Historia
1861: la letra con sangre entra

El hambre y la furia del maestro serán de leyenda, y el analfabetismo pasará de padres a hijos como una hemofilia plebeya
Loja en 1863
Loja (ca. 1863), fotografía de Robert P. Napper

Doctor en Historia y profesor de filosofía

12 feb 2024 06:00

Para el ministro de Fomento, don Claudio Moyano, es necesario ampliar las funciones del Estado. A Narváez, que se desempeña como presidente por enésima vez, le es suficiente con lo que hay, pero las gentes de números y de letras le sostienen lo contrario. Lo suyo es el cortijo y el orden público, y para mantenerlos en paz le basta la fusta y le sobra incluso el caballo. Haga lo que considere, le dice a Moyano, pero no me enrede el gobierno ni me haga frases de filosofastro, porque citar a Séneca, como ha venido haciendo don Claudio, se considera en este Real Consejo el colmo de la pedantería, pues va de suyo que todos los ministros han leído a los clásicos de cabo a rabo.

Sin decirlo a las claras, Moyano intuye que el Estado debe conocer y ser conocido, disponer de recursos para fabricar españoles y enseñarles la caligrafía del siglo. Dispuesto a evitar más revoluciones, el ministro promueve una ley de instrucción pública destinada a durar cien años y a dar al Reino una nación uniforme. Establézcase, por tanto, la instrucción básica obligatoria, pero no gratuita, pues una cosa es la necesidad de nacionalizar destripaterrones y otra muy distinta la de darles la sopa boba.

Su ley dispone que los niños aprendan lo necesario para distinguirse de las bestias de tiro, y también ordena que sepan contar hasta un número que no excite su imaginación de pobretones

Es 1857, y Moyano quiere instruir a los infantes en la libertad bien entendida. Su ley dispone que los niños aprendan lo necesario para distinguirse de las bestias de tiro, y también ordena que sepan contar hasta un número que no excite su imaginación de pobretones. Si la familia no puede costear los gastos de la instrucción, reza la ley, el ayuntamiento deberá sufragarlos con la debida recomendación del párroco y el visto bueno del cacique. Y si el pueblo no tiene fondos, la Hacienda del Reino, menesterosa y burlada, los abonará de ciento a viento.

Nace así mutilada la ley por un Estado reducido al palo y tentetieso. El hambre y la furia del maestro serán de leyenda, y el analfabetismo pasará de padres a hijos como una hemofilia plebeya. Mas no está en manos del ministro convertir el agua en vino. En su cabeza se enseña a los niños los rudimentos de las letras, los números y la historia sagrada; a las niñas, según el modelo del ángel del hogar, las labores de la casa. Unos y otras aprenderán que la ley decreta lo que existe y lo que no debe existir, y así asumirán que no sólo la letra con sangre entra, sino que el tiempo es oro y pertenece a quien lo compra.

Nada de esto, sin embargo, impresiona al nuevo presidente, don Leopoldo O´Donnell, que ha aprovechado un incidente en Ceuta para declarar una cruzada zarzuelera. Reunido con sus secuaces, el conde de Lucena recibe los ditirambos que este nuevo Lepanto merece. El sultán marroquí se disculpa de mil maneras y emplea la horca con los que ofendieron los muros ceutíes tirando unas cuantas piedras, pero al espadón tinerfeño no le es suficiente con una genuflexión y una docena de infieles ahorcados al alba. Afila el hierro y espera una victoria rápida que le permita entrar en los cantares de gesta y cubrir la miseria que deja la estela de Isabel II.

Evangélicos y apocalípticos, los obispos y los plumillas bautizan la expedición como una guerra santa. A los soldados que no se libran del reclutamiento, la disentería los deja tronzados; a los que regresan, se les da una estampita o una misa de difuntos. Y O´Donnell, entorchado y marcial, posa para los daguerrotipos y los libros de historia, pues nunca sabe uno cuando lo inmortalizará la infamia o la gloria. A las preguntas de la prensa sobre cómo conjugará la presidencia con la conducción de la guerra, el espadón responde que no hay misterio en este punto ya que él lleva la guerra consigo, y el oficio de ametrallar rebeldes, en el que es un consumado experto, es el mismo a un lado y a otro del Mediterráneo.

