciario.
Ver todas as entradas
Gasto militar
Gasto militar ¿De dónde sacará Sánchez el dinero para financiar el incremento del gasto en defensa?
La promesa de aumentar las partidas presupuestarias militares necesita redirigir 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB. Cumplirlo este año abre a su vez un grave problema para hacerlo en 2026.
Salud
El precio justo La nueva ley del medicamento o estrategias para bajar el precio de los genéricos (que son caros)
En España pagamos de media un 10% más por los medicamentos genéricos que consumimos que en el resto de la UE. Al mismo tiempo, nuestro gasto farmacéutico ha aumentado un 33% en la última década.
Israel
España El Gobierno español vuelve a romper su compromiso de no comprar armas a Israel
El Ejecutivo de Pedro Sánchez adquiere armamento israelí por valor de 6,6 millones de euros a pesar de haberse comprometido a un “embargo total”.
Israel
Israel Nuevos contratos de compra de armamento a Israel tensan la situación del Gobierno
El incumplimiento del compromiso al “embargo total” por parte del PSOE deja críticas de Sumar y la opción de romper la coalición por parte de Izquierda Unida. El Ejecutivo asegura que está buscando la manera de rescindir el contrato.
Gobierno de coalición
Carrera armamentística Izquierda Unida denuncia incumplimiento del PSOE y habla de “crisis de Gobierno”
El aumento del gasto en defensa y la compra de armas a Israel, a pesar del compromiso de no hacerlo, ha enfadado a tres pesos pesados de la coalición.

Últimas

There Is Alternative
There Is Alternative De redes, software, cacharritos y todo lo que no sea Elon Musk | TINA #1
Primer programa del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de la tecnología y sus alternativas éticas y responsables.
Opinión
Opinión Priorizar bombas sobre camas de hospital
El presupuesto público parece tener siempre un límite cuando se trata de contratar personal o mejorar infraestructuras en Sanidad. Pero no lo tiene cuando se trata de gasto militar.
Opinión
Guggenheim Urdaibai Respuesta al Agirre Center: no participaremos en este juego con cartas marcadas
VV.AA.
El “proceso de escucha” se invalida a sí mismo al existir un plan ya elaborado y no publicado “de expansión discontinua del Guggenheim de Bilbao en Urdaibai”.
Más noticias
Estados Unidos
Extrema derecha Los beneficios de Tesla caen un 71% y Musk anuncia que reducirá su colaboración con Trump
Las protestas contra Elon Musk funcionan y hacen caer los beneficios y el valor en bolsa de la compañía. El anuncio del millonario hace que las acciones de Tesla crezcan cerca de un 5% en apenas unas horas.
Comunidad de Madrid
Huelga de universidades públicas Con un gigantesco mural profesorado y alumnado exigen más inversión en las universidades públicas de Madrid
Después del encierro del pasado 7 de abril, una espectacular acción de la comunidad universitaria ha llamado la atención sobre el recorte de recursos que prevé el gobierno de Díaz Ayuso en su nueva ley de universidades.
Laboral
Laboral Tres nuevos días de huelga para parar el ERE en Bridgestone
Los sindicatos de forma unánime convocan paros los días 24, 25 y 26 de abril y no descartan ampliar las acciones de lucha para evitar el despido de 546 trabajadores.

Recomendadas

Medio ambiente
Medio ambiente Que papel xoga Abanca no proxecto da celulosa de Altri en Galiza?
A sociedade público-privada Impulsa Galica, que cimentou os primeiros plans da multinacional papeleira e Greenalia está participada fundamentalmente pola Xunta e polo banco que xurdiu da desastrosa fusión das caixas de aforro galegas.
El Salvador
El Salvador El caso Ábrego García destapa el turbio pacto de Trump con Bukele
El joven salvadoreño no ha sido condenado ni en Estados Unidos ni en su país de origen, pero es uno de los cientos de personas con la vida pendiente de un hilo por las políticas de Trump y Bukele.
Historia
Historia Miguel Martínez: “En Villalar, la izquierda arrancó los comuneros al franquismo”
Miguel Martínez, profesor de historia y literatura españolas en la Universidad de Chicago, analiza desde una óptica progresista la Edad Moderna, el momento histórico fetiche de las derechas españolistas.