“En el futuro el especismo será tan cuestionado como otras formas de discriminación”

Activistas por los derechos de los animales visitan un matadero con el fin de mostrar el final que padecen los animales criados para el consumo humano. Hablamos con Carlos, portavoz de uno de los colectivos participantes, para que nos explique las motivaciones que hay detrás de esta visita.


La asociación aragonesa por los derechos animales Promoviendo el Veganismo y el fotógrafo Tras los Muros visitaron un matadero de Aragón con el fin de mostrar el final que padecen los animales criados para el consumo humano, que en palabras de los activistas “es el mismo fin, independientemente de si proceden de una granja industrial o ecológica”.

El colectivo aragonés es crítico con las medidas legales que se centran en reducir el sufrimiento de los animales, declarando que “la legislación de bienestar animal puede ser positiva en casos concretos por aminorar parte del dolor y del estrés que padecen los animales, pero seguirá existiendo un alto grado de sufrimiento”, añadiendo además que “considerar que un animal es un recurso económico, de entretenimiento o alimenticio siempre es maltrato animal”.

Desde esta asociación, fundada en Zaragoza en 2009, recuerdan que “la esclavitud animal basada en la ideología especista no difiere de la esclavitud humana apoyada en la mentalidad racista“ y consideran que ”en un futuro cercano el especismo será tan cuestionado como las restantes formas de discriminación”.

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Hablamos con Carlos, portavoz de Promoviendo el Veganismo, para que nos explique los motivos de su visita al matadero y le preguntamos por el vídeo que han elaborado, del que nos cuenta que “muestra el grado de opresión que sufren los animales por una preferencia alimenticia, transmitiendo mediante imágenes el miedo y el dolor de estos animales”. Tal como explica: “Dentro del matadero, también podemos ver al grupo de activistas que han ido a documentar lo que allí ocurre. Sus gestos reflejan la impotencia y la frustración por no poder detener lo que ahí está ocurriendo. Finalmente, ya fuera del matadero, tres de las activistas nos envían un mensaje que empuja a la reflexión y a la lucha por la igualdad”.

¿Qué os hace ir a ver estas imágenes en directo, aún sabiendo lo que ibais a encontrar?
Visitar un matadero no es agradable para cualquier persona empática, menos aun si esa persona considera que lo que está ocurriendo ahí es una injusticia basada en prejuicios. Pero la lucha contra la injusticia requiere de sacrificio personal.

Para quienes queremos mostrar a la sociedad las consecuencias que implican sobre los animales determinados hábitos cotidianos, acceder con cámara en mano a los centros de explotación resulta cada vez más complicado. Nuestra obligación como movimiento es aprovechar el momento y documentar esta realidad mientras sea posible hacerlo.

En ocasiones pensamos que este tipo de documentos son excepciones, que lo habitual es que los animales a los que se explota no sufran, pues estarían protegidos por la legislación... ¿Es puntual este sufrimiento que vemos en algunos vídeos?
Hemos estado en muchos mataderos. Hemos visto cómo matan vacas, cerdos, pollos, conejos, ciervas, perdices, patos, caballos y corderos. Todos son iguales. Lo que ocurrió en la visita de este matadero en concreto no fue excepcional. Pensemos que incluso en el hipotético caso de que los animales pudieran vivir sin sufrir en las granjas, el final sería el mismo, y es éste. Nadie quiere que le maten, aunque sea sin dolor.

Nos desarrollamos como personas en un sistema en el que los animales de otras especies son valorados en función de los beneficios que aportan al ser humano o al ecosistema. Aquellos considerados perjudiciales deben ser eliminados, mientras que los beneficiosos pueden ser explotados. Esa es su función. No se plantea el valor intrínseco de los individuos.

Cuando este sistema nos beneficia, es complicado reconocer nuestros privilegios y asumir que la forma en la que tratamos a los demás animales es injusta y no se limita a casos puntuales, sino que afecta a todos los animales explotados. El 8 de marzo viviremos la primera huelga general feminista de nuestra historia. Al día siguiente, en nuestros trabajos, escucharemos las excusas: “las huelgas no cambian nada”, “es una decisión personal”, etc. Lo mismo ocurre con la cuestión animal. Es más cómodo buscar excusas que hacer esfuerzos. Como activistas debemos utilizar el debate social que generan sucesos especialmente llamativos para mostrar que son la consecuencia de una sociedad especista y que es, por tanto, esta ideología lo que se debe cuestionar.

