Anarcosindicalismo
Asegúrate de que las asambleas sindicales no se parecen a las reuniones de trabajo que odias
Publicado originalmente en: labornotes.org
Probablemente hayas asistido a demasiadas reuniones en las que no te hayas sentido valorada ni escuchada. Quizás has compartido una idea que ha sido ignorada o has visto cómo la gerencia minimiza las preocupaciones del personal.
Si no reflexionamos críticamente sobre estas experiencias, corremos el riesgo de repetir las mismas prácticas jerárquicas y opresivas de la gerencia dentro de nuestros propios espacios sindicales.
La Asociación de Maestros de Bristol Plymouth (afiliada a la Asociación de Maestros de Massachusetts) ha estado trabajando en reformular y reimaginar sus asambleas. El proceso comenzó el año pasado, cuando los miembros trabajaron en pequeños grupos para reflexionar sobre malas asambleas en las que habían estado y qué las hacía tan malas. Luego discutieron qué hace que una asamblea sea buena. Aquí hay algunas de sus ideas:
Crea una orden del día claro
Para generar discusiones significativas, el orden del día debe ser compartido con las afiliadas con anticipación. Las personas con mayor implicación deben crear órdenes del día junto con el resto de las afiliadas, para que este refleje sus preocupaciones.
Los órdenes del día deben incluir temas que resuenen con las afiliadas. No nos limitemos a los problemas cotidianos o de interés para las personas más implicadas. Tal vez tengamos preocupaciones sobre un nuevo currículo o sobre la contratación de un superintendente. Tal vez queramos discutir cómo apoyar a nuestros estudiantes indocumentados y sus familias.
Un orden del día bien preparado puede resolver muchas de las quejas sobre asambleas ineficaces. Asegúrate de permitir modificaciones al orden al comienzo de la asamblea.
No pierdas tiempo en cosas que podrían haberse comunicado por escrito. Si la asamblea es demasiado larga, la gente no querrá volver. Asigna un tiempo límite a cada punto del orden del día.
Desarrolla normas
Si queremos buenas discusiones, tenemos que desarrollar una cultura de respeto. Las asambleas sindicales democráticas requieren mantener un ambiente respetuoso, enmarcar los problemas de manera que inviten a la participación de los miembros e identificar temas que sean ampliamente sentidos por la membresía.
Trabaja junto con las afiliadas para establecer y reforzar normas que promuevan una cultura de respeto. Algunas normas que hemos usado son “asume buenas intenciones”, “haz preguntas aclaratorias” y “desafía ideas, no personas”.
Escribe estas normas y revísalas al inicio de cada asamblea.
Comparte el liderazgo
Si solo los líderes sindicales dirigen la reunión, las afiliadas pueden perder de vista que el sindicato es suyo.
Distribuir el liderazgo dentro de las asambleas refuerza el mensaje de que “nosotros somos el sindicato” y ayuda a desarrollar habilidades de liderazgo en las afiliadas.
Invita a las afiliadas a asumir responsabilidades y proporciónales oportunidades para liderar. Apóyalos en su crecimiento como líderes.
Dividir responsabilidades en la asamblea—como reunir materiales, preparar el espacio, dar la bienvenida a las afiliadas, facilitar discusiones y llevar la cuenta del tiempo—no solo aligera la carga de los líderes sindicales, sino que también ayuda a las afiliadas a experimentar el poder colectivo del sindicato.
La tecnología puede ser un obstáculo
Si bien la tecnología puede parecer la forma más fácil de llegar a las afiliadas, las interacciones en persona son más efectivas.
Muchas cosas pueden enviarse por correo electrónico, pero cuando necesitas resolver un problema, las encuestas digitales no funcionan tan bien como las conversaciones cara a cara.
Los trabajadores se energizan cuando sus problemas son abordados, cuando saben que sus voces importan y cuando son testigos de la capacidad colectiva del sindicato para generar cambios. Antes de adoptar una herramienta tecnológica, pregúntate si el uso de esa herramienta podría debilitar tu capacidad de organización.
EL ESPACIO IMPORTA
A los trabajadores a menudo se les trata como niños. Los maestros nos sentimos menospreciados cuando nos obligan a sentarnos en sillas diminutas, en escritorios pequeños o en filas.
Puede que quieras evitar usar el mismo espacio que la escuela usa para asambleas debido a las asociaciones negativas. Tal vez puedas reorganizar la sala de una manera que se sienta más respetuosa. La iluminación natural o tenue, los círculos en lugar de filas y la comida y el café pueden transformar mágicamente un espacio.
También necesitamos hacer que las asambleas sean accesibles para las afiliadas del sindicato que son madres y padres. No necesariamente tenemos que proporcionar cuidado infantil formal. Considera instalar una mesa para niños, con afiliadas turnándose para cuidar a los niños durante la asamblea.
¡DIÁLOGO, DEBATE!
Una asamblea sindical en la que las afiliadas están en silencio no es una buena asamblea. Pero crear espacio para la discusión puede parecer aterrador. Nos preocupa que las asambleas tomen un rumbo inesperado, que las afiliadas desafíen los planes de los dirigentes y que haya conflicto.
Pero el diálogo y el debate son saludables y la parte más importante de una asamblea sindical. No repliquemos nuestra experiencia en las asambleas de trabajo donde solo nos dicen qué hacer.
Tendremos desacuerdos, pero necesitamos poder expresar puntos de vista en conflicto de manera respetuosa. Un diálogo y debate bien facilitado nos ayuda a crecer y construye comunidad y confianza.
TERMINA CON ACCIÓN
Después de un diálogo animado, convierte la agitación en acción. Las acciones pueden ser grandes o pequeñas y deben incluir cosas que las afiliadas puedan hacer, no solo los dirigentes sindicales. La acción puede generar esperanza y un sentido de propósito que quizás no siempre encontramos en nuestros trabajos.
Así como la cultura del trabajo puede filtrarse en nuestros sindicatos, nuestra cultura sindical también puede filtrarse en nuestros lugares de trabajo. Nuestro trabajo para construir sindicatos democráticos, inclusivos y orientados a la acción puede cambiar la cultura en nuestros empleos.
Cynthia Roy es profesora de ciencias en secundaria, organizadora comunitaria y líder sindical en la Asociación de Maestros de Massachusetts.
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