Cine
Hay vida más allá de la cartelera convencional

El Cineclube de Compostela y El Gallinero, en Jaraíz de la Vera, son dos experiencias autogestionadas que prueban que hay otras formas de ver cine.

Cine de verano en la Ingobernable
Una proyección de cine de verano en el desalojado centro social La Ingobernable, en Madrid. Álvaro Minguito

Paulatinamente, y protegidos por nuestras mascarillas, volvemos a los cines. Nos reapropiamos del acto de ver películas junto a otras personas en salas oscuras sin tener claro cuánto durarán las precauciones ni si este hiato será el último. Hay personas para las que ir al cine es tan necesario como respirar, e incluso podríamos decir que, a veces, respirar pasa por ir al cine.

Ni las plataformas de VOD ni los generosos esfuerzos con los que particulares e instituciones han compartido en la red material audiovisual de todo tipo sustituyen del todo el embrujo de la pantalla grande. Hace algunas semanas, las redes se llenaron de comentarios de toda índole a raíz de la tan cuestionable como sobredimensionada decisión de HBO Max de retirar de su catálogo Lo que el viento se llevó para luego volverla a subir junto a un par de vídeos explicativos. Quizá, alejándonos del ruido, podríamos preguntarnos también sobre cómo llegan a nosotros las películas e imaginar, incluso ensayar, otras formas de juntarnos para verlas que desafíen la hegemonía de unas plataformas cada vez más presentes en nuestras vidas.

Una de estas formas podrían ser los cineclubes. “Esta situación nos obliga a replantearnos qué significa y qué diferencias tiene el hacer las cosas en grupo, presencialmente”, reflexionan, a propósito de estos tiempos extraños, desde el Cineclube de Compostela. Empezó en 2001 como asociación universitaria, en la Facultad de Periodismo de la USC, y funcionó durante algunos años como un cineclub más, hasta que la escasez de copias disponibles y algunas trabas burocráticas hicieron que el proyecto virara: apostaron por la autogestión, empezaron a proyectar copias descargadas de la red y se asociaron al proyecto de activismo cultural de A Gentalha do Pichel, donde siguen quince años después, aunque la crisis sanitaria ha impuesto un parón. “La profundidad que ganó nuestra programación fue inmensa —recuerdan—, pero nos obligó a mejorar nuestra propuesta, desarrollar otros modelos de comunicación con el público y nos situó en una posición dentro del tejido asociativo muy interesante políticamente”.

El último filme que se vio en el Cineclube fue Las zapatillas rojas de Michael Powell y Emeric Pressburger. Programan teniendo en cuenta lo que sucede, y lo que no, en las otras pantallas de la ciudad. “Con la irrupción del Novo Cinema Galego invitamos a varios cineastas a enseñar sus películas, por falta de otros espacios que las ofreciesen. Poco a poco la llegada de estas películas a festivales y a las salas hacen que esto ya no sea tan necesario”.

El Cineclube de Compostela ha tejido sinergias con otros espacios autogestionados de la ciudad y coorganizado ciclos con la CUT (Central Unitaria de Traballadores/as) o la Rede Feminista Galega

Su vocación abiertamente política los ha llevado también a tejer sinergias con otros espacios autogestionados de la ciudad y coorganizar ciclos con la CUT (Central Unitaria de Traballadores/as) o la Rede Feminista Galega o a participar en las asambleas del 15M y en otras luchas. También colaboran con festivales como Curtocircuito. Las personas responsables del Cineclube preparan o traducen al gallego textos que acompañan las películas que proyectan, y han editado varias publicaciones.

Sesión programada por el Cineclube de Compostela en el Museo do Pobo Galego en 2019
Sesión programada por el Cineclube de Compostela en el Museo do Pobo Galego en 2019.

Por la misma época en la que el Cineclube empezaba a andar, en 2002, el municipio cacereño de Jaraíz de la Vera, que hoy cuenta con algo más de 6.000 habitantes, estuvo a punto de quedarse sin cine. El Ayuntamiento, que se encargaba de proyectar películas en la única sala de Jaraíz, el Avenida, decidió interrumpir la actividad al no considerarla rentable. Tras un año sin proyecciones, un grupo inicialmente muy reducido de vecinos planteó la posibilidad de encargarse ellos mismos del cine, de forma autónoma, manteniendo instalaciones y operarios. “Es decir”, cuenta Marc Vicente, uno de los responsables de lo que pronto pasaría a llamarse Cine Club El Gallinero, “hacer desinteresadamente el trabajo que se suponía debía hacer el ayuntamiento, que lógicamente lo vio con buenos ojos y aceptó”.

