Culturas
Barbie, la muñeca que nos encanta odiar

Barbie es más que una muñeca: es todo un símbolo que ya forma parte de la cultura popular, adorada y denostada a partes iguales. El estreno el próximo julio de la película de Greta Gerwig basada en la muñeca no solo ha aumentado las ventas del juguete, sino que promete convertirse en uno de los fenómenos de la temporada y ha vuelto a poner sobre la mesa debates como el de los juguetes y los roles de género.
16 jun 2023 06:00

El origen de Barbie es tan conocido que forma ya parte de la leyenda de la muñeca: su nombre es el diminutivo de Bárbara, la hija del cofundador de Mattel, que prefería jugar con muñecas de aspecto adulto y que inspiró la comercialización de Barbie (Bárbara, por cierto, tendrá un cameo en la cinta de Gerwig). El resto es historia: se tomó como modelo la muñeca alemana Lilli —que no se dirigía al público infantil, sino al coleccionista— y el 9 de marzo de 1959 se presentaba en sociedad. Desde entonces no solo se ha convertido en una de las muñecas más vendidas, sino que forma parte del acervo cultural de varias generaciones.

A Barbie la hemos visto parodiada en Los Simpson como Stacey Malibú, vestida por los mejores diseñadores de moda e inpirando, aún hoy, tendencias micronicho como el “barbiecore”. También hemos visto versiones más subversivas, en las que se le maquilla y viste con una estética cercana al bondage, o en las que su cabeza se implanta sobre la de algún monstruo. John Waters hasta la utilizó para su colección de platos “The Girls”, y un comando de activistas, la Barbie Liberation Organization se hizo con cajas de GI Joes y Barbies (el número varía según las fuentes), abrieron los muñecos e intercambiaron las grabaciones de voz del interior de sus cuerpos, de forma que Barbie tenía la voz y frases de GI Joe y viceversa. Realizada esta acción para criticar los roles de género, devolvieron las cajas a los estantes de las tiendas. Hasta sus competidoras parecen mirarse en la muñeca, y nadie puede negar el sospechoso parecido de la princesa Elsa o esas Bratz que parecen la hermana rebelde de Barbie, una que prefiere escuchar a La Zowi antes que a Taylor Swift.

Barbie llegó a España en 1977, de la mano de la empresa Congost (que introdujo ligeras diferencias en el acabado gracias a las cuales ahora son piezas de coleccionista), y pronto se convirtió en la muñeca que todas queríamos. O casi todas

Barbie llegó a España en 1977, de la mano de la empresa Congost (que introdujo ligeras diferencias en el acabado gracias a las cuales ahora son piezas de coleccionista), y pronto se convirtió en la muñeca que todas queríamos. O casi todas. Ana Requena, periodista y autora de Feminismo vibrante e Intensas, le declaró la guerra desde el principio. “Me recuerdo rechazando la Barbie —explica—, la identificaba con algo que se me quería imponer desde algún lugar, tenía la impresión de que eso, como niña, era lo que me tenía que gustar. Una de mis bisabuelas un día apareció con una para mí y no la recibí muy bien, no me gustó, y cuando me preguntaban cómo la iba a llamar dije que Mierda. Cuando iba en el coche con mis padres abría un poco la ventanilla y la sacaba para ver si se la llevaba un coche”.

Ana Llurba, autora de Hemoderivadas y La puerta del cielo, recuerda que en Argentina jugaba con Tammy, una imitación más asequible y, por tanto, más popular. “No todas mis amigas tenían Barbie —apunta—, recuerdo que a una le comió la pata de la Barbie un conejo y fue una gran tragedia”.

Jugar con Barbie tampoco era fácil si eras un niño, como bien explica Juanpe Sánchez López, investigador y autor de Desde las gradas y Superemocional: “Las Barbies fueron mi juguete favorito una temporada cuando era bien pequeño, pero yo sabía que no estaba bien visto que siendo un chico jugase con ellas y, cuando me regalaron mi primera Barbie que no era heredada de mi hermana en público, me puse a llorar y me encerré en el baño. Esto no es tampoco un ejercicio de victimización sino más bien una reflexión sobre cómo estas normas y roles de género que venían establecidos con ciertos juguetes son un espejo de la violencia que estas normas y roles de género ejercen más allá de nuestra habitación cuando somos niños”.

Ana Requena también ahonda en esa idea del rol: “Por una parte te regalaban una Barbie y por otra parte te ridiculizaban por jugar con ella y ahí hay algo perverso, porque mientras se estereotipaba a las niñas se ridiculizaba lo femenino, que es una de las herramientas patriarcales por excelencia”.

