Análisis
Bolsonaro, el presidente antisistema

El presidente brasileño Jair Bolsonaro continúa usando el relato de 'outsider' a pesar de estar en el poder. Combinando mecanismos de 'insider' (proyectos electoralistas) con un discurso rupturista, su apoyo se mantiene fuerte en todas las clases sociales.
Jail Bolsonaro
Pegatina con una ilustración de Mari Waechter. Imagen: Duncan Cumming

@bernardosampa

10 oct 2022 06:02

La primera propaganda televisiva de la campaña de Jair Bolsonaro en 2022 destacaba que el líder de Brasil es un hombre simple, verdadero y honesto: “Bolsonaro es directo, dice lo que piensa y dice lo que siente”. A inicios de septiembre, otro vídeo oficial, Esse é Jair, o capitão do povo!, reforzaba la imagen de Bolsonaro como una persona común y corriente: “Este es Jair, un tipo a quien le gustan las motos, la farofa (harina de yuca) y el caldo de cana (jugo de caña de azúcar)”. Los muchísimos jingles musicales que arropan su campaña están repletos de menciones a su autenticidad. La pegadiza Bora bora capitão, por ejemplo, resalta que “Bolsonaro es del pueblo” y “el guerrero del pueblo brasileño”.

A pesar de llevar cuatro años en la presidencia, Bolsonaro continúa cultivando un áura de persona normal. Su comportamiento deslenguado y poco respetuoso con las mujeres o las minorías irrita a la izquierda y al establishment. Pero esa espontaneidad con la que el presidente destroza lo políticamente correcto conecta con millones de personas. El apartamento que Bolsonaro poseé en propiedad está en un edificio de lujo en Río de Janeiro, pero el relato de Bolsonaro sigue anclado en el hombre corriente.

Bruno Cava, vinculado a la Universidad Nómada de Brasil, defiende que Bolsonaro tiene el monopolio del discurso rupturista. Lula, en estas elecciones, representa el establishment

Hace décadas, Carl Jung, uno de los padres del psicoanálisis, identificó el hombre corriente como uno de los doce arquetipos básicos. Los arquetipos habitan el subconsciente colectivo de las más diversas culturas y dan sentido a las historias contadas para explicar la realidad. Bolsonaro, recibido con la palabra “mito” por sus seguidores allá donde va, alimenta con empeño ese arquetipo de persona corriente, tal como lo hacía George Bush hijo cuando era presidente de Estados Unidos. El pasado lunes, Luciana Chong, directora del prestigioso instituto Datafolha, confesaba que existió una migración de última hora “del voto blanco y nulo para Jair Bolsonaro”. El porcentual de votos blancos y nulos ha sido el menor desde 1994: ha caído del 8,8% en 2018 al 4,4%. En las regiones bolsonaristas el voto nulo/blanco es bajísimo. ¿Es posible que tras cuatro años en el poder Jair Bolsonaro siga capturando el sentimiento antiestablishment que le aupó a la presidencia?

Discurso de ruptura

Bruno Cava, vinculado a la Universidad Nómada de Brasil, defiende que Bolsonaro tiene el monopolio del discurso rupturista. Lula, en estas elecciones, representa el establishment. Los continuos ataques de Bolsonaro al sistema electoral no son apenas una artimaña para no reconocer una posible derrota. “Bolsonaro y las fuerzas bolsonaristas ocuparon integralmente el campo antisistémico y antipolítico. Ellos tienen el monopolio del discurso de la ruptura. Bolsonaro es quien usa el lenguaje de rechazo, de ruptura, de redención”, escribe Bruno Cava.

Es cierto que la ruptura bolsonarista es retórica, porque en el fondo promueve la conservación de las desigualdades y reafirma el poder de los que ya lo tienen. Aun así, es innegable que el bolsonarismo continúa emanando cierto espíritu revolucionario. Los medios no han entendido todavía, como apunta Consuelo Dieguez, autora del ensayo O ovo da serpente (Companhia das Letras), que Bolsonaro crece apostando por el caos.

El equipo de Bolsonaro no organiza sus recepciones en los aeropuertos. Son sus propios seguidores

A finales de agosto, estuve en un acto de campaña de Bolsonaro el Calafate, un barrio de clase media-baja de Belo Horizonte, capital del estado Minas Gerais, segunda economía y segundo colegio electoral del país. La gasolinera, caótica y bullanguera, estaba transformada en un comité electoral. Bafles, música, globos de colores, pantalla gigante, banderas. Algunas escenas, como la misa comandada por un padre en medio de los surtidores de gasolina, tenían tintes surrealistas. Sin embargo, aquel evento bolsonarista, financiado por el Bolsonaro star Níkolas Ferreira (el diputado más votado del país) me sorprendió: alegre, energético, vibrante. Los participantes derrochaban entusiasmo y esperanza.

