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Centrales nucleares
¿La última central nuclear en Estados Unidos?
Artículo publicado originalmente en Canary Media.
Con miles de millones por encima del presupuesto y años de retraso, la ampliación de la central nuclear de Vogtle indica que los proyectos nucleares convencionales son una especie en extinción.
El primer reactor nuclear construido en EE.UU. en los últimos 30 años alcanzó este mes un hito que lo acerca tentadoramente a la sincronización con la red eléctrica y a la generación de energía para los clientes. Pero no se trata del amanecer del renacimiento nuclear, amenazado desde hace tiempo, sino más bien del canto del cisne de la industria nuclear convencional estadounidense.
Vogtle 3, uno de los dos reactores nucleares de 1100 megavatios que está construyendo Georgia Power (y otras empresas regionales), ha alcanzado la “criticidad inicial”, según anunció la empresa hace dos semanas. Esta ominosa frase significa que los operarios de la central han iniciado de forma segura una reacción de fisión nuclear autosostenida en el interior del reactor. Los átomos se dividen y el calor de la reacción pronto se aprovechará para producir vapor, alimentar una turbina y generar electricidad.
La construcción de los dos reactores comenzó en 2009, con planes de ponerlos en marcha en 2017, pero el proyecto lleva seis años de retraso y ha costado a los clientes de los servicios públicos más de 30.000 millones de dólares, más del doble del precio original. La Oficina de Programas de Préstamos del Departamento de Energía proporcionó unos 12.000 millones de dólares en garantías de préstamos para ayudar a completar el proyecto en un contexto de congelación del gasto y demandas judiciales.
La construcción de los dos reactores comenzó en 2009, con planes de ponerlos en marcha en 2017, pero el proyecto lleva seis años de retraso y ha costado a los clientes de los servicios públicos más de 30.000 millones de dólares, más del doble del precio original.
Los dos nuevos reactores se suman a otros dos ya existentes en la central de Vogtle. Cuando los cuatro reactores estén en funcionamiento, será el mayor complejo de generación nuclear de EE.UU., superando la producción del emplazamiento de tres reactores de Palo Verde (Arizona). La ampliación de Vogtle implica la instalación de dos reactores de agua a presión AP1000 de Westinghouse, el primer despliegue de ese modelo en EE.UU. China ya tiene cuatro unidades AP1000 en funcionamiento y otras cuatro en construcción.
Según Georgia Power, cuando el reactor de la Unidad 3 alcance la criticidad, los operadores de la central aumentarán la potencia para que el generador pueda sincronizarse con la red eléctrica y, en última instancia, alcanzar la potencia máxima. Según la empresa eléctrica, está previsto que la Unidad 3 entre en servicio en mayo o junio de este año. Se espera que la Unidad 4 entre en servicio a finales de 2023 o principios de 2024.
Cuando los dos nuevos reactores Vogtle de Georgia estén plenamente operativos, serán los primeros reactores nucleares que hayan completado todo el proceso de concesión de licencias de la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) de Estados Unidos. Todos los demás reactores en funcionamiento empezaron a recibir licencias antes de que la NRC abriera sus puertas en 1975.
Es el fin del reactor tal y como lo conocemos
Pregunté a tres expertos en energía nuclear cuáles serían los próximos reactores comerciales que entrarían en funcionamiento en Estados Unidos.
“Vogtle 3 y luego Vogtle 4. Y después lo más probable es que nada”, dijo Gregory Jaczko, ex presidente de la Comisión Reguladora Nuclear.
“Desgraciadamente, no está prevista la entrada en funcionamiento de ningún reactor Gen 3+. Lo más probable es que el próximo desarrollo proceda de 'reactores avanzados', también conocidos como Gen 4”, dijo el segundo experto. Los reactores avanzados, incluidos los pequeños reactores modulares, tienen un diseño significativamente diferente del diseño de agua ligera “Gen 3” que se está desplegando en Vogtle, empleando nuevos tamaños, combustibles y refrigerantes.
El tercer experto se negó a especular.
La NRC ha concedido permisos para la construcción de otros ocho reactores nucleares en centrales existentes o cerca de ellas en EE.UU., pero no se espera que ninguno de ellos llegue a completarse. En su lugar, la industria apuesta por reactores nucleares avanzados para salvar el día.
Es una mala apuesta.
La NRC ha concedido permisos para la construcción de otros ocho reactores nucleares en centrales existentes o cerca de ellas en EE.UU., pero no se espera que ninguno de ellos llegue a completarse.
El Laboratorio Nacional de Idaho tiene un calendario optimista para los reactores de demostración y de banco de pruebas que espera poner en marcha esta década, pero la vía de comercialización de estos experimentos es incierta. Los reactores modulares avanzados y pequeños (SMR) que se están desarrollando se enfrentan a una serie de riesgos económicos, normativos, tecnológicos y temporales. Esto se traducirá en sobrecostes, retrasos en los proyectos y energía no rentable, con lo que los clientes de las empresas eléctricas acabarán pagando el pato en algún lejano día de las décadas de 2030 o 2040.
El reactor avanzado más próximo al mercado estadounidense es el que está desarrollando NuScale, que tiene un acuerdo no vinculante para construir el primer proyecto SMR de su clase en Idaho. La empresa ya ha elevado su coste de energía previsto de 58 dólares por megavatio-hora a 89 dólares, aunque aún faltan años para que empiece la construcción. Según NuScale, el primer módulo de la central comenzará a funcionar comercialmente en diciembre de 2029, pero los calendarios de los proyectos nucleares son inevitablemente optimistas y muy disparatados.
El camino de NuScale ante la NRC ha sido largo y arduo, y está lejos de terminar. Los reactores avanzados como el Natrium de TerraPower, cuyo diseño difiere significativamente de los reactores de agua ligera existentes, se enfrentan a una escalada reglamentaria aún más pronunciada. Además, tendrán que lidiar con cadenas de suministro rotas o inexistentes, ya que los combustibles de uranio de alta concentración utilizados por la mayoría de los reactores avanzados no están disponibles en grandes cantidades fuera de Rusia.
Independientemente de los mensajes optimistas del DOE y de la industria, es casi seguro que Vogtle 3 y 4 serán los últimos grandes reactores nucleares que entren en funcionamiento en EE.UU. en mucho tiempo.
Traducción de Raúl Sánchez Saura.