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Aragón
Rebelión laboral en el mayor matadero de Europa que está en Binéfar
Cientos de horas extra sin pagar, jornadas habituales de diez horas diarias, un ritmo frenético de trabajo que hasta dobla el de otras factorías, gente que se ha llegado a orinar encima por miedo a ir al aseo, recurrentes accidentes laborales por el mal estado de las herramientas de trabajo y una persecución por parte de la empresa hacia aquellos trabajadores que intentan mejorar sus condiciones. Esto es lo que denuncia la plantilla de Litera Meat, que cuenta con unos 1.800 operarios y es propietaria del matadero más grande de Europa, tal y como la compañía lo presenta, en Binéfar. Allí, más del 90% de los operarios son migrantes, lo que Litera Meat aprovecha para explotarles, denuncian los afectados.
La semana pasada llevaron a cabo cuatro días de huelga auspiciada por la sección sindical de la CNT que, sin participar en el comité de empresa, es la que mayor implantación real tiene entre los trabajadores, según defiende la central anarcosindicalista. El éxito de los paros se ha traducido en un aumento de la conciencia entre los empleados, así como de la afiliación. Además, ha supuesto la constatación de que la lucha obrera puede ser fructífera al margen de sindicatos mayoritarios y la patronal, escudada en que solo negociaría con el comité de empresa.
“Llevo 30 años en España y jamás había hecho una huelga. Ahora nos ha tocado defender nuestros derechos, porque la empresa nos trata como a esclavos”, comenta Leandro Pedrera
Leandro Pedrera empezó a trabajar en Litera Meat desde sus inicios, en 2019. Tiene 51 años y procede de Ecuador. Ahora mismo integra la sección sindical de CNT y es el delegado responsable de riesgos laborales. “Llevo 30 años en España y jamás había hecho una huelga. Ahora nos ha tocado defender nuestros derechos, porque la empresa nos trata como a esclavos”, comenta. Él es oficial, así que sabe hacer de todo, como dice. En la actualidad, se dedica a sacar el hueso de las paletillas de los cerdos. “En una jornada puedo sacar unos 1.500 huesos. El problema aquí es que tratamos unos 900 cerdos por hora. Es muchísimo. Yo he trabajado más de una decena en otros mataderos y esa cifra era la mitad”, dice el cenetista. Según sus estimaciones, tratan 20.000 cerdos al día.
Afilar los cuchillos para evitar accidentes
Olger Rueda tiene 49 años, su país natal también es Ecuador y lleva más de cinco años trabajando en Binéfar. La semana pasada también fue la primera vez en su vida que secundó una huelga. “Soy lo que se conoce como cuchillero. Somos los trabajadores que más sufrimos, al pie de la cinta, y hacemos el mismo movimiento cientos de veces al día”, relata.
#LiteraMeatCNT ha servido para demostrar q el sindicalismo de implantación y d acción directa ha sido la única fórmula capaz d unir a la plantilla, animarle a defenderse y actuar frente a la realidad de explotación y el colaboracionismo entre el Comité de Empresa y la directiva pic.twitter.com/TwsFuitPH7
— CNT Huesca (@CNT_Huesca) December 15, 2024
En este sentido, Perera recalca que uno de los grandes problemas a los que se enfrentan es el mal estado de los cuchillos. “Es nuestra herramienta principal de trabajo, y no cortan. Nos hemos llegado a dañar los brazos, tenemos afectaciones en los tendones y los músculos de la fuerza que tenemos que hacer, y encima no nos dejan afilarlos”, denuncia. Asegura que por acercarse a la zona de afilamiento le sancionaron un mes con suspensión de empleo y sueldo, “y eso que fui en mi tiempo de descanso”, apuntilla.
Su compañero Rueda le sigue: “He tenido accidentes laborales, dolores muy fuertes e inflamación de los tendones porque los cuchillos no están bien afilados”. Amalia, responsable de Comunicación en CNT Huesca, denuncia que este tipo de afectaciones son consideradas enfermedad común y no laboral.
Miedo y castigos
El delegado de riesgos laborales de CNT en Litera Meat aduce que la compañía emplea a más del 90% de migrantes. “La mayoría son de África y entienden muy poco el idioma, así que se aprovechan de ellos. Si les falta dinero en la nómina, no se atreven a reclamarlo por miedo a que les echen”, subraya. Además, tampoco tienen libertad para negarse a realizar horas extra: “Hay días que hacemos jornadas de más de 10 horas, incluidos sábados, y si te niegas el jefe te despedirá”, añade Perera.
“Aquí hemos tenido compañeros que se han llegado a orinar encima por miedo a que le echaran si iba al baño”, denuncian desde CNT
El miedo cunde en la plantilla. “Utilizan las sanciones para infundir temor”, sostiene el propio Perera. Y Rueda completa: “Dentro de la empresa lo que la gente tiene es miedo, y trabajan por miedo a que les despidan o sancionen”, defiende. Ese temor que infunde Litera Meat es el que hace que muchos operarios ni siquiera reclamen las horas extras que les adeudan. “Hace poco asesoré a un compañero al que le debían unas 600 horas extra en un solo año”, asegura el mismo Rueda.
