Opinión
Otoño en Madrid, banderas en los balcones

La suspensión de la autonomía de Catalunya ha tenido efecto en Madrid. La victoria de Rajoy evidencia la derrota de las otras vías para la resolución del conflicto con Catalunya.

Bandera España Valdebebas
Álvaro Minguito Una mujer pasea frente a dos edificios cubiertos por banderas de España en el barrio de Valdebebas, en Madrid.
24 oct 2017 14:35

Lunes de plomo en Madrid. Las manos en los bolsillos, y con las manos, otras preocupaciones. El fin de mes y el otoño. La navidad a las puertas. Plomo. Las conversaciones han bajado decibelios. El sábado cambió la historia de España, de Catalunya, de Madrid. Hay una victoria que cuelga de los balcones. Y miles de derrotados, de derrotadas, que caminan hacia el trabajo. Entre contaminación atmosférica. Bajo menos ruido. Se oye una victoria. Y se intuyen miles de derrotas.

La suspensión de autonomía de Catalunya, tras la declaración de independencia, tras la celebración del referéndum. O la no suspensión de autonomía, tras la no declaración de la independencia de Catalunya, tras el referéndum que no existió. En Madrid, el ‘sí’ o el ‘no’ no ha alterado el producto. La petición de castigo colgaba de los balcones. Y acabó despeñándose por ellos.

Antes se ensayó con Venezuela. Había que intervenir para defender el estado de las cosas, para restaurar las cosas a un estado como dios manda. Como entretenimiento. Como tema de conversación. Como ‘quién se creen ellos, con quién se creen que están jugando’. En Madrid se sabe contra quién hay que jugar. Por eso nos retiramos. Analizamos. No actuamos, porque, ¿cómo actuar ante el rotundo “con quién se creen que están jugando”?

Que el proceso hacia la independencia era del tipo ilusionista se supo en Madrid antes que en ninguna otro lugar de Europa. Hemos leído mucho sobre ello. La Unión Europea, aquel edificio que se nos impuso en septiembre de 2011 y en julio de 2012, nunca quiso hablar del tema, eso bastaba para saber que todo iba a acabar mal. El día a día, el Barça y el Madrid, la navidad y el otoño, iba a terminar con la improvisación. Y si no, Rajoy. El que ganó a la tercera. El que repitió las elecciones para ganar. El que nunca hace nada.

Lo que no vimos venir fue que de la derrota del adoctrinamiento de Catalunya iba a surgir la evidencia del adoctrinamiento español

Lo que no vimos venir fue que de la derrota del adoctrinamiento de Catalunya iba a surgir la evidencia del adoctrinamiento español. Banderas en los estados de WhatsApp, la legalidad por bandera, el discurso del abanderado de 1992. En Madrid teníamos nuestros propios límites. El 135. Los medios en contra. El desfile kilométrico del ejército. ¿Cómo íbamos a actuar?

La foto de las Azores de Rajoy se ha hecho en casa. Albert Rivera, como el alumno aplicado, Pedro Sánchez, como el futuro arrepentido de la fotografía. El 155 de Rajoy pone fin al régimen –o consenso. Elijan– del 78 y abre otra etapa. El simple fin del pacto territorial o el comienzo de la democracia autoritaria. Las manos en los bolsillos. La tendencia ha comenzado en todo Occidente. Legislación y apoyo de mayorías igual las minorías tienen la ONU para reclamar protección. Y algunas ni eso. La era de la democracia autoritaria, de la democracia intervenida o de la democracia asaltada. Turquía, Grecia, Brasil.

Imponer la Ley

El artículo 155 es ya el juguete dialéctico de esta navidad. Lo piden en Navarra y en Castilla-La Mancha. En el País Vasco, el portavoz del PP lo vaticina. Si no te gusta la política legislativa, impón la Ley. Y antes de la Ley, la creación de un enfrentamiento entre opiniones públicas. Política de bloques informativos. Los medios ejerciendo de únicos espacios de diálogo y a la vez de liquidadores del diálogo. Puigdemont no declara la independencia, decimos que declara la independencia. Rajoy declara la suspensión de la autonomía de Catalunya, decimos que no declara la suspensión de la autonomía de Catalunya.

La victoria de Rajoy es la victoria pírrica de lo que representa. Se termina el mito de la España que avanza. El rey se enroca. Pero no se trata de ajedrez. No hay metáforas. Si la democracia debe ser autoritaria, la monarquía se adecuará a ella. Es algo que facilita su supervivencia. ¿En qué momento lo dudamos? ¿Con quién creíamos que estábamos jugando?

Cambiará la Constitución para garantizar que quienes quieran imponer la suspensión de la autonomía de Castilla-La Mancha o Navarra puedan imponerla 

Las manos en los bolsillos. Llega el frío, cambia el clima. El sábado trae el frío en un mundo en proceso irreversible de calentamiento. Las próximas generaciones comenzarán a fechar en 2017 el momento en que comenzó a cambiar todo. Cambiará la Constitución para garantizar que quienes quieran imponer la suspensión de la autonomía de Castilla-La Mancha o Navarra puedan imponerla. El extremo centro recupera el centralismo este otoño.

En Madrid, la derrota del independentismo se podía prever. La voluntad de aplastamiento siempre causa sorpresa.

Las manos en los bolsillos. El otoño llama al orden. Pronto habrá que comprar los regalos de navidad. No ha llovido y ya queda lejos, lejísimos, el último mes de mayo. En la bolsa suben Técnicas Reunidas, Arcelor e Indra. Bajan Mediaset, Ferrovial y Siemens. En la calle, el otoño ha pillado “de lunes” al personal. Se intuyen miles de derrotas hasta el viernes.

¿Cómo vamos a actuar ahora?

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