Antes de que el sultán pueda pedir auxilio, España le fuerza a renunciar a varios enclaves y a pagar cientos de millones en forma de reparación y castigo. Como O´Donnell no se fía del enemigo derrotado, ocupa Tetuán hasta que el infiel entregue la última saca de dinero. No hay palabra de honor entre quienes no hablan el mismo idioma en la tierra y no rezan a un mismo dios en el cielo, razona luego entre sus ministros, que le aplauden la ocurrencia y le felicitan por su nuevo título nobiliario.

Enardecida por el carajillo patriótico, la opinión publicada le ruega al nuevo duque de Tetuán que ocupe todo Marruecos por el bien del progreso. O´Donnell se retrepa en el sillón y pide calma. La guerra ha revelado que el Ejército carece de todo menos de generalotes empachados de colesterol y de bravatas. Una empresa más grande podría derribarle del caballo antes de que se enfriase el bronce de su estatua. Y, por si más razones fueran necesarias, París y Londres ya le han prohibido mayores aventuras en esas aguas.

Recoge así O´Donnell las velas y sus turiferarios le celebran el triunfo con ajustadas referencias al Cid y a Gonzalo Fernández de Córdoba. El castigo ha sido consumado; las prebendas, repartidas; su gobierno, asegurado. Una docena de miles de muertos abonan el suelo del imperio y de su nuevo ducado. A ninguno de ellos le hacen una estatua como la suya, porque sólo él le ha entregado las suficientes vidas a la muerte como para ganársela.

Pero no sólo en esculturas racanea el imperio, sino que tampoco da de comer a quien muere en sus guerras. En Andalucía, el jornalero malvive vagando de latifundio en latifundio, como en una maldición bíblica. Sin diputado al que acudir y sin leyes que lo protejan, el bracero se lleva la tierra a la boca y llora. El confesionario no absuelve, la comunión no comulga, el párroco no consuela. En el cortijo sólo hay capataces que castigan y guardiaciviles que todo lo apuntan.

Se obligó a las familias a contemplar el desempeño de la justicia, pues nada alecciona más sobre las virtudes del Estado que ver a un pariente comiendo plomo en vez de mantequilla

Ninguno de ellos olvida que la ira incendió el campo de Sevilla unos años antes. Entonces, los jornaleros hablaron de sus pobrezas y escucharon los ecos de La Marsellesa. Alguien les dio noticia de lo que ya sabían, de franceses quemando títulos nobiliarios y repartiendo tierras. En Utrera, la multitud asaltó el cuartel de la Guardia Civil y tomó el registro de la propiedad, que tanto les había robado con tan poca delicadeza. Mas no hubo caso, no se incendió la década. La Historia pasó a contrapelo su cuchilla y cayeron docenas de cabezas. Unos fueron ametrallados en el momento; otros fusilados después de una noche en vela. Y, para que la letra volviese a entrar como solía, se obligó a las familias a contemplar el desempeño de la justicia, pues nada alecciona más sobre las virtudes del Estado que ver a un pariente comiendo plomo en vez de mantequilla.

En Loja, donde Narváez quiere hacerse una finca del tamaño de una provincia, el siglo tiembla de nuevo. Es 1861, y el presidente O´Donnell ordena que se disuelva el levantamiento como manda la ley de orden público. Sin embargo, el campo granadino se eriza como un ejército de navajas y palos, desesperado y desposeído, y asalta el cuartel de la Guardia Civil en Mollina. Al frente marcha un sanador de mulas republicano, un barbudo inmenso que exige el pan para el hambriento y las tierras para el que las trabaja. Y pide, además, mucho queso para las madres, que de tanto dar el pecho sin nada que realmente dar no pueden ya enterrar a tanto hijo muerto.

