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Cine
Soraya González Guerrero: “Mi documental enfoca el tema de los cuidados desde una mirada nada complaciente”
Dice Soraya González Guerrero que no sabe cómo definir qué es Tuentifourseven, el documental cuyo corte final acaba de copiar y que recoge siete años de la vida íntima de su familia después de que Pedro, su padre, se quedara tetrapléjico por un accidente. “Es un proceso de sanación”, acierta a decir.
El accidente fue en 2017 y entonces ella empezó a grabar conversaciones con una grabadora de audio. Luego se compró una cámara, que empezó a asistir a las celebraciones familiares y a meterse en la habitación del hospital, en la cocina y casi en el baño. El foco se va desviando —o abriendo— y se va haciendo nítida también Gloria, la madre de Soraya. Su crisis —pero también sus necesidades y deseos— entra en escena y completa un retrato que no es solo una foto de familia sino una panorámica de las muchas teclas que se tocan cuando hay que cuidar a una persona dependiente.
Periodista, formadora y consultora de género en la cooperativa Pandora Mirabilia, de la que es socia fundadora, González Guerrero pudo dar forma a su documental gracias a la recaudación de un crowdfunding. Este es su estreno como directora, guionista y montadora de un largometraje, aunque antes había participado en varios cortometrajes documentales dinamizando el proceso de creación con diversos colectivos, especialmente en el guión y la dirección.
Tras un pase privado con más de 270 personas mecenas que tuvo lugar en septiembre en los cines Golem de Madrid, la hoja de ruta de Tuentifourseven es presentarse para tratar de competir en algunos festivales antes de que pueda rular, con sus preguntas y sus conjunciones copulativas.
¿Qué es Tuentifourseven?
Un documental. Un proceso de sanación. Un proceso creativo. No sé cómo definirlo.
¿Y la respuesta larga?
Tuentifourseven es un largo documental que recoge un proceso de reorganización de los cuidados de una familia cuando el cabeza de familia tiene un accidente y se queda tetrapléjico, lo que le hace depender 24/7 de otras personas. Es un trabajo de documentación audiovisual del proceso de duelo familiar.
Cuando mi padre tuvo un accidente en 2017 tengo que pasar mucho tiempo forzosamente con él y es cuando empiezo conocer realmente a mi padre y a tener unas conversaciones muy íntimas
¿Cuándo empiezas a grabar y por qué?
Empiezo a grabar audio porque tenía la idea, cuando mi padre tuvo el accidente en 2017, de escribir algo. A partir del accidente tengo que pasar mucho tiempo forzosamente con él porque está en el Hospital de Parapléjicos de Toledo. Yo ahí me reduzco la jornada y cuando salía de trabajar me iba siempre que podía porque, si no, no le levantaban de la cama por las tardes.
Tengo que ir muchas tardes y los fines de semana y empiezo a conversar con mi padre y descubro a una persona que no conocía. Empiezo a conocer realmente a mi padre y a tener unas conversaciones muy íntimas sobre cómo se siente. Él me empieza a dar un feedback que me llama muchísimo la atención. Era como si estuviera en Marte, me asombraba. Necesito grabarlo para que no se pierda sin saber qué voy a hacer.
Luego, más adelante, sí que necesito escribir y empiezo a hacer un diario y un cuaderno, con la idea de escribir algo de crónica, más desde el periodismo, de la no ficción, pero en la primera Navidad que pasa en Toledo me compro una cámara semiprofesional de vídeo y me la llevo, y empiezo a probar. Era un momento donde se supone que tienes que estar feliz, pero estábamos hechos polvo, mi madre estaba en crisis... Supongo que era una forma de estar como oculta, yo me quedaba haciendo el vídeo para no estar ahí, o sea, era una forma de de estar pero no estar tanto. Al principio grabo intuitivamente, esas primeras imágenes hasta están desenfocadas...
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Dices que empezase a pasar tiempo con tu padre “a la fuerza”. ¿Cuál era la relación con tu padre antes?
Pues nos veíamos como mucho una vez al mes.
Y de repente las conversaciones empiezan a ser totalmente diferentes...