Por otra parte, él también acabó expedientado por la empresa porque fue al baño. “Dijeron que había abandonado mi puesto de trabajo, pero yo no puedo estar horas esperando a que el encargado me autorice ir al servicio”, confiesa. El sistema es algo bizarro, pues cualquier operario que tenga la necesidad de ir al aseo debe avisar al jefe de turno, que le relevará. “A veces tarda horas en llegar ese relevo, y si tienes la necesidad no puedes esperar demasiado. Aquí hemos tenido compañeros que se han llegado a orinar encima por miedo a que le echaran si iba al baño”, prosigue.
Amalia, por su parte, reitera que “el clima hostil y autoritario de la empresa hace que haya mucho miedo a despidos o sanciones por cosas tan básicas como tener que ir al aseo”. De hecho, CNT denuncia que la empresa, a partir del segundo día de huelga, empezó a llamar individualmente a sus trabajadores para amenazar con el despido si al día siguiente no entraban a la factoría, por lo que el tercer día de paros tuvo un menor seguimiento.
La huelga como presión
Rueda, que formó parte del comité de huelga, confirma que los paros fueron apoyados, sobre todo, por los cuchilleros, aquellos que desempeñan el trabajo más duro en Litera Meat. “Cuando la empresa nos dejó entrar en las instalaciones el tercer y cuarto día vimos que había líneas enteras sin personal”.
“Los dos primeros días Litera Meat no dejó al comité de huelga entrar en la factoría a supervisar las instalaciones cuando era su derecho, incluso con la presencia de la Guardia Civil”, apuntan desde CNT
Amalia valora muy positivamente la huelga, con una media de un 70% de seguimiento los cuatro días. “Los dos primeros días Litera Meat no dejó al comité de huelga entrar en la factoría a supervisar las instalaciones cuando era su derecho, incluso con la presencia de la Guardia Civil”, apunta. Cuando al tercer día lo consiguieron, el comité de empresa percibió que había habido gente trabajando. “Intentaremos demostrar que, al final, entraron operarios de otras empresas, porque eso es ilegal. Hemos pedido las grabaciones de seguridad, a ver si nos las conceden”, desea Perera.
Mismo mensaje de patronal y comité
El paro convocado por CNT también ha levantado ciertas suspicacias en el comité de empresa, compuesto por UGT, OSTA y, mayoritariamente, CC OO. “Ellos siempre están a favor de la empresa. Todo lo que firman ni siquiera nos lo trasladan a los trabajadores. Además, nunca intentan defender a los empleados de las sanciones injustas que nos pone Litera Meat”, opina Perera, quien aclara que la CNT posee mayor afiliación real, con más del 10% de la plantilla, que cualquier otro sindicato en la compañía a pesar de no participar en las elecciones sindicales ni el comité de empresa.
Rueda se queja de que los integrantes del comité de empresa “no sufren las condiciones laborales en las que trabajamos la plantilla porque ninguno de ellos está en primera línea con el cuchillo como nosotros”. No solo deben luchar contra los sindicatos mayoritarios, sino contra una patronal que nunca ha aceptado a CNT como interlocutora. “Llevamos cuatro años con la sección y ya hemos llevado muchos casos de despidos y expedientes. Es a nosotros a quien acuden los trabajadores, no al comité, alineado totalmente con los intereses de la empresa”, señala Amalia.
Desde CC OO Industria de Aragón publicaron un comunicado el segundo día de huelga distanciándose de los paros y criticando que “CNT no se rige por las normativas legales establecidas para los sindicatos”
Desde CC OO Industria de Aragón publicaron un comunicado el segundo día de huelga distanciándose de los paros y criticando que “CNT no se rige por las normativas legales establecidas para los sindicatos”, extremo desmentido tanto por Amalia como por la pura constatación de los hechos, ya que, si la central anarcosindical no se rigiera en base a la ley, difícilmente la Inspección de Trabajo accedería a sus demandas, como sí ha ocurrido en numerosas ocasiones.
Preguntados por las acusaciones vertidas por estos trabajadores y la CNT hacia Litera Meat, la compañía se remite a los comunicados publicados durante los cuatro días de huelga, en los que apoyan la tesis sustentada también por CC OO. Asimismo, defienden que la empresa “sigue un plan de prevención de riesgos laborales”, así como que cuenta “con un área específica de afilado de cuchillos compuesta por 10 personas encargadas exclusivamente”, de ello. En cuanto al seguimiento de la huelga, la empresa niega las cifras aportadas por CNT y reduce a “prácticamente nulo” el seguimiento de la protesta las dos últimas jornadas.
En cuanto al ritmo de trabajo, Litera Meat concluye que “la automatización y avanzada tecnológica que ha implantado en equipamientos e instalaciones permite una velocidad constante de producción acorde a un alto nivel de eficiencia y que, a su vez, ha sido previamente aprobada por el plan de prevención de riesgos laborales”.