Brasil
Brasil, los otros genocidios

El presidente Jair Bolsonaro nunca lo ha ocultado y ha llegado a poner públicamente en duda el carácter de seres humanos de los pueblos indígenas.

COP25 acción barco extinction rebellion
Imagen de la protesta a las puertas de la COP25 este lunes a mediodía. Foto: Agisilaos Koulouris

Mugarik Gabe

18 feb 2020 10:20

Recientemente se conmemoró el 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. A la par de ello, se recordaba y rechazaba, una vez más, el intento de genocidio del pueblo judío a manos del nazismo. La parte negativa es que, una vez más, quedaron ocultos otros genocidios que el régimen nazi pretendió durante esos años, como es el caso del pueblo gitano, la comunidad homosexual o los grupos políticos de izquierda.

Posiblemente, el hecho de que estos últimos nunca fueron un lobby político y económico potente está en la base de la explicación de ese olvido continuo a favor del pueblo judío. Pero esa es otra historia.

Lo que ahora nos preguntamos es si dentro de 75 años, quienes entonces caminen por el planeta, tendrán que conmemorar, u olvidarán también, el genocidio de los pueblos indígenas de la Amazonía brasileña. Hay que recordar que son también pueblos sin fuerza política ni económica y, quizás por eso, posiblemente también condenados a la invisibilidad. Sin embargo, la Amazonía se está convirtiendo, con la indiferencia del mundo, en el territorio de un nuevo genocidio. El campo de concentración ahora se llama espacio amazónico y tiene las dimensiones de la inmensa selva que hace de Brasil el quinto país más grande del mundo. El primero en cuanto a la biodiversidad que contiene, que algunos la ven solo como riqueza material. Pero también, el estado que hoy es ya la primera economía de América Latina y la sexta del mundo. Todo ello, ambición económica y potencial biodiversidad hacen que el gobernante ultraderechista Jair Bolsonaro pretenda constituir la selva amazónica como una mezcla de enorme mina a cielo abierto, grandes hidroeléctricas e inmensos campos para la agroindustria (soja, palma…) y ganadería extensiva. Traducido por lo tanto en campo de negocios, luego, campo de exterminio para sus habitantes que no comulgan con esa visión desarrollista.

Los pueblos indígenas son prescindibles en la economía de mercado. Ocupan demasiado espacio, generalmente muy rico en biodiversidad (no solo variedades vegetales y animales, sino también recursos mineros, agua, hidrocarburos, forestales y un largo etc.) y, por lo tanto, obstruyen el desarrollo de un país como Brasil.

El grado de destrucción sería tal que en pocos años podríamos hablar no solo de genocidio, sino también de ecocidio, es decir, de la destrucción ambiental del territorio amazónico

Y a esa visión única economicista de la ultraderecha y derecha brasileña se le suma el racismo exacerbado que gran parte de las mismas tienen en su ADN político y social. El presidente Jair Bolsonaro nunca lo ha ocultado y ha llegado a poner públicamente en duda el carácter de seres humanos de los pueblos indígenas. Pero su racismo no solo lo muestra mediante frases inaceptables o insultos sino, lo que es peor aún, lo lleva a la práctica atacando directamente los derechos de estos pueblos en sus territorios reconocidos por la misma legislación brasileña.

Entre las últimas medidas que pretende aprobar y desarrollar está el hecho de permitir la minería y la extracción petrolera, así como los cultivos agroindustriales en las llamadas reservas indígenas que no son sino los territorios de estos pueblos, lo que ha empezado con la quema y tala descontrolada del bosque en este pasado verano. Es fácil imaginar el nivel de devastación de la selva amazónica que esto supondrá y que ya avanza mediante la destrucción de la masa forestal, el agotamiento de la tierra, la apertura descontrolada de carreteras, la contaminación (petróleo, mercurio y otros metales pesados) de aguas y tierras, la desaparición de especies animales y vegetales. El grado de destrucción sería tal que en pocos años podríamos hablar no solo de genocidio, sino también de ecocidio, es decir, de la destrucción ambiental del territorio amazónico.

Bolsonaro acaba de proponer a un evangelizador de indígenas como responsable coordinador del organismo oficial que define las políticas hacia los pueblos indígenas y que tiene un departamento específico para los pueblos aislados

Para completar este panorama de ataques desenfrenados contra la naturaleza y los pueblos que en ella habitan, otra de las últimas medidas del gobierno brasileño tiene que ver con los pueblos indígenas aislados o de reciente contacto. En la enorme extensión que es la Amazonía aún hoy viven pueblos no contactados o en aislamiento voluntario. En el caso de Brasil, la Fundación Nacional del Indio (Funai) que es el organismo oficial que define las políticas hacia los pueblos indígenas, tiene un departamento específico para estos pueblos aislados.

Pues bien, Bolsonaro acaba de proponer a un evangelizador de indígenas como responsable coordinador de dicho departamento. Como han denunciado múltiples organizaciones y cualquiera puede entender, es aplicar el famoso dicho popular de poner al zorro al frente del gallinero. Ricardo Lopes Dias ha trabajado durante muchos años con la fundamentalista Misión de Nuevas Tribus, organización evangélica estadounidense tristemente famosa en toda América Latina. Continuamente denunciada por servir a los intereses de la política exterior norteamericana y con graves actuaciones e irrespeto hacia los derechos de los pueblos indígenas, lo que ha conllevado incluso su expulsión de algunos países (Venezuela) o acusaciones internacionales de llevar adelante auténticas ”cacerías humanas” (Bolivia y Paraguay) ocasionando muertes y, desde luego, lo que se puede calificar como auténticos etnocidios (destrucción de la cultura de un pueblo).

