Opinión
1 de Mayo: Sindicalismo y derechos sociales

¿Tendrá que reformularse el papel de los sindicatos? ¿Desde la unión de las personas trabajadoras cabría exigir que se garanticen esos derechos ciudadanos? ¿Existe un poder mayor que el sindical para orientar las políticas sociales?
Más de 100.000 personas se manifestaron el pasado 5 de abril en Barcelona por el derecho a la vivienda dentro de la movilización estatal en más de 40 ciudades.
Más de 100.000 personas se manifestaron el pasado 5 de abril en Barcelona por el derecho a la vivienda dentro de la movilización estatal en más de 40 ciudades. Victor Serri
25 abr 2025 18:07

Conocer la evolución histórica del sindicalismo permite comprender cómo progresivamente se ha producido un divorcio entre el mundo de lo “laboral” y el de la “ciudadanía”. Cuando en los albores de la revolución industrial se conforman los primeros movimientos sindicales, obreros y campesinos, el sistema de producción capitalista precisaba de la construcción de los estados-nación. La progresiva desaparición de los imperios fue acelerada por las revoluciones políticas que pusieron a la burguesía en primera línea para hacerse con el poder de las monarquías. Entre ellas cabe citar: la de Cromwell, Lord Protector (1653–1658), la Gloriosa inglesa (1688-1689), la de la Independencia de Estados Unidos (1775-1783) o la Revolución Francesa (1789-1799). Mientras los Estados burgueses se creaban, las gentes trabajadoras sobrevivían mediante el trabajo por cuenta ajena. Mediante el jornal que los patronos, industriales o agrícolas pagaban por el trabajo, las gentes del pueblo debían resolver todas sus necesidades. Para vivir se precisaba de vivienda, agua potable, fuente de energía para comer y calentar los hogares, médicos y medicinas para recuperar la salud cuando la enfermedad llegaba, hasta cementerios para poder enterrar a sus muertos. La inexistencia de instancias públicas que facilitaran estos elementos conllevaba el incluir en el ámbito de la lucha sindical a todos ellos. O bien se forzaba a que los empresarios facilitaran las imprescindibles condiciones para vivir o los propios sindicatos las autogestionaban. Muchos patronos comprendieron pronto que les convenía más ofrecer esos servicios a quienes les trabajaban que verse presionados por el sindicalismo para aumentar los jornales para poder ellos autogestionarse.

Los nuevos Estados emergen precisamente para facilitar a las industrias las infraestructuras esenciales para producción y la comercialización de sus productos. A lo largo del siglo XIX se despliegan redes de ferrocarriles, carreteras, servicios postales, puertos, canales para la navegación fluvial… Al mismo tiempo se instauran con carácter general los impuestos que permiten a los Estados acometer estas enormes obras que se dicen benefician a todos, pero que fundamentalmente repercuten en el incremento de los negocios y acumulación de capitales. Los poderes financieros e industriales se convierten en la oligarquía que sustituirá a la aristocracia.

Este preámbulo pretende situar el objeto de la reflexión sobre cómo el sindicalismo actual prácticamente se centra en lo laboral y parece ajeno a los derechos ciudadanos. Las personas que se afilian a un sindicato entienden que este se limita a defender sus derechos exclusivamente laborales. Sin embargo el pago de su trabajo y las regulaciones de las condiciones en las que están obligadas a realizarlo, no resuelven muchos de los asuntos esenciales de sus vidas. Por ejemplo, para vivir se precisa de una vivienda. Si el Estado no facilita ese acceso ¿por qué los sindicatos no lo hacen? Hubo un tiempo que algunos sindicatos se aventuraron a la promoción de cooperativas de viviendas sociales entre las personas a ellos afiliadas. ¿Por qué se dejó de hacerlo? Más de una persona conocerá los pros y los contras de esas iniciativas. Otro ejemplo, en determinados momentos, cuando no existía la sanidad pública, los sindicatos ofrecían servicios médicos mediante igualas con los médicos locales que atendían a las gentes trabajadoras. Si una barriada no tenía acceso al agua potable el sindicato acometía, con la colaboración de muchas personas, el garantizar el suministro de la misma. Igualmente ocurrió con la llegada de la electricidad. Las personas que conformaban una comunidad, una aldea, un barrio, un pueblo se autogestionaban estas necesidades y en muchas ocasiones los sindicatos eran los motores de tales iniciativas. ¿Qué está pasando en estos momentos? La actividad sindical se circunscribe a los convenios y a lo que se ha denominado “negociación colectiva”. 

Hubo un tiempo que algunos sindicatos se aventuraron a la promoción de cooperativas de viviendas sociales entre las personas a ellos afiliadas. ¿Por qué se dejó de hacerlo?

