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Las brigadas Ezedin Al Kasem responden lanzando cohetes Qassam hacia le territorio israelí. Apuntan quizás a Beer Sheva, Ashdod, Ashkelom, Sderot, Tel Aviv o Jerusalén, aunque tiene que confiar en la baraka de Allah para dar en el blanco. Este es el terrorífico paisaje de una nueva ofensiva israelí que seguramente dejará cientos de muertos, heridos, damnificados y una ciudad en ruinas.
Gaza balaceada en el paredón de fusilamiento lanza un alarido de espanto. En las mezquitas se repiten las plegarias en memoria de los mártires amortajados con la bandera blanca y verde de Hamas donde se resalta la inscripción de la Shahada. Los muertos se exhiben como testimonio al mundo entero de los crímenes cometidos por el ejército judío. La mayor parte de las víctimas son niños, mujeres o ancianos, escombros humanos, “daños colaterales” tan comunes en las guerras modernas. Gaza lleva 60 años sitiada por las fuerzas de ocupación, cercada con muros, alambradas y campos de minas, bloqueada por tierra, mar y aire. Un pueblo condenado a sobrevivir gracias a la ayuda humanitaria prestada por las onegés, la Media Luna Roja, la ONU y demás organismos internacionales. “Se está haciendo todo lo posible por evitar daños a civiles” declara Netanyahu. Pero es tan solo un perverso mensaje para calmar las voces de protesta que la opinión pública mundial al contemplar cómo Israel, el pueblo elegido por Yahvé, ha desatado el Armagedón bíblico. En esta operación de castigo “Guardián de los Muros”, “Que no quede piedra sobre piedra”. Definitivamente es imposible hablar en de paz sino de militarismo, no se puede hablar de desarme sino de rearme.
No se saben en qué momento aparecen los drones, helicópteros y aviones de combate F16 que sin piedad disparan sus misiles de alta precisión. De repente, se escucha un prolongado silbido y a continuación explota su carga mortífera dibujando un hongo de fuego en el cielo. La artillería también entra en acción y remata las operaciones de castigo. Parece que los matarifes sionistas Juegan al tiro al blanco apuntando con alevosía sobre los niños tiernos, las madres en cinta, los candorosos adolescentes o los ancianos venerables. “Hazañas” que los sádicos sionista celebran alborozados. Ya lo declaró Netanyahu “la están pagando y van a continuar pagando caro” ¿Y el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra de La Haya ya ha tomado cartas en el asunto? Desde hace décadas las denuncias se acumulan en los anaqueles. Los jueces ya abrieron la causa desde hace tiempo, pero Israel se niega a cooperar pues la considera una “decisión política”.
La novedad es que Irán ha logrado transferirles misiles de medio alcance Fjar-5 que les han conferido un mayor plus de peligrosidad. Pero hay que reconocer que ellos mismos están construyendo sus propios cohetes con tecnología avanzada transferida por Irán y aunque son artesanales pueden causar gran destrucción. Ahora ya no son lanzados a ciegas, sino que pueden calcular su objetivo con mayor precisión. Incluso han desarrollado drones explosivos. La nueva generación herederos de Yahia Ayyash, el ingeniero líder del batallón Cisjordania fabricante de bombas, asesinado en 1996 y hoy dirigidos por Mohamed Deif comandante de las brigadas Ezedin al Kasem, diseñador de los cohetes Qassam. Deif sobrevivió milagrosamente a varios atentados con misiles lanzados desde helicópteros, F16 y drones, pero que lo han dejado gravemente herido y mutilado. Él se convirtió en su día en la persona más buscada por Israel. Inesperadamente en el año 2005 resucitó para asombro de los agentes del Shabak y Mossad que ya lo daban por muerto. Deif juró vengar el asesinato del jeque Yassin, cofundador de Hamas, abatido por un misil cuando salía de una mezquita tras asistir al salat al fayr, “la entidad sionista debe ser borrada del mapa”.
Hamas se calcula que tiene unos 30.000 cohetes y proyectiles de mortero almacenados en Gaza cohetes de corto alcance de nombre Qassams, los M75 de largo alcance con tecnología iraní, el J-80 de fabricación local que se pasaban por los túneles fronterizos entre Gaza y Egipto. La cúpula de hierro instalada por Israel ha logrado interceptar la mayoría de los 1.800 cohetes lanzados desde Gaza.