LEER MÁS: ¿QUÉ SE ESCONDE TRAS LOS MUROS DE LOS MATADEROS?

Hay personas que lo pasan mal al ver imágenes de animales sufriendo pero piensan que es imposible dejar de consumir a otros animales y que la solución es asegurar que se evite el maltrato.
Es un hecho incuestionable que se puede vivir perfectamente sin consumir productos animales. Quienes defienden esta necesidad suelen referirse a épocas prehistóricas o a situaciones en las que nos encontramos sin alimento con un animal en una isla desierta. Pero antes de plantearnos qué haríamos en esas situaciones irreales, debemos reflexionar sobre lo que estamos haciendo en nuestro contexto real.

Cambiar este sistema va a requerir mucho esfuerzo. También es complicado erradicar otras formas de discriminación y opresión como el sexismo, el racismo, la gordofobia, la transfobia o el capitalismo. Esto nos lleva a una pregunta profunda que hace referencia a qué papel creemos que debemos tener en el mundo, si queremos conformarnos con la sociedad en la que vivimos o si queremos transformarla en otra más justa.

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Ahora que la gente comienza a saber lo que hay detrás de la industria cárnica, ¿cuáles serían para vosotros los siguientes pasos para ayudar a los otros animales?
La liberación animal encuentra dos obstáculos importantes en su avance. La mayor parte de la población, consciente o inconscientemente, se beneficia y es partícipe de la explotación animal. Además, en este caso, el grupo oprimido no tiene capacidad de defender sus intereses, sino que depende de la solidaridad de quienes forman parte del grupo opresor. Como consecuencia, nuestro movimiento va siempre un paso por detrás de otros movimientos de liberación, tanto a nivel teórico, como práctico.

La responsabilidad de nuestro movimiento supone que cuestionemos constantemente nuestra forma de presentar los hechos y nuestros argumentos, para propiciar el avance social. Cómo hacerlo de la forma más eficiente posible supone un debate intenso sobre numerosas variables. Abandonar el uso de productos animales es el paso inicial, y a partir de ahí valorar qué capacidades personales podemos aportar para acabar con el especismo, sin perder la transversalidad que nos une a otros movimientos sociales igualitarios de los que muchas veces también formamos parte y debemos aprender.

¿Estáis de acuerdo con perspectivas como la de la filósofa Corine Pelluchon, que afirma que “la lucha contra la explotación animal tiene dos plazos: uno largo, cuya meta es el fin de la explotación, y uno corto en el que hay que tomar una serie de decisiones para mejorar la suerte de los animales y emprender la transición a una sociedad más justa con ellos”?
Es un debate que se ha dado en otras muchas luchas. Por un lado hay quienes defienden que, hasta lograr la igualdad, debemos aceptar cualquier avance en esa dirección. Frente a esta postura hay quienes afirman que estos pequeños avances sirven para evitar cuestionamientos profundos y, por tanto, afianzan la explotación. Desde nuestro punto de vista hay ejemplos válidos que sustentan ambas posturas. Cada avance debe, por tanto, estudiarse de forma aislada, valorando las consecuencias del mismo de la forma más objetiva posible. En cualquier caso, nuestro movimiento nunca puede renunciar a transmitir la idea de que los demás animales (salvo excepciones) también son sintientes y que, por tanto, sus intereses deben ser considerados igual. Debemos encontrar la forma de transmitir a la sociedad que los argumentos contra el especismo son similares a los argumentos contra cualquier otra forma de discriminación.
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Activistas organizan visita a un matadero de Aragón Aitor Garmendia (Tras los Muros) Promoviendo el Veganismo

¿Qué pueden hacer aquellas personas que observan este tipo de imágenes con horror?
Visualizar imágenes de explotación animal no es suficiente si no cuestionamos nuestra parte de responsabilidad en los hechos.
Hay un momento en El cuento de la criada en el que Defred, la protagonista, suplica a una potencial aliada que no sienta pena por ella y que haga algo para acabar con la esclavitud que sufren parte de las mujeres en la sociedad ficticia planteada por Margaret Atwood.
Si los animales que vimos en aquella visita pudiesen hablar en el vídeo, creemos que dirían algo similar: “No lo sientas, haz algo”.

Antiespecismo
Qué es el veganismo
Existe una sensación de que cada vez hay más veganos, pero los hechos son crudos: día a día se incrementa el consumo de cuerpos de otros animales.
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