Sin más apoyo inicial que la cesión del espacio, y con el dinero que aportaron 80 socios, se pusieron a trabajar para traer a Jaraíz, en versión original subtitulada, una parte de la cartelera que entonces apenas llegaba ni siquiera a los videoclubs. “Y ojo —apostilla Vicente—, hablamos de películas que algunos considerarían demasiado mainstream: Woody Allen, Tarantino, Haneke, los Coen, Nolan, Park Chan-wook, Campanella, Angelopoulos…”.

Final de la temporada 2017/18 en el cineclub El Gallinero, en Jaraíz de la Vera (Cáceres)
Final de la temporada 2017/18 en el cineclub El Gallinero, en Jaraíz de la Vera (Cáceres).

Antes que traer filmes menos convencionales, la prioridad de entonces era que siguiera habiendo cine en la zona. Dieciocho años y más de quinientas proyecciones después, tras promover la obligada transición al digital del cine Avenida, en El Gallinero ya piensan en retomar la actividad en septiembre, diseñando un protocolo en previsión de posibles rebrotes del covid-19. Durante la temporada que concluyó abruptamente en marzo, se proyectaron en Jaraíz películas como la estupenda O que arde, del gallego Oliver Laxe. Antes de cada filme, se proyecta un cortometraje.

Por el camino, que no ha sido siempre plácido, han mejorado su relación con las instituciones (desde hace algunos años reciben subvención de la Junta) y no han escatimado energías en abrirse al exterior, colaborando con la Filmoteca de Extremadura y con muestras como el Youth Film Fest de Plasencia o el FanCineGay, del que son sede oficial, además de participar en proyectos de educación audiovisual y organizar charlas y proyecciones para colegios e institutos. Vicente habla de una cierta responsabilidad para con los demás: “Nos debemos a una especie de altruismo hipocrático, como ciudadanos, para difundir la experiencia colectiva en la sala, propiciar el pensamiento crítico y contribuir a intentar crear un mundo mejor a través del cine”.

“Al final —dice Marc Vicente de El Gallinero—, lo que tenemos entre manos es un pequeño laboratorio de democracia y retórica dialéctica, no exento de complejidades pero muy saludable”

Tanto El Gallinero como el Cineclube de Compostela funcionan de forma asamblearia, invitando a quien quiera a participar y asumiendo las ventajas e inconvenientes de ese modelo. “Somos una asociación sin ánimo de lucro, nadie cobra por ninguna labor que tenga que ver con la programación regular, lo que hace que sea difícil que podamos estar todos a la vez, siempre falta alguien”, comentan desde la asamblea del Cineclube. Marc Vicente rememora años de discusiones que podían llegar a ser frustrantes, y concibe la asamblea como un aprendizaje constante en el que se precisa un cierto equilibrio que haga funcionar las cosas. “Al final —dice—, lo que tenemos entre manos es un pequeño laboratorio de democracia y retórica dialéctica, no exento de complejidades pero muy saludable”.

Si algo debería ser inherente a un cineclub es la idea de la proyección no como un mero consumo de imágenes, sino como un encuentro entre personas que abra senderos y reflexiones. Así piensan en el Cineclube: “Compartir un espacio común con el público es esencial a nuestra actividad. Más allá de ciertos fetichismos con la gran pantalla, es un hecho que no es lo mismo el visionado de películas en solitario que acompañado de gente”.

También en El Gallinero son conscientes de la importancia del contacto con el público, y además de introducir brevemente cada filme, exploran formas creativas de propiciar la conversación: “Tengo en mente una especie de ambigú de bar en el que uno habla a todos pero el resto no necesariamente escucha, o tal vez un roast de debate fílmico, siempre dentro de un ambiente distendido en el que nadie se sienta obligado ni a participar ni a responder”, sugiere Marc Vicente.

Originalmente concebidos para poner en valor un arte cinematográfico que en las dos primeras décadas del siglo XX era mayoritariamente considerado una atracción de feria, la historia de los cineclubes todavía está por escribirse. Iniciativas como Proyecciones Grieta en Barcelona o la inspiradora experiencia del madrileño Cine Club Chantal, en la que cualquier persona puede programar, certifican que el cine también vive fuera de la cartelera convencional. Chantal organizó varias sesiones online durante el confinamiento, igual que el cineclub argentino La Quimera, rompiendo una barrera geográfica que permitió, por ejemplo, descubrir desde nuestras casas un filme tan hermoso como Sueños de hielo, del chileno Ignacio Agüero, y asistir después a una breve charla con su director.

Arquivado en: Autogestión Cine
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cine
Estíbaliz Urresola “El cine no debe quedar impasible ante las atrocidades que suceden”
La directora de ‘20.000 especies de abejas’ sigue recibiendo reconocimientos por su película, pero pide que se transformen en aplicación de mejoras concretas para el colectivo trans.
Cine
Cine RTLM, la radio del odio que alentó el genocidio en Ruanda
Cuando se cumple el 30º aniversario de la tragedia en Ruanda, llega a las pantallas ‘Hate Songs’, que se estrena el viernes 19 de abril, una metaficción que transcurre en los estudios de la emisora controlada por los hutus.
Cárceles
Carabanchel Tele Prisión, memoria audiovisual de una cárcel
Además de varias películas que se han acercado a la cárcel de Carabanchel, Tele Prisión fue un canal de televisión interno en el que participaron numerosos reclusos y algunos educadores de esa prisión madrileña. Emitió de 1985 a 1987.
#65858
23/7/2020 11:35

Subvenciones...

