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Cárceles
Voces tras los muros de las prisiones y sus mordazas
Este nuevo año 2019 se cumplirán cuatro años de la entrada en vigor en el Estado español de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana.
La mejor conocida como Ley Mordaza, entre otros, califica como acciones terroristas la pelea en un bar, la representación de una obra de títeres, y procesa y encarcela a personas por escribir en Twitter, hacer canciones de rap o bloguear, es decir, por ejercer su libertad de expresión. Demasiado poco se ha movilizado la opinión pública en contra de esta Ley pero es que la Ley Mordaza también penaliza con sanciones económicas e incluso la prisión a las personas u organizaciones que se manifiestan en las calles o en las redes sociales. En estos cuatro años, desgraciadamente nos ha llenado de ejemplos de la más cruda y políticamente dirigida represión de Estado.
Y ¿qué sabemos de los compañeros y compañeras presas? La prisión no solo anula el más fundamental de los derechos, la LIBERTAD, sino que a través de un sistema de violencias más o menos explícitas instrumentaliza la estigmatización, el aislamiento y la alienación de las personas. Es por ello que desde lo más profundo de nuestros corazones gritamos: “Abajo los muros de las prisiones”. No puede ser que la humanidad que ha logrado conquistar el espacio, establecer lazos internacionales de solidaridad o movilizarse todas a una cuando arden nuestros bosques, se llena de petróleo el mar o hay que buscar a una persona desaparecida; no es posible que la única solución que proponga para acabar con la pobreza, los robos o la violencia tenga que ser el aislamiento y la reclusión, con pocas probabilidades de sensibilización, capacitación y humanización.
El sistema carcelario reproduce en sí mismo las violencias que pretende contener.
Y las personas presas, por su propia condición de reclusas tienen mermada también su voz sobre todo de cara al exterior. Cuesta mucho imaginarse a las presas significarse en movilizaciones mundiales como la huelga general internacional del 8 de marzo y sin embargo, muy probablemente se vean reflejadas en la mayor parte de sus reivindicaciones a las que podrían sumar, las peticiones de justicia y libertad.
Y sin embargo, también en prisión hay rebeldías y resistencias. En las prisiones que el Estado tan bien esconde y silencia en todos los rincones del planeta, se alzan voces en lucha de personas que se autorganizan, se forman y eligen desafiar a la violencia de Estado, como lo hacen loas compañeras de La Voz del Amate en San Cristóbal de las Casas, Chiapas (México). Desde allí, además de compartir espacios y tiempos para leer y debatir, tejer y tejerse redes de apoyo, escriben denunciando la tortura, las injusticias que sufren y alzan peticiones de libertad para todas las personas presas en lucha. Porque cuando se unen y se reconocen en la lucha, recuperan su identidad, su dignidad y sus posibilidades de forjarse un futuro alternativo. Desde hace unos meses, han lanzado una campaña en contra del racismo y la opresión del sistema de justicia mexicano por la libertad de Diego López Méndez en la que solicitan que se envíen fotos a noestamostodxs@riseup.net pidiendo la libertad de Diego.
Recientemente, en el mismo México, los defensores del agua y la vida de San Pedro Tlanixco y del compañero Fidencio de la tribu Yaqui, llevando más de diez años en prisión sin una condena y con un procedimiento judicial lleno de irregularidades, fueron sentenciados el 27 de noviembre a 50 años de prisión, y después de haber integrado la apelación a la sentencia, el fin de semana del 18 de enero el tribunal de justicia de Estado de México determinó reponer el proceso y ello implica que serán juzgados nuevamente. Es por ello que el Movimiento por la Libertad de l@s Defensores del Agua y de la Vida de San Pedro Tlanixco ha lanzado una petición de solidaridad para realizar acciones de exigencia de justicia por la libertad de Dominga González Martínez, Lorenzo Sánchez Berriozábal, Marco Antonio Pérez González, Pedro Sánchez Berriozábal, Rómulo Arias Mireles, Teófilo Pérez González, Fidencio Aldama Pérez, San Pedro Tlanixco y la Tribu Yaqui. “Nosotr@s seguiremos peleando desde abajo y a la izquierda, señalando que el responsable de estos agravios es el modelo económico capitalista y que tiene entre sus cómplices a todo el sistema político mexicano. Pero sobre todo que la libertad y la justicia para nuestr@s compañer@s y para todos los pueblos del mundo, no será nunca una graciosa concesión de nuestros verdugos, una y otra serán fruto de la resistencia y la rebeldía organizada. [...] Hasta que la libertad, la democracia y la justicia anden nuestros cielos y suelos no abandonaremos nuestros sueños. No nos rendiremos, no claudicaremos, no nos venderemos. ¡Libertad para todas y todos los presos políticos! ¡Abajo los muros de las prisiones! ¡Por la defensa de la vida, el agua, la tierra y el territorio!”.
Recordemos por último también a la presa kurda, Leyla Güven, diputada del HDP por la provincia de Hakkari y detenida el 31 de enero de 2018 tras sus críticas a la invasión de Turquía en Afrin, que está en huelga de hambre desde el 8 de noviembre de 2018 para denunciar las condiciones de tortura de las personas presas en lucha y el aislamiento del líder del pueblo kurdo, Abdullah Öcalan. Junto a Leyla, 300 presos y presas más en Turquía se han unido a esta huelga de hambre para reclamar diálogo y negociación frente a la persecución del Estado que elige mantener políticas de guerra.
Desgraciadamente, la lista de personas presas en lucha es infinita ya que desde cada rincón del planeta de cada continente, de cada Estado, se alzan voces de personas valientes que desde sus resistencias y rebeldías responden al sistema que los encarcela, en ocasiones poniendo su cuerpo y su vida como herramienta de lucha. Desde aquí os saludamos y nos unimos al grito por vuestra libertad.