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Rap
Un minuto de trallazos políticos en ̶e̶l̶ ̶p̶e̶p̶i̶n̶o̶ la canción 'This is Not America' de Residente
En este blog somos muy fans del último Residente. Lo éramos también de Calle 13, pero creemos que este chico ha mejorado con los años. Ejemplo, su canción Latinoamérica, grabada con Calle 13 en 2010 fue un clásico instantáneo, pero con This is Not America se ha pasado el juego.
El tema, que cuenta con la colaboración de Ibeyi —banda cubano francesa con un tema que tiene 26 millones de escuchas en Spotify— es una respuesta a This is America, de Childish Gambino (2018). La canción de Gambino era una crítica brutal, plagada de referencias culturales y políticas, al racismo de Estados Unidos.
Residente parte de donde lo deja Gambino, al que cita expresamente, y desarrolla en una canción la crítica fundamental de la izquierda y los movimientos sociales latinoamericanos contra el tiburón estadounidense. “América no es solo USA papá, esto es desde Tierra del fuego hasta Canadá”, canta Residente.
¿Cancelación cultural? Póngame tres cups. De eso en Latinoamérica saben un rato, no en vano ha sido más de cien años de tortura. El grito de Residente es una protesta contra esa hegemonía cultural: “Aquí estamos, siempre estamos, no nos fuimos, no nos vamos”. Los ecos de la música y la cultura latinoamericana se mezclan en este tema con la historia y la política. Los trallazos de Residente y el sonido de Ibeyi, se combinan con el trabajo visual del vídeo, que está dirigido por Greg Ohrel.
Una estrofa resuena como un trabajo exprés de historia de América (de las dos):
Los paramilitares, la guerrilla, los hijos del conflicto, las pandillas, las listas negras, los falsos positivos, los periodistas asesinados, los desaparecidos, los narcos gobiernos, todo lo que robaron, los que se manifiestan y los que se olvidaron, las persecuciones, los golpes de estado, el país en quiebra, los exiliados, el peso devaluado, el tráfico de droga, los carteles las invasiones, los emigrantes sin papeles, cinco presidentes en once días, disparo a quema ropa por parte de la policía, más de cien años de tortura, la nova trova cantando en plena dictadura. Somos la sangre que sopla la presión atmosférica. Gambino, mi hermano.… esto sí es América.
Vaya si lo es. Ese minuto de trallazos viaja por la historia reciente del continente. Las imágenes se suceden como en un chaparrón para mostrar a las guerrilleras del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, a un trasunto de Jair Bolsonaro comiéndose un filete —de ganadería deforestadora, presuponemos— y limpiándose el morro con la bandera del Orden y el Progreso, pero es que el vídeo, las letras también recuerdan a los periodistas asesinados (ocho en lo que va de año solo en México), a las élites de los countries argentinos, o a los integrantes de las maras.
Aprendemos historia en un rap enfurecido. Viajamos por las favelas de Rio de Janeiro, escenario de la guerra contra los pobres, retumban los ecos de la Operación Condor, del exterminio camuflado en la guerra contra el narco, por la protesta urbana de los paros en Colombia y los falsos positivos de los paramilitares jaleados por el criminal Uribe, por la violencia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos.
Si hace unas semanas nos hacía reír con la “tiraera”, que le lanzó a la estrella mainstream J Balvin, hoy el cantante boricua se ha sacado un tema que nos hace creer de nuevo en el sueño de Bolívar y José Martí de un continente unido que no se resigne a ser el plato sabroso del menú de los Estados Unidos.
Estremecedora canción y no menos potente vídeo, en el que —parafraseando a Gambino— se ve la ejecución de un Víctor Jara en el estadio nacional de Santiago de Chile. El mismo estadio que hoy lleva su nombre y que está viendo morir la Constitución de los Chicago Boys y su recua de ladrones y torturadores. Si hace una semana Gabriel Boric abría las grandes alamedas, hoy Residente se ha sacado de la manga un himno para pasearlas. Gracias, gracias, gracias.