Laboral
Correos en Lucha, una experiencia revulsiva

La serie de lazos y redes que fuimos capaces de construir desde abajo posiblemente sea lo más interesante para la reflexión que se está haciendo sobre el sindicalismo de base.
Correos en Lucha 1
Manifestación del a plataforma Correos en Lucha

Trabajador y sindicalista de Correos

@MMurilloCorreos

Twitter/X: @MMurilloCorreos
2 oct 2023 07:00

Describir todo el proceso y vida de esta plataforma sería demasiado extenso. Por eso me ceñiré a la serie de lazos y redes que fuimos capaces de construir desde abajo, que posiblemente sea lo más interesante para la reflexión que se está haciendo sobre el sindicalismo de base, pasando por algunas de las iniciativas y acciones más destacadas.

Tras la crisis de 2008

Salvo para quienes daban la espalda al resto de trabajadores o padecían de fetichismo de siglas, el movimiento que supuso “Correos en Lucha” fue comprendido como relevante. Veníamos de años muy duros donde la crisis de 2008 todavía tenía un enorme impacto en la vida de las familias trabajadoras, con un Convenio nefasto firmado en 2011 (y aún vigente), perdiendo personal y poder adquisitivo a pasos agigantados y con una dinámica sindical que invitaba poco o nada, salvo honrosas excepciones, a creer que las organizaciones existentes tenían capacidad para obrar grandes cambios. Por eso, todo estímulo que supusiera organizar y movilizar gente para la lucha por nuestros derechos y los servicios públicos, debía ser apoyado y alentado.

Sabíamos que si acertábamos, había mimbres para que una buena idea se convirtiera en una herramienta real y, sobre todo, con utilidad. Obviamente, éramos muy conscientes del momento que vivíamos. Hablamos de unos años (2014-2015) donde el flujo social era más vibrante que el actual: surgían mareas, marchas, incluso partidos como expresión (al menos parcial) de este “desborde” social a raíz de la oleada de huelgas entre 2010 y 2012 y el movimiento 15-M.

La gente que iniciamos esa aventura lo hicimos, principalmente, empujados por la idea de que teníamos que ser muchas más personas dentro de la plantilla las que estuviéramos dispuestas a dar un paso al frente ante la degradación de las condiciones laborales, del servicio público y la pérdida de derechos en Correos.

Con nuestra diversidad, en su mayoría orbitábamos en torno a CGT (hecho que fue utilizado para acusarnos desde un primer momento de ser su marca blanca) y no teníamos la intención de montar un sindicato nuevo. Nuestra motivación primordial era contar con un punto de encuentro para la plantilla lo más accesible y cercano posible, donde no importase ni el tipo de contrato, ni la sigla de tu carnet sindical.

Sentando las bases

El grupo fundacional, antes de lanzar la iniciativa, dedicamos mucho tiempo a poner nuestro pensamiento, experiencia y forma de entender las cosas sobre la mesa, a estudiar documentación y normativa, a ahondar en los diferentes temas. Esa etapa fue clave para sentar unas bases y generar unos primeros consensos sobre los que edificar. No estuvo exenta de algunas controversias, las cuales se resolvieron a favor de una proyección amplia y con vocación de mayorías.

Como no éramos delegados sindicales, tuvimos que ser creativos a la hora de llegar a las diferentes plantillas y generar toda una red de contactos. Tocó desempolvar la agenda, quedar con muchas compañeras a la salida del trabajo y presentar nuestra propuesta de plataforma sabiendo en todo momento que, si lográbamos que se sumase mucha más gente, los primeros acuerdos del grupo motor tendrían que ser nuevamente sometidos a discusión y aprobación. No llevábamos un producto acabado ni vendíamos soluciones definitivas. Se partía de la humilde pero arrolladora premisa de “pongamos el futuro en nuestras propias manos, dejemos de delegar pasivamente”.

Teníamos que afrontar grandes dificultades: La fragmentación en una infinidad de centros de trabajo, la diversidad de puestos base, la existencia de múltiples variantes contractuales. Y no solo eso, también cierto conservadurismo asociado a nuestro pasado como parte de la Administración del Estado y una cultura sindical mayoritaria que ha promovido durante décadas el inmovilismo, la pasividad y el corporativismo.