0
0
Genocidio
Genocidio La Flotilla de la Libertad pospone el viaje a Gaza hasta un próximo intento
Las activistas internacionales que tienen previsto zarpar para llevar ayuda humanitaria hasta Palestina anuncian que volverán a intentar zarpar para romper el bloqueo israelí.
Palestina
Palestina Estudiar y formarse mientras sobrevives a un genocidio
La destrucción generalizada de las infraestructuras ha tenido un impacto brutal en el sistema educativo palestino.
México
América Latina México a las urnas: los claroscuros de AMLO y la primera presidenta
Todo apunta que el 2 de junio, por primera vez en la historia, una mujer llegará a la presidencia. Claudia Sheinbaum, sucesora de Andrés Manuel López Obrador, se presenta como “hija del 68” en un país todavía asolado por el conflicto interno.
Política
Política El PSOE escenifica un apoyo unánime a Sánchez ante la incerteza sobre su dimisión
Miles de militantes y simpatizantes se concentran en Ferraz mientras la dirección socialista se reúne en su comité federal televisado y transformado en un mitin de apoyo al presidente.
Análisis
Análisis Racionar el agua, cortar derechos; historias desde Bogotá
Ante la sequía, la alcaldía de la capital colombiana arrancó con una política de racionamiento de agua. La medida ha puesto sobre la mesa las dinámicas estructurales que acompañan a la crisis climática.

Últimas

Tribunal Constitucional
Lei do Litoral O Constitucional avala a lei galega coa que a Xunta fixo súas as competencias na costa
O tribunal rexeitou por unanimidade o recurso do Goberno español contra 69 preceptos do texto, pero anula o que permite que os sistemas de vertedura de augas residuais poidan ocupar o dominio público marítimo-terrestre.
Sidecar
Sidecar Prioridades cruciales de la izquierda francesa
La única forma que el partido de Mélenchon prevalezca en esta coyuntura desfavorable y preserve su frágil hegemonía sobre los demás partidos progresistas es ampliar su base electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2027.
Sanidad pública
Ribera Salud Hospital del Vinalopó: el último rehén de la privatización del PP valenciano
La vuelta del PP al gobierno valenciano ha supuesto un balón de oxígeno para la principal beneficiaria de la privatización sanitaria, que mantendrá la concesión de Elx-Crevillent a pesar del malestar social.
Galicia
Redes clientelares Todas las veces que la Xunta de Feijóo contrató a sus familiares y a los de otros altos cargos
Mientras Sánchez reflexiona sobre su dimisión tras el ‘lawfare’ contra su mujer, el líder del PP ha prometido que no consentiría a su pareja contratar con un Gobierno del que él formase parte, pero sí lo permitió con su hermana, su prima y su cuñado.
PNV
Opinión Más allá de la corrupción
Lo que parece perturbar al PNV es la posibilidad de que se establezca un sistema que priorice los derechos y el bienestar de la ciudadanía sobre sus intereses partidistas y clientelares
Lawfare
Guerra judicial Las izquierdas brindan el apoyo unánime a Sánchez que él les negó durante la era del ‘lawfare’
Todos los partidos con representación en el Parlamento y ubicados a la izquierda del PSOE, también los soberanismos, han mostrado sus posiciones públicas en solidaridad con el acoso mediático y judicial contra el presidente del Gobierno.
Gobierno de coalición
Lawfare Sánchez cancela su agenda y para a “reflexionar” tras los ataques de la derecha y la imputación de Gómez
El presidente del Gobierno denuncia una operación contra él y su pareja, Begoña Gómez, por parte de la derecha y la ultraderecha, así como los medios afines que ha desembocado en la denuncia de Manos Limpias.

Recomendadas

Cine
Estíbaliz Urresola “El cine no debe quedar impasible ante las atrocidades que suceden”
La directora de ‘20.000 especies de abejas’ sigue recibiendo reconocimientos por su película, pero pide que se transformen en aplicación de mejoras concretas para el colectivo trans.
Política
Lawfare ¿Qué decisiones puede tomar Pedro Sánchez tras amagar con dimitir?
Tras el anuncio del presidente, se abren varias posibilidades que no se resolverán hasta el lunes: ¿Una moción de confianza? ¿La convocatoria de elecciones? ¿Un cambio de marco? ¿Dimitir y dar el salto a la presidencia del Consejo Europeo?
Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.