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Empresas autonómicas de capital riesgo
CRM destinó 1,5 millones de euros a una empresa cuando un primo de Esperanza Aguirre entró en su accionariado
La empresa de capital riesgo madrileña Capital Riesgo Madrid perdió 1,3 de los 1,5 millones de euros que invirtió en la empresa textil Suprasport coincidiendo con la entrada de Esperanza Aguirre en el Gobierno de la Comunidad de Madrid.
La empresa Capital Riesgo Madrid (CRM), de capital mayoritario de la Comunidad de Madrid, destinó 1,5 millones de euros en Suprasport, una empresa textil, el mismo año en el que entraba en esta Claudio Aguirre, primo de la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre y alto ejecutivo de la compañía norteamericana Merrill Lynch en España.
Según se desprende de la investigación realizada en colaboración con el Observatorio CODE, la entrada de la entidad de capital riesgo madrileña en la empresa textil tuvo lugar en 2001, a pesar de que Suprasport mostraba pérdidas en las cuentas de los años anteriores. La empresa perdió casi la totalidad del importe aportado en Suprasport, que en 2004 entró en concurso de acreedores.
Suprasport SL, que fue comercializadora de la marca Fumarel, fue fundada en marzo de 1994. Un año después entró en la empresa, en calidad de administrador único, Cosme Domecq Gandarias, casado con Mercedes Marti Sargatal, con la que se va alternando en la administración de la sociedad.
Hasta el año 2000, el capital de la empresa pasó del millón a los 100 millones de pesetas (600.000 euros). Este capital fue aportado por la sociedad Loginter —de la que Cosme Domecq era administrador único— y por el propio Cosme Domecq, que compensó las deudas que Suprasport tenía con él por importe de unos 480.000 euros. Posteriormente, se incorporaron otros empresarios a la sociedad, entre ellos Bruno Gómez-Acebo Borbón —hijo de Pilar de Borbón, cuyo nombre apareció en la investigación de Los papeles de Panamá—, quien aportó 192.000 euros, también mediante la compensación de deudas.
2001 sería el año clave en la empresa. Hasta entonces, las cuentas de esta textil daban pérdidas, aunque no alarmantes. De los 28,7 millones de pesetas en pérdidas en 1999 (172.431 euros) se pasó a los 6 millones el año siguiente (35.567 euros). En esos años Suprasport tenía un contrato con el Comité Olímpico Español hasta 2003 por el que la marca Fumarel vistió en el año 2000 a los deportistas españoles que acudieron a Sídney —esa chaqueta roja que portaba el entonces olímpico Iñaki Urdangarin— cobrando la ropa a precio de coste o menos —si el precio de mercado era menor—.
Según aparece en el certificado literal de la empresa, en septiembre de ese año se hizo una nueva ampliación de capital por cerca de otros 60 millones de pesetas (360.607 euros). En esta ocasión, la ampliación se hizo mediante la emisión de 59.715 participaciones de 1.000 pesetas cada una (6 euros), pero con una prima de emisión —sobreprecio a pagar— por participación de 7.289 pesetas (43,81 euros), por lo que el capital total que llegó a la empresa ascendió a 3,1 millones de euros. Fue entonces cuando entraron en el accionariado de la empresa Pedro y Fernando Domecq, Ramón Cerdeiras, Luís Sebastián de Erice Sánchez Ocaña y Hernán Cortés —cada uno de ellos con 25 millones de pesetas (150.253 euros)—, la Corporación Financiera Guadalmar y Saitor SA —de la familia Sainz de Vicuña, otra de las grandes fortunas españolas con, entre otras cosas, la explotación de Coca-Cola Iberia; se hicieron con participaciones de Suprasport por valor de 70 millones de pesetas (420.708 euros)— y, por último, Claudio Aguirre —con 50 millones de pesetas (300.506) — y CRM, con 250 millones de pesetas (1,5 millones de euros). Todos sufragaron las aportaciones mediante las deudas que Suprasport tenía con ellos a excepción de CRM, que aportó el dinero en efectivo. En las cuentas de la sociedad madrileña de capital riesgo del 2002 aparece escrito que Suprasport, que había presentado pérdidas en los años anteriores, no había sido auditada a la hora de hacer la inversión.
La entrada de Claudio Aguirre en Suprasport mediante la aportación de 300.000 euros estaba vinculada con la elaboración, por su parte, como presidente de Merrill Lynch en España, de un plan de negocio para la empresa, que era la contraprestación por las participaciones, según aparece citado en una sentencia emitida por la Audiencia Provincial de Madrid en julio de 2008.
En septiembre de 2001, el mes de la entrada de CRM en Suprasport, llegaron a la Consejería de Hacienda y Administración Pública de la Comunidad de Madrid Juan Bravo Rivera —ex mano derecha de Gallardón, desde 2016 presidente de ADIF e imputado en el caso Lezo— y Enrique Ossorio como viceconsejero —actual portavoz del PP en la Asamblea de Madrid y de quien desde Anticorrupción han planteado también su imputación en el marco del caso Lezo—.