Por eso necesitábamos nuevos esquemas (o variantes más audaces de los existentes) si queríamos tener una opción de movilizar y atraer no sólo a la gente ya convencida (que por lo general se encontraba en la esfera de CGT), sino a sectores dentro de la plantilla con menor tradición sindical e incluso con poca experiencia de participación estable en reuniones, asambleas, movilizaciones, etc.

Un espacio amable y dinámico

Para que eso fuese posible, se requería un lugar amable y dinámico, donde supieras que venías a trabajar e intercambiar, pero también a compartir ratos distendidos y más fraternos. Ir a una asamblea en fin de semana con el reventón del trabajo, era más llevadero si sabías que durante un rato tocaría informar, proponer y decidir, después preparar carteles y pancartas para la próxima manifestación y finalmente tomar algo junto a compañeros que no eran necesariamente los de tu centro de trabajo. Fue esencial crear tal “mundo propio”.

Se procuraba que cada persona que acudía y participaba tuviera un rol, un cometido y pudiera aportar a su manera y en base a su grado de vinculación. Unos tenían contactos en emisoras de radio, otras conocían espacios gratuitos donde poder reunirnos, alguien podía hablar con algún partido político para que nos dejasen intervenir en eventos contando nuestra problemática, alguien era bueno haciendo fotos, diseños de camisetas o escribiendo comunicados.

Cada quien tenía algo importante que comentarle el lunes a su plantilla acerca de lo que se había hecho en la asamblea y cuáles serían los próximos pasos, animando siempre a participar a más y más compañeras. Siendo iguales que el resto de compañeros, demostrábamos que era posible no resignarse, unirse, organizarse y plantar cara. Que merecía dedicar parte de nuestro tiempo libre para implicarnos en algo que buscaba el bien colectivo.

A su vez, fuimos uno de los colectivos que entendió pronto la importancia de las redes sociales y la necesidad de renovar las formas comunicativas. Precisamente por el tamaño de la empresa, por lo imposible de llegar a todos los centros de trabajo, la presencia en redes era un elemento indispensable para aumentar nuestra capacidad de difusión y generar una corriente de opinión desde la plantilla. Aunque las asambleas fueran de ámbito madrileño, siempre tuvimos una visión estatal.

En la Plataforma sabíamos que teníamos las manos más libres que cualquier sindicato a la hora de abrir melones, plantear reivindicaciones o concentrarnos en algunos temas o campañas (fijos-discontinuos, eventuales, pérdida de empleo, reconversión en clave privada, etc). Lógicamente, cuando formas parte de una organización sindical y sobre todo cuanto realizas labores de representación y delegación, las tareas son mucho más variadas e ingentes, lo urgente en no pocas ocasiones se entrecruza con lo necesario y hay muchos más elementos y procesos que no dependen de ti.

El reverso de esa “libertad” era la falta de infraestructura, el tener que invertir mucho de tu tiempo libre en tirar para adelante del espacio y ahí era donde más se veían las posibilidades militantes de unas y otros. Como ocurre en cualquier organización, tiende a haber un núcleo duro con la gente más abnegada que entrega mayor tiempo e implicación 24/7 y otros grupos concéntricos conformados por personas que participan con diferente intensidad. No obstante, la inteligencia en el sentido organizativo fue comprender que desde la compañera que proponía puntos para el orden del día o había participado en el último evento público, hasta la que había venido a las manifestaciones o compartía todos los materiales en sus grupos y redes sociales, tenía su rol y sumaba al colectivo.

Recogiendo los frutos

Correos en Lucha 2
Camiseta de Correos en Lucha Mario Murillo

Cuando, sobre todo en 2016, en Madrid comenzó el “boom” de los paros parciales en las unidades de reparto, esta red tejida durante los años previos jugó un papel de primer orden. Por supuesto que CGT en las carterías tenía (y tiene) una gran fuerza y presencia, pero como he comentado más arriba, las características propias de “Correos en Lucha” habían permitido llegar a sectores que desde el sindicato hubieran resultado menos accesibles.

