We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Análisis
Después del apagón, la normalidad: crisis a la izquierda, Gobierno a la derecha

Con el apagón en la Península Ibérica, la situación política en España ha vuelto a la normalidad. Una normalidad en la que se ha movido durante los últimos meses: un Gobierno de coalición, tanto por la parte del PSOE como Sumar, cada vez más exhausto; un PP que vence, pero no convence; un Vox robusto, pero estático; y una izquierda ‘alternativa’ —entre otros muchos sinónimos, pero todos igual de huecos— en estado de descomposición.
Como siempre, esto es lo que muestran los datos del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Especialmente, con una cocina alternativa de sus tripas; los datos en bruto. Esta es la única manera de superar la estimación de Tezanos, que, como no, sitúa al PSOE en cabeza a pesar de lo irreal que resulta.
En el último mes, los votantes del PP de Feijóo han recuperado su confianza por las siglas, que no por su líder, pasando del 30% hasta el 32,6%
En el último mes, los votantes del PP de Feijóo han recuperado su confianza por las siglas, que no por su líder, pasando del 30% —su peor valor desde el 23J— hasta el 32,6%, lo que los sitúa en los valores en los que se venían moviendo desde hace unos meses. La nueva normalidad del PP. A su vez, los de Santiago Abascal, aunque retroceden, se mantienen por encima de su resultado de las últimas elecciones, con medio millón de votantes más. Con más de 180 escaños, la certeza de que Feijóo y Abascal presidirían el Consejo de Ministros sería inevitable, pero la situación del Gobierno de coalición facilita aún más las cosas.
Aunque el PSOE ha conseguido enmascarar su caída en los últimos barómetros por la efímera situación de empate técnico que se ha generado con el PP, no deja de ser evidente que, en el último año, apenas han conseguido mantenerse por encima del 30% de los votos, siendo este el baremo para que la posibilidad de revalidar el Ejecutivo pueda plantearse. Por supuesto, Sánchez no está pudiendo capitalizar la crisis a su izquierda, lo que dificulta sus expectativas de crecimiento. Si no convence a los votantes moderados descontentos con Feijóo ni a los huérfanos de la disputa entre Sumar, Podemos y, ahora, Izquierda Unida, ¿a quién convencerá? A los suyos, pero los escándalos de corrupción de su Gobierno no son un acicate en este sentido.
Mientras tanto, Sumar y Podemos se encuentran en una situación cada vez dramática. Aunque hay quienes sólo se centran en la distancia entre ambos, deseando que llegue el momento Podemos dé el sorpasso a Sumar —si es que esto podría realmente ocurrir—, se está pasando por alto una dinámica destructiva. Cuando Sumar pierde medio punto, Podemos no gana medio punto, y viceversa. Lo que uno pierde, no lo gana el otro. No se está produciendo un trasvase de votos. En el 23J, Sumar reunió a 3 millones de votantes, por lo que esta disputa estaría provocando la pérdida de medio millón de votantes que, previsiblemente, se encontrarían en la abstención. Y, más aún, con la hipótesis de las tres papeletas sobrevolando.
Un partido, dos líderes: Feijóo como comedia, Ayuso como drama
Hace unos días, Feijóo reunió a su Comité Ejecutivo Nacional —el máximo órgano de dirección de los populares— para convocar un Congreso Nacional antes del verano. Todo ello, con Ayuso —y Aznar, claro—, que ya solicitó esta convocatoria unas horas antes, marcándole el paso.
Este Congreso se enmarca en una disputa producto de una debilidad: la del liderazgo de Feijóo, que, desde el 23J, no puede superar la heridas del ‘pecado original’, que no es otro que no haber sido capaz de echar a Sánchez de la Moncloa, como ya expliqué en El Salto hace unas semanas. Es por esto que Feijóo se está mostrando como un líder errático, débil y que intenta salvarse a sí mismo, mientras que Ayuso aparece como la sucesión lógica dentro del PP, pero cuando llegue el momento. ¿Quién si no? Entre los populares, la incógnita no es el ‘quién’, sino el ‘cuándo’.
