Opinión
El espectáculo debe continuar
El Estado alemán declaró en noviembre de 2023, sin pruebas, que el eslogan internacional «Desde el río hasta el mar, Palestina será libre» era un eslogan de Hamás. Desde entonces, la policía alemana, especialmente en Berlín, ha utilizado esta decisión profundamente ahistórica e ignorante como excusa para detener a miles de personas. La fiscalía ha intentado, durante los últimos dos años, procesar sin éxito a decenas de personas en Berlín. Muchos jueces del Tribunal Superior han declarado inequívocamente que el eslogan no es un símbolo de Hamás. Sin embargo, los fiscales de Berlín siguieron intentando encontrar un juez que fallara a su favor.
Hoy, 17 de diciembre, tras 13 sesiones de un juicio plagado de irregularidades y basando su decisión en la opinión «experta» de una persona que, con una rápida búsqueda en Google, se puede comprobar lo increíblemente sesgada que es, el juez del Tribunal Superior de Berlín declaró que el eslogan internacional era un eslogan de Hamás.
Pero que quede claro, este juicio no era sobre «Del río al mar...» ni era contra una persona. En este juicio, todo el movimiento de solidaridad con Palestina estaba en el banquillo de los acusados y el Estado alemán demostró que estaba dispuesto a destruir su propio Estado de derecho para defender al Estado genocida de Israel. La sentencia del juez del juicio altamente político en el Tribunal Superior fue todo menos una aplicación imparcial de la ley. Los ejemplos presentados como prueba del uso continuo del eslogan por parte de Hamás desde su fundación fueron nueve y ni siquiera siempre con el mismo orden de palabras. Parece que el tribunal quería legitimar aún más la persecución política del movimiento propalestino con argumentos endebles y poco convincentes. Esto deteriorará aún más la imagen ya mancillada del sistema judicial.
El equipo de abogados defensores que ha trabajado en este caso, increíblemente bien preparado, también ha interpretado su papel, el de ser la voz de la razón, y ha advertido del peligroso camino que Alemania parece estar tomando. Esta restricción del derecho a la libertad de expresión, que también afecta directamente al derecho de reunión, ha situado a Alemania en la misma posición que la Hungría de Orbán en el último informe CIVICUS Monitor de 2025. En otras palabras, en los últimos dos años de brutal represión del movimiento contra el genocidio, Alemania ha pasado de ser un Estado abierto a uno restringido en materia de libertades civiles.
En los últimos dos años de brutal represión del movimiento contra el genocidio, Alemania ha pasado de ser un Estado abierto a uno restringido en materia de libertades civiles.
Esto ocurre mientras el Estado alemán se rearma, intenta conseguir un ejército más grande, los presupuestos policiales y que esta puede salirse con la suya parecen no tener límites y un partido de extrema derecha está ganando cada vez más adeptos. Decir que la Alemania actual tiene un aspecto muy retro, muy de los años 30, sería quedarse corta.
Pero esta vez el Estado alemán se enfrenta a uno de sus mayores oponentes hasta la fecha: el movimiento internacional por la liberación de Palestina. Se enfrenta a juicios en tribunales internacionales y nacionales, está siendo reprendido por expertos y ONG y millones de personas en todo el mundo han visto su verdadera cara genocida y racista. El Gobierno y las instituciones están perdiendo credibilidad a diario dentro del país y están quedando en ridículo a nivel internacional.
La liberación de Palestina es un símbolo de la liberación de todos los pueblos del mundo de sus opresores coloniales. La liberación de Palestina también liberará al mundo de la pretensión de que Alemania ha aprendido de su reciente pasado de un genocidio por cada generación.
Los artículos de opinión no reflejan necesariamente la visión del medio.
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