¿Cuál es el origen del conflicto árabe israelí? Esta es una pregunta retórica cuya respuesta se remonta a la época del combate bíblico entre el judío David y el filisteo Goliat.
Los países árabes mientras tanto se mantienen a la expectativa realizando declaraciones demagógicas y estériles: “hay que reducir tensiones y encontrar un mediador válido que detenga la agresión”, nos asombra su pasividad. ¿Quizás la Liga Árabe ha presionado ante la ONU para que termine esta infernal ofensiva? Apenas se limita a “condenar los ataques israelíes sobre Palestina”. El expresidente Donald Trump, además de sellar la anexión de Cisjordania y reconocer a Jerusalén como la capital única e indivisible de Israel, consiguió que Bahrein, Emiratos Árabes Unidos establecieran relaciones diplomáticas. EE.UU. ha logrado consolidar un nuevo orden en Oriente Medio. Aunque ya se habían firmado acuerdos de cooperación informal con Arabia Saudita, Omán, Sudán, anteriormente Egipto y Jordania firmaron acuerdos de paz con Israel. Palestina reconoció a Israel como parte de los acuerdos de Oslo II, como también lo hicieron Marruecos, Mauritania y Túnez en 1994. La administración Biden, que en un principio se creía iba a cambiar la política estadounidense en Oriente Medio, ha respaldado el sangriento accionar de su eterno aliado sionista. Para Occidente los palestinos representan un enemigo latente, los islamistas radicales, los terroristas que atentan contra la paz mundial. Definitivamente la infamia, la complicidad de sus propios hermanos les ha clavado una puñalada trapera. De este modo un Estado Palestino independiente y soberano jamás será proclamado. Entonces no tienen nada que perder. “Mi hijo será un suicida” -vocifera un padre en el entierro de un miliciano de Hamas.
Gaza es una ratonera pues las milicias de Hamas y la Yihad Islámica han construido una ciudad subterránea para esconderse de los satélites espías y los drones o globos de observación. Por esos túneles se comunican y en múltiples ocasiones los comandos suicidas han logrado infiltrarse en Israel.
Gaza se resiste a claudicar como tantas otras ciudades en la historia de la humanidad, pienso en Guernika, Madrid, en Sarajevo, en Hiroshima o en Nagasaki. A sus habitantes hambreados no les queda otra opción que enfrentar en desigual batalla con un enemigo muy superior que cuenta con una maquinaria de guerra tecnológicamente imbatible. Pero increíblemente han decidido no capitular y prefieren el martirio antes que la rendición.
Los sicarios hebreros han conseguido ocupar la práctica totalidad de Palestina y no contentos con su “gloriosa y mesiánica misión” ahora han decidido terminar el trabajo sucio. Su objetivo es exterminar a los legítimos propietarios de esta tierra, borrar sus huellas, su memoria y proclamarse sus auténticos herederos. Adonai exige una alta cuota de sacrificios humanos que calmen su furia. Porque lo que prevalece es el lenguaje de las armas, la palabra no tiene ningún sentido y es casi imposible abrir vías de entendimiento o de diálogo. Me temo que tendrán que pasar cien mil generaciones para limar las asperezas ¿Quién puede perdonar este atroz genocidio? La ley del Talión “Ojo por ojo, diente por diente” es el código que rige la existencia. Genéticamente marcados con el fierro candente el odio y la venganza. El Papa de Roma pide que “se ponga fin a la violencia” y se mantiene orando en la basílica de San Pedro. Algo que nos sobrecoge de sobremanera. La ONU hace un llamado a ambas partes para alcanzar un alto el fuego. ¿Y la comisión de derechos humanos?, callan pues hay países prosionistas que ejercen su derecho a veto.
La ofensiva sobre Gaza no se detiene, al contrario, se alistan tropas y carros de combate para iniciar la invasión terrestre. Todo está perfectamente planificado en el cuartel general de la IDF desde hace meses o tal vez años. Los espías y colaboracionista han señalado los objetivos a batir y sólo hay que colocar las coordenadas en la pantalla del computador y apretar el botón. Los drones surcan el cielo espiando cada avenida, cada calle, cada plaza; nada ni nadie puede eludir su vigilancia. Y en el momento menos pensado lanzan su carga mortal. Se trata de un método higiénico, quirúrgico y práctico. Los asesinatos selectivos, las ejecuciones extrajudiciales -según los verdugos “hay que eliminar esos fanáticos terroristas que ponen en peligro la seguridad de Israel y el mundo civilizado”.
