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Crisis climática
La resurrección turinesa de Fridays For Future
Casi cuatro años después de que una jovencísima Greta Thunberg comenzase su huelga estudiantil climática de cada viernes, el movimiento internacional Fridays For Future, nacido de aquel gesto frente al Parlamento sueco, ha celebrado su segundo encuentro europeo en la ciudad italiana de Turín en clave de refundación.
El evento llegaba además con un largo retraso, pues estaba programado para 2020 pero a causa de la pandemia se ha postergado más de dos años, algo que refleja bastante bien la situación que han atravesado sus protagonistas desde la llegada de la covid-19.
Eso es lo primero a lo que hace referencia Marta Maroglio, activista de Fridays For Future Torino y una de las organizadoras del encuentro, cuando habla de él como una especie de “resurrección” del movimiento, que dé fuerzas, en términos de participación e impacto mediático, para los futuros pasos a dar en la lucha climática.
“No hay justicia climática si no es anticolonialista”, sentencia Marcos Royo
“Los próximos meses son fundamentales para el movimiento climático”, señala Maroglio, haciendo referencia a las múltiples acciones ya anunciadas no solo por el movimiento del que forma parte, sino por otros muchos. Todo ello sumado a las movilizaciones a nivel internacional que siempre traen consigo las Cumbres del Clima (COP), esta vez en su 27ª edición, que tendrá lugar en noviembre en la ciudad egipcia de Sharm El Sheikh.
Para ello, Maroglio destaca el cambio de mentalidad dentro del movimiento con respecto a sus inicios: “En 2019, la estrategia de las manifestaciones a nivel internacional funcionaba porque conseguimos que se hablara de la crisis climática, tanto los políticos como la gente. Pero ahora, cuatro años después, es momento para la acción contra la crisis y no para hablar de ella. Y veo que todos los activistas quieren hacer algo más para conseguirlo”.
Personas y Áreas Más Afectadas
No solo se ha hablado de formas de acción durante el encuentro. Otro de los pilares fundamentales ha sido la búsqueda de fórmulas de descolonización, una de las asignaturas pendientes al ser un movimiento nacido en el corazón de Europa. Para ello, se ha contado con voces representantes de lo que se conoce dentro del movimiento como Personas y Áreas Más Afectadas (MAPA, por sus siglas en inglés), procedentes, en su mayoría, de distintas zonas del sur global.
Este es el caso de Khaled Mohamed, activista por los derechos humanos y presidente de Juventud Activa Saharaui, para el que el encuentro ha sido “una muy buena oportunidad para poder conocer otras luchas y dar a conocer la nuestra”, pues, según indica, “se ha hablado de inmigración, energía y revolución, conceptos estrechamente relacionados con el pueblo saharaui”. Mohamed considera “muy importante” su participación, y piensa ya en “un Climate Social Camp celebrado en un Sáhara libre”.
Sofía Fernández: “Recordarnos que detrás de las pantallas hay compañeras luchando en todo el mundo por lo mismo que nosotras hace que el movimiento salga muy reforzado”
Marcos Royo, procedente de Alcorisa (Teruel), y uno de los 20 activistas que acudieron al encuentro en representación de Juventud por el Clima, la representación de Fridays For Future en España, también destaca el anticolonialismo como uno de los pilares que tiene que tener el movimiento: “Poder contar con esta perspectiva es muy beneficioso para las activistas de España, pues como país colonizador tenemos que tener estas realidades presentes y mirar más allá de Europa”. “No hay justicia climática si no es anticolonialista”, sentencia.
Desvirtualizar
Más allá de los debates internos y los objetivos a futuro, uno de los principales beneficios que ha traído la celebración del encuentro para el movimiento ha sido poder desvirtualizar a aquellos con los que se comparte la lucha. Sofía Fernández, activista de Madrid, hace hincapié en que “recordarnos que detrás de las pantallas hay compañeras luchando en todo el mundo por lo mismo que nosotras hace que el movimiento salga muy reforzado”. Tanto ella como Royo destacan la importancia de “tejer redes de cuidados” que sostengan el activismo. Fernández recuerda que “nuestra lucha es global e interseccional” y no duda al afirmar que “solas no podemos, pero con amigas sí”.
En esa línea, una de las claves en la organización ha sido la celebración, en paralelo pero también en perpendicular, del Climate Social Camp, un evento con aire de festival reivindicativo que ha servido como paraguas para el encuentro a la hora de alojar y mantener a los activistas llegados de todos los rincones de Europa, pero que a su vez ha permitido crear red con organizaciones y movimientos como Extinction Rebellion, Greenpeace y varios movimientos feministas y sociales de la región.
De esta manera, en palabras de Maroglio, lo que se pretendía era “abrir el encuentro a toda la población”, uno de los objetivos principales en las acciones de Fridays For Future. Así, al mismo tiempo que se celebraban los debates internos del movimiento, en el Climate Social Camp tenían lugar talleres, asambleas y charlas sobre diversas temáticas, algo que seguía ocurriendo por las noches, ya con todos los campistas reunidos, con apariciones de nombres tan reconocidos como Silvia Federici o Andreas Malm, este último en persona.
Crisis climática
Andreas Malm: “El distanciamiento social no amenaza de muerte a ninguna fracción de la clase capitalista, pasar a cero emisiones sí”
Investigador experto en crisis climática, escritor y activista, Andreas Malm cree tan poco en la respuesta de los gobiernos a la emergencia global que plantea la necesidad de acabar con el gran capital fósil mediante un movimiento social que presione desde abajo a los Estados usando la desobediencia civil e incluso el sabotaje. Dos de sus obras acaban de llegar al mercado de libros en castellano.
Ahora, días después de la clausura del encuentro, que tuvo lugar entre el 25 y el 29 de julio, Maroglio ya prevé colaboraciones con los distintos movimientos implicados en la organización del “camp” de cara a las próximas acciones, por lo pronto para la huelga global prevista para el 23 de septiembre. “Queríamos traer un cambio al movimiento con la celebración de este encuentro”, recuerda Maroglio, y de momento queda la “esperanza de que suponga un punto de inflexión”, concluye Royo.