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Coronavirus
“Pedimos que se nos suministre agua y que la solidaridad no brille por su ausencia”
En el edificio Los Pinillos, en Sevilla, una veintena de familias en situación irregular se enfrentan a la crisis del coronavirus sin acceso al agua
“Queremos denunciar que nos encontramos confinados en nuestras casas sin abastecimiento de agua después de que el gobierno haya dicho que va a garantizar los suministros básicos a todos los ciudadanos”, dice a El Salto Luisa —nombre ficticio porque prefiere guardar el anonimato—, una de las integrantes de la comunidad de Los Pinillos, un vecindario sevillano cercano a la estación de tren de Santa Justa, en el barrio de Nervión.
En el edificio viven unas 60 personas que no cuentan con los servicios mínimos de agua y electricidad. Este escenario no es nuevo, pero con la emergencia sanitaria actual derivada de la crisis del coronavirus, la situación se hace insostenible.
En noviembre, la policía intervino el inmueble y, en una operación con la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla (EMASESA), se cortaron los enganches ilegales al suministro de agua y luz. Durante este tiempo los vecinos han acudido a las fuentes públicas para obtener agua para su consumo y para su higiene. Pero ahora todo ha cambiado.
Tras el decreto del estado de alarma, el Ayuntamiento de Sevilla suspendió todas las fuentes de agua potable de la vía pública con el objetivo, según recomiendan las autoridades sanitarias, de evitar zonas de contacto. Los vecinos de Los Pinillos se quedaron sin aquellas fuentes bebedero aledañas.
Gracias a la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía en Sevilla (APDHA Sevilla) y a través de varios concejales de Adelante Andalucía, el Consistorio hispalense aprobó la reapertura de la céntrica fuente de la plaza de Ponce de León, a unos 700 metros de sus domicilios.
“Desplazarnos hacia ella y compartir todos la misma fuente pone en peligro nuestra salud y la de todas, pero es la única forma que tenemos ahora mismo de conseguir agua. Pedimos que se nos suministre agua en nuestras viviendas y que la solidaridad no brille por su ausencia”, sentencia Luisa. “Quizás es peor el remedio que la enfermedad”, dice el coordinador del Área de Marginalización de la APDHA, Óscar Mitillo Magán.
A pesar de las restricciones de movilidad impuestas por el Gobierno, los habitantes de Los Pinillos se ven obligados a salir a diario y a recorrer la distancia hasta el centro para el aprovisionamiento de agua. “El famoso #QuédateEnCasa para estas personas es absolutamente inviable poniendo en riesgo su propia salud y la de sus vecinos”, apunta Mitillo, quien apremia al Ayuntamiento a encontrar una solución.
El agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos, según se recoge en la Resolución 64/292 de 2010 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Además, para evitar el contagio del virus covid19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el frecuente lavado de manos como principal medida preventiva, acción higiénica bajo mínimos en Los Pinillos.
El hartazgo cunde en unos vecinos que remitieron hace unos días una carta al Defensor de Pueblo Andaluz en la que solicitan el restablecimiento del suministro de agua y luz en sus domicilios, tal como se estipula en las medidas dispuestas para el estado de alarma.
Atención a los más necesitados
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lanzó su compromiso para con la ciudadanía. “No vamos a dejar a nadie atrás”, dijo en su comparecencia tras la reunión del Consejo de Ministros la semana pasada. Pero desde la APDHA recuerdan que casos como el de Los Pinillos constatan la desatención que sufren los más vulnerables.
Mitillos explica que una persona que ocupa una vivienda, salvo en contadas ocasiones, no lo hace por capricho. “[Estas familias] están sometidas al estrés constante e inseguridad de no tener un hogar donde desarrollar sus actividades vitales en armonía y con tranquilidad. Lamentablemente, lo fácil es demonizar al pobre, al débil. Se asemeja mucho más con esa gente que ocupa los pisos para el tema de drogas, prostitución, juego…, que los hay, pero que son una amplia minoría”.
Si la rutina se presenta compleja para estos ciudadanos en un día cualquiera, las circunstancias se agudizan en estado de alarma. La mayoría de las familias de Los Pinillos son de etnia gitana. Sus principales fuentes de ingresos, la venta ambulante y la recogida de chatarra, han sido suspendidas y la mala suerte también ha entrado en juego. Muchos estaban regularizando su situación cuando se inició la crisis del coronavirus. “Con el empadronamiento estarían en condiciones legales suficientes para poder dirigirse a los servicios sociales y solicitar el acceso al agua”, dice Mitillos.
Mientras el operador de agua público se compromete a la continuidad del suministro en respuesta a la emergencia del covid19 en Sevilla, los vecinos de Los Pinillos siguen esperando. “Hemos denunciado la situación a la Policía, al Ayuntamiento, a los Servicios Sociales y a Emasesa y nadie se ha hecho responsable”, advierte Luisa.