Consuelo Dieguez explica en O ovo da serpente cómo nacieron las comitivas festivas que reciben a Bolsonaro en los aeropuertos de todo el país. Alex Melo, un pequeño fabricante de paneles de señalización, dio la idea en un grupo de WhatsApp en el que el estaba el mismísimo presidente. El 13 de agosto de 2015 nacía en Fortaleza (capital del estado de Ceará) la primera recepción lúdico festiva a Bolsonaro en un aeropuerto. La fórmula: globos, confeti, alegría exultante y un Bolsonaro alzado a hombros por multitudes. El equipo de Bolsonaro no organiza sus recepciones en los aeropuertos. Son sus propios seguidores.

Las recepciones festivas en aeropuertos, las múltiples moticiatas (paseos en moto) bolsonaristas, así como la gasolinera festiva que conocí, destilan un familiar aire de improvisación. Son eventos más auténticos. Caóticos. Mucho más excitantes que los clásicos mítines de los partidos políticos.

Entre los más pobres, Bolsonaro supera con creces el 20% de apoyo (con alguna excepción regional). El interclasismo del bolsonarismo es un hecho

Algunos de los entusiastas bolsonaristas con los que conversé en la gasolinera vivían en la periferia, un perfil estudiado por Rosana Pinheiro-Machado (pobres que anhelan seguridad y tienen deseos aspiracionales). Otros a quienes entrevisté eran de clase media-alta. Podrían encajar con la “baja alta clase media”, que el filósofo Rodrigo Nunes usa para intentar acotar el núcleo duro del bolsonarismo en Do transe à vertigem (Ubu Editora), uno de los más brillantes ensayos sobre el bolsonarismo.

A la “baja alta clase media” le fue bien durante los gobiernos del PT, pero peor de lo que esperaba. No tiene el capital simbólico de la élite cultural. Tampoco, los recursos económicos de la verdadera élite. Y vieron a la clase baja subir, lo que les obligó a convivir con personas humildes en aeropuertos internacionales y centros comerciales. Precisamente, las encuestas electorales muestran que Bolsonaro cuenta con más apoyo en la clase media que tiende a alta (52% Bolsonaro, frente a 45% de Lula, según la última encuesta de Datafolha). En la población más rica, el apoyo de Lula (52%) supera al de Bolsonaro (43%). Entre los más pobres, Bolsonaro está 17 puntos atrás de Lula, pero consigue un 37% de apoyo. El interclasismo del bolsonarismo es un hecho.

Precisamente, las encuestas electorales muestran que Bolsonaro cuenta con más apoyo en la clase media que tiende a alta (49% Bolsonaro, frente a 33% de Lula, según Datafolha). En la población más rica, el apoyo de Lula (40%) se acerca al de Bolsonaro (44%). Entre los más pobres, Bolsonaro supera con creces el 20% de apoyo (con alguna excepción regional). El interclasismo del bolsonarismo es un hecho.

Éxito de Bolsonaro

El resultado de Jair Bolsonaro en las elecciones del pasado domingo sorprendió: un 43,2% de los votos, 51.071.106 sufragios. Aun así, obtuvo tres puntos menos que en 2018. Perdió más 234.000 votos en Río de Janeiro, uno de sus grandes bastiones. Y su fuerza menguó en las capitales. Por el contrario, su apoyo creció en ciudades pequeñas, incluso en la región nordeste, territorio lulista.

Las explicaciones son múltiples. Las respuestas, todavía parciales. Cada día llegan nuevas pistas. El politólogo Fernando Meireles ha encontrado un patrón que podría explicar el aumento de votos en ciudades pequeñas del nordeste que dependen del Auxílio Emergencial (ayuda a los más pobres apoyada por Bolsonaro). Laura Carvalho y Pedro Abramovay explican que las periferias brasileñas han vuelto a la izquierda y que el bolsonarismo ha crecido en el interior de Brasil. La extrema derecha brasileña empieza a parecerse a la global. Con algunas excepciones como Manaos o Belo Horizonte, las grandes ciudades volvieron a la izquierda. El interior se desplazó a la derecha. Para redondear la radiografía, cabe destacar que Bolsonaro ha arrasado en sus territorios más fieles, el conservador sur y el centro-oeste (epicentro del agronegocio).