La Plataforma en movimiento

Durante los años de actividad de “Correos en Lucha” nuestra participación en movilizaciones y todo tipo de expresiones de la sociedad civil fue muy intensa y variada. Sobre todo al comienzo tuvimos mucha proximidad con la gente de “Unipost en Lucha”, tanto por trabajar en el mismo sector como por similitudes a la hora de abordar la pelea. Pensábamos en que juntos tendríamos más opciones no solo de mejorar nuestras condiciones de trabajo propias sino también empujar hacia arriba las de todo el sector, más allá de la empresa en la que estuviéramos contratados.

Con especial emoción recuerdo la “puesta de largo” en la marcha convocada por “Mareas Ciudadanas” el 22 de febrero de 2015. Era la primera vez que convocábamos la “Marea Postal”, a la que acudieron cientos de compañeros, con sus uniformes o las camisetas amarillas que diseñamos desde el colectivo. Junto a las mareas de sanidad, educación, etc, por fin, la plantilla postal, con una sonrisa propia de quienes están jodidos pero confían en que juntas pueden cambiar las cosas.

Poco después, en la Unidad de Reparto de Majadahonda se inició una huelga histórica que duró alrededor de tres meses. Decían “basta” a la sobrecarga de trabajo, a la falta de personal, a los abusos diarios por parte de la empresa y la degradación del servicio público postal. Desde la plataforma decidimos, obviamente, apoyar su resistencia y promover la solidaridad tanto social como económica. En mi memoria queda su tesón, su unidad y su gratitud hacia todas las personas (compañeros, políticos, etc) que arropamos su valiente iniciativa. Sólo CGT respaldó activamente esta huelga, volcándose como todos los sindicatos debieron hacerlo. Para que luego se siga repitiendo el mantra de que “todos son iguales”.

Como decía, desde la plataforma también desafiamos el corporativismo y practicamos la solidaridad con otros colectivos de trabajadores y sociales. Posiblemente, lo más destacable fue participar en las Marchas de la Dignidad (movimiento que durante algunos años aglutinó a muchas formaciones obreras, sindicales, políticas y sociales), así como ser parte de la génesis del espacio “Unificando las luchas”. En sus orígenes su función era coordinar acciones y movilizaciones de diferentes colectivos que estábamos dando la batalla en aquel tiempo. De hecho, los tres grupos iniciales fuimos “Coca-Cola en lucha”, “Técnicos de Movistar en lucha” y “Correos en lucha”. A posteriori fueron llegando muchos otros colectivos (hay carteles con numerosos logos de las acciones convocadas) e incluso después este espacio tomó de forma de plataforma, pero no puedo detenerme ahora en explicar dicho proceso.

Sí, en nuestro colectivo había conciencia de clase, es decir, comprensión de que la gente trabajadora tenemos toda una serie de rasgos y problemáticas comunes (independientemente de que los dueños de las empresas en las que estamos empleados sean distintos). Teníamos claro que había más opciones de victoria si estábamos agrupados en lugar de divididos. Y por supuesto, había conciencia social: partiendo de la idea de que los servicios públicos son el mejor patrimonio social, no luchábamos por mejorar nuestras condiciones de trabajo sólo para vivir mejor nosotras, sino para poder prestar un buen servicio postal a toda la ciudadanía.

Daba gusto estar en una acción convocada por nuestra plataforma y ver a los espartanos de Coca-Cola apoyándonos. Con muchos de esos colectivos nos encontrábamos frecuentemente en manifestaciones que trascendían nuestros conflictos laborales particulares y también en eventos políticos que algunas formaciones (especialmente Podemos e Izquierda Unida) nos abrieron para ayudar a dar a conocer tanto nuestros problemas como nuestras iniciativas para revertirlos.

Los lazos forjados en esos años aún perviven de una u otra forma. Incluso con la plataforma ya sin funcionamiento habitual (aunque se mantengan algunas redes sociales activas para difundir publicaciones e informaciones relevantes), algunos miembros de “Correos en Lucha” han seguido participando en foros internacionales, mesas redondas, y, por tanto, intercambiando experiencias y aprendizajes.

En definitiva, desde mi punto de vista, nuestra experiencia es prueba de que si bien debe haber una discusión sobre el sindicalismo y sus modelos como la que en estos momentos se está dando a escala internacional, es probable que la mejor respuesta que podamos dar es la de absorber lo mejor de cada uno de ellos. El “nuevo” sindicalismo ha de conocer y comprender la experiencia histórica del movimiento obrero, y el “viejo” estar dispuesto a modernizar sus formas y obligarse a ser audaz.

