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Economía
Luces y sombras del nuevo modelo arancelario de Estados Unidos en los países del Sudeste Asiático

Desde que Trump llegó a la Casa Blanca y dio el pistoletazo de salida a su nueva política económica basada en la imposición de aranceles, las naciones del Sudeste Asiático buscan la manera de responder a esta guerra comercial, ya sea a través de la negociación y la llegada a acuerdos o mediante la apertura de mercados hacia otras regiones del mundo para reducir la dependencia del mercado estadounidense. China ya anunció hace unos días aranceles del 34% a todos los productos estadounidenses en respuesta a la embestida económica de Trump. Está previsto que esta medida se empiece a aplicar a partir del 10 de abril.
A los aranceles base del 10% aplicados a todos sus socios comerciales, desde que Donald Trump declarase el “día de la liberación de América", Estados Unidos ha establecido otra serie de medidas para con las economías del Sudeste Asiático y otros países. Es lo que él llama “aranceles recíprocos” y se pondrán en marcha el próximo 9 de abril en 90 países. En el Sudeste Asiático, Camboya, Laos y Vietnam son los más afectados. En estos tres países, los gravámenes ascienden hasta el 49%, el 47% y el 46%, respectivamente. En Tailandia, se aplicarán aranceles del 36%, en Indonesia del 32% y en Malasia del 24%. Los dos únicos países de la región donde no se aplicarán aranceles extras serán Singapur y Timor Oriental, donde se mantiene el arancel base del 10%. Fuera de la región, Trump ha mantenido una tasa base del 10% en países como Gran Bretaña, Brasil o Egipto.
El modelo de exportación de la región, ¿en peligro?
Vietnam, que ahora está siendo uno de los países más afectados por esta nueva política arancelaria, fue uno de los que más se benefició de la guerra comercial del primer mandato de Donald Trump contra China, cuando muchas empresas de capital occidental que operaban en China, pero también muchas empresas chinas decidieron reubicarse en otros países con el objetivo de evitar los aranceles estadounidenses.
La agresividad arancelaria del Ejecutivo estadounidense podría hacer peligrar el modelo de exportación de la región, puesto que Estados Unidos es el mayor mercado de estos países
“Cuando Trump puso en marcha la guerra comercial con China durante su primer mandato, hubo muchos países de la región que se beneficiaron de la deslocalización. Eso reconfiguró el mercado y el comercio internacional; y afectó sobre todo a los sectores manufactureros con mano de obra intensiva y poco cualificada; es decir, empresas textiles, de electrónica y de ensamblaje”, explica para El Salto Inés Arco, investigadora del CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs) especializada en geopolítica, Asia Oriental y política china.
Ahora, la agresividad arancelaria del Ejecutivo estadounidense podría hacer peligrar el modelo de exportación de la región, puesto que Estados Unidos es el mayor mercado de estos países. La industria manufacturera textil, por ejemplo, podría verse gravemente afectada. En el caso de Vietnam, Estados Unidos es el principal destino de sus productos (absorbe el 29% de sus exportaciones), lo que supone un 30% de su PIB. El país se ha convertido en un importante nodo en la estructura de cadenas de suministro globales; y en el caso de Estados Unidos, es su sexto mayor exportador, por detrás de México, China, Canadá, Alemania y Japón. “Estas economías son altamente dependientes de la manufactura y el turismo, y en algunos casos, como en el caso de Camboya, de la ayuda para el desarrollo. En el caso concreto de Vietnam, el impacto de los aranceles de Trump contra el país será importante”; prosigue Arco.
Además, los efectos de esta nueva situación, explica, tienen rostro de mujer. “La manufactura en las empresas textiles es llevada a cabo, sobre todo, por mujeres. Se trata de una mano de obra altamente feminizada. Esto va a traer paro y un empobrecimiento general de la población local, pero sobre todo, de las mujeres, muchas de las cuales sostienen toda la economía familiar”. A esto hay que sumarle un contexto de pobreza importante en países como Camboya o Laos, “países ya muy debilitados por su propia estructura económica, que además ahora tienen que hacer frente al recorte de ayudas por parte de USAID”.