“Era referente de lo que era ser una chica, y ser una chica era ser hiperdelgada y súper delicada, con aspecto de princesa, una chica dulce, agradable y que está gustando siempre”, explica Ana Requena

Del físico de Barbie y sus curvas imposibles se ha hablado hasta la saciedad, y desde que nació se ha sometido a varias transformaciones: las hay racializadas, bajas, altas y hasta con distintos pesos, la ha habido incluso embarazada, aunque se retiró del mercado inmediatamente (y por supuesto, otra Barbie que se ha convertido en objeto de coleccionismo). Pero en el imaginario colectivo, Barbie siempre es esa mujer blanca, rubia, maquilladísima, de ojos azules y sonrisa perfecta. “Era referente de lo que era ser una chica, y ser una chica era ser hiperdelgada y súper delicada, con aspecto de princesa, una chica dulce, agradable y que está gustando siempre”, explica Requena.

Para Ana Llurba, Barbie representaba el abandono de la infancia: “Intuyo que ‘jugar a las Barbies’ tiene algo de transición de la niñez a la adolescencia, porque a diferencia de los Yoli-Bell [los Nenucos argentinos], la muñeca encarna una proyección, no era tu hija”. En la Argentina de los años 90, era más pernicioso el modelo de vida que vendía con todos sus coches, vestidos y mansiones: “Yo creo que la cuestión del dinero, hablo de Argentina en los 90, era lo más dañino, era una época muy aspiracional en general: imagínate que había convertibilidad 1-1 con el dólar y todo eso implosiónó en el 2001. Aunque acá llegó la globalización, etc., no se puede hablar de un progreso económico que acompañara los ideales que resume Barbie, sino al contrario”.

“Una no solo juega o desea una Barbie por identificarse con ella sino también porque supone el lugar de la imaginación”, afirma Juanpe Sánchez López

Juanpe ve en la muñeca y en todo lo que le rodea un espacio para explorar: “Una no solo juega o desea una Barbie por identificarse con ella sino también porque supone el lugar de la imaginación: es un espacio a rellenar con lo que uno desea, un horizonte de expectativas —a veces, violento y opresivo; otras, liberador; la mayoría de veces, ni la una ni la otra—, un espacio de reafirmación de que podría existir algo parecido a lo que una querría ser. A veces, incluso no hace falta ni jugar un rol distinto sino exagerar aquello que se espera la feminidad, como ocurre con Barbie. ¿Dices que la feminidad es algo rosa, muy rosa, ligado a veces con lo superficial? Pues voy a darte tres tazas”.

Esa fantasía y esa exageración de los atributos femeninos es la que ha abierto la puerta a que se convierta en el icono gay que es: “La plasticidad de la Barbie (más allá del material del que está hecho) posibilita que la fantasía o que ciertas ideas de la feminidad que o bien se imponen o bien se niegan a ciertos sujetos, puedan ser posibles. Ahí reside una de sus conexiones con el drag, en ver que los roles y las normas de género se pueden recrear, pero también con ello remodelar o dar cabida en lugares donde esas normas o roles de género no son bienvenidos en el mundo fuera del juego”. ¿El mejor ejemplo? Trixie Mattel. Ni siquiera la firma americana ha perdido ocasión de sumarse al carro y hasta ha sacado muñecas de coleccionista inspiradas en Barbra Streisand y Laverne Cox: conoce a su público.

La película homónima de Greta Gerwig promete darnos toda esa fantasía, esa sobredosis de rosa (cuyo rodaje provocó escasez a escala global) y esa ficción de felicidad y perfección que vende Barbie, pero también sus sombras, como ese Ken “hecho para ser su novio”, como dice Ana Requena, o el hecho de que no se pueda mentar la muerte o la diferencia entre el mundo de plástico y el real. Y por el camino, parece que también pondrá sobre la mesa el debate de qué juguetes damos a la infancia.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Periodismo
Maruja Torres “En la izquierda tenemos afición por automutilarnos”
A sus 81 años, Maruja Torres sigue siendo referencia indiscutible en el periodismo por su mirada aguda e independiente. Autora de varios libros, se declara políticamente “socialdemócrata radical” y es muy activa en redes sociales.
A Catapulta
A Catapulta Á dignidade polo camiño da excelencia
Yolanda Castaño visita A Catapulta para conversar sobre a súa profesión: a poesía
Memoria histórica
Memoria histórica Cultura, exilio e loita das bibliotecarias galegas na Segunda República: a vida de María de los Ángeles Tobío
Durante os primeiros anos trinta, as bibliotecas tornaron en espazos de traballo ideais para un modelo de muller que aspiraba ser independente e que manifestara un claro compromiso político. A Guerra Civil remataría con todas as súas aspiracións.
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que el movimiento de vivienda anuncia la manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Más noticias
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Madrid
Acusaciones de violencia sexual Monedero, bajo investigación de la Universidad Complutense por la denuncia de acoso sexual de una alumna
La confidencialidad del expediente no permite saber cuándo se presentó la denuncia ante la Unidad de Igualdad o cuánto se demorará la resolución. La Complutense afirma que la Inspección de Servicios está tramitando la acusación.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.