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Argentina
Ni el intento de magnicidio detiene el acoso mediático contra Cristina Fernández de Kirchner
A la espera de saber más del atentado que casi le cuesta la vida a Cristina Fernández de Kirchner a las puertas de su casa en Buenos Aires, la política en Argentina puede sintetizarse así: una permanente crisis inflacionaria y cambiaria desatada en 2018 durante el mandato de Mauricio Macri (la medición anual ha subido hasta el 71%), una severa petición de pena de cárcel contra Cristina Fernández por beneficiar durante años a un constructor —que no arroja pruebas de que la vicepresidenta se enriqueció— y un enloquecido panorama mediático con más de media docena de canales atronando noticias 24 horas, la mayoría contrarias al oficialismo. La hostilidad que no se ha detenido después del intento de magnicidio.
El histrionismo, que se palpa en la calle, con mayor o menor virulencia según el baremo socioeconómico del barrio, lo resumió el presidente, Alberto Fernández, en un mensaje televisivo a la nación: “Es urgente que la Justicia esclarezca los hechos y que la sociedad toda, en especial la oposición y los medios de comunicación, reflexionen acerca de las nefastas consecuencias de la propagación de los discursos de odio y cesen de inmediato la producción y reproducción de esos mensajes contra la vicepresidenta”. Un decreto de urgencia, aprobado por el Gobierno, ha declarado este 2 de septiembre día festivo en todo el país y se espera unir a todos los argentinos en favor de la “defensa de la paz y la democracia”.
La alusión a la propagación del odio no era casual. Irónicamente, el atacante, Fernando André Sabag Montiel (35 años), nacionalidad argentina, origen brasileño y ataviado de tatuajes neonazis según las primeras informaciones, apareció recientemente en dos directos de Crónica, uno de los canales más sensacionalistas del país. El presunto autor del atentado tiene denuncias por violencia de género, tres acusaciones por maltrato animal y fue detenido por tenencia de un cuchillo de dimensiones no autorizadas.
"Su intención, creo, que era matarla, pero lamentablemente no ensayó antes", dice el "mejor amigo del atacante de CFK" en Telefe, uno de los canales de televisión argentina con mayor audiencia. Si le abrís el micrófono a fachos, también sos cómplice por promover su discurso. pic.twitter.com/p1nfOqYjdA
— Bruno Sgarzini (@brunosgarzini) September 2, 2022
A Sabag Montiel se le encasquilló el arma, una Bersa Luber 84 con calibre de 7 milímetros, una “pistola de bolsillo” con cinco balas: varios testigos escucharon dos gatillazos, que habrían supuesto un casi seguro crimen a bocajarro contra CFK. El caso está en manos de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, que sigue la línea principal de que se trata de un crimen inducido por discursos de odio, de un individuo politizado y con antecedentes de maltrato. Según el diario Página 12, una de las línea de investigación una de las líneas de investigación apunta a una de las organizaciones de narcos brasileños. A falta de esclarecer si el hombre, supuestamente un transportista de origen humilde, actuó solo o conchabado, lo cierto es que los medios y la oposición mantienen la tensión. A mediodía, en Telefe, aparecía un hombre presentado como el “mejor amigo” del atacante para declarar que “lamentablemente no ensayó antes".
Más leña al fuego
“El presidente se equivocó con su mensaje”, se apresuraron a censurar los tertulianos de Todo Noticias, del Grupo Clarín, el noticiero más seguido y opositor al kirchnerismo. En el plató de TN, los periodistas e invitados se han referido a la “polarización” para explicar el momento, cuestionan la permanencia en su puesto del ministro de Seguridad del país, Aníbal Fernández, y a esta hora siguen lanzando sospechas por los réditos del atentado a la vez que cuestionan que Cristina siguiera saludando a sus acólitos y firmando autógrafos tras estar a punto de ser asesinada. El mismo doble movimiento ha podido verse, desde primera hora de la mañana, en los marcos discursivos de la televisión pública española (TVE) y en el resto de canales privados, como La Sexta.
La presidenta de Propuesta Republicana (PRO, el partido de Macri), Patricia Bullrich, acusó al presidente Alberto Fernández en redes sociales de “jugada política”
Ceferino Reato, en LN+ (canal del periódico La Nación, abiertamente antikirchnerista) habló de un “impacto político positivo” para Cristina. “Me van a decir que no hay que especular con estas cosas, pero somos todos grandes y en el lugar de la víctima aparece ahora Cristina Fernández”.