Se rompen muchos huesos y se desgarran no pocas uñas, se confiesan conspiraciones que no existen y se fusila a conciencia. Más de cien cadáveres quedan sobre la tierra para que los vecinos aprendan que la letra con sangre entra

Con el himno de Riego en la boca, miles de brazos entran en el pueblo agitando hierros y unos cuantos trabucos. Desbordada, la Benemérita se retira a la espera de refuerzos, y los señoritos, frenéticos, se parapetan detrás de sus rosarios. Tres días después de haberse repartido el mundo en un carnaval sin mañana, el sanador de mulas y sus compadres huyen del capitán general de Granada, que restablece el orden reventando el cielo con metralla. Bajo su mando se rompen muchos huesos y se desgarran no pocas uñas, se confiesan conspiraciones que no existen y se fusila a conciencia. Terminado el servicio, más de cien cadáveres quedan sobre la tierra para que los vecinos aprendan que la letra con sangre entra. Y sólo después de esta lección magistral reciben los vivos el indulto en nombre de Isabel II, de cuyo reinado sólo falta por celebrarse el último acto, el que convierte el vino en vinagre y el vinagre en ríos de sangre.

Arquivado en: Historia
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Historia
Historia El largo viaje de Pepe Díaz
Se cumplen 130 años del nacimiento en Sevilla de una figura carismática y trágica del movimiento obrero español.
Análisis
Análisis ¿Existe una identidad europea?
El 9 de mayo se celebra el “día de Europa”, que conmemora la paz y la unidad en el continente y que coincide con la declaración presentada en 1950 por Robert Schuman que sentó las bases de la cooperación europea. Pero, ¿qué es Europa realmente?
Opinión
Opinión Sobre la guerra y la paz
Parece que los alemanes y el resto de europeos no aprenden con la historia que ellos mismos han protagonizado en los últimos 400 años. Ni siquiera con la historia del siglo XX, tan inmediatamente próxima y tan inmensamente trágica.
Uruguay
Muere Mújica Muere José Mujica: el descanso del guerrero
La muerte de Pepe Mujica hará aumentar sin duda la leyenda que rodeó durante tantos años al viejo guerrillero tupamaro convertido en presidente de Uruguay, pero no todos serán elogios.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Laboral
Laboral Los trabajadores de Bridgestone tendrán que decidir sobre la última oferta de la empresa
Reducen en 103 despidos el ERE de la multinacional, fomentan las prejubilaciones y se comprometen a asegurar la producción en las dos plantas afectadas en Cantabria y Bizkaia.
Energía
Límites planetarios Reducir el consumo energético, el debate olvidado (e incómodo) del gran apagón
España proyecta un 43% de aumento de consumo eléctrico en los próximos cinco años. Especialistas opinan que la electrificación de la demanda, clave para abandonar los combustibles fósiles, tiene que ir acompañada de la suficiencia energética.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Vecinas de Madrid convocan otra gran manifestación por la sanidad pública
El próximo 25 de mayo la plataforma Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid organiza otra gran marcha contra la política sanitaria del Gobierno de Ayuso.
Palestina
Palestina Imputan a dos capitanes de buque implicados en el comercio de armas con Israel
El Juzgado de Instrucción nº 6 de Barcelona investiga la implicación de la naviera Maersk en el suministro de armas al ejército israelí y le requiere que identifique a dos capitanes.
Sanidad pública
Sanidad Pública España necesita 100.000 enfermeras para alcanzar la media europea
Casi un 40% de enfermeras manifiesta que dejará la profesión en los próximos 10 años. Son datos del Ministerio de Sanidad y las profesionales exponen las razones: falta de conciliación y contratos precarios.

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Pensamiento
Michael Hardt “La respuesta a Trump no debe ser volver a la normalidad”
Pensador estadounidense y colaborador de Antonio Negri en algunas de sus mejores páginas, el filósofo Michael Hardt ha seguido dedicando su trabajo a la idea y a las prácticas del común.
Estados Unidos
Roberto Montoya “Nos dicen que hay que armarse contra Putin cuando el mayor peligro para el mundo es Trump”
Más Donald Trump que nunca, el multimillonario ha regresado para terminar lo que no pudo hacer en su primer mandato. El periodista Roberto Montoya bucea en el personaje y su contexto en el libro ‘Trump 2.0’ (Akal, 2025).
Cine
Cine Colectivo y sin autor: breve historia de otro cine
La película ‘Una isla y una noche’, autoproducida y autodistribuida por el colectivo francés Piratas de Lentillères, es la puerta de entrada para recordar otros modos de hacer cine, alejados de la firma de autor y los grandes estrenos.