Economía
Sánchez coloca en Economía a una alto cargo de la Comisión Europea
El presidente del Gobierno refuerza su mensaje de continuidad a Bruselas con el nombramiento de Nadia Calviño al frente de Economía.

Siguen saliendo nombres del futuro Gobierno de Pedro Sánchez (PSOE). La cartera de Economía estará dirigida por Nadia Calviño (A Coruña, 1966), hasta ahora directora general de Presupuestos de la Comisión Europea. El presidente del Gobierno manda así una clara señal a las instituciones europeas, tal y como adelantó en el debate sobre la moción de censura: en el terreno presupuestario, al menos, no habrá sorpresas.
Sorpresas en este caso quiere decir no tocar los presupuestos del PP en 2018 (algo que Sánchez ya dejó claro desde el primer minuto), y que las cuentas de 2019 se comprometan a rebajar el déficit al objetivo del 1,3% pactado con la Unión Europea. Un objetivo para nada imposible de cumplir sin recortes en pleno crecimiento económico: bastaría, por ejemplo, con recuperar algo de la capacidad de recaudación perdida por el Impuesto de Sociedades (este tributo recauda aproximadamente la mitad de lo que recaudaba en el año anterior a la crisis).
No obstante, la propia Comisión Europea ve complicado que se cumplan ambos objetivos. Según Bruselas, las cuentas españolas cerrarán el ejercicio de 2018 con un 2,7% de déficit, lo que complica llegar al objetivo del 1,3% para el siguiente ejercicio sin recortes o sin aumentos adicionales de impuestos.
A la espera de ver cómo resuelve el nuevo Ministerio de Hacienda el impuesto tecnológico presentado por Montoro para financiar la subida de las pensiones en 2018 y 2019, cabe recordar que una de las propuestas estrella de Sánchez ha sido el impuesto a la banca, del que no hizo ninguna mención en la sesión de control previa a la votación de la moción de censura. Ambas patatas calientes recaerán en el departamento de Maria Jesús Montero, pero tendrá que ser Calviño quien —con estos u otros mimbres— convenza a la Unión Europea de la solidez de las cuentas públicas.
Funcionaria de carrera con fama técnica impecable, el ámbito estricto de Calviño había sido el de la Competencia, en el que ha ejercido como directora general hasta el año 2006 (bajo gobiernos del PP) y en el que ha seguido luego en Bruselas, donde aterrizó de la mano del excomisario económico Joaquín Almunia.
Desde 2014 ocupa el puesto que ahora abandona, como número dos del comisario de Presupuestos, el alemán Günter Oettinger. Precisamente este comisario saltó a los titulares la semana pasada por un tuit en el que celebraba el aumento de la prima de riesgo italiana y aseguraba que los mercados financieros enseñarían a los italianos a elegir mejor a sus representantes, en referencia al nuevo Gobierno de coalición entre Movimiento 5 Estrellas y Liga Norte.
El trabajo de Calviño será ahora convencer a estos mismos halcones del compromiso de continuidad del nuevo Gobierno con el rumbo marcado por el PP. Una tarea para la que puede estar bien preparada: “Es política, tiene esa capacidad de mentirte a la cara pero quedando bien”, señala una fuente consultada por El Salto.
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