Randy Kehler y Betsy Corner, activistas estadounidenses. Fuente: Paul Franz/Greenfield Recorder
Beyond Nuclear Randy Kehler y Betsy Corner, activistas estadounidenses. Fuente: Paul Franz/Greenfield Recorder
Activista
29 dic 2025 00:16

Artículo publicado originalmente por Beyond Nuclear International.

Randy Kehler fue uno de los seres humanos más compasivos, amables, cariñosos y decentes que he conocido. Incluso aquellos que no estaban de acuerdo con sus ideas -y había muchos- no podían evitar quererle en lo personal. Era una persona que irradiaba bondad, honestidad, respeto e integridad.

Algunos dirían que logró pocos resultados concretos durante su larga carrera como organizador y activista. Todavía vivimos en una sociedad militarista que con demasiada frecuencia ve la guerra como la respuesta, y seguimos siendo el mayor comerciante de armas del mundo. Todavía estamos armados hasta los dientes con armas nucleares, y el reloj del juicio final marca cada vez más cerca de la medianoche. Todavía no tenemos elecciones limpias y justas, y las cosas, si acaso, han ido a peor. A veces, Randy se describía a sí mismo como un Don Quijote, afrontando molinos de viento y soñando el sueño imposible.

Pero esa no es toda la historia. Puede que Randy no hubiera logrado los resultados concretos que buscaba, pero sus acciones tuvieron enormes efectos en cadena que penetraron a lo largo y ancho de la historia de su país. Más de una vez, esas ondas cambiaron el curso de la historia. El informante Daniel Ellsberg dijo una vez: “Sin Randy Kehler, no habría habido Papeles del Pentágono”.

El informante Daniel Ellsberg dijo una vez: “Sin Randy Kehler, no habría habido Papeles del Pentágono”.

Su organización en torno a la congelación de armas nucleares, que incluyó la manifestación política más grande en la historia de EEUU, el 12 de junio de 1982, tuvo efectos ondulantes que penetraron en la Casa Blanca de Reagan. En su segundo mandato, la tensión por las armas nucleares se suavizó notablemente: un cambio importante. Esto allanó el camino para varios acuerdos históricos de reducción de armas nucleares con los soviéticos. No está fuera de lugar decir: “Sin Randy Kehler, no habría tratados como INF o START”.

Randy habría sido el primero en admitir que su vida no se trataba de lograr resultados. Se trataba de tomar una postura. Le reconfortaba mucho esta cita de Thomas Merton: “No dependas de la esperanza de los resultados. Puedes tener que enfrentar el hecho de que tu trabajo será aparentemente sin valor e incluso no lograr ningún resultado en absoluto, si no tal vez resultados opuestos a lo que se espera. A medida que te acostumbras a esta idea, empiezas a concentrarte cada vez más no en los resultados, sino en el valor, la rectitud, la verdad del trabajo mismo. Poco a poco se lucha cada vez menos por una idea y más y más por personas específicas. Al final, es la realidad de las relaciones personales lo que salva todo”.

También poseía una aguda inteligencia que lo mantenía enfocado en lo que realmente importaba. Él fue directo al corazón del asunto, dondequiera que entregó su atención. He estado en muchas reuniones con Randy, y siempre se podía contar con él para decir algo verdaderamente profundo, perspicaz y brillante. Veía las cosas tan claramente. Su brújula moral estaba finamente afinada y siempre en la marca.

He estado en muchas reuniones con Randy, y siempre se podía contar con él para decir algo verdaderamente profundo, perspicaz y brillante. Veía las cosas tan claramente. Su brújula moral estaba finamente afinada y siempre en la marca.

Randy fue la persona principal que trajo a los legendarios activistas de paz y derechos civiles Wally y Juanita Nelson. Siguieron siendo amigos toda la vida, pero también tuvieron sus desacuerdos, especialmente durante la incautación de la casa de Randy y Betsy en Colrain por Hacienda como consecuencia de su negativa a pagar impuestos por la guerra.

Me pregunto, ¿por qué tuvo estos enormes efectos? Creo que fue debido al tipo de persona que era. Era un verdadero radical, en el sentido de alguien que va a la raíz de las cosas. Era una persona de conciencia, una persona que escuchaba esa voz interior que le decía lo que estaba bien y lo que estaba mal.

Esa integridad le merecía un respeto y una dignidad que era imposible ignorar. Era palpable. Afectó a Ellsberg profundamente y obviamente a muchos otros. Me afectó. Consciente de sus propios efectos, a menudo le decía a la gente, especialmente a los jóvenes activistas: “No asumas nunca que cualquier cosa que hagas, sobre todo si es un acto de conciencia, no hará una diferencia”. Uno nunca sabe quién puede estar escuchando o mirando.

Consciente de sus propios efectos, a menudo le decía a la gente, especialmente a los jóvenes activistas: “No asumas nunca que cualquier cosa que hagas, sobre todo si es un acto de conciencia, no hará una diferencia”. Uno nunca sabe quién puede estar escuchando o mirando.

Los Nelson defendían una no-cooperación intransigente, por la cual eran famosos, pero Randy veía las cosas de manera algo diferente, con más matices. Una vez escribió una breve declaración llamada “La no violencia es también ...” Eso era una coda a la propia declaración de Wally sobre la no violencia, con la que Randy estaba totalmente de acuerdo, pero sentía que había más que decir. Esa declaración adicional, que “también” es simplemente hermosa y es lo que llamo “no violencia compasiva”.

La compasión era su segundo nombre. Randy tenía una capacidad única para mantenerse firme en sus principios, pero también se ponía en los zapatos de sus adversarios, para entender que ellos también tenían “un pedazo de la verdad”. Es tan fácil para los activistas, no violentos o no, decir: “¡Sé que tengo razón y tú estás equivocado, así que al diablo contigo!” Ese no es quien era Randy Kehler. Él se esforzó por “escuchar con el corazón”, para escuchar con compasión y humildad. Esto es tan importante, especialmente en estos tiempos polarizados, y llevaré esta lección conmigo hasta el final de mis días.

Suena un poco banal decirlo, pero Randy era uno de mis héroes. Era alguien a quien siempre admiraba, pero al mismo tiempo era muy realista. Se interesaba por ti, un interés genuino que no era falso. Él era el mejor amigo que una persona podía pedir, y era una persona que tenía muchos, muchos mejores amigos.

Traducción de Raúl Sánchez Saura.

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