La presidenta de Propuesta Republicana (PRO, el partido de Macri), Patricia Bullrich, acusó al presidente Alberto Fernández en redes sociales de “jugada política”. “El presidente está jugando con fuego (sic): en vez de investigar seriamente un hecho de gravedad, acusa a la oposición y a la prensa, y decreta un feriado para movilizar militantes. Convierte un acto de violencia individual en una jugada política. Lamentable”.
La dirigente del PRO, que encabeza el ticket electoral para 2023 ha dado “me gusta” a distintas publicaciones en Twitter que tildan de “opereta” y “circo” los hechos, hablan de “victimización” y critican el decreto como feriado la jornada del 2 de septiembre.
Apoyo a CFK
Las palabras de Bullrich dejan entrever una realidad: tanto en América Latina como en Argentina aún se mantiene una gran movilización en favor del Ejecutivo, o de la parte más socialista del mismo, encarnada por CFK. Durante los directos televisivos que sucedieron al lamentable acontecimiento, los partidarios de la vicepresidenta cargaron contra los principales grupos mediáticos sin contemplaciones.
Otro ejemplo: sin dilación, las centrales sindicales CGT o CTA han convocado movilizaciones. Han quedado suspendidos todos los partidos de fútbol argentino. Y el Partido Justicialista, al que pertenece Fernández de Kirchner, ha cancelado los actos en los que esta iba a participar.
Las muestras de apoyo se sucedían desde hace días a raíz de la petición de cárcel del fiscal Diego Luciani. Desde entonces el kirchnerismo se ha movilizado frente a la casa de Cristina en el barrio de Recoleta, el lugar de los hechos de ayer. La denuncia del “lawfare” ha contado con el apoyo de otros líderes regionales progresistas, al tiempo que la tensión se incrementaba en la ciudad rioplatense. Causó gran revuelo la carga policial propiciada por la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, controlada por el opositor Horacio Fernández Larreta, y que se saldó con varios heridos, entre ellos Máximo Kirchner, el hijo de la vicepresidenta.
Máximo Kirchner fue muy criticado el 31 de agosto cuando aseguró que la oposición “está viendo quién mata al primer peronista”. Unas palabras casi premonitorias que ilustran el “lawfare” al estilo argentino, como lo denominan los expertos en política, una locura mediática, judicial y política en la que está sumida el país hispanohablante más extenso del planeta.
#AHORA 🔴 | Miles de personas se empiezan a congregar en distintos puntos de la Ciudad. Se movilizarán a Plaza de Mayo en defensa de la democracia tras el ataque a Cristina pic.twitter.com/C9GHs9ovV3
— Barricada ★ TV (@barricadatv) September 2, 2022
Persecución por todos los medios
Un grupo de académicos de la Universidad Nacional de La Matanza, situada en San Justo, provincia de Buenos Aires, tildaba recientemente en un artículo científico al movimiento generado en las últimas semanas contra CFK como “derecho procesal penal creativo”, en referencia a la utilización de institutos propios del derecho civil y comercial para la persecución penal.
En ese mismo sentido, aunque no ha habido aún juicio y los hechos que se imputan a CFK podrían equipararse a los de José Antonio Griñán —condenado por prevaricación y malversación sin haberse enriquecido—, a finales de agosto el diputado macrista Francisco Sánchez afirmó por Twitter que los actos de Cristina “merecen la pena de muerte, no una liviana prisión domiciliaria.”
El enemigo son los intentos de reforma estructural. Un situación, se dice entre la academia crítica, que no es gratuita o fortuita: “los poderes concentrados saben jugar su rol en la historia y allí están, en la batalla permanente, utilizando los resortes disponibles en medios de comunicación tradicionales y digitales, en sectores del Poder Judicial, en redes subterráneas de inteligencia e infiltración, con movimientos de los grandes empresarios que pretenden disciplinar a gobiernos y trabajadores y condicionando al Estado, para reducirlo a un mero administrador sin injerencia real en favor de las mayorías postergadas”. Fuera del ruido informativo, esa era la mano que empuñaba el arma que ha disparado a Kirchner la pasada noche en Argentina.