Sí, antes no teníamos conversaciones íntimas. Mi padre tampoco es muy hablador. Aunque luego, claro, conociendo a amigos suyos, me dicen: “Tu padre es muy divertido”. Y yo a esa persona no la conocía. Mi padre, además, en los últimos tiempos, se había prejubilado y se le había amargado bastante el carácter y discutíamos mucho.
¿Tu padre sabe que grabas en esos primeros momentos?
A veces se lo grababa y luego se lo ponía para que lo viese. Cuando una persona está mucho tiempo hospitalizada y además tiene infecciones, le dan brotes psicóticos. Es lo que le ocurrió a mi padre cuando estuvo ingresado casi un año en Toledo. Recuerdo que a veces se inventaba teorías. Tenía unas teorías como científicas sobre corrientes eléctricas, parecía que escuchaba cosas a los médicos y las juntaba con otras fantasías que él elaboraba. También mezclaba la realidad con los sueños. Entonces yo le grababa contándome esas teorías para ponérselo cuando estaba más lúcido. “¿Ves esto que me has dicho?, ¿tiene sentido?”. Me aterraba que perdiese la cordura, casi más que la movilidad. Él sabía que le grababa en esos momentos, ahora, no sé si era muy consciente.
Dependencia
Dependencia Más de 65 y tetrapléjico: no tienes derecho a la vida
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¿En qué momento empiezas a tener material y piensas en que puede tomar la forma de algo que no sea un texto escrito?
Cuando le dan el alta, después de casi un año en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, solo tenía varias cosas de audio grabadas, pequeñitas y muy marcianas. Y de 2018 no tengo casi nada, porque le dan el alta y eso sí que es el momento más gore, además te lo advierten, ahí es cuando empieza lo más duro. Es en 2019, ya en casa, cuando empiezo a grabar una serie de conversaciones más lúcidas. Le propuse una serie de conversaciones para hablar sobre la muerte, sobre lo que le agarraba la vida, quería que me contara su vida cuando él era joven, también aprovechaba para preguntarle algunas curiosidades, como por qué le gustan tanto los Rolling Stones si no se sabe ninguna de sus letras. Era una forma de hacer que esos momentos que estábamos juntos fueran más creativos y más agradables. Y me dijo que sí. Entonces empecé a grabar esas entrevistas. Luego me empiezo a lanzar a grabar algunas escenas: con la silla, en la calle, a veces a mi madre dándole de comer. Más adelante me apunto a un curso de documentales, y ahí ya sí que empiezo a tener un proyecto y un guión de los temas que quería abordar. Es cuando empiezo a grabar, no tanto por intuición, sino con un poco más de sentido.
Empezabas a tener claros los temas. ¿Cuáles son los temas de tu documental?
Para mí había uno que era el pensamiento mágico, esas creencias a las que nos agarramos para aceptar algo que es muy trágico. Mi padre siempre ha tenido una fe ciega en la ciencia y todo el rato decía que le iban a operar, siempre ha creído que él se podía curar. Me decía: “He oído que han desarrollado una célula madre”. Yo le tachaba de iluso por creer en la ciencia, pensaba que a través de la tecnología era como podía llegar a ser más autónomo. Pero ninguno teníamos razón.
Y otro tema claro eran los cuidados, los roles de género dentro de la familia. Mi padre es una persona con una masculinidad tradicional que, de pronto, depende de su familia para que le cuiden. Pero al principio él negaba que necesitaba cuidados, no aceptaba que tuviese la necesidad de contratar a alguien. Entonces, para mí, un tema eran los cuidados y cómo cada uno los percibe, también la dependencia y cómo lo encajaba cada uno.
Y, por supuesto, este tema apareció después: ¿qué pasa con la cuidadora? Para mí, al principio el drama estaba en mi padre, porque era quien se había vuelto dependiente al 100%, pero luego descubrí el drama de mi madre, que pasaba a ser su cuidadora tuentifourseven. Fue cuando empecé a grabar conversaciones con mi madre... Eso fue mucho después.
Y ella acaba cobrando protagonismo…
Quería que hubiera ese giro, pero aparece desde el principio. Y luego está el tema del derecho a la muerte digna. Yo, al principio, pensaba que mi padre no iba a querer vivir y entonces la eutanasia, además, estaba prohibida. Pero le planteaba cosas que él ni siquiera se había planteado, debates que igual ni siquiera los tenía en su cabeza.