Según ha afirmado a El Salto Cosme Domecq, la entrada en la sociedad de CRM no estuvo relacionada con la de Claudio Aguirre: “Yo fui a ver a bastantes fondos de inversión y a CRM le gustó el proyecto”. Domecq explica que la negociación con la entidad de capital riesgo madrileña fue bastante dura y esta rebajó a una tercera parte la valoración de la empresa respecto a la realizada por Merrill Lynch. “Merrill Lynch valoró a la compañía con los contratos que tenía. Pero CRM fue muy serio en la negociación y bajaron tres veces el valor que se estaba solicitando. Fue una negociación muy dura y marcaron el precio además de entrada de otros inversores”.
En las cuentas de 2002, las pérdidas de la empresa aumentaron por encima del millón de euros. Aunque en 2003 disminuyeron a los 318.126 euros, en 2004 volvieron a multiplicarse las deudas hasta alcanzar los 1,77 millones de euros y declararon el concurso voluntario de acreedores.
Domecq asegura que los problemas en Suprasport llegaron porque, a pesar de que la compañía iba cumpliendo el plan de negocio marcado, los bancos no accedieron a dar los préstamos con los que contaban. “Eso provoca una ampliación de capital, que suscribe el señor Aguirre pero luego no la desembolsa porque exige el control de la compañía teniendo un 5%”. Desde El Salto hemos intentado contactar con Claudio Aguirre pero, hasta ahora, no ha dado respuesta.
No defendió su propio capital y ahí es donde coincide el cambio de gobierno de la Comunidad
CRM no suscribió la ampliación de capital. “No defendió su propio capital y ahí es donde coincide el cambio de gobierno de la Comunidad”, afirma Domecq. Explica que, al entrar Esperanza Aguirre en el Gobierno de la Comunidad de Madrid, se cambió todo el equipo de CRM. “Echaron a todo el equipo anterior y el nuevo, en vez de defender el dinero público ya invertido, lo que hizo fue quitar el tope de inversión y con el dinero nuevo, sin límite, hacer inversiones en compañías nuevas y dejan tiradas a todas las anteriores. Las anteriores empiezan a tener pérdidas y problemas, y las nuevas no dan pie con bola. Y se hunde CRM, que estaba absolutamente quebrada”.
Las participaciones de CRM fueron vendidas a Cosme Domecq por 150.000 euros cuando Suprasport ya estaba en suspensión de pagos mediante un contrato que contemplaba el pago repartido en cinco pagarés y que incluía una cláusula penal por la que, ante el impago de alguno de estos pagarés, CRM mantenía lo ya cobrado y recuperaba las participaciones. “¿Cómo se resuelve? se impaga uno de los pagarés y ellos se vuelven a quedar con las acciones”, añade Domecq, quien señala que CRM jamás reclamó ni pasó el cobro de los pagarés. Aun así, en 2012 le presentaron una demanda. “Yo creo que fue para hacer el paripé por todas las cosas que habían hecho, por eso presentaron esta demanda, que no tenía pies ni cabeza”, concluye.
CRM se creó en 1997 por el gobierno regional de Alberto Ruíz-Gallardón. Su capital estaba aportado en un 49% por la Comunidad de Madrid, en un 35,11% por Caja Madrid, en un 15% por la Cámara de Comercio e Industria de Madrid y el 0,89% restante por la Confederación empresarial de Madrid CEOE. Desde 2001 su gestión recayó en Avanza, una sociedad creada exclusivamente para ello por Caja Madrid. Aunque no hay datos disponibles de su remuneración en los primeros años de actividad al frente de CRM, según aparece en una querella presentada por el Observatorio CODE y el sindicato CGT, entre los año 2006 y 2010, Avanza cobró sumas anuales de entre 500.000 y 800.000 euros más dietas por la gestión de la empresa de capital riesgo de la comunidad.
Entre 2006 y 2011, según denuncian CGT y Observatorio CODE en la querella, CRM —junto a Inicap, otra entidad de capital riesgo de capital mayoritario de la Comunidad de Madrid— invirtió, y perdió, hasta 60 millones de euros en varias empresas, entre las que destacan las empresas textiles de alta costura de los grupos Nupcial Novissima y Artesanos Camiseros, relacionados con los diseñadores Javier Larrainzar, Miguel Palacio y Elio Berhanyer, y los gimnasios GoFit. La querella apunta a una trama de corrupción en la que acusa de delitos de malversación de fondos públicos a un centenar de personas relacionadas con CRM, las empresas beneficiarias de sus aportes económicos y Avanza, entre las que se incluye a Javier López Madrid, varios de los condenados en el caso de las Tarjetas Black e imputados de la Púnica.
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