Si bien el Ejecutivo de Trump ha dado como explicación la diferencia en la balanza comercial entre importaciones y exportaciones con estos países, lo cierto es que con estas medidas también ha querido ‘castigarlos’ por haberse convertido, en cierta manera, en países intermedios para la salida de productos procedentes de China. Arco analiza qué ha sucedido: “Para evitar los aranceles en China muchas de las empresas de este país se deslocalizar en otros países; y no solo eso, muchas fábricas reciben productos chinos para hacer ensamblajes; y luego esos productos se exportan como vietnamitas, pero son chinos, en realidad. En esto Trump tiene una parte de razón”, reconoce la experta.
Integración regional y diversificación
Una de las claves será la integración económica entre los miembros de ASEAN, y otra la diversificación. Estas medidas gozan de cierta popularidad entre la población de la región. Arco asegura que los mercados ya están definidos: “En el caso de la diversificación, se está mirando hacia el mercado japonés, el de Corea del Sur, el de Australia, el de la Unión Europea o el de los Países del Golfo. Con estos últimos, algunos países del Sudeste Asiático, como Filipinas, ya hay mucha relación a causa de los flujos de trabajadoras y trabajadores”.
Este ha sido, ciertamente, el mensaje dado por la mayoría de países de la región: la clave es la diversificación; algo que ya se empieza a ver como una oportunidad. “En vista de esto, se alienta a los exportadores tailandeses a buscar nuevos mercados potenciales para reducir la dependencia de un mercado único. El Gobierno tailandés es plenamente consciente de estos riesgos y ha preparado medidas de mitigación para apoyar a los exportadores tailandeses afectados que dependen principalmente del mercado estadounidense”, se puede leer en un comunicado emitido por el Gobierno de Tailandia el pasado 3 de abril, en el que se asegura que esta nueva situación “también puede servir como una oportunidad para que Tailandia reestructure la producción, reduzca costos y mejore la competitividad a largo plazo en ciertas industrias”.
Pérdida de influencia estadounidense en la región
Si bien a corto plazo puede que Estados Unidos salga victorioso de esta guerra comercial iniciada con esta parte del mundo, a largo plazo, la pérdida de influencia estadounidense en la región puede perjudicarle. Este movimiento abre las puertas a que la influencia de China se expanda en el continente y se haga más fuerte de lo que ya es.
“Con esta maniobra, Estados Unidos deja un agujero de confianza en la región que será difícil de recuperar. Y, aunque la influencia de China es grande, no tenemos que olvidar que en la región también hay países como Corea del sur, Japón o Australia; es decir, de dominio estadounidense. Cuesta de entender las razones tras este movimiento; porque además también tendrá consecuencias en Estados Unidos, sus empresas y la clase media estadounidense”, se pregunta Arco.
Este movimiento abre las puertas a que la influencia de China se expanda en el continente y se haga más fuerte de lo que ya es
Y, a pesar de que los países de la región se mantienen abiertos al diálogo y apuestan por la no confrontación y la llegada a acuerdos que vuelvan a encauzar las relaciones comerciales, ya han empezado a trabajar en esa dirección: la de dar salida a las manufacturas hacia otros territorios para reducir su dependencia del mercado estadounidense y ser así menos vulnerables a este tipo de movimientos.
Visita de Pedro Sánchez a China y a Vietnam
La tensión arancelaria mundial coincide con la visita de Pedro Sánchez a China y a Vietnam. Esta es la primera vez que el actual presidente español visita Vietnam. En China, Sánchez se entrevistará con el presidente chino, Xi Jinping, con quien ya ha mantenido reuniones bilaterales hasta en dos ocasiones; la última en septiembre de 2024.
El viaje, que estaba programado antes de que estallara la crisis global desatada por las políticas económicas puestas en marcha por el Ejecutivo de Donald Trump, tiene como objetivo explorar la diversificación de mercados y acortar las distancias entre España y estos dos países asiáticos. A estas reuniones también asistirán José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación; y Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación. Representantes de diferentes empresas españolas también acompañarán a la delegación en esta visita. Algunas de estas empresas son Indra, Talgo, Adif o Renfe, entre otras. Está previsto que se firmen memorandos de entendimiento y que se fortalezcan los vínculos comerciales a través de la entrada de empresas españolas en Vietnam.
Según el Banco Mundial, Vietnam, con casi 100 millones de habitantes, es una de las economías más pujantes de Asia y fue una de las economías que más creció a lo largo de 2024. En 2025 el país espera seguir por esta senda y tiene previsto mantener el objetivo de crecimiento en el 8%. El país tiene la mirada puesta en el turismo internacional.
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