Era un tema para vosotros, pero no para él.
Creo que jugaba con la idea de morirse al principio, pero nunca lo ponía sobre la mesa, solo más adelante, cuando fue deteriorándose aún más. La película está estructurada en cuatro bloques: víctima y culpable, vida y muerte, esperanza y resignación, cuidar y no cuidar. Están planteados con un “y”, con una conjunción copulativa porque no son pares dicotómicos. Incluso yo tengo un proceso de amor y de odio con mi familia. O sea que hay cosas que me encantan y hay cosas que me desconciertan. Son temas complejos, no es una cosa o la otra.
¿Qué relación tenía tu familia con su intimidad? ¿Se opusieron a que metieras la cámara tan dentro?
Mis padres siempre han confiado en mí. Yo le digo a mi padre: “¿Te puedo grabar?”. Y él me dice: “Haz lo que te dé la gana”. De hecho, cuando tengo el primer montaje les pregunto si lo quieren ver y me dicen que no hace falta, que tengo su consentimiento y que mejor lo quieren ver en el cine. No me pusieron ninguna barrera.
Tampoco han sido muy conscientes muchas veces de que yo estaba grabando. Sí, cuando le he hecho entrevistas, pero cuando he grabado momentos familiares no y creo que a mí también a veces se me olvidaba. Ponía la cámara fija y se me olvidaba. Creo que esa es la potencia que tiene, surgían cosas que hubieran surgido no estando la cámara.
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Hablas de tetraplejia, has dicho que se aborda un hecho “trágico”. Pero en la proyección en los Golem hubo varios momentos de risa entre el público. ¿Cómo pudiste representar lo que estaba pasando desde el humor?
No podía ver a mi padre como una víctima. Primero porque no quería apiadarme de él y tratarle con condescendencia, quería verle de igual a igual, como me hubiese gustado que me tratasen a mí en su lugar. Por eso todo el rato le estoy retando. También es cierto que estaba enfadada con su conducta temeraria, pues él se sube a un tejado para arreglar algo que todo el mundo hace sentado, pero él se pone de pie y es cuando tiene el accidente, y su descuido tiene un impacto en toda la familia. Por eso, en cierta forma, él es también culpable además de víctima.
Necesitamos vías de escape y el humor para mí es una vía de escape súpersanadora. Los momentos más duros y trágicos conviven con otros muy tiernos y muy muy desternillantes
El humor no es intencionado, es que mi familia es así, ya era así antes. Creo que necesitamos vías de escape y el humor para mí es una vía de escape súpersanadora. Los momentos más duros y trágicos conviven con otros muy tiernos y muy muy desternillantes. Cuando le dan el alta a mi padre, que es el momento más duro, recuerdo estar todos con la grúa, tratando de llevarle de la silla de ruedas a la cama, y de pronto mi padre se quedó un buen rato colgado porque la grúa no estaba cargada y se paró. En ese momento tan delicado nos entró a todos una risa tremenda, mientras mi padre, colgado de la grúa, decía que quería volver a Toledo.
Mi documental enfoca el tema de los cuidados, que es un tema muy de la agenda feminista, desde una mirada nada complaciente, sino viendo las aristas y las trampas
Vienes de una trayectoria feminista. ¿Hay algo que te haya puesto en crisis con el documental, algo que se haya transformado en este proceso?
Lo que más clic me ha hecho, el momento revelador, que aparece en el vídeo, es darme cuenta de que estoy todo el rato cuestionando a mi madre. Para mí, este documental es como un pedirle perdón a mi madre. Desde el principio a ella no la veo, la juzgo, me enfado con ella. Hay una conversación de teléfono donde yo le pregunto si le ha bajado la calle. Y ella dice que no, yo insisto, y ella dice: “Tu padre siempre está en el centro”. Yo que estoy todo el rato hablando de los cuidados, estoy a la vez todo el rato metiéndole tralla a mi madre.