La posición de Feijóo entre los votantes del PP continúa, lenta, pero inexorablemente, cayendo. En esta ocasión, un nuevo mínimo histórico. Sólo cuatro décimas por debajo del anterior; de un 37,6% a un 37,2%, pero un nuevo récord, al fin y al cabo. Apenas 1 de cada 3 votantes del PP elige a Feijóo como su preferido para ser el presidente del Gobierno, mientras que la presidenta de la Comunidad de Madrid, que no es candidata, ni se ha postulado como tal, se acerca ya al 20%, a esos 1 de cada 5 votantes. Y, del mismo modo, la distancia entre ambos ha pasado de ser de más de 50 puntos a menos de 20. Pero, ¿y el resto de opciones?
No se decantan por Abascal, Sánchez o Alvise. Están en la desafección, en el hastío o el cansancio ante un Gobierno de Sánchez que continúa después de 7 años, de una pandemia, de una guerra en Europa o de un apagón, a pesar de que sus líderes les dicen, una vez más, que es el una catástrofe para España. Es por esto que la opción «Ninguno/a de ellos/as», al igual que la indecisión, sigue creciendo. Desde el 23J, la suma de ambas ha pasado del 9,8% al 35%.
¿De qué está compuesto Sumar?
Desde que Podemos situó a Irene Montero como su candidata a la Presidencia del Gobierno, a pesar de la sequía electoral en España, el espacio de la izquierda alternativa se ha visto alterado. Ya no es sólo la disputa Sumar-Podemos, ahora Izquierda Unida también reclama su parte. ¿De qué? No está claro, porque este espacio ideológico tiene cada vez menos para ofrecer. No está claro si hablamos de Ministerios, escaños —pues ya no hay muchos—, o de titulares en los medios de comunicación o en las cabeceras de los telediarios.
Ese es el peligro, que la razón de esta disputa se encuentre en la atención que reciben, mientras que la clase trabajadora, que es la que lo está pasando realmente mal, no recibe ni un ápice. En estos momentos, ya hay uno de ellos que opera para que un Gobierno del PP y Vox les permita crecer al calor de la oposición. Más allá de lo dramático de esta situación, si hubiera un segundo ya sería el final para la izquierda y, con ello, para un Gobierno de coalición ‘progresista’ al que, aunque este calificativo se le quede corto muchas veces, no es así en Europa o en el resto del mundo, donde los Trump, Orban o Meloni abundan cada vez más.
Pero, ¿cuál es la composición de Sumar? En la intención de voto —donde importan las siglas—, los votantes de Sumar se dividen entre el propio Sumar (37,9%), Podemos (30,3%) y el PSOE (11,5%). En la preferencia para ser presidente del Gobierno —donde importan el liderazgo, su carisma u otros factores—, los votantes de Sumar se reparten entre Pedro Sánchez (35,1%), Yolanda Díaz (24,4%) o la tríada Irene Montero, Ione Belarra y Pablo Iglesias (14,8%).
En cambio, en la cercanía de un partido a las propias ideas de los votantes de Sumar, estos se reparten entre Sumar (37,2%), Podemos (28,6%), Izquierda Unida (10,6%), Compromís (4,8%) o el PSOE (3,9%). Una muestra de la catástrofe que podrían suponer la división, más aún cuando esta tendría como base los 3 millones de votantes que reunió Sumar en el 23J o, como mucho, unas decenas, que no cientos, de miles de votantes más. De nuevo, el marco estaría centrado en las diferencias entre Sumar, Podemos o Izquierda Unida. Más comunicativas, o de estrategia, que ideológicas. Y, todo ello, sin tener en cuenta el efecto desmovilizador de la división.