Buena parte de la izquierda mundial achacó el triunfo de Bolsonaro al uso de fake news o a la fuerza de las iglesias evangelistas. La realidad es mucho más compleja

La izquierda tiende a caricaturizar el bolsonarismo como un movimiento de élites, privilegiados, machistas virulentos, racistas y variopintos negacionistas. El bolsonarismo incluye esos perfiles, pero va mucho más allá. Buena parte de la izquierda mundial achacó el triunfo de Bolsonaro al uso de fake news o a la fuerza de las iglesias evangelistas. La realidad es mucho más compleja. Carô Evangelista, articulista de la Revista Piauí, revela la complejidad del voto evangelista brasileño. El apoyo a Lula, de hecho, está creciendo en dicho nicho. Las camisetas de Cristãos contra Bolsonaro son la punta de lanza de una campaña de evangelistas que apoyan a Lula.

El resultado electoral del pasado domingo confirma que el bolsonarismo es un fenómeno interclasista, interracial e interreligioso. La contradicción de usar estrategias de insider (políticas públicas electoralistas) y de outsider (discurso rupturista) no esta funcionando para ampliar el porcentaje de votos de Bolsonaro, pero sí para conservar un vigor inesperado.

Si el discurso antisistema está del lado de Bolsonaro y el del orden no consiguió que Lula resolviera las elecciones en el primer turno, la izquierda debería dar un giro táctico

El filósofo Peter Pál Pelbart denunciaba hace unos meses cómo el bolsonarismo se había apropiado de la vitalidad. En su texto “Espectros de la catástrofe”, criticaba el conservadurismo de la izquierda. Mientras la izquierda apelaba al orden en medio de una pandemia atroz, la extrema derecha ofrecía una alternativa para habitar el caos. El fique em casa (quédate en casa) enarbolado por la izquierda, que llevó entre otra cosas a la suspensión de las escuelas durante casi dos años, fue un sinsentido para las clases humildes, obligadas a salir de casa para trabajar durante la pandemia. “¡Nos convertimos en el partido del orden y el progreso! ¡Es necesario más, mucho más! ¡¡Y otra cosa!! —escribía Peter—. Más invención táctica, más dispositivos para fabricar valores diferentes, más cuerpo a cuerpo, más máquinas de guerra artísticas, comunitarias, éticas, más pies-en-la-tierra, más pies-en-la-calle, más-pies-en-las-estrellas”.

Si el discurso antisistema está del lado de Bolsonaro y el del orden no consiguió que Lula resolviera las elecciones en el primer turno, la izquierda debería dar un giro táctico. Ya son muchos los que apuntan que Lulinha paz e amor, el lema con el que Lula conquistó la presidencia en 2002, con su apelo a la reconciliación del país, es (de nuevo) el mejor camino posible.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Análisis
Genocidio Armas y recursos para los palestinos y sus aliados
Es imposible escuchar ninguna petición de ayuda material, militar y económica para la resistencia armada palestina, o para sus aliados regionales, por parte de la izquierda global.
Análisis
Lobby bancario Sacrificar el euro digital para que nada cambie
Ante una adopción masiva del euro digital sin límites, los bancos dejarían de ser esenciales y verían disminuida su capacidad para seguir creando dinero.
Análisis
América Latina Bukele, sin contrapesos e internacionalizado
El presidente de El Salvador ha ganado peso como referente de la derecha radical hispanohablante. Su “método”, una combinación de represión, punitivismo y propaganda digital, ha calado en otras experiencias regionales e internacionales.
Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
11/10/2022 7:41

Esta segunda vuelta se torna de vital importancia y la izquierda, si queremos que vuelva al poder y que el pueblo recupere los derechos sociales, laborales y territoriales arrebatados, debe ser más alternativa y rupturista. De los contrario, el aura populista de Bolsonaro nos puede dar un buen susto.

0
0
#96019
11/10/2022 7:28

Esta segunda vuelta se torna en vital, para los derechos laborales, sociales y territoriales de los pueblos de Brasil. Para ello, como dice el autor, necesitamos una izquierda valiente y rupturista, de lo contrario, Bolsonaro y su imagen popular nos van a poder dar un susto.

