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La moción de censura a Rajoy ha adelantado más de una semana el anuncio del relevo al frente del Banco de España (BdE). Luis María Linde dejará el 11 de junio de presidir el BdE para ser relevado por Pablo Hernández de Cos, un técnico de la casa hasta ahora al frente del servicio de estudios de la entidad.
El mandato de Linde (desde junio de 2012) ha estado marcado por la sombra de la crisis financiera, económica y política y por las críticas de colectivos como 15mpaRato, de los inspectores de la entidad, o de la propia oposición, que en el mejor de los casos lo han juzgado demasiado indulgente con el papel del supervisor en los años de formación de la burbuja financiera e inmobiliaria.
Linde llega a su retiro como gobernador sin la tacha en su curriculum de la imputación en el caso Bankia
“El informe de su institución es un informe de forense”, descalificaba el líder de Izquierda Unida, el economista Alberto Garzón, durante la comparecencia parlamentaria de Linde en febrero de 2017. El Banco de España había publicado su informe sobre las causas de la crisis financiera originada en 2008 y transformada a partir de 2010 en una crisis de deuda pública, con recortes en servicios esenciales como educación y sanidad de los que todavía no nos hemos recuperado.
Para Garzón, el informe se limitaba a certificar las causas inmediatas de la defunción del sistema financiero español, o al menos de una de sus principales patas, las cajas de ahorros orientadas al crecimiento del crédito inmobiliario. Pero no decía nada sobre la propia responsabilidad de la institución cuyo mandato incluía la inspección y supervisión de esas mismas actividades.
Por esas mismas fechas de la comparecencia de Linde en el Congreso, la cúpula del Banco de España tenía otra preocupación: su posible imputación, junto con los directivos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en la pieza de la Audiencia Nacional que investiga la posible salida fraudulenta de Bankia a bolsa, un intento desesperado por tapar los agujeros económicos de la fusión de siete cajas de ahorros quebradas que daría origen a Bankia.
Finalmente el juez Fernando Andreu dejaría en mayo fuera de su investigación a los reguladores (Banco de España y CNMV). Linde llega a su retiro como gobernador sin esa tacha en su currículum. Pero la institución se ha dejado jirones: el segundo de Linde, cuya imputación en el caso Bankia también había sido solicitada por las acusaciones populares, dimitiría el pasado verano fuertemente cuestionado por el entonces ministro de Economía Luis de Guindos y por los propios inspectores de la entidad.
“Para empezar Luis Linde ni es ni ha sido nunca gobernador del Banco de España”, afirma tajante Sergio Salgado, de 15MpaRato, el colectivo que impulsa la acusación popular no partidista en el caso Bankia. Desde la plataforma reservan ese papel para el exsubgobernador Fernando Restoy, cuya dimisión atribuyen a “presiones a los inspectores que en sus informes daban la razón a nuestra querella inicial”.
La comparecencia en octubre de la asociación de inspectores en la comisión parlamentaria que investigó el origen de la crisis de las cajas y del sistema financiero español confirmaba que las cosas no andan bien entre este cuerpo de funcionarios y la dirección del BdE. Su portavoz, Pedro Luis Sanchez Ruiz, desmentía la versión del Banco de España -y del propio Linde- que atribuyó todos los problemas a una crisis financiera internacional frente a la que no se podía hacer nada. “ "No atacamos la institución, sino la gestión de aquellos que a veces la utilizan para escudarse bajo el argumento de que si se les acusa a ellos se acusa a la institución", declaraba.
Sánchez Ruiz dijo muchas cosas, todas de peso. En relación con el caso Bankia, señalaba directamente a la dirección del Banco de España, y en concreto a la Dirección General de Supervisión, al permitir el desfalco (no usó ni la palabra permitir ni la palabra desfalco) de las siete cajas fusionadas. También argumentó que la salida a bolsa de la entidad se hizo con información inexacta sobre sus cuentas reales.
Según el inspector, esta dirección general dió el visto bueno a una operación contable (achacar determinadas pérdidas al patrimonio en vez de en la cuenta de pérdidas y ganancias) que permitió a los directivos de las cajas embolsarse más de 100 millones de euros en términos de retribución variable.
Sobre la salida a bolsa, señaló que en las cuentas remitidas a la CNMV Bankia contaba con 6.913 millones de euros atribuídos a provisiones que en realidad sólo estaban “pintadas”, es decir que eran provisiones pendientes de asignación. En otras palabras: que no existían. Todo ello con conocimiento del Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Gobernador, puesto junior desde 2012
Además de las importantes acusaciones sobre los pecados del pasado, la intervención del presidente de la asociación profesional de inspectores del BdE tenía los pies muy pegados al presente. Por boca de su presidente, los inspectores aprovechaban para soltar una acusación que implicaba de lleno a la gestión de Linde: “desde hace tres años no se está llevando a cabo una auténtica comprobación contable de las entidades".En ese periodo de tiempo -bajo supuesta supervisión del Banco de España y de Linde- se producía en 2017 la fusión de Bankia con Mare Nostrum, otro Frankenstein bancario procedente de la orgía inmobiliaria de los 2000, y la polémica venta del Popular al Santander, cuyos 30.000 millones de euros en activos tóxicos inmobiliarios pasaron en apenas unas semanas del balance del viejo banco de la clase media a manos del fondo oportunista Blackstone. Un expresidente del Banco de España hablaría también en sede parlamentaria de las irregularidades en el proceso de quiebra y venta del Popular.
Economía
Banco Popular: crónica de un hundimiento
“Si quitamos el sueldo [el puesto de Gobernador de BdE] es ya un puesto junior sometido a supervisión”, ironizaba un antiguo empleado del ministerio de Economía consultado por El Salto en referencia a la pérdida de competencias del supervisor en favor del Banco Central Europeo. En el caso del Popular, la supervisión estricta de las cuentas, o de las extrañas retiradas de capital del Popular por parte de diversas entidades públicas, no han sido una prioridad para el ok a la venta por parte del BCE: la liquidación y venta de la entidad se hizo repercutiendo las pérdidas a bonistas y ahorradores del banco, tal y como quería la Unión Europea. Al menos, a corto plazo.
Precisamente los vínculos con Frankfurt (sede del BCE) han sido uno de los argumentos para justificar en público la elección del sucesor de Linde. Un 11,9% del volumen de deuda soberana comprada por la autoridad monetaria europea en su programa de expansión cuantitativa es de bonos españoles: 238.498 millones de euros desde la puesta en marcha del programa en marzo de 2015.
Este programa mantiene baja la rentabilidad de la deuda española en los mercados financieros, cubierta parcialmente de ataques especulativos como los que se vuelven a vivir estos días con el trasfondo de la crisis de gobierno en Italia. Su retirada total se ha aplazado de momento para diciembre. Después, el nuevo gobernador se adentrará en tierra incógnita, donde los antiguos mapas decían “aquí hay dragones".
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muy bien explicado!!, nada mas que estamos rodeados de putos chorizos!!! Para que ellos vivan como dios