La robustez de Vox, un problema para todos
Está claro que no hay una fórmula mágica para combatir a la ultraderecha, ni en España, ni en Europa ni en el resto del mundo. Que se lo digan a los EE UU, que han vuelto a encumbrar a un Trump desbocado. Sin embargo, lo que es realmente llamativo es la robustez de Vox a pesar de todo: su salida de los Gobiernos autonómicos, su apoyo incondicional a Trump, a los aranceles, su ‘no’ a todo en el Congreso de los Diputados…
Lo que es realmente llamativo es la robustez de Vox a pesar de todo... esos 3 millones de votantes siguen siendo los más fieles del panorama político
Después de todo esto, esos 3 millones de votantes siguen siendo los más fieles del panorama político. Ni los del PP, el PSOE o, por supuesto, los de Sumar son tan fieles como los de Vox. Un 75,6% volvería a optar por el partido de Santiago Abascal. Ni Feijóo, ni Ayuso ni SALF han hecho caer esta cifra. En cambio, en el PP sólo repiten un 72% y en el PSOE un 69,8%. Cifras que oscilan, no muy lejos, pero que no llegan a ese 75%.
Así pues, ¿cómo se combate? Desde luego, parece claro que hay que hacer algo; la alternativa ya la conocemos. La pregunta es el ‘cómo’. No vale el abandono, porque de la fortaleza de Vox también depende el Gobierno de coalición. Ya lo expliqué: no es sólo la ‘unidad de la izquierda’. Ante la imposibilidad de disputar esa tercera posición, un Vox fuerte es un problema para todos. Hay que aprender cómo combatirlo de una vez.
Relacionadas
Análisis
Energía El apagón de la liberalización: cómo el mercado eléctrico ha fallado a la ciudadanía
Análisis
Serbia Las movilizaciones en Belgrado y Bratislava: defendiendo una democracia cada vez más incierta
Análisis
Análisis ¿Existe una identidad europea?
Echaba de menos esta pildorita envenenada del señor Solís: “Desde que Podemos situó a Irene Montero como su candidata a la Presidencia del Gobierno, a pesar de la sequía electoral en España, el espacio de la izquierda alternativa se ha visto alterado.”
¡Pero qué me estás contando! Si la sequía electoral en el espacio de la izquierda viene de la falta de liderazgo de Sumar, del escándalo del "Caso Errejón", de la ausencia de una visión a largo plazo en la formación de Yolanda Díaz —que se ha quedado sin base política ahora que IU busca un liderazgo alternativo frente a la cómoda y militarista posición de su formación—, o del fracaso de su estrategia de aproximación al "centro político", además de la debilidad electoral en la que se encuentra por estar situada como socio menor en un gobierno de coalición.
Está bien que seas un politólogo afín a Sumar, pero culpar a Podemos o IU de todos los males del espacio político es errar en el análisis electoral (¿por qué nunca nos muestras quiénes son los que se van del partido? ¿cuáles son los temas cuña de Sumar? ¿por qué nunca hablan del genocidio de Gaza o el programa de "rearm" europe? y por último, ¿por qué nunca haces un análisis electoral de Podemos?)
Con todos mis respetos, esto "En estos momentos, ya hay uno de ellos que opera para que un Gobierno del PP y Vox les permita crecer al calor de la oposición." es una análisis nada riguroso y carente de cualquier seriedad. No es en absoluto profesional. Que cada vez que se habla de la izquierda lo único que el autor haga sea apuntar siempre al mismo lado no deja lugar a duda de sus sesgos y de la falta de objetividad de sus análisis. Para eso que haga los números y los análisis otros. Y por cierto, también tiras mierda a IU por protestar. Coincidencia que nada tendrá que ver con tu sesgo, claro.
Totalmente de acuerdo. Ya podían tener otro analista político de más nivel y con una mirada más innovadora del panorama electoral que para eso ya tenemos a los de El País y El Diario.es