0
0
Economía
En primera persona Instrucciones por si encuentras muerta a tu suegra
Todo el que está en el mundillo sabe que el sector funerario vive casi un duopolio de facto y lo máximo que se está dispuesto a hacer es poner una multa de vez en cuando. Cuando alguien llama a una, ni se imagina al entramado que está llamando.
Educación pública
Iglesia Semana Santa: negocios, procesiones en colegios, inmatriculaciones y fervor
Más allá de la expresión cultural, la Semana Santa tiene una esfera económica que genera millones de euros y otra social que le sirve a la Iglesia Católica para legitimar sus privilegios dentro del Estado español.
Genocidio
Ayman Qwaider “A la gente se le pide una cantidad excesiva de dinero para poder salir de este campo de exterminio de Gaza”
Profesor especializado en educación en emergencia y educación inclusiva, Ayman Qwaider vive en Australia. Desde allí, intenta ayudar a su familia a salir de Gaza, mientras denuncia la ocupación israelí y la complicidad de la comunidad internacional.
Venga, circula
Venga, circula Un paso, luego otro
Llega un día en el que vemos con claridad algo que solíamos observar en los demás pero que nunca —prometíamos— nos sucedería a nosotros.
Sexualidad
Consultorio de sexualidad ¿Qué tengo si me diagnostican Síndrome de Ovario Poliquístico?
Afecta a entre un 7 y un 13% de las mujeres en edad reproductiva, y el 70% están sin diagnosticar. Pero, ¿qué es el SOP y como podemos apaciguar sus síntomas?
Palestina
Palestina Viaje al fondo del horror
El fotoperiodista Javier Bauluz cubrió la primera Intifada, la primera gran rebelión del pueblo palestino desde la creación del estado israelí.
Ocupación israelí
Opinión Las palestinas también existen
La morbilidad femenina, el conjunto de enfermedades, factores de riesgo y motivos de consulta recurrentes en las mujeres que merecen una atención específica, tiene múltiples ejes de discriminación: no es lo mismo en Suecia que en Palestina.

Últimas

Maternidad
Maternidades Reaprender la espera
El tiempo de gestación es largo y va a un ritmo distinto al que acostumbras: el ritmo natural al que desarrolla una playa, un monte, un océano. Y no estamos ya habituados a darle la mano a la pausa.
Momus Operandi
Momus operandi Todo es una narración
Nos dicen que las mentiras son la única realidad. Que aprendamos a mentirnos, que nos engañemos, que no nos importa la salud, ni los derechos laborales, ni las violencias estructurales.
Urbanismo
Urbanismo La nueva Ley del Suelo va al Congreso bajo la acusación de fomentar pelotazos urbanísticos
Sumar y Podemos no garantizan el apoyo a la ley, que limita las posibilidades de declarar nulos los planes urbanísticos, así como la acción ciudadana contra las irregularidades urbanísticas.
Más noticias
Industria
Transición industrial Mecaner, un cierre injusto o cuatro alternativas con mirada ecosocial para mantener la fábrica de Urduliz
ESK y LAB han presentado el ‘Plan de Transición Ecosocial’ que ha elaborado la cooperativa Garúa como una herramienta para la búsqueda de soluciones al ERE propuesto por la multinacional Stellantis.
Sidecar
Sidecar Crisis intratable en la República Democrática del Congo
Una y otra vez los actores externos han fracasado a la hora de contener la escalada de violencia en la República Democrática del Congo.
América Latina
Caribe Haití: el fracaso neocolonial y el “eterno castigo de su dignidad”
La crisis de gobernabilidad que vive Haití después del alzamiento paramilitar que liberó a más de 3.600 presos y expulsó al primer ministro es un capítulo más de una historia colonialismo y dependencia.
El Salto Twitch
El Salto TV Economía y titulares de guerra
En el programa en directo de Economía Cabreada del 26 de marzo se hizo un análisis de la deriva bélica de la Unión Europea, sus gobiernos y de los grandes medios con Tica Font y Miquel Ramos.

Recomendadas

Investigación
Investigación O Goberno galego repartiu 4.000 millóns de euros en contratos a dedo en só seis anos
Desde 2018, a Xunta asinou 1.034.964 contratos sen sacalos a concurso: algo máis do 30% do diñeiro do que dispón para o exercicio de 2024. Ademais, 35.362 deses contratos teñen un importe entre 14.000 e 14.999 euros, o límite legal.
Memoria histórica
Marc Solanes “Mi bisabuela luchó en el frente y fue considerada una mala madre, pero lo hizo por sus hijas”
En ‘Las niñas de Elna’ (Pollen, 2024) el periodista reconstruye la historia de las mujeres de su familia resolviendo enigmas para resignificar la imagen de la mujer en la historia.
Argentina
Argentina Myriam Bregman: “El de Milei es un típico gobierno neoliberal con recetas ortodoxas clásicas”
Quien fuera candidata de la izquierda a la presidencia en las elecciones en las que Milei salió victorioso, evalúa las consecuencias del gobierno de La Libertad Avanza y las respuestas que están dando los distintos actores políticos.
Ríos
Radiografía fluvial de España La tierra que no amaba sus ríos
Los ríos ibéricos agonizan. Casi la mitad de las masas de agua está en mal estado. Presas, sobreexplotación, contaminación y crisis climática son sus principales amenazas, con la agroindustria como mayor agresora.