En la historia reciente, de esta larga e inacabada transición hacia la democracia de “verdad”, desde la huelga de 1 hora en 1978, se han convocado 9, de las que 6 de ellas han sido por 24 horas. Entre ellas cabe señalar la del 20 de junio de 1985 contra la reforma de las pensiones, convocada por todos los sindicatos, menos UGT, ya que el partido “hermano” estaba en el gobierno, siendo presidente Felipe González y Miguel Boyer su ministro de Economía. Tres años después el 14 de diciembre de 1988 se convoca, conjuntamente CCOO, UGT y otros sindicatos, una huelga contra la reforma laboral que también protagonizó Felipe González. Y otra en 1992 contra ese mismo gobierno por la reforma del subsidio de desempleo. Este asunto seguirá siendo controvertido originando la convocada en 2002, esta vez contra el gobierno de José María Aznar. Cabe mencionar también la convocada el 29 de septiembre de 2010 por CCOO, CGT y UGT contra la reforma laboral, la reducción salarial en el sector público y la congelación de las pensiones. Con respecto a temas sociales se vienen convocando huelga el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, por CGT. https://www.expansion.com/accesible/2012/03/09/economia/1331295063.html

Cuando es de dominio público que con la media de salarios en España el acceso a la vivienda es imposible, ¿por qué los sindicatos no dan la cara? La actividad sindical afecta a la vida de las personas trabajadoras globalmente. Restringirse a la negociación de un salario y condiciones laborales dentro de las empresas no parece que resuelva urgentes necesidades que las gentes trabajadoras tienen. Por otro lado, la experiencia de dejar en manos de la política partidaria el garantizar los derechos ciudadanos se muestra totalmente errónea. Los partidos políticos no están para eso, parece ser. Los servicios públicos, que deben ser esenciales, no cumplen con su cometido y los salarios, que llegan a los hogares, no permiten acceder a ellos en el libre mercadeo de esos derechos. ¿Dónde están los sindicatos cuando los derechos humanos no se garantizan? La persona trabajadora, antes que trabajadora es persona. Sin unas garantías de vida digna, ¿tiene sentido negociar un salario mínimo interprofesional que tampoco llega? Alguien pensará que hay dos instituciones: el sindicato y el partido político. Y que todo aquello que excede el marco de la negociación colectiva empresarial, responsabilidad sindical, le corresponde al partido político. Y podría ser así siempre que la política partidaria garantizara los derechos ciudadanos. ¿Es evidente que eso no es así? ¿Tendrá que reformularse el papel de los sindicatos? ¿Desde la unión de las personas trabajadoras cabría exigir que se garanticen esos derechos ciudadanos? ¿Existe un poder mayor que el sindical para orientar las políticas sociales? ¿Tiene sentido que este 1 de Mayo dedique alguna reflexión sobre la posible recuperación de esta responsabilidad sindical?

Sobre o blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Kabilas de mesa camilla
Kábilas de mesa camilla Delivery identitario, etiquetas take away
Porque el capitalismo sabe que el consumo identitario (yo, mi colectivo, mi comunidad, mi tribu urbana) fagotiza la resistencia ante el orden establecido de parir con dolor y trabajar con placer
Bilbao
Educación pública Crónica del abandono institucional de la escuela pública de Atxuri
VV.AA.
El edificio de la escuela se cae a cachos y su comunidad lleva años sufriendo un maltrato estructural, mientras lucha por unas condiciones dignas para el desarrollo de la función educativa.
Opinión
Políticas SUV Un freno colectivo contra la autovía subfluvial
El sábado 14 de junio celebraremos la segunda acampada desobediente en el parque Artaza (Leioa, Bizkaia) contra los presupuestos faraónicos para infraestructuras que se imponen ante la urgencia climática.
Cipriano Gómez
Cipriano Gómez
5/5/2025 12:10

Artículo muy necesario. Pienso que cada vez resulta más urgente analizar la función de los sindicatos en general, de los sindicatos de clase en particular y, sobre todo, de los anarcosindicalistas. En primer lugar, porque cada vez más se les ve como organizaciones de otro tiempo y otro mundo, sin vinculación con la vida diaria de las personas, sobre todo de las más jóvenes. En segundo lugar, porque ese descrédito de los sindical en sentido amplio, solo favorece a las organizaciones sindicales técnicas, limitadas a defender los intereses, que no los derechos, de tal o cual grupo profesional, más si esa defensa es funcional al sistema y no pone en cuestión ni su legitimidad ni su poder.
En fin, que toca hacer una reflexión en profundidad.

0
0
mrnavarro839
29/4/2025 8:07

Excelente artículo

1
0
Sobre o blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
Ver todas as entradas
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Filosofía
Brais Arribas, filósofo “Non se trata de empoderar senón de disolver o poder”
Durante a conversa, o profesor reflexiona sobre a saúde da filosofía galega, o poshumanismo, as novas masculinidades ou a experiencia da pandemia.

Últimas

Alemania
Litigio climático Un tribunal alemán abre la puerta a que grandes emisores puedan ser responsabilizados de daños climáticos
El jurado descarta la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya por entender que el riesgo a su propiedad es demasiado bajo, pero esta misma argumentación podría llevar a condenas en otros casos.

Recomendadas

LGTBIAQ+
LGTBIAQ+ Unha casualidade, unha resposta masiva e un debate incómodo: a sentenza de Samuel Luiz en contexto
O 22 de maio, o TSXG ratificaba o veredicto do xurado popular e recoñecía que o asasinato de Samuel Luiz foi un crime motivado por LGTBIfobia. O caso supuxo unha mobilización sen precedentes.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Xunta de Galicia
Política A Xunta recibe ao embaixador de Israel en funcións mentres Gaza agoniza ao bordo da fame
O Goberno de Alfonso Rueda escenifica a súa boa sintonía coa Administración de Benjamín Netanyahu apenas unhas horas despois de que Israel bombardease unha escola que servía de refuxio e ordenase unha evacuación masiva en Gaza.