¿Inventó nuestra Plataforma el asamblearismo en Correos? Por supuesto que no. Sólo nos planteamos una fórmula atractiva de participación y generamos un modelo de organización porosa que facilitara el sentido de pertenencia. No teníamos todo un bagaje y pasado (colectivos) que ofrecer, pero levantamos un espacio donde cada paso, cada avance, cada reconocimiento y cada victoria pudieran convertirse en patrimonio de toda la plantilla. Entendíamos “Correos en lucha” como un grito general.

Quienes participamos activamente en esa experiencia, posiblemente hayamos aprendido que la apatía se derrota con ilusión, que las penurias diarias se llevan mucho mejor cuando te organizas para enfrentarlas, que la construcción de un “sí” es determinante si aspiras a cambiar las cosas (y mucho más útil que agitar las pasiones tristes) y que necesitas un lugar sano de trabajo y reflexión donde la confianza dentro del grupo ha de ser condición sine qua non.

A modo de cierre diré que “Correos en Lucha” fue mi primera gran experiencia de pelea dentro de la empresa, donde aprendí a poner el acento en lo que nos une en lugar de en lo que nos divide. En esa etapa me afilié y comencé a participar en CGT, el único sindicato estatal que en Correos considero que no titubea y siempre ha tenido claro que los intereses a los que se debe son a los de la plantilla. Fue en aquellos años cuando, sobre la base de la práctica, acabé de comprender esa vieja frase que dice: “La acción no debe ser reacción, sino creación”.

Arquivado en: Sindicatos Laboral
Sobre o blog
En las luchas sociales en la que vivimos, la desorganización es sinónimo de fracaso. Y, el fracaso, es sinónimo de pérdida de derechos. De calidad de vida. De dignidad. Este blog explora, a través de las experiencias y reflexiones de distintos colectivos y sindicatos, alternativas a la mera canalización del descontento social y distintas metodologías para organizar realmente a las personas y construir poder popular.
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Comunidad de Madrid
Movilización social Miles de personas llenan Madrid para pedir a Ayuso medidas que atajen la crisis de vivienda
Más de 40 organizaciones han pedido medidas como aplicar la Ley de Vivienda o incluir los pisos de la SAREB en el parque público. “Ayuso, control de precios del alquiler ya y vivienda pública y social”, exigen desde la plataforma convocante.
El Corte Inglés
Negociación colectiva Viajes El Corte Inglés trasladará a 430 empleados escudándose en una auditoría “insuficiente”
Comisiones Obreras pone en valor su negociación frente al sindicato amarillo Valorian: “Desenfundaron los Montblancs de oro” en cuanto la empresa fingió ceder, aseguran.
Represión
Condenadas a 3,5 años de cárcel Una manifestación recorrerá Madrid este sábado para mostrar el apoyo a las seis de La Suiza
El futuro de las activistas condenadas a tres años y medio de cárcel está en manos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos después de la condena del Supremo y la inadmisión del recurso por parte del Constitucional.
Sobre o blog
En las luchas sociales en la que vivimos, la desorganización es sinónimo de fracaso. Y, el fracaso, es sinónimo de pérdida de derechos. De calidad de vida. De dignidad. Este blog explora, a través de las experiencias y reflexiones de distintos colectivos y sindicatos, alternativas a la mera canalización del descontento social y distintas metodologías para organizar realmente a las personas y construir poder popular.
Ver todas as entradas
Memoria histórica
Memoria histórica Cultura, exilio e loita das bibliotecarias galegas na Segunda República: a vida de María de los Ángeles Tobío
Durante os primeiros anos trinta, as bibliotecas tornaron en espazos de traballo ideais para un modelo de muller que aspiraba ser independente e que manifestara un claro compromiso político. A Guerra Civil remataría con todas as súas aspiracións.
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que los sindicatos anunciaron la histórica manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Madrid
Acusaciones de violencia sexual Monedero, bajo investigación de la Universidad Complutense por la denuncia de acoso sexual de una alumna
La confidencialidad del expediente no permite saber cuándo se presentó la denuncia ante la Unidad de Igualdad o cuánto se demorará la resolución. La Complutense afirma que la Inspección de Servicios está tramitando la acusación.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.