We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Crisis climática
Cuatro efectos de la sequía que ya nos afectan en el día a día
La falta de lluvias del mes de octubre ha causado problemas a los ganaderos y agricultores. Es un factor de riesgo para las personas que sufren alergias y afecta a los precios de la luz y de los alimentos.
Con noviembre viene la esperada lluvia. El fin de semana llegan las precipitaciones a la mayor parte de la península, en forma de lluvia ligera. “El viernes afectarán a la mitad oeste peninsular, el sábado serán generalizadas y el domingo se darán sólo en el extremo norte peninsular y Baleares”, dice la Agencia Estatal de Metereología (Aemet).
Esta agencia aún no ha emitido su informe climatológico del recién terminado mes de octubre, pero los mapas publicados permiten hacer un resumen: la península está seca. Vastas zonas de las dos Castillas, Aragón y Extremadura, de hecho, están muy secas en porcentaje de agua disponible. Septiembre, según Aemet, fue el mes más seco de lo que llevamos de siglo XXI, octubre llama a las puertas del mismo reconocimiento.
Las lluvias en el último año hidrológico, del 1 de octubre de 2016 al 30 de septiembre de 2017, han sido un 18% inferiores en la España peninsular respecto a la media histórica. El 90% de los embalses están por debajo de su capacidad y las cuencas hidrográficas (menos una, que está igual) están en peores condiciones que el año pasado.
El principal problema es que no es fruto de una casualidad o de un mal año. Esta semana, un informe publicado en la revista Nature evidenciaba que el incremento de la temperatura de la Tierra –cambio climático– está provocando la mayor frecuencia de las sequías y también un aumento de la evapotranspiración de la tierra del sur (y también del norte) de Europa, es decir, se acentúa la pérdida de humedad de la vegetación, lo que acelera la desertización del territorio.
La sequía y la desertización plantean varios problemas a futuro, pero también de índole práctica e inmediata. Problemas que se han denunciado por separado y que, sin embargo, forman parte de un todo.
El precio de la luz
La falta de lluvia tiene efectos variados sobre el cambio climático, que provoca a su vez que se incrementen las sequías a largo plazo. Entre esos efectos variados está el hecho de que se recurra, para la generación de energía, a fuentes “sucias” como la generación de carbón, ante la bajada de la capacidad de la producción hidroeléctrica, provocada por la escasez de agua en los embalses y las pocas precipitaciones.En octubre, según Red Eléctrica Española, aumentó la generación por carbón respecto a la media de los meses anteriores y, significativamente, se produjo una caída reseñable de la generación por energías renovables: de enero a octubre éstas supusieron más de un 34% del mix energético, el pasado mes se situaron en el 26%, con una bajada especialmente significativa de la energía hidráulica.
Esto tiene una consecuencia directa sobre el precio de la luz, que ha subido en octubre un 7% respecto al mes de septiembre, como ha publicado Europa Press a partir del simulador de facturas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. La subida se produce pese a las temperaturas cálidas de octubre, que ha retrasado el enchufado de radiadores.
La alergias
Otro impacto negativo asociado a la ciudad es el aumento de la contaminación. Con ella, vienen las alergias. Entre el 26 y el 28 de octubre se ha celebrado en Murcia el Simposio Internacional de Aerobiología, Contaminación y Cambio Climático. Una reunión de especialistas en alergias e inmunología que ha certificado algo que las personas alérgicas tenían en la punta de la nariz: los pólenes persisten más en la atmósfera y a esto se une, en relación directa, la contaminación atmosférica.“En el caso concreto de la aceituna de mesa la presente campaña se puede anunciar como catastrófica, con reducciones de producción de hasta el 80% en zonas de Extremadura”, dicen los agricultores
Según explica el departamento de prensa de dicho simposio, una de las conclusiones aceptadas en Murcia es que “la disminución de las precipitaciones está produciendo la desaparición de plantas más débiles en algunas zonas, que están siendo sustituidas por otras más resistentes y alergénicas como las amarantáceas (salsola y cenizo) en España”.
El problema fundamental, alertan los alergólogos, es la calidad del aire, causante de miles de muertes prematuras al año. Las plantas reaccionan a esa contaminación mediante la liberación de proteínas nuevas, más agresivas para el ser humano, según explicaba en el Heraldo el experto Ignacio Pérez Camo.
Los incendios
Las altas temperaturas y las escasas precipitaciones fueron uno de los factores que influyeron en los incendios de Galicia de mediados de octubre. El riesgo continúa, como indica el Índice de risco diario de incendio forestal (IRDI) de la Xunta de Galicia, que para el 3 de octubre alertaba de riesgo alto o muy alto en zonas de Lugo y Ourense.No es la única comunidad en alerta por riesgo de incendios. Aragón ha prorrogado su calendario hasta el 19 de noviembre a causa de la situación climatológica. Cantabria también se puso en alerta contra incendios a mediados de octubre. El motivo, una reducción del 25% de la lluvia respecto a la media de los últimos 35 años. Castilla La Mancha amplió a principios de mes el periodo de máxima alerta ante incendios hasta el 31 de octubre por primera vez.
Las cosechas
Poca carne y arrugada: las aceitunas sufren la falta de agua. Crecen menos y las que crecen tienen menos de dónde sacar. Los jornales de oliva se reducen en las poblaciones asociadas a los olivares (de Castilla La Mancha y Andalucía) y la producción, no ya de este año, sino del siguiente, está amenazada por la falta de agua.El 2 de noviembre, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) pedía al Gobierno un “plan de emergencia” contra la sequía, ante la situación de los embalses y de las cuencas hidrográficas. UPA estima que la cosecha de la oliva será este año un 20% inferior a la de 2016. “En el caso concreto de la aceituna de mesa la presente campaña se puede anunciar como catastrófica, con reducciones de producción de hasta el 80% en zonas de Extremadura”, dicen desde esta unión.
El de la oliva no es el único cultivo afectado por la falta de lluvia. El cereal de secano, muy afectado por la falta de lluvias del pasado año, que supusieron una pérdida de entre el 40 y el 60% de la cosecha, sigue por la misma senda. “La incertidumbre es total en los secanos ya que se está pasando la época de siembras de algunas especies y variedades y el retraso introduce elementos de riesgo de cara al futuro”, alertan los agricultores. Además, las dificultades crean otro efecto colateral: el mayor consumo de gasóleo, ya que la sequedad de los campos de cultivo obliga a pasar más veces el tractor para la siembra de las semillas.
Las consecuencias de la sequía afectan también a los pastos para el ganado, escasos en la mayor parte del territorio, “inexistentes” en las zonas que han sufrido incendios. Los ganaderos se quejan del incremento de costes asociados a la compra de alimento para la alimentación del ganado. Que se suma, en determinadas áreas, a la necesidad de transportar agua para dar de beber a vacas y ovejas.
La importación de alimento, que ya ha arrojado cifras récord precisamente en el caso del cereal (trigo y maíz), afectará al bolsillo de los hogares. En septiembre, la autoridad portuaria de Santander alertaba de que los almacenes de cereal importada estaban al límite de su capacidad. La bolsa de la compra ha subido casi un 2% en las últimas estadísticas del Índice de Precios al Consumo. Algunos alimentos, como el aceite de oliva, han ascendido por encima del 10% respecto al año anterior.