Yo, en la teoría, hablo de poner límites, y tengo claro que hay que cuidarse una primero, pero cuando mi madre antepone sus cuidados al cuidado de los otros, pues lo llevo mal. Porque es mi madre y porque esa persona a la que está diciendo que no quiere cuidar es mi padre y y se ha quedado tetrapléjico, no pude evitar sentir que era egoísta. Pero también es verdad que hay ver que los cuidados son muy complejos y no quiero tampoco romantizar a las cuidadoras. Detrás de los cuidados hay mucho control también.
¿De qué maneras crees que tu documental es feminista?
Pues yo creo que es feminista en la autocrítica, ya que creo que sí que me hago una autocrítica. Es feminista porque el guion tiene una mirada feminista. Y luego también porque creo que no es complaciente, hay un proceso de autocrítica y de poner ahí la complejidad. Y también porque enfoca el tema de los cuidados, que es un tema muy de la agenda feminista, desde una mirada nada complaciente, sino viendo las aristas y las trampas.
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Empezabas diciendo que Tuentifourseven había sido un proceso de sanación. ¿Te ha sanado?
El resultado de este proceso es mejor que cualquier premio porque sí que nos ha unido. El proceso de hacerlo a mí me ha ayudado mucho porque me ha permitido convertir un momento duro en algo íntimo, poder plantear temas, hablar y hacer con ello algo creativo. Ha convertido la intimidad en un espacio creativo y ha sido muy bonito. Y luego ya compartir el resultado y proyectarlo con la gente mecenas y que mis padres lo vieran y que vinieran mis tres hermanos... Nos ha colocado en otro lugar.
Poder hablar con mis hermanos y abrir un espacio para poder hablar de lo que nos ha sucedido como familia cuando ya estaba todo un poco más colocado, me parece que ha sido sanador para todos. Desde luego, para mí ha sido un regalo poder escucharles, y creo que para ellos también ha sido importante poder abrirse y poder hablar con naturalidad sobre temas como la muerte.
Por ejemplo, cuando mi padre se pone muy muy malito, la médica nos dice que si le conectan una máquina y decidimos que no le queremos conectar. Finalmente se pone bueno por sí mismo, y eso nos permite hablar de la necesidad de hacer un testamento vital. Le planteo a mi familia hablar de hacer un borrador del testamento vital y eso lo grabo. Es muy difícil grabar cuando la vida está sucediendo. No puedes parar la vida para grabar, por eso a veces hay mucho ruido pero eso también es lo que le da la verdad. Para mí esa conversación fue superimportante, creo que ahora estamos preparados. O sea, mi padre se va a morir en cualquier momento, o igual nos morimos antes alguno de nosotros, pero hablar de que te puedes morir y cómo quieres morir es muy liberador.
Para mí ha sido súper importante la herramienta del arte y el cine, pero también la comunidad. Sentirte parte de una comunidad hace que puedas sanar, ojalá lo pudiera hacer más gente
¿Qué esperas de la película?
Para mí lo que ya ha pasado es lo que podía esperar: hacer cómplice a mi familia del proceso de creación y luego compartirlo con más de 270 personas mecenas. Ahora la voy a presentar a algunos festivales, y eso supone que, de momento, no se puede ver. Pero para mí, es mucho más interesante que la gente que lo ha visto me diga “me ha encantado, me ha suscitado este debate, quiero llevarlo a mi colectivo, tengo un grupo de autoayuda y querría hacer un debate con tu docu” que el circuito de festivales. Por eso estoy deseando poderla rular. Me interesa más lo que dice el público que lo que dice la gente que sabe de cine.
Para mí ha sido súper importante la herramienta del arte y el cine, pero también la comunidad, ya que yo creo que, a diferencia de mis hermanos, tengo una red dentro de la economía social, del activismo o del feminismo, una comunidad extensa que luego es la que ha sido mecenas, que para mí ha asombroso. Y sentirte parte de una comunidad hace que puedas sanar, ojalá lo pudiera hacer más gente. Y también quiero decir que me siento súper privilegiada por tener un sistema público de Sanidad que, desgraciadamente, también he visto en estos siete años cómo se ha ido deteriorando de forma galopante. Pero aun así, si no hubiera esto, estaríamos endeudados o mi padre estaría muerto.
¿Has vuelto a hablar con tu madre del Satisfyer?
¡Hablamos de él recurrentemente!