We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Análisis
La distopía de bitcoin en El Salvador, un país camino del ‘default’
Puede parecer surrealista que el presidente de El Salvador suba selfies a Instagram en pleno discurso de la ONU, que anuncie compras de bitcoin con dinero público a través de Twitter o que decida usar la energía de un volcán para minar criptomonedas. Sin embargo, Nayib Bukele ha conseguido proyectar una imagen de presidente audaz, desenfadado e innovador, además de ser un héroe para la comunidad bitcoiner.
No obstante, detrás de esa imagen se esconde una realidad peligrosa. En los últimos años, la estabilidad financiera del país ha ido empeorando, con problemas crecientes para financiarse y llegando a solicitar ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI). Dada esta situación, Bukele vio en bitcoin la vía de escape perfecta, convirtiendo a El Salvador en el primer país del mundo en reconocer esta criptomoneda como divisa de curso legal. Una decisión arriesgada que no ha hecho más que empujar al país hacia el default.
La arriesgada apuesta de Bukele
Desde el año 2001, el dólar estadounidense es la moneda oficial de El Salvador, es decir, utiliza una divisa que no emite. Debido a esto, el país necesita conseguir dólares para proporcionar liquidez a los bancos nacionales, las empresas y los hogares, mantener el gasto público y asegurar las importaciones. La entrada neta de dólares se puede lograr exportando más de lo que se importa y/o recibiendo remesas de los salvadoreños que trabajan en el extranjero. Si esto no es suficiente, tanto el sector privado como el público pueden recurrir al endeudamiento en los mercados financieros internacionales.
En los últimos años, aunque el Salvador ha compensado su déficit comercial con la entrada de remesas, el endeudamiento no ha dejado de aumentar, llegando a tener problemas para financiarse
En los últimos años, aunque el Salvador ha compensado su déficit comercial con la entrada de remesas —suponen el 20% del PIB del país—, el endeudamiento no ha dejado de aumentar, llegando a tener problemas para financiarse. Concretamente, la deuda pública alcanzó el 87 % del PIB en 2020 y el 24.5% de los ingresos recaudados por el Estado han ido a pagar intereses de deuda en 2021.
Nayib Bukele vio en el bitcoin la mejor herramienta para enfrentarse a esta situación y desde septiembre es, junto al dólar, la moneda de curso oficial, aunque esta última sigue siendo la utilizada para la contabilidad nacional debido a la volatilidad de la criptomoneda. De este modo, los salvadoreños pueden pagar impuestos, cobrar sus salarios o hacer la compra con bitcoins a través de la app Chivo. La convertibilidad entre bitcoin y dólar es automática y respaldada por el Banco de Desarrollo de El Salvador, que funciona como fondo de convertibilidad, con unas reservas iniciales de 150 millones de dólares.
En las primeras semanas, gracias al incentivo de 30 dólares en bitcoins que dio el Gobierno por usar Chivo, las descargar crecieron de forma rápida. Sin embargo, dado que mantener tus ahorros o salario en bitcoins puede hacer que no puedas afrontar tus pagos de un día para otro, los ciudadanos y empresas de El Salvador tienden a cambiarlos por dólares de forma inmediata. De esta forma, el Estado salvadoreño recibe un flujo de bitcoins a cambio de dólares.
La idea de Bukele es evitar el default y los posibles recortes en el gasto público a través de la pura especulación con el dinero de los ciudadanos
El peligro de este mecanismo es que el Gobierno no puede pagar importaciones ni devolver la deuda con bitcoins, ya que para eso necesita dólares. Pero si estás convencido de que el precio del bitcoin solo puede subir, como lo está el presidente del país, tienes la opción de acudir a los mercados de cripto y cambiarlos por más dólares. Todo ello confiando en que el precio suba, que puedas asumir la volatilidad a corto plazo y que puedas intercambiar tus bitcoins por dólares cuando lo necesites. De este modo, la idea de Bukele es evitar el default y los posibles recortes en el gasto público a través de la pura especulación con el dinero de los ciudadanos.