Y así, para desgracia de la Amazonía, de Brasil y del mundo reunimos un trío de muerte (genocidio, etnocidio y ecocidio) altamente concentrado en el llamado “pulmón verde del planeta”. Pero mientras todo esto no dañe la economía de mercado las élites políticas y económicas seguirán mirando para otro lado, tal y como hace 75 años hicieron las de la Alemania nazi. Como señalábamos anteriormente el desarrollo económico sigue primando en las políticas neoliberales y, aunque los discursos políticos tratan de convencernos de que hay preocupación por los derechos humanos o por la crisis climática, la realidad nos muestra la falsedad de los mismos. Brasil, junto a otros grandes países, responsables directos de la contaminación y la consiguiente destrucción ambiental que ya sufrimos, dijo que no acudiría a la última COP25, celebrada en Madrid, y no pasó nada. Incluso a los que acudieron, pese a su retórica, les costó enormemente alcanzar algunos pequeños acuerdos que no enfrentan la emergencia que ya es la crisis climática. Por eso, por hipocresía, asistimos al genocidio de los pueblos indígenas de Brasil que como el intento que fue del pueblo gitano en la Alemania nazi, quedará olvidado, invisibilizado. El ecocidio de la Amazonía, quizás si tendrá alguna declaración grandilocuente más, pero para entonces también para la naturaleza será tarde.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Brasil
Brasil El Gobierno Lula, prisionero de las maniobras del Congreso brasileño
Los líderes de los partidos de centro celebran la elección de los presidentes del Congreso y el Senado como una clara demostración del poder ampliado que poseen sobre el Gobierno para aumentar su influencia sobre los fondos públicos.
Brasil
Ana Carolina Lourenço y Fabiana Pinto “Organizar la imaginación es la lucha de nuestro tiempo”
En la vanguardia de los movimientos que plantaron cara a la extrema derecha bolsonarista, las mujeres negras cuentan con una largo recorrido en la disputa política brasileña. Un libro recoge su genealogía y sus miradas para el futuro.
Investigación
Investigación Varios refuxiados denuncian á ONG Rescate Internacional por explotación laboral e agresión sexual
A Garda Civil investiga o centro de Mondariz-Balneario tras varias denuncias por parte de voluntarios migrantes que aseguran traballar sen contrato a cambio de 50 euros semanais. A ONG xestiona 1.700 prazas do programa estatal de acollida.
Galicia
Galicia A Xunta aprobou a celulosa de Altri argumentando que a súa cheminea de 75 metros sería “icónica”
O Informe de Patrimonio Cultural, favorable á multinacional, emitiuse con base en dúas encargas externas, contratadas e pagadas pola empresa ao ex presidente e ao actual tesoureiro de Icomos-España.
Educación
Educación Protocolos éticos en espacios educativos: ¿qué dicen sobre el abuso de poder?
La asociación de referencia para las escuelas gestalt acaba de aprobar un protocolo para detectar y abordar del abuso de poder. Otros ámbitos educativos cuentan con documentos éticos sobre este asunto.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Madrid
Movimiento estudiantil Vuelve la acampada universitaria por Palestina y contra el asedio de Gaza por parte del Estado de Israel
Los estudiantes vuelven a acampar en campus de la Universidad Complutense en protesta y contra el genocidio palestino que “ha continuado y se ha intensificado”. Acusan de “inacción” al Gobierno español y exigen detener el rearme europeo.
LGTBIAQ+
Informe Estado del Odio Las agresiones físicas y verbales a personas LGTBI+ se han duplicado en el último año
El informe Estado del Odio: Estado LGTBI+ 2025 revela que el 20,3 % de las personas LGTBI+ encuestadas ha sufrido acoso. La discriminación en ámbitos como el empleo, el acceso a servicios o la vivienda, alcanza al 25,25 % del colectivo.
Más noticias
Personas sin hogar
Personas sin hogar “No todos somos conflictivos”: la otra cara de los sintecho en Barajas
Las personas que “viven” en el aeropuerto de Barajas, como en tantos otros, son el reflejo de un problema de fondo: el aumento constante del sinhogarismo ante el encarecimiento del acceso a la vivienda.
Eléctricas
Eléctricas Aagesen descarta el ciberataque y sitúa la desconexión que llevó al apagón en Granada, Badajoz y Sevilla
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica explica en el Congreso que siguen investigando, pero avanza que no fue un problema de cobertura ni de reserva. El Ejecutivo no ha detallado qué tipo de energía fue la que falló.
València
València La instrucción de la dana determina que Pradas y Argüeso cometieron una “grosera negligencia”
La magistrada Ruiz Tobarra resalta en un auto la inoperancia de la ex consellera y el ex secretario de emergencias, y califica como “absurdas” sus explicaciones sobre el retraso del sms.
Opinión
Opinión Por qué es vital que el mundo (y Europa) se desarme
Mientras buena parte de los políticos mundiales nos hablan de las amenazas que suponen los Otros, la conclusión en el campo de la ciencia climática es que los problemas del siglo XXI son consecuencia del modo de vida desmesurado del mundo occidental.

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Uruguay
Muere Mújica Muere José Mujica: el descanso del guerrero
La muerte de Pepe Mujica hará aumentar sin duda la leyenda que rodeó durante tantos años al viejo guerrillero tupamaro convertido en presidente de Uruguay, pero no todos serán elogios.
Pensamiento
Michael Hardt “La respuesta a Trump no debe ser volver a la normalidad”
Pensador estadounidense y colaborador de Antonio Negri en algunas de sus mejores páginas, el filósofo Michael Hardt ha seguido dedicando su trabajo a la idea y a las prácticas del común.