Rojava
De vuelta a casa

Sentía el regreso a la “modernidad” de las calles asfaltadas, las tiendas por doquier y las casas sin boquetes de bala no como una extraña que vuelve a un lugar que no reconoce, sino como aquella que vuelve a su casa, con todas sus cosas buenas y sus cosas malas, pero que no puede distanciarse de ellas, sino que en ellas se reconoce, a ella y a su historia colectiva.

8 sep 2020 21:19

No recordaba que en mi ciudad el sonido de las campanas de la iglesia se confundía tan a menudo con el sonido envolvente del queroseno quemando de los aviones que la sobrevolaban. Quizás por el coronavirus han reajustado los vuelos y ahora pasan más por aquí, pensaba.

Echaba de menos el sonido de las campanas, a pesar de mi incredulidad y de la carga histórica y demasiado actual de represión, misoginia y robo del pueblo por parte de la Iglesia. Pero no todo es blanco ni negro, y ahora, después de tanto tiempo escuchando unos cantos religiosos que ni entendía ni reconocía, me resultaba, como poco, uno de los detalles de los que se conformaba la realidad que me hacían sentir que había “vuelto a casa”.

Después de más de un año fuera, me sorprendía que fuera de esto, pocas cosas me sorprendían. Al final, son muchos años viviendo en una ciudad europea -a pesar que se sitúe en un sur mediterráneo bastante alejado del ideal europeísta, del sueño del capitalismo del bienestar-, y apenas uno en Oriente Medio. Sentía el regreso a la “modernidad” de las calles asfaltadas, las tiendas por doquier y las casas sin boquetes de bala no como una extraña que vuelve a un lugar que no reconoce, sino como aquella que vuelve a su casa, con todas sus cosas buenas y sus cosas malas, pero que no puede distanciarse de ellas, sino que en ellas se reconoce, a ella y a su historia colectiva. Pero claro, cómo no iba a reconocerme habiendo crecido aquí, teniendo todos sus elementos enraizados, que me han dado forma a mí y a mi manera de entender el mundo.

Desde las ventanas del autobús dirección al sur, estallaba ante mi vista el verde que tanto habíamos echado de menos en Rojava. Y qué reencuentro más bonito, cuando lo haces con aquello que nos pertenece a todas.

Del viaje de vuelta, recuerdo perfectamente el momento de entrar en el territorio nacional, que no coincidía con la frontera estatal, precisamente, ni tampoco era una línea ni un segundo exactos. Salses, Elna, Argelès, Colliure, Portbou... Pueblos que guardan, entre la niebla de las montañas y la brisa del mar, miles de historias de resistencia de personas anónimas que construyeron con sus vidas lo que somos. Son las historias de esas personas las que construyen la historia misma de un pueblo troceado por los estados francés y español, que lucha como el Kurdistán contra la imposición de unos trazos en el mapa que insisten en negar su propia historia y composición, basada mucho más en montañas que en muros o aduanas fronterizas.

Desde las ventanas del autobús dirección al sur, estallaba ante mi vista el verde que tanto habíamos echado de menos en Rojava. Y qué reencuentro más bonito, cuando lo haces con aquello que nos pertenece a todas. Porque después de más de un año formando parte como internacionalista de la revolución del norte y el este de Siria, no tenía casa o trabajo a los que volver; casa o trabajo que nunca habían sido míos, ni nuestros, y tampoco los iba a reencontrar ahora. En cambio, sí volvía a una geografía que nos había tejido como pueblo, y que me emocionaba aún encontrarse rota su belleza por un área de servicio de carretera: sus pinos, sus cipreses, sus matojos verdes y sus montes frondosos de árboles, el aire fresco y húmedo de una playa que se hacía evidente aunque a ratos estuviese demasiado lejos para verla con los ojos.

Y a partir de una historia y una comunidad, ligada a un territorio, y de una voluntad colectiva organizada, ligada a nuestro pueblo, podía sentir lo que significaba volver a casa.

Me reencontraba con amistades, personas magníficas que me han hecho también ser quien soy, y me reencontraba de ese modo conmigo misma; pero era el reencuentro con la juventud organizada, con el colectivo, en un ambiente militante y de camaradería –al acudir a unas jornadas formativas que estaban realizando cuando regresé -, aquello que me hacía regresar a lo que soy de manera profunda, que va mucho más allá de mi historia concreta de personas a las que he conocido, de calles que he recorrido, de anécdotas que repito una cantidad de veces proporcional a los años que voy metiendo en la mochila. La historia de las que luchan y que se funden en un propósito que viene y va mucho más allá de nuestros nombres y apellidos, las que han escrito las páginas que nos preceden y escribirán las que vendrán, las que nos han hecho ser quien somos ya que sin nuestra historia colectiva y nuestro contexto –nacional, geográfico, cultural -, no seríamos.

Y a partir de una historia y una comunidad, ligada a un territorio, y de una voluntad colectiva organizada, ligada a nuestro pueblo, podía sentir lo que significaba volver a casa. Consciente de que las revolucionarias luchamos en cualquier parte del mundo, porque nuestra lucha es por la humanidad entera, pero consciente también de que si no somos capaces de amar  nuestra tierra como nuestra casa que es, nunca seremos capaces de defenderla, ni a esta ni a ninguna otra en ningún lugar del mundo.

Arquivado en: Rojava
Sobre o blog
“Buen camino” es el lema que figuraba en las pancartas que el pueblo de Barcelona erigió en octubre de 1938 en las calles de la ciudad, para despedir a los y las brigadistas internacionales venidas a nuestra tierra para sumarse a la lucha contra el fascismo. Bajo este lema, hoy recogemos en este blog voces de internacionalistes que han decidido unirse a la revolución en Rojava, en el Noreste de Síria. Síguenos en Twitter: https://twitter.com/buencaminoblog
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Pueblo kurdo
La Revolución de Rojava Unidades Femeninas de Protección: “Las mujeres en el norte de Siria pueden protegerse a sí mismas”
Las YPG fueron un elemento clave en la Revolución de Rojava y la derrota del Estado Islámico. Hablamos con su portavoz, Roksanne Muhammad, y dos jóvenes integrantes.
Turquía
Derechos humanos Turquía reabre el caso contra Pinar Selek en busca de cadena perpetua
La profesora y socióloga turca Pinar Selek está acusada de terrorismo por investigar comunidades kurdas.
Siria
Kurdistán Entre las bombas turcas y las negociaciones con el Gobierno: Rojava ante la construcción de la nueva Siria
La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria presiona al nuevo Gobierno para crear un Estado que respete los derechos de las mujeres, descentralizado, tolerante y multiétnico.
Sobre o blog
“Buen camino” es el lema que figuraba en las pancartas que el pueblo de Barcelona erigió en octubre de 1938 en las calles de la ciudad, para despedir a los y las brigadistas internacionales venidas a nuestra tierra para sumarse a la lucha contra el fascismo. Bajo este lema, hoy recogemos en este blog voces de internacionalistes que han decidido unirse a la revolución en Rojava, en el Noreste de Síria. Síguenos en Twitter: https://twitter.com/buencaminoblog
Ver todas as entradas
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Filosofía
Brais Arribas, filósofo “Non se trata de empoderar senón de disolver o poder”
Durante a conversa, o profesor reflexiona sobre a saúde da filosofía galega, o poshumanismo, as novas masculinidades ou a experiencia da pandemia.