Sin embargo, no se sabe cómo ha evolucionado el fondo de 150 millones desde que la Ley bitcoin está en vigor, ya que el Gobierno se ha negado a proporcionar esta información. De hecho, solo conocemos algunas de las compras de bitcoin que hace el presidente porque las anuncia a través de Twitter, unos 85,5 millones de dólares —que han perdido cerca del 23 por ciento de su valor a finales de enero—.
Además, el otro objetivo de Bukele es atraer dinero del exterior incentivando el envío de remesas a través de Chivo y convirtiendo al país en un paraíso fiscal de las criptomonedas. El nuevo marco legal lanzando en septiembre permite comprar propiedades con bitcoin y evitar la ley de prevención del blanqueo de capitales, facilitando el lavado internacional de dinero. Esta dinámica puede impulsar un boom de inversiones con bitcoin, como las inmobiliarias, para revenderlas y sacarlas del país en forma de dólares limpios. Sin embargo, este es otro mecanismo peligroso, ya que la única manera de compensar la salida de dólares es que el valor del bitcoin frente al dólar siga creciendo.
Los bonos de El Salvador en el extranjero han registrado el peor rendimiento del mundo en 2021, con pérdidas cercanas al 30%
De perdidos al río: El all-in por el bitcoin
Como era previsible, el riesgo del bitcoin se ha mimetizado con las finanzas salvadoreñas, algo que se puede observar en el rendimiento de su deuda. Los bonos del país en el extranjero han registrado el peor rendimiento del mundo en 2021, con pérdidas cercanas al 30%. Los 800 millones de dólares en bonos que vencen a principios de 2023 cotizan ahora por debajo de los 80 centavos de dólar y el tipo de interés ronda el 35%. Además, los CDS a cinco años — que miden el coste de asegurarse contra una suspensión de pagos de la deuda— se han cuadruplicado desde septiembre, hasta alcanzar los 1.800 dólares. Una tendencia que obliga a El Salvador a pagar cada vez más intereses debido al riesgo asociado que ha traído bitcoin.
Ante esta situación, el FMI ha instado al Gobierno a abandonar bitcoin si quiere recibir ayuda financiera, ya que considera que “hay grandes riesgos asociados al uso de bitcoin para la estabilidad e integridad financiera y la protección del consumidor, así como las posibles contingencias fiscales”. De hecho, la institución ya había recomendado a El Salvador no convertir en moneda de curso oficial al bitcoin.
Lejos de hacer caso al FMI, Bukele ha decidido poner toda la carne en el asador. Ante la desesperación por financiarse y para impulsar la atracción de dinero al país, el presidente anunció la creación de “Bitcoin City”
Lejos de hacer caso al FMI, Bukele ha decidido poner toda la carne en el asador. Ante la desesperación por financiarse y para impulsar la atracción de dinero al país, el presidente anunció la creación de “Bitcoin City”. Esta ciudad, libre de impuestos salvo el IVA, se pagará con la emisión de 1.000 millones de dólares en “bonos volcán”. Estos bonos tendrán un vencimiento a 10 años y pagarán un 6,5% de interés anual, muy inferior al interés del resto de bonos “normales”, que llegan a superar el 30%. La mitad de los ingresos de los bonos se utilizarán para comprar bitcoins, que quedarán congelados durante cinco años y se venderán para pagar a los tenedores. Además, aquellos inversores que posean 100.000 dólares en “bonos volcán” durante cinco años, obtendrán la ciudadanía salvadoreña.
Este nuevo plan pretende acelerar los mecanismos antes descritos: convertir al país en un paraíso cripto para atraer inversiones y buscar financiación de forma desesperada, ya que está cerca de quedarse fuera de los mercados financieros convencionales. Sin embargo, endeudarse para comprar más bitcoins solo va a aumentar el riesgo, algo que puede traducirse en la imposibilidad de refinanciar y pagar las deudas.
Además, el fin de la expansión cuantitativa y las futuras subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal pueden hacer aún más difícil la financiación en dólares del país, algo que Bukele parece no entender, ya que ha instado por Twitter al banco central estadunidense a endurecer su política monetaria.
Bukele ha apostado su suerte y la de todo un país a la montaña rusa del bitcoin, un all-in que puede llevar a El Salvador al abismo. Si el plan del Gobierno no funciona, es probable que haga un fuerte ajuste fiscal, algo que hará empeorar la situación de la mayor parte de los salvadoreños.