“Israel cumple a cabalidad su papel de muro de contención contra el terrorismo islámico” -argumenta la ultraderecha sionista occidental justificando el holocausto.
Los sepultureros de la franja no dan abasto, tienen que laborar horas extras pues los cadáveres se hacinan en la morgue. Aunque aquí ya no queda espacio ni para los vivos menos para enterrar a los muertos. La densidad de población en Gaza de casi 2 millones de habitantes en apenas 360 kilómetros cuadrados- es una de las más altas del mundo. ¡No hay derecho! a que Israel con su armamento de última generación cobardemente aniquile a un pueblo que no tiene la mínima posibilidad de defenderse. En vivo y en directo los mass-media transmiten las imágenes de este genocidio. Un morboso espectáculo que busca ganar la mayor cantidad de audiencia.
El cadáver escuálido de Gaza yace tirado a orillas del mar Mediterráneo. En su cuerpo desangrado se marca un rictus mortis que envilece el alma. Demasiado sufrimiento, demasiado dolor. ¿Por qué no acabar ya de una vez con esta agonía, porque no pasan con las excavadoras y aplanadoras por encima y los entierran vivos como ya lo hicieran en tantos otros lugares donde los sionistas han levantado sus colonias y asentamientos? La Nakba y la Naksa han sido definitivas para desterrar a los palestinos y sentenciarlos a la eterna diáspora. Un país invadido y condenado a su extinción. Entonces, jamás habrá paz.
Podríamos seguir así años y años quejándonos, rasgándonos las vestiduras, descargando a diestra y siniestra nuestra ira e impotencia. Mientras que el agresor celebra y canta victoria con la complicidad de las potencias mundiales, la Unión Europea exige “contención” y les envía a los deudos preciosos ramos de flores y poéticas esquelas de pésame. Estados Unidos, mientras tanto, sostienen que Israel “tiene todo el derecho a defenderse” y para ello provee y renueva constantemente su arsenal armamentístico. La ayuda económica transferida por Washington anualmente es de 3.000 millones de dólares.
Israel con toda seguridad va a lanzar una ofensiva terrestre sobre Gaza, no le temblaría la mano pues está ansioso por exterminar a Hamas, la Yihad Islámica y las katibas proiraníes o lo que se atraviese en su camino. La limpieza étnica es su método preferido y posee la capacidad militar para acabar completamente con su encarnizado enemigo. Egipto se ha comprometido a salvaguardar a Gaza para tranquilidad de Israel y ahora la unidad de los países árabes se ha resquebrajado. Turquía también se desentiende (es aliado de los hebreos a pesar del Mavi Marmara), Irán se limita a apoyar a Hamas económica y militarmente, Hezbollah en el Líbano se mantiene atrincherado sin que haya iniciado ninguna operación de castigo contra el sur de Israel en represalia por el cobarde bombardeo de Gaza. El anciano decrépito Abu Mazen, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, acobardado en la Mukata de Ramala tan solo “condena las acciones militares de Israel”. No tiene ni siquiera control sobre Cisjordania este ilegitimo y corrupto gobernante que obedece a rajatabla las órdenes de los judíos. Al Fatah-OLP y Hamas son enemigos acérrimos. El fin del Ramadán se aproxima y parece que los musulmanes están más preocupados por limpiar sus pecados que por la suerte de sus hermanos palestinos.
La historia se repite una vez más con sus mismas condenas y protestas que no son más que estériles e inútiles pataletas. Se supone que la principal misión de los musulmanes es liberar Jerusalén y al pueblo palestino de las garras del shaitán sionista. Un cometido que han jurado cumplir cueste lo que cueste, en teoría, pues en la práctica tan solo han ayudado a cavar su propia tumba. Y aunque se firme una tregua entre las dos partes en litigio dentro de uno o dos años se volverán a recrudecerse las hostilidades. En el gueto jaula de Gaza los presidiarios han logrado sobrevivir con dignidad y valentía, bloqueados desde hace décadas por tierra, mar y aire no cejan en su empeño de resistir hasta las últimas consecuencias. Lo que significa hacer realidad ese lema de ¡Patria o muerte!
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